Hoy es 22 de diciembre. Muchas personas ya están de vacaciones navideñas, algunas disfrutándolas, otras forzadas por la coyuntura económica y otras sin saber si volverán, o si la vuelta, de producirse, durará mucho. Coincide que además es Lunes, por lo que esta semana es la semana navideña del todo, y el famoso sorteo de la lotería ya está aquí para poner la banda sonora de las fiestas a la ilusión y alegría de muchos. Se ha puesto de moda decir que la Navidad es una porquería, y es bien visto aseverar que uno odia estas fiestas. A mi, no voy a negarlo, me gustan, son raras, y en ellas incluso algunos intentan portarse mejor que el resto del año, y sólo por eso ya merecen la pena.
De manera inevitable, esta Navidad va a estar pasada por el tamiz de la crisis de las narices, y eso también afecta a la lotería. Se ha vendido mucho, más si tenemos en cuenta lo que ha caído el consumo de media desde el verano, y eso no es más que un síntoma de que la gente busca la ilusión en los bombos cuando ha perdido su confianza en todo lo demás. Y es que ese es uno de los principales problemas de esta crisis, la pérdida de confianza. Ya lo decía ayer muy bien el Gobernador del Banco de España, afirmando que todo el mundo desconfía de todo el mundo, y así no vamos muy lejos. Y no es extraño dejar de fiarse. Uno ve que los bancos pierden dinero tras jugar al casino de las hipotecas y los gobiernos los rescatan, mientras que las PYMEs y los particulares se hunden en el magma del paro y la quiebra, otras personas observan como, en sus empresas, su desempeño profesional no es tenido en cuenta y ven rescindidos sus contratos, y se abocan al paro, siendo cubiertas sus plazas por personal que cobra menos y que está pero capacitado, pero que a la empresa poco parece importarle con tal de cuadrar unas cuentas a final de mes. Y si uno, hombre de la calle, observa como algunas fortunas pierden parte de sus camisa en una estafa como la organizada por el amigo Madoff se puede esperar lo peor para su futuro personal. Y es que vivimos tiempos dominados por la falta de ética, escrúpulos, moral y profesionalidad. Porque qué otra cosa es el escándalo Madoff que un contubernio entre grandes aristócratas financieros, dotados de información privilegiada que sólo es accesible a ellos mismos, y que basan su lucro y crecimiento en que su propia posición de poder los hace inaccesibles a los sistemas de vigilancia y control. Hemos convertido las finanzas, un asunto muy serio y respetable, en un enorme casino, lleno de jugadores tramposos orgullosos de amañar la ruleta, sabedores de jugar con cartas marcadas y que presumen de ello, y en el que la ganancia rápida y fácil oculta todo. Los organismos reguladores y los dirigentes políticos, pensados sobre todo para controlar a estos poderosos y a velar porque usted y yo, simples ciudadanos sin influencias ni poder (bueno, si algún lector pertenece al grupo de los poderosos... enhorabuena!!) no seamos timados, se han evadido, han desaparecido, y parece que no quieren saber nada al oír términos como “asumir responsabilidades”, “dimitir” o palabras tan soeces y vulgares cuando son dichas por los estafados, claro. Qué bien lo expresaba ayer el bueno de Thomas Friedman al decir que, después de lo visto, no sólo necesitamos un rescate financiero, sino sobre todo, un rescate ético. Y no sólo en EEUU, que también. En España estamos igual, o pero, en casi todos los aspectos.
Así, sospechando que el dinero del banco se ha convertido en humo, no es de extrañar que la gente se fíe más de los niños de San Ildefonso que de otras cosas que, aparentemente, eran más serias y profesionales. Como todos lo años, yo no juego nada, por lo que siempre me va a tocar un 30% de lo recaudado, que es lo que se queda Hacienda de este impuesto voluntario que llamamos lotería. A ver si tiene suerte, querido lector, y es agraciado con un premio, ya que parece que el rumor malintencionado que corría por ahí la semana pasada de que el sorteo estaba amañado para que le toque a Botín para tapar sus agujeros no es cierto, aunque cosas más increíbles hemos visto, verdad???
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