¿Le queda a usted todavía alguna duda de lo que es un
rescate, de lo que significa? Espero que ayer le quedasen todas ella
despejadas. Se nos ha vendido, falazmente, que una “línea de crédito
condicionada” no es un rescate y no lleva a aparejadas condiciones, lo cual es
falso e imposible. Préstamo, rescate o como usted lo quiera denominar, lo que
es seguro que tiene como compañía son unas condiciones más o menso duras, e
impuestas por quien otorga el dinero. Ayer conocimos las que Bruselas obligará
a cumplir a las entidades rescatadas, y desde entonces algunos españoles se han
unido al club de los arruinados.
El caso de Bankia es el más voluminoso, pero no el más
sangrante, dado que su tamaño impide que sea liquidada con la prontitud y
severidad con que lo van a ser Novacaixagalicia y CaixaCatalunya. En
el caso de la entidad madrileño valenciana la aportación de capital europeo es
de unos sangrantes 16.000 millones de euros, a cambio de los cuales se
cerrarán más de mil oficinas, se despedirá a unos 6.000 empleados, los
titulares de preferentes perderán, al menos, el 40% de su inversión
(tranquilos, será mucho más) y se obligará a rediseñar el plan de negocio para
salir de sectores como el del crédito promotor y otros relacionados con la
burbuja. Es decir, la entidad será jibarizada y convertida en algo mucho menos
aparatoso de lo que es hoy. Cuando ese proceso esté terminado, si eso acaba
sucediendo, Bankia habrá dejado de ser sistémica y entonces, y esto lo creo yo
pero nadie lo dice, vendrá su fase de achatarramiento,, troceo y reparto entre
las entidades que existan en ese momento en el mercado, y el nombre de Bankia
sólo se asociará a pesadillas y dolores de cabeza. Las más pequeñas, la gallega
y catalana, arruinadas como Bankia pero sin alcanzar una dimensión sistémica
que las convierta en peligrosas, están sentenciadas. La inyección de capital se
hace con objeto de proceder a una liquidación ordenada de la entidad, y su
posterior troceo y disolución, pese a que repito que no será esto lo que lean
en la prensa. Para
la caja gallega se habla de quitas en las preferentes de entre un 30% y un 70%,
que al final se traducirán en que por sus participaciones el inversor quizás
reciba una cesta navideña con dos botellas de albariño para darle un toque
celta a la cosa. En estas entidades más concentradas en un territorio, el
efecto de los despidos y la liquidación de activos va a ser mucho más intenso
en su entorno que en el caso de Bankia, dispersa entre varias regiones. Como se
pueden imaginar muchos ahorradores, accionistas, depositantes, preferentistas y
demás figuras que puedan existir se quedaron ayer asombrados al oír lo que el
comisario Almunia iba desgranando desde Bruselas. Atrapados en esas entidades
basura, estafados muchos de ellos, tras años de espera en la que los directivos
de las cajas y los distintos gobiernos les han dio contando películas de
Disney, ayer salió un remedo de Fredy Kruger para avisarles de que se habían
equivocado de sala de proyección y que se habían metido en un festival “gore”.
Las reacciones no se han hecho esperar, y se anuncian múltiples querellas,
demandas y acciones de protesta, pero una de las consecuencias de la intervención
es que ya no sirve de nada que se hagan en Madrid ante el Ministerio o el Banco
de España. Es Bruselas la que da el dinero, y la que decide, y nosotros los que
lo recibimos y, arruinados, acatamos.
Triste, ¿verdad? Pues sí, lo es, y mucho. Rescate a mi modo
de ver también es sinónimo de fracaso, de incapacidad, de no haber sido capaces
de hacer lo que había que haber hecho hace muchos años, de las consecuencias de
que todos sigamos sumidos en la irrealidad de lo que tenemos delante y, como
no, de la desidia de la administración reguladora y de los gestores de las
entidades, que siguen exculpándose unos a otros como si no hubiera sucedido
nada después de haberlas quebrado de una manera tan burda como vergonzosa. Dijo
ayer Almunia que la lista de culpables era muy larga. Esperemos que esa lista
acabe en al Audiencia Nacional y, al menos, conduzca a algunos de ellos a las
sombras de la prisión.
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