Ayer, en un encuentro del Foro de la Nueva Economía tuvo lugar una surrealista situación de enfrentamiento entre uno de los representantes de la comunidad judía en España y el Ministro de Asuntos Exteriores Miguel Ángel Moratinos. El primero acusó a Zapatero y a todo su gobierno de llevar un apolítica antijudía y antisemita y el segundo, muy enfadado, le abroncó, diciéndole literalmente que sea la última vez que manifiesta esas opiniones en público. Todo muy destemplado y nada diplomático, y yo extasiado de ver como este gobierno imberbe es capaz de complicarse la vida y complicárnosla en un asunto tan serio y, a la vez, tan difícil de polemizar si uno se atiene a la doctrina de la Unión Europea.
Es cierto que el empresario, Hachuel, muy conocido, uso un lugar poco adecuado para decir cosas semejantes, y que la vinculación entre estar en contra del gobierno de Israel y ser antisemita no es ni mucho menos directa, pero el que erró fue el Ministro. ¿Quién se cree él que es para mandar callar a alguien? ¿Acaso no estamos en un régimen de libertades en el que todos nos podemos expresar? Esas alusiones a” la última vez que digas” sonaban a imperativo de tiempos oscuros, donde el gobierno decía lo que los ciudadanos debían opinar. ¿Tenemos que pasar un filtro previo del Ministerio de Asuntos Exteriores para saber si nuestras opiniones pueden ser difundidas? ¿Nos van a poner censura previa? ¿Qué tiene que suceder para que a este señor le cesen de su cargo? Lo más divertido es que el pobre Moratinos lleva toda la semana intentando tapar (y no lo estaba haciendo mal) el agujero diplomático que su jefe Zapatero ha hecho en las relaciones con Israel, aderezado con la foto del pañuelo difundida ayer. Seguro que si alguno de los presentes le pone, por ejemplo, un crucifijo Zapatero se da cuenta enseguida de lo que es y se lo quita antes de que cruce su coronilla. Una escena digan de un cuento de Mortadela, un gobierno con un conocimiento de la diplomacia similar al de un vigilante de discoteca. Apañados vamos.
Y en medio de esta coyuntura me cojo una semana de vacaciones. Estaré en Elorrio y alrededores pasando una semana que espero sea de buen tiempo y con alguna tormenta para aderezar las tardes. Si no pasa nada raro, no habrá nuevas entrada hasta el Lunes 31 de Julio, en el que volveré a estar frente a las montañas de papel que me rodean en la mesa de trabajo, como a casi todo el mundo. Disfrutar del calor y de este Julio que ya se nos va.
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