Ya están los colegios de vacaciones, los niños en sus casas y los padres sumidos en la desesperación sobre qué hacer con ellos. Este problema se repite cada vez que los colegios cierran más de tres días, y al solución no son 2.500 euros, pero de lo que yo quería escribir hoy no era del problema de la conciliación, que también es serio, sino el de al educación misa. Al respecto del nivel de fracaso escolar actual, vi ayer un chiste enano de esos periódicos gratuitos. En el una madre, periódico en mano, lee en alto “un tercio de los alumnos sufren fracaso escolar” a lo que su hijo pequeño responde, en la siguiente viñeta “Tranquila, mama, yo estoy en el otro tercio”.
Cada generación siempre ha dicho que su posterior, con razón o sin ella, que no está capacitada como ella, que son mas vagos, menos esforzados y más incultos. No se si la nuestra puede empezar a decir eso mismo de su siguientes, pero lo que si parece claro es que, en un mundo cada vez más complicado, en el que todo está conectado, y en el que la competencia cada vez es más dura, la educación en España está fallando en algo. Sin ser muy exhaustivo, creo que hay cuatro graves problemas que alguien debiera abordar para solucionarlos. Uno es el del relajamiento de los niveles de exigencia, que hace que aprobar parece ser cada vez más fácil, cuando debiera ser justamente lo contrario. Otro es el de la debilidad de la formación en determinadas materias, concretamente creo que es en matemáticas y en idiomas donde la escuela esta fracasando por completo. El inglés, y esto lo se yo en carne propia, sigue siendo una espada de Damocles sobre la capacidad de los estudiantes españoles de cara a su competitividad (horror, se aproxima el chino!!), y las “mates” se atragantan por todas partes. Sobre estos dos problemas de forma hay dos de fondo que parecen más difíciles de atajar. Uno es el de la pérdida de autoridad de los profesores en las aulas, o el envalentonamiento y la indisciplina de los alumnos, que son las dos caras de esa moneda. La desmotivación docente, unida a unos padres que parecen abogados defensores de sus hijos aunque hayan lapidado a una compañera de aula es una cóctel explosivo a largo plazo. Y luego está el eterno problema de la falta de medios. La escuela, la educación, también es dinero, y al sociedad española no parece entenderlo. Si queremos alumnos formados nos debemos gastar mucho dinero en ello, sobre todo ahora que las tecnologías permiten maneras de enseñanza revolucionarias. ¿Por qué los colegios no tienen en todas las clases portátiles con proyectores y enseñan geografía con el GoogleEarth?
A estos problemas creo que se debe añadir una fiebre por el localismo que amenaza con barrerlo todo. Justo en este mundo globalizado, donde todo está al alcance del ratón y de la mente, parece que la enseñanza se mira el ombligo más que nunca. Seguro que los alumnos del colegio de Villanueva de las Peras, en Zamora, saben perfectamente como es el curso del río Tera, y la historia de los forajidos que pasaban a Portugal a través de la sierra de la culebra, pero no estoy tan seguro de que aprendan tantas cosas sobre al historia de España, Europa o el mundo en general. En fin, que esto de la educación es muy complicado, pero muy importante. ¿Alguien tiene alguna idea? ¿Alguno se atreve a pensar dos minutos sobre esto y no construir pisos durante ese lapso de tiempo?
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