Ayer la revista XLSemanal, suplemento de los diarios de Vocento, publicaba en portada u reportaje sobre Woody Allen y sus musas, encabezadas por una foto de una Allen distante y serio, sentado en una silla, y frente a él, tumbada sobre la arena, Scarlett Johanson, sonriente, como reina y dueña de todo lo habido y por haber en este mundo y en los futuros. Sobre ella, Allen dice, textualmente: “Scarlett es la respuesta de Dios a Job. Dios diría: He creado un mundo terrorífico y horrible, pero también puedo hacer una de éstas, así que dejad de quejaros."
Después de leer esto uno se plantea si escribir algo por las mañanas o dedicarse a cortar setos, porque me ha parecido una frase de una brillantez, contenido y elogio increíble, y no es menos cierto que Scarlett se lo merece. A mi no e la chica que más me gusta el mundo, pero s tiene un componente erótico indisimulado, una capacidad de generar morbo que hace de ella un mito, un fetiche, algo muy interesante. Ya la había visto en películas anteriores, pero para mi, e intuyo que para muchos, Scarlett será para siempre la Nola de Match Point, esa a mi gusto soberbia película en la que Allen me dejó sin habla. La he visto unas cuatro veces, y cada vez me parece mejor. No sólo por la ambientación, la estética y la historia, y una final que me sorprendió por su maldad, sino que también por el erotismo. Sí, sí, Match Point me pareció una película muy erótica, y debía serlo, porque sino era difícil hacer creer al espectador la caída del protagonista en el abismo sin que una mujer ansiosa, voraz y que levantase las pasiones del mismo y del espectado no estuviera presente. Hay Scarlett se luce, y si para algunos lo más insinuante sea la escena de amor en el trigal bajo la lluvia, para mi le superan la aparición inicial de la chica en la mesa de ping pong, con una cara lasciva y una mirada penetrante, pero lo que ya me pareció el sumun fue esa escena en el apartamento de ella, al que Chris acude furtivamente. Abrazados sobre la cama, Chris besa y soba a Nola desesperado, ansioso, sin freno. Ella lleva puesta una camiseta blanca tenue, ajustada, pero para él es una obstáculo, y en un momento dado la coge entre las manos y la rasga y, como velo del templo que enseña su sagrario, y con una mirada de asombro por parte de Nola por lo que ha ocurrido, ante él surgen, firmes y sedosos, los pechos que tanto ansiaba alcanzar. Y en ellos se recuesta, se goza y se hunde.
Esta escena, que en otras manos hubiese degenerado quizás en algo chabacano y lleno de ordinarieces, en las finas manos de Allen se convierte en un monumento al erotismo, en un momento de pasión arrebatadora, sublime. Siento la cantidad de adjetivos enormes que uso, pero es que esa imagen de la camiseta rasgada ya pertenece a mi particular imaginario de escenas eróticas personales, y todo ello enmarcado en una historia de pasión, muerte y codicia de dimensiones shakesperianas. ¿Cómo Allen puede, año a año, hacer películas así, con los 72 que tiene? Este hombre es un fuera de serie, un maldito genio........
1 comentario:
Tendré que hacer una entrada en mi blog sobre la película..
Va por tí :-P
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