Ayer tuvieron lugar las esperadas y controvertidas
elecciones catalanas, anticipadas dos años por el Presidente Mas con el objeto
de lograr una mayoría amplia, al menos de 68 escaños en el parlamento catalán,
que le pudiera dar manos libres a su proyecto soberanista, ese conejo que se
sacó de la chistera tras el fracaso del pacto fiscal. Las encuestan
pronosticaban hace un mes que esa mayoría era posible, y al final de la semana
pasada la ponían muy difícil. Vistos los resultados de ayer se puede decir que
el fracaso de Mas y CiU puede ser compartido por todos los institutos que se
dedican a la demoscopia electoral. No ha acertado nuño.
Los
50 escaños que ha logrado CiU, provenientes de 62 que tenía hasta el
Viernes pasado, hacen que la victoria de ayer no se puede observar desde otro
prisma que el de la más amarga derrota. Es más, creo que Mas y CiU han hecho el
ridículo. Meses de campaña de tono muy elevado, mensajes de confrontación,
demandas de estado propio, viajes internacionales a cuerpo de rey, reuniones en
la cumbre, todo un esfuerzo propagandístico en los medios de titularidad
pública y en los privados subvencionados que se editan en Barcelona… en fin, un
dispendio inmenso para llegar a esto es, simplemente, patético, aunque induce
un poco a la risa. Los estrategas de CiU que apostaron por el adelanto electoral
deben estar tirándose de los pelos, y supongo que más de uno habrá sido
despedido después de este fiasco. ¿Debe dimitir el propio Mas? Hay opiniones
para todos los gustos. Ganar ha ganado, eso es cierto, pero cuando uno se
presenta como el Mesías que llevará al pueblo a la tierra prometida y no es ni
capaz de atravesar el cauce de un río sequillo la sensación es de fracaso
personal. Mas ha jugado una apuesta muy alta, contra el resto de partidos
políticos catalanes, contra el resto de España, a la que ha acusado de todo,
contra el resto de Europa, de la que ha dado por sentado su apoyo y ha
ninguneado cuando este era imposible, y frente a todos ellos ha perdido su
envite. Además, tras menos de dos años de gestión política, con las cuentas
prácticamente quebradas, y teniendo que recurrir al rescate financiero de
gobierno central para poder pagar sueldos y contratas, el intento de Mas de
envolverse en la bandera para ocultar el fracaso de su gestión ha sido
interpretado por muchos catalanes como lo que era, una forma de escapismo, una
treta para escapar de sus recortes, un señuelo para que el electorado se
olvidase de que, senyera en mano, su hospital esta cerrado o su colegio no
funciona. Y ese truco no ha sido suficiente como para engañar a todos. En el mundo
independentista es ERC la gran beneficiada, que con sus 21 escaños se sitúa en
segundo puesto. Es un doble fracaso para Mas, porque su campaña radical ha
hundido el voto propio y ha espoleado el voto de una formación radical, muy
alejada del entorno de poder financiero y social que representa CiU, y que ha
demostrado que exacerbar el espíritu nacionalista sólo sirve para alimentar a
los extremismos. Seguro que ayer por la noche Urkullu, del PNV, se alegraba de
no haber cometido ese error, a sabiendas que un PNV radical en el País Vasco
sólo favorece a Bildu. Planteó su campaña en tono moderado y logró su objetivo.
Seguro que recomendó a Mas lo mismo, éste no le escuchó y ese ha sido el
resultado.
Y el resto, todos contentos. El PSC saca el peor resultado
de su historia pero se contenta con que lo puede denominar desastre y no
catástrofe, el PP consigue un escaño más, sobreviviendo a los recrotes
nacionales pero sin ganar apenas voto no nacionalista, las formaciones más a la
izquierda, con IC y las CUP ascienden en votos y escaños y Albert Rivera, de
Ciudadans, logra triplicar escaños, de 3 a 9, lo que le convirtió ayer en el hombre
más feliz de toda Cataluña. Suya es la frase de Cataluña es nuestra tierra,
España nuestra nación y Europa nuestro futuro, bonito resumen de identidades
compartidas que Mas debiera releer y repetir en su interior, atormentado como
debe estar tras semejante fracaso.
Mañana Martes y el Miércoles tengo un seminario de trabajo fuera del Ministerio, y no se si podré escribir la entrada de manera habitual, por lo que si no la encuentra no se extrañen.
Mañana Martes y el Miércoles tengo un seminario de trabajo fuera del Ministerio, y no se si podré escribir la entrada de manera habitual, por lo que si no la encuentra no se extrañen.
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