jueves, diciembre 18, 2014

El deshielo llega a las cálidas aguas del Caribe


Hasta el final nunca des por sentado el resultado. A menos de dos semanas para el final del año, ayer se produjo una noticia que, en el contexto del pasado siglo y el periodo de vida de los seres humanos, sí tiene el acontecimiento de histórica. El anuncio, coordinado, por parte del civil presidente de los EEUU y el uniformado mandatario de Cuba del restablecimiento de relaciones diplomáticas entre los dos países supone el inicio del fin del aislamiento con el que EEUU ha castigado al régimen de La Habana y un paso hacia una distensión en lo que fue uno de los frentes más calientes de la llamada guerra fría. 25 años tras la caída el muro de Berlín, ayer se agrietó, para caerse tarde o temprano, el telón que separa a Cuba de EEUU.

Creo que, aunque es un asunto complicado y lleno de matices, es una buena noticia. Supone la asunción por parte de EEUU, al menos una buena parte de su dirigencia, de una visión pragmática respecto a la isla, que curiosamente tratándose de EEUU, el país donde las cosas que funcionan triunfan, ha tardado muchas décadas en llevarse a cabo. El objetivo último del bloqueo y la ruptura de relaciones era el de provocar la caída del régimen. Décadas después, con Fidel vivo, quizás eternamente, la dictadura castrista se ha convertido, a semejanza de Corea del Norte, el otro reducto de paranoia comunista del mundo, en una suerte de mandato hereditario, en este caso entre hermanos. Durante todos estos años el nivel de vida de los cubanos se ha ido empobreciendo a medida que La Habana trataba de suplir la asistencia de la época soviética, que la controlaba y proporcionaba combustible y divisas. Otros países, entre ellos España, han seguido comerciando con Cuba y estableciendo negocios (Meliá tiene unos cuantos hoteles en la isla, por ejemplo) pero el agravio norteamericano ha sido hábilmente utilizado por la dictadura como excusa para el reagrupamiento patriótico frente al enemigo exterior (un clásico de toda dictadura) y justificación del deterioro económico que vive el país, anclado en muchos casos en los años sesenta, no sólo por la estética de sus calles y coches. Si el objetivo de EEUU era provocar por esta vía el derrumbe de la dictadura hace tiempo que se ha visto que la estrategia ha fracasado, por lo que Obama ha optado por un camino alternativo. Aprovechando que la disidencia cubana que reside en EEUU empieza a pensar cada vez más en la nación de acogida y no en la del exilio, y que el apoyo del régimen venezolano, hasta ahora el gran baluarte de los Castro, se va a ir al garete a medida que el barato petróleo estrangule al gobierno de Caracas, EEUU opta por abrir la mano, dejar de ser una excusa útil para los Castro y propiciar los intercambios comerciales con la isla, a sabiendas de que es cuando caen las barreras y empieza a circular el aire cuando las dictaduras empiezan a perder poder e influencia. Cada caso es distinto, sí, pero en España vimos como en los sesenta, junto al turismo y divisas, llegaban al país nuevas ideas y realidades de un mundo al que los españoles no tenían acceso, pero que existía, y que se daba a conocer. Y esa influencia debilitó mucho a una dictadura que, aunque siguiera instalada en su búnker ideológico, hacía mucho tiempo que había perdido la razón, sentido y contacto con la realidad. No se qué pasará en este caso, porque las dictaduras comunistas han demostrado ser más resistentes que las militares de derechas, pero es lógico comprobar que, si algo no funciona, se debe cambiar para obtener un nuevo resultado.

Lo más importante de todo esto es que seguramente será la población de la isla la que salga más beneficiada de esta decisión. Sometida a un régimen donde los derechos humanos, civiles y políticos no existen, y en un estado de pobreza difícil de imaginar, los cubanos tienen ante sí una oportunidad para prosperar y beneficiarse con los intercambios que surjan del próspero vecino del otro lado del mar. Confiemos en que así sea, y que junto a los dólares llegue la libertad a las calles de La Habana, que la necesitan desde hace ya demasiados años. Por ello, el paso de ayer es importante, y debe ser visto como positivo, y como el primero de muchos otros que tendrán que llegar.

Si todo va como espero, aunque está difícil, mañana les colgaré aquí mi selección de lecturas de este año 2014, tanto de novela como de ensayo.

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