Ya no es noticia que el Ibex se derrumbe. Uno de cada tres días de los últimos meses asistimos a un Lunes, Miércoles o Viernes negro, tantos que el color empieza a perder su significado. Ayer fue un coro generalizado de llantos lo que recorrió las bolsas de todo el mundo, no del medio que se suele usar para describir genéricamente a ese conjunto de mercados. Como Wall street cerró a la baja el Ibex abrirá a la baja hoy, y como Wall street recuperó algo de la caída al final de la sesión el Ibex abrirá remontando. Como no tengo ni idea de lo que va a hacer, diciendo lo anterior acierto de todas todas.
Y es que alguna se preguntará que yo, que tanto hablo de bolsa y similares, me estaré haciendo rico con las bajadas, comprando futuros a corto y forrándome no sólo cuando sube.... pues no, no hago nada de eso. Tengo un paquete de acciones formado por tres valores y su comportamiento está siendo tan exitoso como el de Izquierda Unida desde que la lidera el al parecer ya dimisionario Gaspar Llamazares. Entré en bolsa por primera vez con la OPV de Telefónica Móviles, hace ya bastantes años. Casi al final de la burbuja de las .com muchos nos lanzamos en España a por aquellas acciones de 11 euros que parecían suculentas. En mi caso era una contradicción en si mismo, porque cuando compré aún no tenía móvil, cosa que ya era común poseer en mi entorno. Bien, primer día de cotización, arranca a los 11 euros, baja ligeramente... y ya nunca jamás volvió a esa cota de arranque. Yo, algunos amigos y muchas personas pasamos unos años de travesía en el desierto con un valor que pastaba entre los 8 y 10 euros, remoloneando y suministrando pocas alegrías, por no decir ninguna. La paciencia tuvo recompensa, porque Telefónica hizo una recompra del valor y ahora soy titular de algunas “Matildes” que rentan unos dividendos interesantes. Junto a este valor tengo otros dos, comprados este año, el peor de al historia para invertir en bolsa, visto lo visto. Me lancé a la OPV de Iberdrola Renovables, convencido de que esta vez sí la cosa saldría bien, con esa demanda de ecología que parece imbuir a todo el mundo, quizás para acallar la conciencia de nuestro irresponsable comportamiento medio ambiental. En este caso varios compañeros de trabajo y algún amigo me secundaron, y conseguimos un paquete en el arranque, y por mi cuenta hice una compra posterior, a un precio algo superior al que pague en el inicio de la cotización. A día de hoy la rentabilidad de la compra se sitúa en un alucinante -46,28%. En este caso el signo negativo es muy importante. Bonito desastre, pero no se vayan todavía, aún hay más. También compré este año acciones de una farmacéutica, FAES, por una cierta curiosidad personal. Poseo un paquete más pequeño que en el caso de las renovables, pero su rendimiento está siendo mejor, de hecho “sólo” pierdo el 33,84%. Como verán, es el mío un ojo de lince tuerto de cara a elegir inversiones. Me consuela saber que, viendo el resto de valores del Ibex, prácticamente todos llevan un comportamiento igual de deprimente en este loco año, por lo que al menos estoy en el promedio general de las pérdidas. Triste consuelo.
Pudiera pensar alguien “vaya, mañana ya no hay blog porque con estos datos este se tira por la ventana” Tranquilos, no contemplo el suicidio financiero, porque los paquetes que poseo son dinero sobrante, muchas comillas con este adjetivo, y no tengo prisa para venderlos, por lo que confío que pasado un tiempo, en la coyuntura actual varios quinquenios, los valores suban y acabe vendiéndolos con ganancias. Lo malo es que ahora no son líquidos para mi, porque si los vendo ejecuto las pérdidas y me empapo con ellos, por lo que es un dinero retenido. Y veremos a ver cuanto tardan en salir de la oscura cárcel en la que se han convertido las bolsas.
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