miércoles, septiembre 07, 2016

Francis “Rajoy” Underwood, Soria y Guindos

Estuvo ayer muy atinado un analista en twitter cuando afirmó que Rajoy es el único animal que tropieza dos veces en la misma Soria. La renuncia del exministro a su propuesta al cargo en el Banco Mundial, conocida ayer por la tarde, fue una bomba informativa, que los medios contrarios al PP convirtieron en sangre fácil y los favorables distorsionaron, transformando la lógica y justa concesión de hace un par de días por parte de un comité técnico en el justo sacrificio realizado por un concernido Rajoy. Vericuetos absurdos para enmascarar una decisión del gran jefe Mariano que sólo ha generado costes para su persona y entorno, y que era vista por todos como un error garrafal.

O no, que diría el gran Mariano, porque todo puede ser mucho más retorcido. Ya en algunos medios figuraba ayer por la tarde, tras la renuncia de Soria, una teoría muy interesante que a quien ponía en el disparadero no era al frustrado exministro, tampoco a Rajoy, sino al poderoso ministro Guindos. En todo este proceso de nombramiento, en el que el concurso y la comisión a la que tanto se han mencionado ni han existido como tales ni suelen darse (lo apañan los tecos entre ellos) el que más ha salido a defender a la palestra lo sucedido y se ha comprometido a hacerlo ante el Congreso es el Ministro Luis de Guindos, cuyo papel en el gobierno no ha dejado de crecer con los años. Desde hace meses incluso se ha barruntado su nombre como un posible candidato de consenso de cara a conformar un gobierno técnico, una versión hispana del interregno de Mario Monti en Italia, gobierno centrado en la economía, el cumplimiento de los compromisos con Bruselas y el funcionamiento de la administración, sin apenas gestión política. Recordemos que Guindos ni es afiliado al PP ni se ha presentado en las listas electorales. Ese papel de figura emergente ha sido desmentido con fuerza por cualquier portavoz del PP y de otras formaciones, y tomado como absurdo por parte del propio Guindos y su entorno, pero el rumor existe desde hace tiempo, y la imposibilidad de formar gobierno tras dos elecciones fallidas no ha hecho sino acrecentarlo. Pues bien, la teoría que ayer se comentaba y hoy se publica es que la jugada de Soria lo que ha logrado, en realidad, es desactivar a Guindos como alternativa a Rajoy. Siguiendo los consejos de su jefe Mariano, Guindos habría otorgado el puesto a Soria contando con que esa decisión sería respaldada por el gobierno y PP, pero a la vista de la reacción social generada por un nombramiento claramente injusto, y el revuelo en un PP que se enfrenta a elecciones decisivas, no tanto en País Vasco, pero sí en Galicia, Rajoy no ha dudado nada en desdecirse, darle la vuelta al argumentario, aparecer como el salvador que ve la realidad y admite que Soria no puede ocupar el puerto por decencia política, y por consiguiente deshace esa decisión. Y deja a Guindos, valedor y mano ejecutora del proceso, colgado de una brocha. “Así que ese es el criterio moral del tecnócrata aspirante a sucederme” parece querer Rajoy que pensemos todos los que nombremos el nombre de Guindos, en vano o no. Con todo este extraño y chusco episodio, error mayúsculo en todos los sentidos, lo que dicen estas voces es que no hemos asistido a una comedia de enredo entre incautos e incapaces, sino a un episodio de “House of Cards” en versión hispánica, con un cruel cruce de navajazos entre ambiciones políticas cuyo resultado deja a un peso pesado tocado en su despacho de la torre de Cuzco.

La teoría, vista en su conjunto, cuadra, lo cual la hace atractiva, aunque para mi sigue siendo demasiado retorcida. Lo cierto es que, sean cuales sean las fuerzas que se han movido tras el escenario de este extraño episodio, hay ganadores y perdedores, y Rajoy puede acabar no estando entre estos últimos, lo cual vuelve a demostrar, a propios y extraños, que ese curioso personaje de la política con pinta de abuelo bonachón es, como todos los que han llegado a ese puesto, un profesional de exterminar a sus rivales, un individuo poseedor de un afilado colmillo político y una criatura especializada en sobrevivir en el hostil entorno de la cúspide del poder. Otra vez se demuestra que infravalorar a Rajoy es un grave error por parte de quien lo comete.

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