Una de las mayores dificultades de una guerra es saber lo que realmente sucede. Los contendientes informan de manera sesgada, un poco como los medios nuestros referidos al partido al que aman y al que odian, minimizando sus daños y maximizando los del oponente. En paralelo, se juega a la intoxicación, soltando directamente mentiras para tratar de confundir al adversario, a veces fabricadas con tanto esmero que es imposible que no pasen por reales. Operaciones como la de “carne picada” de los aliados frente a los nazis, desarrollada en territorio español, son un buen ejemplo de ello.
Por ello es bastante difícil precisar qué es cierto y qué no de la información secreta del Pentágono que se ha filtrado estos días, y quién ha podido estar detrás de ella. El soporte de la filtración son imágenes, lo que parecen fotografías de documentos de trabajo de los miembros del espionaje y seguridad norteamericano, algunos con aspecto de ser borradores, con comentarios y tachones, y vistos en conjunto tienen un aire de verosimilitud que les da peso como posible caso de filtración real. Otro dato que juega a favor de que puedan realmente haber sido robados de la inteligencia norteamericana es que las reacciones que ha suscitado el conocimiento de lo que ahí se encuentra han supuesto un perjuicio para EEUU, por lo que realizando un análisis de quién gana y quién pierde es más fácil decantarse por la idea de que el filtrador actúa en contra de los intereses occidentales. Sin embargo, esto son meras suposiciones. Pudiera ser, en efecto, el trabajo de un espía antioccidental que accede a documentos reservados y los saca, Pudiéramos estar ante una pura intoxicación, algo orquestado por los propios servicios de EEUU, en los que se hace colar como filtración un ardid propio que contiene pizcas de información real junto con otra falsa, y que busca que el enemigo se crea lo mollar, lo mentiroso, a base de sacrificar algo la posición. Podemos estar ante una multitud de escenarios intermedios en los que, pongamos, el espía no sabe que ha sido detectado y la superioridad le cuela documentos manipulados para que haga su “trabajo” y así se le pueda seguir la pista, estando otra vez en este caso ante informaciones que pueden tener parte de verdad y de adulteración. El juego es de lo más enrevesado y, dado que se produce completamente ante nuestras espaldas, podemos estar ante cualquier opción posible. Que haya servicios de espionaje enfrentados es algo que se da por hecho y la captura de información requiere de los mayores esfuerzos y trampas posibles. Y es que, aunque vivamos en el mundo de la información constante, la opacidad de lo que realmente se cuece en los ámbitos de decisión que determinar el curso de una guerra sigue siendo una prioridad absoluta para los contendientes. Será más difícil lograrlo en estos tiempos, pero se mantiene la lucha por el secretismo. Sobre el contenido de la información divulgada, las sorpresas son escasas, si se me permite decir algo así. Se reconoce que Ucrania sobrevive militarmente por el apoyo que los aliados, especialmente EEUU, le prestan, y que no está sobrado de material, ni mucho menos, y se constata que, como toda potencia capaz de ello, EEUU espía a los enemigos y también a los aliados, empezando por el propio Zelensky y siguiendo con el resto de naciones que apoyan el esfuerzo bélico de defensa anti rusa en el este. Es sustanciosa la información sobre la presencia de tropas de élite, en pequeños contingentes, de EEUU y otras naciones sobre el terreno, y la posible predisposición de Corea del Sur y Egipto de enviar munición a Ucrania y Rusia respectivamente, actuando como suministradores en la sombra de los contendientes. En conjunto, la información da la imagen de una guerra bastante estancada, de puro desgaste, en la que los contendientes se desangran sin que se vean avances ni signos de negociación en el medio plazo.
Las autoridades militares de EEUU han anunciado que abren una investigación para saber lo que ha sucedido y averiguar cómo esta información acabó saliendo a la luz en un foro de jugadores de Minecraft, un videojuego de construcción de éxito global. A priori, y reconociendo que estamos medio a ciegas, pudiera parecer que estamos ante un traspiés de nuestro bando y que el daño afecta, sobre todo, a la inteligencia norteamericana, clave en esta guerra y en todo lo que sucede en el mundo. Quizás, dentro de unos años, sepamos lo que realmente ha pasado, los nombres de quiénes están detrás de todo esto, los intereses que los movían y cuánto de lo filtrado es cierto o no. De momento, sorpresa, misterio y dudas. Además de crueles, las guerras también son así.
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