lunes, noviembre 26, 2012

Mas es menos


Ayer tuvieron lugar las esperadas y controvertidas elecciones catalanas, anticipadas dos años por el Presidente Mas con el objeto de lograr una mayoría amplia, al menos de 68 escaños en el parlamento catalán, que le pudiera dar manos libres a su proyecto soberanista, ese conejo que se sacó de la chistera tras el fracaso del pacto fiscal. Las encuestan pronosticaban hace un mes que esa mayoría era posible, y al final de la semana pasada la ponían muy difícil. Vistos los resultados de ayer se puede decir que el fracaso de Mas y CiU puede ser compartido por todos los institutos que se dedican a la demoscopia electoral. No ha acertado nuño.

Los 50 escaños que ha logrado CiU, provenientes de 62 que tenía hasta el Viernes pasado, hacen que la victoria de ayer no se puede observar desde otro prisma que el de la más amarga derrota. Es más, creo que Mas y CiU han hecho el ridículo. Meses de campaña de tono muy elevado, mensajes de confrontación, demandas de estado propio, viajes internacionales a cuerpo de rey, reuniones en la cumbre, todo un esfuerzo propagandístico en los medios de titularidad pública y en los privados subvencionados que se editan en Barcelona… en fin, un dispendio inmenso para llegar a esto es, simplemente, patético, aunque induce un poco a la risa. Los estrategas de CiU que apostaron por el adelanto electoral deben estar tirándose de los pelos, y supongo que más de uno habrá sido despedido después de este fiasco. ¿Debe dimitir el propio Mas? Hay opiniones para todos los gustos. Ganar ha ganado, eso es cierto, pero cuando uno se presenta como el Mesías que llevará al pueblo a la tierra prometida y no es ni capaz de atravesar el cauce de un río sequillo la sensación es de fracaso personal. Mas ha jugado una apuesta muy alta, contra el resto de partidos políticos catalanes, contra el resto de España, a la que ha acusado de todo, contra el resto de Europa, de la que ha dado por sentado su apoyo y ha ninguneado cuando este era imposible, y frente a todos ellos ha perdido su envite. Además, tras menos de dos años de gestión política, con las cuentas prácticamente quebradas, y teniendo que recurrir al rescate financiero de gobierno central para poder pagar sueldos y contratas, el intento de Mas de envolverse en la bandera para ocultar el fracaso de su gestión ha sido interpretado por muchos catalanes como lo que era, una forma de escapismo, una treta para escapar de sus recortes, un señuelo para que el electorado se olvidase de que, senyera en mano, su hospital esta cerrado o su colegio no funciona. Y ese truco no ha sido suficiente como para engañar a todos. En el mundo independentista es ERC la gran beneficiada, que con sus 21 escaños se sitúa en segundo puesto. Es un doble fracaso para Mas, porque su campaña radical ha hundido el voto propio y ha espoleado el voto de una formación radical, muy alejada del entorno de poder financiero y social que representa CiU, y que ha demostrado que exacerbar el espíritu nacionalista sólo sirve para alimentar a los extremismos. Seguro que ayer por la noche Urkullu, del PNV, se alegraba de no haber cometido ese error, a sabiendas que un PNV radical en el País Vasco sólo favorece a Bildu. Planteó su campaña en tono moderado y logró su objetivo. Seguro que recomendó a Mas lo mismo, éste no le escuchó y ese ha sido el resultado.

Y el resto, todos contentos. El PSC saca el peor resultado de su historia pero se contenta con que lo puede denominar desastre y no catástrofe, el PP consigue un escaño más, sobreviviendo a los recrotes nacionales pero sin ganar apenas voto no nacionalista, las formaciones más a la izquierda, con IC y las CUP ascienden en votos y escaños y Albert Rivera, de Ciudadans, logra triplicar escaños, de 3 a 9, lo que le convirtió ayer en el hombre más feliz de toda Cataluña. Suya es la frase de Cataluña es nuestra tierra, España nuestra nación y Europa nuestro futuro, bonito resumen de identidades compartidas que Mas debiera releer y repetir en su interior, atormentado como debe estar tras semejante fracaso.

Mañana Martes y el Miércoles tengo un seminario de trabajo fuera del Ministerio, y no se si podré escribir la entrada de manera habitual, por lo que si no la encuentra no se extrañen.

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