No se si será el frío o el exceso de humedad ambiental, pero el número de tonterías que se oyen últimamente por parte de algunos líderes políticos (esta sucesión de palabras empieza a carecer de sentido en sí misma) es apabullante. Un alcalde que preside una Federación nacional de municipios y que no se le ocurre otra cosa que insultar a la mitad de los votantes españoles y de los consistorios, y luego se extraña del jaleo que se ha organizado, o un diputado del Congreso que en un aquelarre de piras incendiarias y ataúdes digno de la Alemania nazi grita muerte a una familia dinástica, y que luego pide excusas cobarde y falsamente...
La verdad es que el patio, previo a las navidades, está sembrado, y con abundante estiércol de abono. Por ello quizá lo mejor sea evadirse, puede que incluso literalmente, en busca de otro mundo más acogedor y no tan podrido, al menos moralmente. Y mira por donde empieza a haber ofertas. La NASA ha detectado vapor de agua y emisiones de CO2 en un planeta situado a más de sesenta años luz de la tierra. Quizás la agencia norteamericana dio a conocer ayer la noticia para conmemorar el 30 aniversario del preestreno de la película de Superman, acontecido en Washington DC un 9 de Diciembre de 1978, como una especie de homenaje. Todos estos hallazgos hay que cogerlos con mucho cuidado, porque luego se desata la especulación y la imaginación crea ya a seres que viven en ese planeta, cuando estamos aún en una estadio básico, cierto que prometedor, y el hecho de que se encuentren componentes tan asociados a la vida en otros lugares ya es una noticia tan bonita e importante como par que merezca ser comentada y elogiada. La distancia sideral a la que se encuentra ese mundo, denominando con el frío y críptico nombre de HD189733b, hace completamente imposible el poder llegar alguna vez a él y saber realmente que es lo que se cuece allí, quizás literalmente en el fondo de sus mares. A sus 63 años luz de distancia, la señal que les llegaría de la tierra a los habitantes teóricos de ese mundo HD sería la radiada en 1945, y sabrían que hace pocos meses se había acabado la Segunda Guerra Mundial y que el armamento nuclear había hecho su aparición en la historia de unos sujetos llamados humanos, residentes en un mundo muy alejado del suyo. Pero especulaciones y juego florales aparte, es muy importante el descubrimiento, porque indica que sustancias que son muy comunes en la tierra y en nuestro entorno más o menos cercano también se dan en lugares muy lejanos. No deja de tener su lógica, porque al final los ladrillos con los que se construyen los elementos, los átomos, son los mismo en todas partes, y las leyes que rigen esa construcción también son inmutables. Sería fascinante poder enviar una sonda a ese lugar y que nos informase de la composición exacta de su atmósfera, de su superficie, y de cuales son los componentes que más abundan en ella, y que es lo que pasa allí, si es que algo se está desarrollando en realidad. Lamentablemente la distancia va a impedir ese contacto físico, por lo que tendremos que conformarnos con seguir explorando nuestro vecindario, que bastante lejano y complicado nos resulta acceder y a él.
Y lo más cercano y prometedor es el eterno Marte, que cada día ofrece noticias nuevas y sorprendentes, todas de ellas coincidentes en afirmar que en un pasado muy remoto el agua corría por su superficie, el clima y al atmósfera eran radicalmente distintos y, quién sabe, alguna forma de vida pudo prosperar. En mi opinión cada vez se hace más necesario un programa serio, coordinado y multilateral de viaje y exploración marciana, con astronautas que pisen su superficie y naves que detecten hasta la última traza de resto biológico que pueda existir. ¿Qué tal una misión marciana como manera de espolear la industria mundial y salir de la crisis? ¿Alguien se apunta al reto?
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