jueves, julio 06, 2006

Justito de cadera

¿Hace cuanto tiempo que no pasan por esa experiencia de comprar ropa? Yo no soy nada amigo de las prendas, soy muy mal cliente. Aunque todas y mucho disfrutan con eso de ir de tiendas, mirar estampados... “venga, ponte esto, que te queda muy mono” y cosas así, para mi constituyen sensaciones parecidas a las pesadillas. Momentos de cierta tortura, aderezados por la confusión que supone el concepto de tallas, encajes, ajustes, todos ellos variables y sin criterio ni orden, distintos según la tienda y, al parecer, color y balda en la que está la prenda. Un oscuro mundo, desde luego, pero a veces me empujan a él.

Ayer, sin ir más lejos. Tras un buen rato, que me pareció largísimo, y que a mis sufridos, valientes, decididos y adorados acompañantes les pareció muy breve, conseguí comprarme un traje nuevo. Yo sólo estaba de maniquí, porque casi todos me parecían iguales (sólo mostré preferencias por algo oscuro) y empecé a probar uno que de chaqueta no me iba mal, pero me obligaba a aguantar la respiración dos horas seguidas para poder meter los pantalones. Horroroso. Tras ese probé una talla superior, cuyos pantalones ya empezaban a dejar que mis piernas pudieran respirar (y los pulmones) pero a juicio de la crítica, la chaqueta era enorme. La verdad es que lo más probable es que mis espaldas y hombros sean pequeños y caídos, pero aquello no quedaba muy bien. Una vez visto que la chaqueta debía ser del número X y el pantalón del Y, y que había un traje con combinación Chaqueta – pantalón tipo X – Y pequeña y X grande – Y, pregunté muy sorprendido al dependiente si no era posible, y lógico, coger el juego X Y, dado que encima luego se paga. Pero No. Resulta que las combinaciones están cerradas, y tuvimos que buscar otro modelo que ofreciese una secuencia X Y más acorde. Y calo, yo no salía de mi asombro, porque en estos tiempos en los que te personalizan hasta la casa y el coche, resulta que la estructura de la ropa que debes ponerte encima es más rígida que la fantástica modularidad de los asientos de tu nuevo monovolumen. Incomprensible.

Esto es muy similar a una dictadura, no??? Resulta que si a un señor se le ha metido en la cabeza que la combinación idónea es, digamos, 50 – 45, pues todo el mundo a proporciones del 50 – 46, porque todos somos del mismo patrón estructural, verdad???? Eso por no contar con los que no entran en la proporción mínima. Esos que se fastidien, dejen de comer y se corten huesos de la cadera para poder encajar en el talle. En fin, menos mal que conté con los mejores cicerones posibles, porque sino jamás hubiese logrado comprar nada. Y luego hay gente que disfruta con estas cosas, y dicen que yo soy raro................

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