Parece que, poco a poco, el profesor Neira va despertando del coma en el que se sumió hace ya varios meses tras defender a una mujer de su agresor y ser posteriormente atacado por el mismo sujeto. Empieza a responder a estímulos físicos y sensoriales, aunque todavía es pronto para saber hasta que punto se recuperará, y si eso será un estadio más o vivirá con unas secuelas permanentes, fruto de su noble acción. Esperemos que la mejoría sea rápida, completa y fructífera, y su familia, sufriente a su lado desde hace ya tanto tiempo, pueda llevárselo a casa y ver como revive junto a ellos.
Si Neira llega a despertase y ser consciente de lo que le ha pasado y pone la tele, especialmente la tele, puede que le den ganas de volver a sumirse en el agujero en el que lleva todo este tiempo, porque desde su actuación se ha organizado un circo... no, circo es una palabra noble, una mierda de intereses, declaraciones y mercadeos que escandalizan hasta a las conejitas de Playboy. Los principales beneficiados de todo esto por ahora son la mujer agredida, cuyo nombre no recuerdo, ni pienso ponerme a buscar en Internet para enlazar semejante bodrio humano a este texto, que ha visto la oportunidad de su vida de forrarse a cuenta de la desgracia propia y ajena, y claro, quién le ha pagado a ella, la televisión, concretamente la cadena Tele5 a través de ese programa llamado La Noria, presentado por un sujeto llamado Jordi González. Ese Jordi, y el elenco de “colaboradores” han sido una parte interesada y necesaria a la hora de montar un vergonzoso, humillante y depravado espectáculo, regodeándose en al desgracia del señor Neira, riéndole las “gracias” a la mujer maltratada y haciendo caja. Es sabido que en la primera entrevista de esta sujeto en el programa le reportó unos ingresos superiores a los 70.000 euros, y no quiero saber las facturaciones publicitarias de aquella emisión para la cadena. Hubo un periódico, El Mundo, que se escandalizó por la emisión del programa, y acusó a Tele5 por ello, pero atención, no tanto por la bazofia que estaba emitiendo, no, sino porque al parecer el periódico tenía apalabrada una entrevista con la chica esta, que Tele5 reventó pujando por ella y pagando más pasta que la que iba a soltar el diario de Pedro Jota. Vomitivo, verdad? Pues así sigue la cosa. El tal Jordi sigue encantado de conocerse a sí mismo, sus colaboradores pontifican todos los sábados por la noche sobre el terrorismo, la crisis económica, la invasión rusa de Georgia y demás asuntos no sólo sin tener ni la más mínima idea al respecto, no, sino encantados de saber que, tras el intermedio, volverá la polémica sobre “el caso Neira” y sus cachés subirán como la espuma. No se plantearán que están cobrando un dinero manchado de mierda, podredumbre moral, y escoria, fruto de una vergonzosa sociedad donde el valor de la defensa del débil se convierte en el hazmerreír de todos, y se ensalza el putiferio, el ingreso fácil y la difamación. No, todos ellos, y los (i)responsables directivos de la cadena (y de otras, que todas son similares, la verdad) padecen un onanismo compulsivo cuando se miran al espejo, y los medios serios no les atacan, denuncian, no se avergüenzan de todo esto.
Resultado. Si eres un joven, o adulto, da igual, la lección que obtienes es que si ves una escena de violencia machista de estas, lo mejor que puedes hacer es meterte, zurrarle a la chica, y luego ir a la tele a contarlo y cobrar por ello. Con un poco de suerte incluso te puedes tirar en los camerinos de la cadena a una de esas macizas azafatas que pululan por allí, y si se resiste le das otros golpecitos “cariñosos”. Todo esto me da una vergüenza como persona, como español, que no pueden imaginarse, y el pobre Neira abandonado, sin que nadie le haga el más mínimo caso, su familia sola en el hospital, sin que ningún periodista les anime, consuele o haga un reportaje serio donde puedan enorgullecerse de la noble acción del profesor. Repugnante.
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