¿Sienta bien una semana de vacaciones? Creo que sí. Los hay que dirán que mejor dos, o tres, o cuatro, o... De momento he tenido una en la que he podido hacer lo que estaba previsto, disfrutar y descansar. En estos tiempos en los que se ha puesto de moda irse a la catarata más recóndita de la selva del Norongoro y sacarse allí unas fotos mientras uno se tira de una liana autóctona de endeble pinta, yo puedo presumir de haber pasado una semanita en casa sin muchas cosas apasionantes que relatar, aunque, eso sí, varias zarzas y ortigas degustadas en las piernas gracias a una improvisada excursión.
Los que no han disfrutado tanto de sus vacaciones han sido los pobres infortunados que pretendían volar desde el aeropuerto del Prat, en Barcelona. Las imágenes de estos días han sido un espectáculo lamentable, digno de cualquier lugar tercermundista. Si le dicen a uno que eso, en vez de ser Barcelona es Kabul o el Zaire a nadie le hubiese extrañado. Decenas de miles de personas tiradas, pasando el rato al raso, durmiendo en el suelo sobre cartones, e incluso en las cintas de facturación!!! Ilusiones de vacaciones rotas, o viajes de negocios perdidos, o conexiones arruinadas, simplemente, el deseo de ir de una lado a otro deshecho por la negligencia de unos trabajadores que se han mostrado sumamente egoístas en la defensa de unos privilegios adquiridos y de unas autoridades de navegación aérea, aeroportuarias y ministeriales simple y sencillamente inútiles. ¿Ha visto alguien a algún representante de los sindicatos de Iberia, de la misma compañía, del aeropuerto, de AENA o del Ministerio de Fomento pidiendo perdón? Esto es más sencillo que Sodoma y Gomorra, sólo pido uno, y ni eso. Nadie.
Como siempre en estos casos, la culpa la tiene el viajero. ¿Quién le manda salir de viaje en avión? Lo que debe hacer es quedarse en casa, atado a un sillón, con la luz apagada y sin hacer ruido, y, como no, pagando impuestos a muchas administraciones de muy distinto nombre, que hacen una carrera continua por demostrar quién es más incompetente. Y ojo con quejarse, que entonces viene el gobierno y te denuncia por cualquier cosa. Seguro que cuando hace dos fines de semana ZP se fue a Londres en avión privado para llevar a su hija al colegio y hacer compras en Harrods no tuvo problemas.... y es que este país no deja de sorprendernos ni a las puertas de las vacaciones.
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