Ayer tuvo lugar al muy esperada
reunión de la Reserva Federal norteamericana, la FED, su banco central, entre
rumores insistentes, con confirmaciones previas, de que con este encuentro se
daría el pistoletazo de salida a lo que se ha denominado “tapering” o retirada
de los estímulos monetarios que, dentro de sus políticas no convencionales,
lleva a cabo la FED desde hace años, comprando 85.000 millones de dólares de
bonos y cédulas hipotecarias al mes para insuflar liquidez y bajar los tipos a
niveles negativos, los oficiales siguen a 0. Se anunció que estos estímulos se
eliminarían de manera progresiva cuando la economía USA se recuperase, y ayer
todo el mundo esperaba ese calendario de retirada.
Y
Bernanke habló y dejó a todo el mundo atónito. En la que puede ser una de
sus últimas comparecencias en el cargo de presidente, Ben anunció que nada de
nada sobre la retirada de estímulos, porque sigue sin ver claro el
fortalecimiento de la economía. Sí, es cierto, EEUU crece a unas tasas porcentuales
que para sí las quisiéramos, crea empleo, y muestra signos de actividad en
mercados como el hipotecario y, desde luego, el bursátil, pero opina la FED que
aún es pronto para considerar que esta recuperación es sólida. Intuyen sus
miembros que las muletas de los estímulos aún son necesarias, y que retirarlos
ya puede conducir a un deterioro de la actividad prematuro, que ya pueden estar
señalando algunas estadísticas conocidas este verano. En fin, que Bernanke y
sus chicos no se fían, no lo ven claro, y ante la duda, no cambian de
estrategia. Bombazo. Todos los analistas, expertos, medios… había unanimidad en
que el mensaje sería distinto, y las medidas tomadas muy diferentes, tanto por
el hecho de que los estímulos que lleva inyectados la FED ya son considerados
excesivos para muchos analistas como porque los últimos mensajes del organismo
dejaban intuir que, en efecto, había llegado la hora de retirar esa gasolina
que, mes a mes, se lanza a unas brasas económicas que se calientan pero,
parece, no acaban de arder con fuerza. La reacción de los mercados no se hizo
esperar, y la bolsa norteamericana, que bajaba ligeramente, cambió su rumbo de
manera drástica y acabó subiendo más del 1%, conquistando nuevos máximos
históricos en índices como el Dow. Para los mercados financieros la noticia de
Bernanke es muy buena, porque mes a mes ese estímulo monetario se cuela en su
sistema y alimenta compras y ventas de activos, derivados y demás productos.
Sin embargo mi idea, leyendo un poco las reacciones de analistas tras la
decisión de ayer y basándome en mi propio criterio, es que Bernanke se ha
equivocado. Tras los batacazos habidos en la bolsa y resto de mercados cuando
la FED insinuó que el estímulo se acababa, la puesta en marcha de la reducción
del programa de ayudas no hubiera tenido un efecto muy significativo en la
bolsa, era algo descontado, y hubiera permitido afrontar un escenario de
retirada gradual, progresiva, poco a poco, susceptible de ser corregido en
plazos y cuantías en caso de necesidad, pero que dejaría en todo momento a la
FED las manos libres para llevarlo a cabo. Tras su decisión de ayer, el sucesor
de Bernanke, muy probablemente su segunda, Janet Yellen tras la retirada de
Larry Summers en la carrera sucesoria, se va a ver presionada por unos mercados
ávidos de dinero barato, adictos a él desde hace tiempo, y que han visto como
las dosis se mantienen invariables. Como en el tratamiento de los “yonkis”, el
proceso de retirada de la droga debe ser progresivo y lento, para que vaya
asimilando el efecto de la falta de estupefaciente. Tras la decisión de ayer
ese proceso de desenganche va a ser mucho más lento y costoso.
La única posibilidad por la que creo que bernanke
haya podido tomar esa decisión, más allá de los maliciosos que le agradecen
haber proporcionado a Wall Street el mejor bonus navideño como regalo de
despedida, es que vea cifras que desconocemos, que le indiquen que esta
recuperación que vive EEUU no lo es tal, sino una ilusión basada en algunos
datos que no están reflejando realmente lo que sucede en la economía. La crisis
financiera ha destrozado gran parte de la clase media a ambos lados del Atlántico
y los patrones de consumo y demanda que existían en el pasado ya no valen. Si
es por eso, la decisión de Bernanke puede indicar que el futuro es más sombrío
de lo que se esperaba… Dudas, muchas dudas surgen tras el discurso de ayer, más
allá de la borrachera rápida y fácil de bolsas y activos.
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