miércoles, septiembre 30, 2009

Goiri se va

En una época convulsa para los bancos, y para sus ejecutivos en el día a día, pero no en la hora de su retiro, ayer se supo que deja su cargo el Consejero Delegado del BBVA, el número dos del banco. Este señor, llamando José Ignacio Goirigolzarri, conocido popularmente como Goiri, se prejubila a los 55 años y pasará a cobrar una pensión vitalicia de tres millones de euros anuales hasta el último de los años de su vida, lo que es una cifra muy interesante de cara a olvidar sinsabores y otros desplantes que haya sufrido en su vida profesional. Si a eso añadimos que seguramente trabajará en otra cosa, Goiri sale con la cartera llena.

¿Qué quiere decir la marcha de Goiri? ¿Tiene en sí mismo algún significado? Todas la fuentes apuntan que es el último golpe de mano que quedaba de dar por parte de Francisco González, FG, el todopoderoso presidente, que en una de las últimas sesiones del consejo de administración vió como se aprobaba el aumento en la edad de jubilación para su propio beneficio, lo que dejaba el papel de delfín de Goiri a la altura del que ocupa el Príncipe Carlos de Inglaterra, que confía algún día heredar el trono de su madre Isabel II, pero al paso que va morirá en la sala de espera. Se ha dicho también que esto supone el fin de Neguri, de la casta de banqueros provenientes de ese barrio residencial de Las Arenas, en la margen derecha de la ría de Bilbao, que crearon el banco hace ya muchos años, y que poco a poco han desaparecido de su cúpula directiva. Nombres como los Ybarra, Churruca, Lezama Leguizamón y muchos otros han sido durante generaciones lo que podríamos denominar la “beautiful people” del País Vasco, más concretamente de Vizcaya y Bilbao, y el Banco de Bilbao (BB) y el de Vizcaya (BV) eran sus bancos. La fusión de las dos entidades dio lugar al BBV, que en aquellos momentos rivalizaba en tamaño con el Banco de Santander, y el poder de los de Neguri siguió creciendo. Sin embargo la década de los noventa del pasado siglo no fue muy propicia para sus intereses. Mientras el Banco Santander, firmemente capitaneado por un Emilio Botín que es más listo que el hambre, crecía sin límite y se convertía en el claro rey del negocio bancario, el BBV se vió envuelto en una serie de operaciones corporativas que tuvieron un efecto retardante. La fusión con la privatizada banca pública, llamada Argentaria, dio lugar al BBVA que ahora conocemos, y desde ese momento surgió la duda de si los “pata negra” del BBV se harían con el control del banco o serían los cargos provenientes de Argentaria los que ganarían la batalla. Parecía que los vascos del BBV lo tenían más fácil, pero al final resultó que los “argentarios” fueron los que se llevaron el gato al agua. El escándalo de las cuentas secretas de muchos ejecutivos en el paraíso fiscal de la isla de Jersey (en el fondo fueron unos precursores de lo que vendría después...) de hace unos años acabó por hundir a los Ybarra, que dejaron la dirección del banco en manos de un gallego, FG, que a partir de ayer es el dueño absoluto del banco, si no lo era hasta ahora.

Supongo que en la torre que el BBVA tiene en Bilbao, algunas de cuyas plantas ya están vacías según creo, hoy será un día de ciertos nervios, porque el banco, a parte de sus siglas y de su sede social, sita en el Casco Viejo de Bilbao, ya tiene poco de vasco, sea lo que sea lo que eso quiera decir, y muchos de los trabajadores de Bilbao verán como sus puestos son transferidos a Madrid u otras ciudades. Así el BBVA se unirá al Santander en lo que hace al hecho de que su denominación geográfica es una marca, no un sentimiento de procedencia. Veremos a ver a partir de ahora a que se dedica Goiri, que hace, que cuenta.... y que calla.

martes, septiembre 29, 2009

La subida de impuestos

Había mucha expectación para conocer el importe y alcance de la subida de impuestos que planificaba el gobierno, y eso dio a la rueda de prensa del Consejo de Ministros del Sábado un aire de evento importante como normalmente no lo tiene. Compareció la “Vice” política De la Vega, para hablar de la ley del aborto, en una típica actuación de camuflaje, y luego la Vice” Salgado, recién llegada de la cumbre de Pittsburg, y quizás de ahí sus imprecisiones, errores, balbuceos e imagen no precisamente poderosa. Y por cierto, sí que hay subida, sí....

El mensaje que lanza el gobierno para venderla a la opinión pública es que la van a sufrir más los poderosos, un típico eslogan de campaña mitinera que no hay por donde cogerlo. Las subidas afectan a tres impuestos. EL IRPF, que sube como consecuencia de la eliminación de la deducción universal de los 400 euros, uno de los mayores errores fiscales jamás cometidos, y que si no hubiera tenido lugar no habría que retirar ahora. Esta subida afectará, sobre todo, a las rentas bajas y medias, no a las humildes, que por sus errores de diseño no pudieron aprovecharla, ni a las altas, que les importa bien poco. Otra subida es la del gravamen sobre el ahorro, que a partir de 6.000 euros pasa del 18% al 20%. ¿Quiénes son los principales perjudicados por esto? Pensionistas, pequeños ahorradores y el conjunto de la clase media, que son los que acumulan cuentas de ahorro por encima de un millón de pesetas (será que como en términos antiguos son “millonarios” se les califica como poderosos). El gran ahorrador, el poderoso de verdad, que es amigo de gobiernos sea cual sea su signo no tributa en el IRPF, no está sujeto a retenciones, se escapa del control fiscal al que a mi y a muchos de ustedes somete la Hacienda Pública, y ni le va ni le viene la citada subida de los tipos, por lo que nuevamente son las clases medias y bajas las que van a pagar estos impuestos. La tercera subida es la del
IVA, que pasa en el tipo reducido del 7% al 8% y el general del 16% al 18%. Como buen impuesto al consumo, el IVA es regresivo por naturaleza, porque la propensión a consumir es proporcionalmente más elevada cuanto menos renta tienes (si ganas poco menos ahorraras) y aunque el volumen recaudado es superior cuanto más se compra, y por tanto paga más en cantidad quién más tiene, en proporción a sus ingresos siempre paga más IVA el que menos renta posee. Eso sí, es de fácil recaudación por parte de la Hacienda y, pese a que esta subida va a incrementar el fraude de facturas y demás escapatorias, a muchos consumidores de a pie como usted y yo nos va a ser imposible escapar de ese 1% o 2% extra. Así, como siempre sucede, el que paga la subida es el señor que está atrapado con su nómina. Los poderosos, ricos, y demás expresiones falaces y propagandísticas, que supongo hacen referencia a grandes fortunas y patrimonios, algunos muy cercanos al PSOE o al PP, o los propios miembros de las cúpulas de estos partidos y de los otros no saben lo que es el IRPF, ni les importa, y de toda esta subida ni se van a enterar, no tengan duda alguna.

Pero lo malo es que no sólo el gobierno central se ha puesto a subir impuestos y a sablarnos, no. Ayer me llegó a casa la carta del Ayuntamiento de Madrid para abonar el IBI, impuesto anual que pago por mi cutrepiso. El año pasado ascendió a 123 euros, y este a 137, 14 euros de más, lo que supone un incremento del 11,38%. No está mal, verdad??? Y luego llegará la tasa de la basura, y el impuesto ecológico, y la tasa por actos conyugales y/o sexuales (seguro que a alguno ya se le ha ocurrido), pero de reducir gastos, disminuir plantillas, eliminar despilfarros y dar ejemplo de austeridad, ni el Ayuntamiento de Madrid, ni el Gobierno de Murcia ni el Ministerio de Fomento.... total, lo pagamos todos......

lunes, septiembre 28, 2009

Las hijas de ZP

Seguro que los asesores y demás equipo de Moncloa se han pasado todo el fin de semana tirándose de los pelos y mentando a la madre que trajo al mundo a mucha gente, porque todas las horas de esfuerzo y sacrificio destinadas a pulir el discurso de ZP en la asamblea de la ONU, todo el esfuerzo diplomático para que esa aparición del presidente fuera aun éxito, y su encuentro con Obama un triunfo aplastante ha quedado diluida por la presencia de las hijas, de ZP, su indumentaria y el borrado o no de sus caras.

En la famosa foto, que yo tengo en la versión caras no censuradas, aparecen las dos hijas de ZP escoltando a su padre y a Obama. Lo que más revuelo ha causado, a parte de su presencia, es su atuendo. Las chicas son góticas, y se han presentado de esa guisa en la recepción que tuvo lugar en el Metropolitan de Nueva York, lo que ha sido la excusa perfecta para que surgieran chistes en Internet a las pocas horas de la publicación de las fotos en los que las chicas se esconden tras unos orcos con espadas medievales, las sitúan en el monte del destino, en Mordor, o las juntan con sus padres en un remedo de la familia Adams, bromas algunas de un gusto escaso, la verdad, y es que las chicas no tiene la culpa de nada de lo sucedido. Si quieren ser góticas, perfecto, hacen bien. Es una de las muchas tribus urbanas que circulan por la calle, con su estilo y pensamiento propio. Y la verdad es que de entre todas las existentes es la que mejor me cae, no sólo porque, no les voy a engañar, las mujeres vestidas con ese atuendo me gustan mucho (me ponen, que se diría más en plata) sino porque creo compartir algunos de los pensamientos que rondan por la cabeza de este grupo, tanto en lo referente a la visión melancólica de la vida como a la existencia de cierta oscuridad en nuestro interior y en lo que nos rodea que acaba manifestándose. También me gustan los espacios románticos del XIX, las ruinas, las tormentas y cosas asociadas a esa estética, por lo que no es justo criticar a las niñas porque así se sientan, ni lo hubiera sido de pertenecer a un grupo de “bakaladeras”, “Moods” o similar. Lo que es objetable es que sus padres, para una foto oficial, les hayan dejado vestirse como si el acto del Metropolitan fuese una fiesta social particular, y no un encuentro público con jefes de estado y de gobierno, y fotografiarse con Obama fuera como hacerlo con Bruce Springsteen o, más cercano a las chicas, Marilyn Manson. No, aquí la culpa es de los padres, que las han permitido salir así. Otra opción posible era que las chicas fuesen con ese atuendo y no participasen en la foto oficial, que recordemos la saca y publicita la Secretaría de Estado Norteamericana, por lo que en principio no está bajo el control de Moncloa ni de la delegación de ningún otro país visitante. Se sacan al foto los dos matrimonios y las chicas, si es su ilusión, se sacan una foto con Obama privadamente, que es gestionada por ellas o en su caso el séquito de ZP, y no hay problema alguno.

El resultado final, que seguramente a Berlanga le estará proporcionando horas de carcajadas sin fin, es el resultado de una bisoñez e ingenuidad que raya la inconsciencia por parte de ZP y de sus asesores. Lo malo es que al final el pato lo pagan las chicas, cuyo rostro ya es público, cosas que tiene Internet, y que han tenido un estreno mediático tan sonado como grotesco. De lo malo malo este episodio ha servido para que los góticos reivindiquen su presencia pública y consigan más espacio en los medios de lo que lo han logrado en su vida. Algo así como la luz que se esconde bajo nuestra oscuridad interior.

viernes, septiembre 25, 2009

¿A qué suenan nuestras ciudades?

Hoy en día, a una sola cosa. Coches. El tráfico lo absorbe todo, lo invade y llena el espacio de un ruido enorme, que se prolonga como un murmullo de fondo durante todo el día hasta más allá de los límites de nuestras urbes. Vivimos bajo un manto de ruido que nos es familiar, y no debería ser así, porque hace apenas un siglo que empezó la mecanización. Antes, sin coches, y sin luz para los altavoces, cuáles eran los sonidos que dominaban en los pueblos y ciudades? Los gritos de la gente, las trompetas de los anunciantes, el agua de los ríos y la fuentes..... y las campanas.

Hay muchos campanarios en el mundo, y todos ellos suenan, aunque algunos ay ni se oyen. El de la Puerta del Sol de Madrid, por ejemplo, no es muy bonito, y casi es inaudible, y en Nochevieja ni les cuento. El Big Ben de Londres se oye bien, y suena como en las películas, y en pueblos como Elorrio las campanas de la torre de la Iglesia se siguen oyendo bien, aunque cada vez menos al aumentar el rumor de fondo del tráfico (menos mal que aún las voltean el Sábado a las 14:00 y entonces sí que se oyen). En Roma el tráfico es horroroso, caótico y aún más ruidoso que en España, pero gracias a que el centro histórico tiene calles tan estrechas son más las motos que los coches los que se mueven en su interior, y la abundancia de iglesias, linternas y campanarios hace que las horas en punto sean un festival de “gongs”, “clins” y demás golpes de badajo. Hay campanarios románicos preciosos, como el de Santa María in Cosmedin o el de San Francesca romana, y curiosamente el Vaticano no exhibe unas campanas acordes al resto del edificio. La de las horas, sita en la parte superior izquierda de su fachada, vista de frente, se oye, pero no demasiado. El campanario más alto de toda la ciudad es el de Santa María la Mayor, la más interesante de las cuatro grandes basílicas (ella, el Vaticano, San Juán de Letrán y San Pablo extramuros) y la única de ellas en la que se respira un aire de ser más una iglesia que un museo para turistas. La preciosa torre románica de campanas se eleva sin llegar a tocar los ochenta metros, pero es inmensa, y acabada en un tejado respingón a cuatro aguas similar al campanile de Venecia. Bien, pues mi primera noche llegué a la plaza trasera de la iglesia, a la que da la torre, a casi a las 21:00, y las campanas del reloj dieron la hora. Correctas, audibles, pero en franca lucha por sobreponerse al tráfico que rodea la iglesia sin piedad alguna. Como hacía calor bebí un poco de la fuente sita junto a la columna conmemorativa que remata la plaza, que trata de enfrentarse de tú a tú al campanario de la iglesia, y me senté un rato a descansar. Y a los dos minutos más o menos se oyó una campana solitaria, grave, que poco a poco empezó a sonar, primero con golpes de frecuencia similar al horario, y luego acompasados en grupos de dos, algo así como un Bong-Bong... Bong-Bong, etc, con un tono gravísimo, que retumbaba en toda la plaza, y por primera vez en mucho tiempo empecé a oír a una campana que lograba tapar el tráfico que no dejaba de circular. En ese campanario había algo antiguo, probablemente enorme, y que más que anunciar el comienzo de la noche o alguna festividad trataba de sobreponerse a la modernidad, de hacerse notar en medio del caos, de sacar la cabeza frente a lo que le rodeaba y agobiaba... y lo lograba.

Y yo allí, embobado, mirando a un campanario que sin iluminación apenas se distinguí en medio de la oscuridad, no dejaba de maravillarme, y, no me va vergüenza decirlo, emocionarme. Era un sonido precioso, enorme, poderoso.... El repique duró algo mas de dos minutos y a partir de ahí las campanas ya no sonaban hasta la mañana siguiente. Y todas las noches de estas vacaciones, estuviera donde estuviese, cogía un autobús, o corría lo que fuese necesario para lograr llegar a Santa María la Mayor a las 21:00, sentarme junto a la columna y la fuente, y prepararme para oír el espectáculo que manaba de ese soberbio campanario, una de las cosas más puras y bellas que he oído, mejor sentido, en todo el viaje.

jueves, septiembre 24, 2009

Il ritorno....

Volver de vacaciones siempre es costoso, creo que no tanto por el hecho de regresar a casa, sino por el de abandonar el sitio que uno ha visitado, y dejar atrás físicamente las experiencias vividas. Tras pasar seis días de vacaciones en Roma empiezo a entender porque Audrey Hepburn y Gregory Peck se lo pasaron tan bien como parece en al película, y es que Roma ciudad es un lugar hecho para el deleite visual, el placer estético y, pese a sus defectos, que los posee, es algo mágico, y seguro que aquello que llene estas líneas y han estado allí comparten este juicio.

Roma es un museo, vivo y abigarrado, pero un museo. Cuando uno pasea por sus plazas, callejuelas, esquinas o avenidas tiene la sensación de que en cualquier momento van a aparecer unos torniquetes y unos guardias de seguridad, de esos que te saludan cuando abandonas un parque temático. Es un museo de piedra, en el que el mármol, el travertino y otros materiales han sido llevados a un grado de belleza y grandiosidad difícil de expresar. Es un museo de historia, porque no en vano el recuerdo del pasado romano es uno de sus mayores atractivos, y no decepciona, sino todo lo contrario. Soy amante de los rascacielos, y aún así el Coliseo y los foros imperiales anexos me parecen gigantescos, y más si contamos que tiene cerca de dos mil años a sus espaldas. Es un museo vegetal, en el que el pino mediterráneo y el ciprés dominan bosques, avenidas y parques, formando una estampa en al que sólo falta el mar, y en lugares como los alrededores del foro esos árboles se integran tanto con las ruinas que parecen haber sido puestos ahí a propósito, dando sombra a los recuerdos del pasado, cuidándolos y protegiéndolos de la lluvia y otras inclemencias, y alfombrando el paso del visitante de su hojas, esas púas verdes que por todas partes se ven. Es también Roma un museo religioso, como capital del cristianismo, en el que a cada paso aparece una iglesia, y en la que campanarios, fachadas, cúpulas, girolas y cruces parecen competir por ser la primera en llegar al cielo prometido. En este caso vista una iglesia no vistas todas, porque pese a ser el barroco el estilo dominante se puede hacer un seguimiento del arte religioso desde sus más tempranas manifestaciones, con unos mosaicos delicados y brillantes, hasta el éxtasis desbordante en volumen y grandiosidad, aunque no de trascendencia, del Vaticano. Y Roma también es un museo de calles y plazas vivas, de esquinas románticas, de muchos lugares decadentes, donde palacios que en su día tuvieron gloria ahora lucen oscuros y ajados, a veces cubiertos por una hiedra que les da un aire romántico pero que no oculta su abandono, pero en cada paso puede el visitante descubrir un resto de bellaza, un revoque en la pared, una escultura, una inscripción, un resto romano usado en el medioevo como refuerzo y parcialmente mostrado en la casa renacentista que finalmente acabó usándolo. Uno debe tener cuidado si no quiere acabar saturado de belleza, desbordado por la grandiosidad de los monumentos y de los detalles, arrastrado por la fuerza de una arquitectura que parece desmadrarse, en la que las columnas y capiteles han crecido a modo de bosque salvaje, con un control humano, pero que el visitante a veces no logra adivinar.

Tres lugares que me han parecido fascinantes, y sí, salen en las guías, pero es que son bellos. Uno es la plaza del Campidoglio, diseñada por Miquel Ángel, donde se encuentran los museos capitolinos, pequeña, acogedora y de una belleza embriagadora. Otra es la plaza de la rotonda, con el Panteón, el templo romano mejor conservado, y que con su cúpula agujereada es uno de los edificios más impresionantes que he visto en mi vida, quizás el mejor de la ciudad, y el tercero es la plaza sita tras la soberbia iglesia de Santa María la Mayor, al lado de mi hotel. Árida, rodeada de tráfico ruidoso, en ella descubrí una cosa la primera noche que ha sido tradición obligatoria todos los días del viaje, pero eso mejor se lo dejo para mañana.

miércoles, septiembre 16, 2009

Pedro Solbes Mira

Ayer Zapatero se refirió a la marcha de su escaño de Pedro Solbes recordando que seguirá oyendo sus consejos y diciendo que “debemos dejarle descansar”. Por el tono en el que lo hizo y la forma en la que Solbes ha dejado el Congreso sólo le falto acabar la frase con un “en paz”, rematando así un comentario que sonaba a obituario de alguien que se ha sacrificado por el presidente de una manera que es difícil de imaginar y que, como reconocimiento público, recibió unas palabras forzadas a preguntas de los periodistas. Sino, ni eso.

Cuando alguien se muere todo el mundo olvida sus errores y loa sus aciertos, y algo así ha sucedido con el fallecimiento político de Solbes. Asaetado por la oposición y los medios hasta el día en el que dejó el gobierno, el ex ministro lleva dos días recibiendo alabanzas de donde quizás nunca las iba a esperar, y curiosamente silencios ominosos y vergonzantes desde sus propias filas. ¿Ha sido Solbes un buen ministro de economía? Depende, como siempre. Es innegable que esta crisis que vivimos ha sido su fracaso, y que durante más de un año se negó, o le obligaron a negarse, a reconocer lo que se venía encima. Dicen que se va para no votar los presupuestos del año que viene, que son irreales e imposibles, pero los dos últimos que firmó también eran falsos, y puso su rúbrica en algo que no sabía, movido seguramente por un sentido de lealtad hacia unos superiores que abusaron de su persona. Solbes no debiera haberse presentado a las elecciones de 2008. Sabía mejor que nadie cómo nos encontraríamos en este momento, y después de ver como su política de rigor y sobriedad era golpeada por todos los flancos, de enterarse en el Congreso, junto al resto, de medidas populistas como las del cheque bebe o los 400 euros y de, en definitiva, sentir que las riendas de la política económica no se diseñaban en Alcalá, su “casa” sino en el gabinete económico de presidencia en Moncloa, su única opción coherente y responsable consigo mismo era marcharse. Se batió el tipo con Pizarro en un debate en el que arrasó al representante popular, tras lo que fue aupado por los socialistas al olimpo, pero en ese debate mintió, y lo hizo a sabiendas. En su haber hay que contar que es una persona seria, formal, predecible y aburrida, y eso son cualidades que deben abundar en un Ministro de Economía. Su conocimiento de la materia está fuera de toda duda, y los años que pasó en Bruselas mostró un rigor y sapiencia fuera de lo común. Sin embargo el no retirarse a tiempo ha enfangado su figura y ahora se ha ido por la puerta de atrás, como nunca debía hacerlo un servidor público como él que, más allá de sus aciertos y errores, ha sido un ejemplo de sobriedad, austeridad, comportamiento personal ético y educado, cosa que cada vez escasea más en el Congreso y en la calle. Así de agradecida es la política en España con sus siervos..........

Mañana, Jueves 17, me voy seis días de vacaciones a Roma, a pasear entre pedruscos, deambular por sus calles y plazas, no tratar de buscar a Audrey Hepburn en sus cafeterías pero sí admirar la ciudad y los monumentos y paisajes que ofrece, a pesar del pronóstico de lluvia. Si no sucede nada raro el Jueves 24 volveré a este maravilloso hueco que Internet nos ofrece para opinar, pensar, hablar, reflexionar, pasar el rato.... casi como unas vacaciones diarias. Disfruten mucho y sean felices, y abríguense, que el otoño ya está aquí.

martes, septiembre 15, 2009

Lehman brothers, que estás en el cielo....

Hoy es el aniversario de la caída de Lehman Brothers, el que hasta ese momento era el cuarto banco de inversión de Estados Unidos, cuyo derrumbe puso la crisis internacional en boca de todos, generó pánico financiero y mostró esas imágenes de empleados multiétnicos portando cajas de cartón en las que empaquetaban sus pertenencias personales para llevárselas del edificio desde el que dominaban el mundo de las finanzas y el poder. Todo un símbolo derruido, y si Lehman caía, quién estaba a salvo?????

Llevo varios días oyendo en televisiones y otros medios que la quiebra de Lehman provocó la crisis financiera, y no dejo de salir de mi asombro cada vez que una bella presentadora repite ese discurso. Lehman cayó porque estaba quebrado, porque la crisis, ese desastre que empezó en Estado Unidos en verano de 2007 (hace dos años) y que llego a España a finales de 2007 (y no me he equivocado de año) fue lo que descompuso el balance de Lehman. Lo que fue diferente en ese caso es que todo el mundo daba por descontado que las autoridades norteamericanas se iban a apiadar de los “hermanos” y salvarlos como antes habían hecho con Bearn Stern, el quinto banco de inversión. Para los curiosos, el Tercero es
Merrill Lynch, el segundo es Morgan Stanley y el primero es Goldman Sachs. En este caso no sucedió lo mismo, y el tinglado se derrumbó. No hay suficiente perspectiva para analizar lo que sucedió en ese momento y sus implicaciones con la información y reposo necesario, pero me aventuro a afirmar que, esto es polémico, dejar caer a Lehman fue una decisión correcta. Principalmente porque logró poner en las portadas de los periódicos el desastre financiero que ya existía, que estaba larvado, y que reventó esa noche. Si se hubiera salvado a Lehman es casi seguro que otra entidad hubiera ido detrás de ella y al final alguna hubiese caído como el banco hermanado. La vorágine organizada en esas fechas y posteriores contribuyo a que mucha gente se diera cuenta de la gravedad del problema y se empezase a actuar, tanto por parte de los gobiernos y sus planes de estímulo como por los Bancos Centrales y su política monetaria kamikaze. Podemos ver a Lehman como la cabeza de truco que era necesario cortar en la plaza pública para que muchos otros se salvasen en las sombras. Un año después muchas cosas han cambiado, la principal es que somos más pobres y hay más parados, pero otras costumbres, como la de la titulización de activos dudosos, el cobro de primas exageradas en base a unos resultados ficticios, la contabilidad artificial de las entidades financieras y el crecimiento de la bolsa sin ninguna base lógica permanecen como señales de que los problemas de entonces siguen, en muchos casos, enquistados. Las hipotecas no se acaban de vender, sus títulos asociados poseen un valor fantasmagórico y los bancos, que tanto pecho sacan en todas partes, siguen siendo, en mi opinión, gigantes con pies de barro. Algo hemos aprendido de Lehman, pero no lo suficiente.

Además, para salvar al sistema financiero hemos logrado que la deuda de las administraciones públicas se eleve a niveles de infarto, 10% en esta España torturada por la crisis, que costará años reconducir, y el desempleo no deja de aumentar. ¿Hemos superado la crisis como afirman los medios de comunicación, portavoces en muchos casos de gobiernos desnortados y sin ideas? No, hemos parado un primer embate, con unos daños muy graves y dolorosos en nuestras estructuras pero, haciendo un ripio fácil, sospecho que a no tardar otros vendrán que a Lehman pequeño harán.

lunes, septiembre 14, 2009

Por el interés.....

Este pasado Viernes Hugo Chávez se paseó por Madrid, en medio de gritos y alabanzas, coros de aduladores y defensores de los derechos civiles venezolanos que aprovecharon la oportunidad que les brinda una calle libre en España para decir lo que en Caracas les puede costar la cárcel o cosas peores. Entre otras cosas, Chávez se dio un paseo por la gran Vía, entró en las sede central de La Casa del Libro, donde he estado cientos de veces, y se compró unos cuantos volúmenes, uno de ellos “El Capitalismo Funeral” de Vicente Verdú, que exhibió como una bandera a la salida del establecimiento.

Si se fijan ustedes en las imágenes del paseo, Chávez aparece todo el tiempo acompañado de un señor calvo y con gafas, sonriente, que le sigue y responde a las gracias del dictador con sonrisas y gestos cariñosos. Este hombre se llama Antonio Brufau, presidente de Repsol YPF, y el motivo de tanta gracia es que las concesiones que Repsol posee en Venezuela han encontrado una enorme bolsa de gas que puede abastecer parte del consumo español, y cuya explotación supondrá grandes beneficios para la petrolera española y, como no, el gobierno del propio Chávez. Hay
un diálogo antológico en El País, publicado el pasado Sábado, en el que Chávez y Brufau compadrean y debaten como colegas de toda al vida el cómo repartirse el yacimiento, escena en la que de haberse colado un loro con un parche en el ojo sería digna de cualquier película de piratas, de esas en las que los compinches se juntan delante del cofre de monedas y discuten como llevarse cada uno la mejor parte posible. Lo del Viernes fue un espectáculo mafioso indecente a más no poder. Fue otro ejemplo, enorme y en castellano, de hasta que punto los gobiernos e intereses occidentales se pliegan (nos plegamos) ante las dictaduras que, repletas de recursos naturales, los usan para satisfacer sus ansias de poder y mantener así a la población de los países originarios cautiva y sometida a sus brutales regímenes. La gira de Chávez por Europa ha consistido en la firma de enormes contratos de suministro de armamentos, principalmente por parte de Francia y Rusia, a pagar todos ellos con dinero que Europa proporciona a Venezuela a cambio de sus recursos de petróleo y gas. No se engañen, en muchos aspectos Chávez y otros de su calaña como Ahmadineyad nos tienen cogidos por nuestras queridas partes y a veces aprietan para demostrar quien manda aquí. Sin petróleo y gas Chávez sólo sería un patético payaso que daría pena, y es probable que, de llegar al poder, poco tiempo hubiera permanecido allí, pero el dinero que le proporcionan los pozos blanquea su dictadura y el permite asistir como invitado de honor al festival de cine de Venecia, algo vergonzoso, en medio del aplauso de los curiosos y los elogios de vendidos a su dinero, como Óliver Stone, cuya cuenta corriente habrá engordado con creces a la par que su compromiso por la revolución bolivariana, y su amor al dictador se habrá hermanado con su adoración a los fajos de dólares que este le regala por rodar panfletos hagiográficos.

Y el caso es que el espectáculo se repite, porque hace dos semanas se tuvo constancia de que la liberación del terrorista libio retenido por el atentado de Lokerbie por parte del gobierno de Inglaterra no tuvo el carácter humanitario que se vendió,
sino que respondía a una negociación entre Downing Street y el gobierno de Gadaffi por la que, a cambio de la liberación, British Petroleum se hacía con contratos de explotación petrolífera en la zona. En fin, que a veces la realidad es tan oscura, sucia y mugrienta como el maldito petróleo, que parece que todo lo inunda, pringa y pudre. Qué duro es admitir que el mundo funciona así, verdad??

viernes, septiembre 11, 2009

Ocho años

Hoy es 11 de septiembre de 2009. Se cumplen ocho años desde que los salvajes atentados de Al Queda destruyeron las Torres Gemelas del WTC de Nueva York, asesinando a cerca de tres mil personas, elevando hasta donde era aún inimaginable la capacidad de destrucción, degradación y salvajismo del ser humano.

Recordemos a las víctimas, y no olvidemos lo sucedido.

Una manera de hacerlo puede ser visitar la web del memorial y museo del 11S que se construye en la red

jueves, septiembre 10, 2009

Un misterio de verdad

Quizás tema alguno que hoy hable del bate que tuvo ayer lugar en el Congreso sobre la crisis, pero no, porque sólo dejo en evidencia la nulidad de quienes nos gobiernan, la vacuidad de quienes se les oponen, y la falta de liderazgo generalizado en medio de la que está cayendo. Así que vamos con algo más interesante y misterioso, terrenal, mejor acuático, pero que supera en intriga a las patochadas de los programas sobre abducciones, apariciones y demás cuentos chinos. Piratas, barcos desaparecidos, y oscuros intereses internacionales nos esperan.

Hace unas semanas un carguero de bandera finlandesa y tripulación rusa llamado “Artic Sea” que transportaba maderas, desapreció mientras navegaba por el mar del norte rumbo al sur. El Báltico o el Canal de la Mancha son sitios que uno no asocia con la piratería que hace muy peligrosas las aguas de mares como el Índico, y sino dense una vuelta por Somalia. Así, el nerviosismo y los rumores aumentaron hasta que al cabo de unos días el barco fue descubierto cerca de las costas del Golfo de Guinea, en África, con su carga intacta y la tripulación sana y salva. ¿Qué había sucedido allí? ¿Quiénes fueron los piratas? ¿Llegó el inefable Íker Jiménez con un OVNi desde Alderaan y lo abdujo con hélices y todo? La cuestión es que intenté algunos días indagar por la web sobre lo que había sucedido, pero no encontré nada. Delincuencia ordinaria con métodos extraños y en un lugar desacostumbrado, pensaba, pero mira por donde la noticia reflotó nunca mejor dicho, hace unas jornadas, cuando el periodista ruso que denunció la desaparición del barco huyó de su país. Que un periodista ruso sea amenazado en Rusia es tan habitual como que un periodista español no pueda preguntar en las ruedas de prensa españolas, pero es que el periodista ruso ha relatado una historia que deja en mantillas a los libros e espías y al OVNi de Jiménez. Cuenta ese periodista que el barco, cuya ruta original era Finlandia Argelia, era una tapadera, que bajo las maderas que llevaba como carga se escondía un cargamento de armas de contrabando para Irán, provenientes de Rusia, y que los asaltantes del barco fueron un grupo de élite del Mosad, el servicio secreto israelí, que se habían enterado de la operación de transporte y decidieron impedirla, tomando el control del barco, desviándolo de su ruta y quién sabe si destruyendo las armas o arrojándolas simplemente al fondo del Atlántico. Relata esta noticia que fuentes rusas posteriormente llegaron a detallar el armamento que podía estar en ese barco, hablándose de lanzaderas de misiles, cohetes en incluso material para su uso en bombas nucleares. Vamos, que de ser así los rusos estarían suministrando a Irán tecnología militar de vanguardia cuyos fines no suelen ser pacíficos ni tranquilizadores, saltándose de paso un montón den normativas internacionales al respecto y contribuyendo a aumentar el peligro que supone, y no deja de crecer, al capacidad nuclear iraní. ¿Qué ha hecho el gobierno ruso ante semejantes rumores y acusaciones encubiertas? Nada, que se sepa. Quizás haya abierto una de esas investigaciones que se quedan en la nada, o puede que en el futuro el periodista delator aparezca muerto en alguna capital europea víctima de Polonio, u otra cosa rara que, sospechosamente, algún miembro del ex-KGB puso en su mesa. No sería la primera vez.

Lo cierto es que si uno coge las piezas y trata de montar el puzzle la historia es verosímil, y encaja, y da para que muchos guionistas elaboren películas y serie sobre el al asalto al barco. “Operación Artic Sea” o “Abordaje preventivo” podían rodarse con el cada vez peor Nicolas Cage como protagonista de ambas. A mi, la verdad, me interesaría más un reportaje periodístico que contuviera una entrevista con alguno de los tripulantes y que contase su experiencia de esos días de verano a bordo del barco. Seguro que el relato, quizás comparable al episodio de la “Bounty”, no tenía desperdicio.

miércoles, septiembre 09, 2009

El coche eléctrico

Ayer tuvo lugar en la explanada del complejo en el que trabajo la presentación del Plan Movele, siglas del MOVilidad ELÉctrica, un proyecto piloto que comandado por el Ministerio de Industria, y en colaboración con los ayuntamientos, trata de hacer real la presencia de coches eléctricos en las calles de nuestras ciudades, todo ello envuelto en el ecologismo y la necesidad de ahorrar vía reducción de las importaciones de petróleo. En el acto de presentación estuvieron el Ministro de Industria, Miguel Sebastián, y los alcaldes de Madrid, Barcelona y Sevilla, primeras ciudades que se suman a este proyecto.

Aunque cargado de voluntarismo, este plan adolece de problemas técnicos y estratégicos que pueden llevarle al fracaso. Los coches que ayer se presentaron son caros, por encima de los 15.000 euros, pequeños y, al estar dotados únicamente de baterías, dependen de las recargas que se deben hacer cuando su autonomía, ligeramente superior a los 100 kilómetros, se acaba. A mi modo de ver son prototipos experimentales, no proyectos comerciales de coches para ser comprados y usados por el ciudadano corriente. El coche eléctrico es limpio, sí... pero en el lugar en el que funciona, y no tiene porque serlo en el punto en el que se produce la electricidad que lo pone en marcha. Eliminaría la contaminación de las ciudades, cosa que urge hacer cuanto antes, pero piénsese la producción de electricidad necesaria para abastecer un parque de millones de coches que se recargan todos los días. ¿Cómo la producimos? ¿Con petróleo? ¿energía nuclear? Volvemos a un debate sobre recursos y producción. Además es necesario crear una red de puestos de abastecimiento, unas “electroneras”, donde recargar los coches, y eso costará mucho tiempo y esfuerzo. Piense el lector que cuando se sube al coche lo hace al final de una enorme cadena industrial y de servicios que soporta el que pueda girar la llave y empiece a moverse, y eso incluye desde las fábricas de coches hasta los superpetroleros que se mueven por el mundo cargados de crudo, habiendo en medio millones de personas trabajando en industrias relacionadas (extracción, refino, logística, distribución, etc) Sea cual sea la solución al motor de combustión interna, y hay que implantarla para dejar de quemar petróleo, costará muchos años, esfuerzos e inversiones el que sea rentable y operativa. En mi opinión la única alternativa real que puede llegar a suplir al petróleo es el hidrógeno. Se crea usando electricidad para disolver la molécula de agua y, puesto en un vehículo adaptado, se produce el camino inverso, generando electricidad, que es la que mueve el motor del coche, y produciendo como residuo agua. Si se fijan nuevamente tenemos que gastar electricidad para producir el hidrógeno libre, que no está a nuestra disposición en la atmósfera. Si esa producción es limpia entonces los coches y toda esa industria lo serán. Sino volveremos a estar en un proceso de traslado del punto de la emisión de CO2 desde la ciudad a la planta de producción de hidrógeno. La ventaja inicial de este proceso es que todos los países tienen agua, y por ello pueden llegar a ser energéticamente independientes si se logra producir el hidrógeno de una manera limpia.

Como en todo caso el proceso sería a muy largo plazo, una primera prueba real de implantación pudiera ser la de sustituir los autobuses urbanos de una ciudad (¿por qué no Madrid, Bilbao, Barcelona?) por autobuses hidrogenados, alimentados por la planta de producción de hidrógeno municipal correspondiente. Como los vehículos públicos “duermen” en hangares fijos, que es donde repostan, no es necesario crear inicialmente esa red de “hidrogeneras”, disminuyen así algo los costes, y puede servir como experiencia práctica para evaluar el proceso de producción del combustible a una escala real y su uso práctico. ¿Sería posible? ¿rentable? Así empezaron las fábricas de gas del siglo XIX, ¿por qué no empezar a crear las fábricas de hidrógeno del siglo XXI?

martes, septiembre 08, 2009

Venga, quememos a la poli...

Pozuelo de Alarcón es una localidad sita al suroeste de Madrid, más o menos al otro lado de la casa de campo, y se compone de un pequeño núcleo urbano y de montones de colonias de chalets y adosados en las que vive un montón de gente pudiente, que la colocan en las primeras posiciones en lo que hace a renta per cápita de toda España. Una sucesión de piscinas, jardines, casitas y cercados que algunos imaginarían como el paradigma de la calidad de vida y de la riqueza. Un lugar idílico, y una población envidiada por su riqueza por muchas otras de la Comunidad de Madrid.

Pues bien, en este escenario peliculero se produjeron el pasado Sábado unas escenas dignas de la Kale Borroka que se da en los pueblos del País Vasco o en los degradados suburbios de París, sólo que en el caso de Pozuelo ni las imágenes revelan pintadas etarras ni la cartelería habitual ni los agresores parecían unos negros abandonados a su suerte por la sociedad.
Las imágenes grabadas por algunos de los presentes muestran la dureza del ataque contra las unidades de la policía, y la voz de algún gilipollas, por no llamarlo de otra manera, que se mofa de los agentes del orden mientras esto son asaetados a botellazos y piedras. Un botellón, en el que muchos de los participantes seguro que ganaban más dinero que un agente de la policía, degeneró en una batalla campal que se ha saldado con varios policías heridos, alguno de ellos graves, coches policiales quemados, destrozos abundantes en el mobiliario urbano y un pseudointento de asalto de la comisaría de la policía del pueblo. Más de diez mayores de edad fueron detenidos pero ayer se les puso en libertad por no poder demostrar de manera fehaciente su estancia en el lugar de los hechos. Lo que el Domingo era una noticia pequeña, minimizada por los medios, ayer se convirtió en el relato de una noche de horror en la que la peor cara de esta cutre sociedad que estamos construyendo salía a relucir por todas partes. Esa voz en off del vídeo es la de un joven borracho, irresponsable, para el que la autoridad no significa nada, al que seguramente nunca, ni en casa ni en el colegio le han dicho NO a nada, al que le han enseñado que con dinero se compra todo y que los papelitos de colores que son los euros son su pasaporte a la felicidad, sin otra cosa por la que preocuparse. Esa voz en off es la muestra de un fracaso social, de padres, educadores, escuelas, gobiernos, etc, pero esta bonita distribución de culpas no puede obviar que el culpable de quemar un coche de policía es el que quema el coche de policía. Tautológico, estúpido, pero hay que repetirlo. Algunos de los imbéciles que el Sábado casi matan a los agentes del orden debieran pasar una temporada en al cárcel, acusados de tentativa de homicidio, y ellos y sus padres debieran pagar los desperfectos causados al patrimonio del pueblo y de las fuerzas de seguridad. Supongo que ahora se empezarán a oír mensajes de comprensión, de “pobres, si no tienen la culpa de lo que han hecho”, “lo importante es educar” y demás. Y serán mensajes bien intencionados y probablemente con toda la razón, pero la primera cosa que deben aprender estos chicos, su primera lección educativa, es la de el que la hace la paga.

Hoy algunos de los testigos cuentan, eufóricos, que la noche del Sábado fue la más divertida del año, y se quedan tan tranquilos. Y sus padres no se lo harán mirar, y algunos mirarán para otro lado mientras que las voces que, como la mía, pidan orden y seriedad serán tachadas por muchos de carcas, conservadores y reaccionarios (o cosas peores). El País Vasco es un buen ejemplo de a donde se puede llegar a través de la banalización de la violencia, su aliento, su jaleo e incluso orgullo. Lo que costará recuperar las calles de Euskadi como para que ahora esas ordas de salvajes se adueñen del resto. Vergonzoso.

lunes, septiembre 07, 2009

Aceras

Ruido, polvo, destrozos, jaleo, tractores arriba y abajo, obreros deambulantes, losas, tuberías, vallas, zanjas, excavadoras chirriantes, apisonadoras, asfalto, piedras diseminadas, baches, sitios donde pisar y hacerse un esguince, pasarelas provisionales, desvíos alternativos, pintura naranja en el suelo, tablones de madera, tuercas, tornillos, andamios, yeso, rodaduras de camiones, carretillas, taladros, picos y palas, ruidos incesantes, martilleos, suciedad, baldosines y placas metálicas de publicidad.

Este es el paisaje de media España. Gracias al Plan E todos los pueblos poseen uno o más barrios asediados por las obras que se desarrollan frenéticamente, sin un fin concreto salvo el de dar trabajo a quienes las realizan. Quizás esa sea la causa de que vayan tan despacio, y de que podamos ver a algunos de los trabajadores día sí y día también mirando al tendido sin trabajar en excesos, quizás porque ellos sean de los primeros en saber de la inutilidad práctica de las obras que realizan y porque están contentos por recibir un ingreso por ello. Una ciudad como Madrid, donde en el emblema del ayuntamiento acabarán poniendo una zanja entre el oso y el madroño, donde habitualmente lo de las obras es un suplicio continuo, se ha convertido este verano en una auténtica vergüenza. Por poner sólo un lugar emblemático, pero créanme que hay donde escoger, Sol y su entorno, que en los siete años que llevo viviendo aquí nunca he conocido sin obras, ha estado completamente vallado. Pasillos de dos metros de ancho donde se arracimaban paseantes y foráneos eran la tarjeta de presentación de una ciudad en permanente estado de reforma. Y así año tras año, y todo para cambiar las losas del suelo por otras de otro modelo, tipo y forma, que seguramente serán arrancadas dentro de un año para poner otras que sean distintas, sirvan para lo mismo, pero que sin duda serán más caras. Por no irnos sólo a grandes ciudades, en Elorrio (les suena el pueblo? Han hecho una pseudorotonda a la entrada, y la llamo así porque está justo a la entrada del pueblo, y de sus cuatro brazos uno de ellos no da a ninguna parte, porque no está hecha la carretera que continua ese cruce. En otro extremo del pueblo llevan dos meses reurbanizando una calle, con molestias enormes para los vecinos, y sin dar un palo al agua durante todo el mes de Agosto, en el que el pueblo se vacía, hay poco tráfico, y las molestias son menores. Sospecho que con al vuelta de septiembre, y las fiestas locales, el caos en la zona de Ibarra será digno de verse. Y así cada uno podría comentar su experiencia en su pueblo ciudad, de obras innecesarias, inútiles, hechas de mala manera y sin planificación, con urgencia, en uno de los mayores ejemplos de derroche de dinero público y de antisostenibilidad (perdón por el palabro) que he visto en mi vida. Ahora que se quiere hacer todo sostenible por ley, y sigo sin saber que quiere decir el gobierno con ese nuevo eslogan de marketing, las vallas del Plan E muestran a las claras lo que ha sido la economía de este país durante años. Obras, obras y más obras, y de esos polvos vienen estos lodos, nunca mejor dicho.

Pero esto no es lo peor.
Contaba este Sábado Antonio Muñoz Molina, de manera magistral como siempre, la impresión que le producía volver a su Úbeda natal y encontrársela llena de obras inútiles, sin sentido (las plazas duras de los cojoxxxx en medio de este secarral de país) que lo único que hacen es destrozar un entorno que él conoce desde su infancia y que la avaricia sin fin de ayuntamientos catetos pero ávidos de dinero, políticos irresponsables y constructoras codiciosas han convertido en remedos de postal, pero muertos de vida e historia. Léanle a él, y díganme si no están de acuerdo, si, lamentablemente, no les suena.

viernes, septiembre 04, 2009

La batalla del paso de Sabzak

Ayer por la tarde se supo que a lo largo de la jornada se desató un enfrentamiento, moderna manera de denominar a batalla, entre las tropas españolas apostadas en Afganistán y los talibanes, que se saldó con un balance de trece talibanes muertos por ninguna baja en el contingente nacional. Los españoles fueron atacados por los talibanes en el paso de Sabzak, respondieron a tiros, solicitaron la ayuda de helicópteros de ataque italianos, sitos en las proximidades, y a lo largo de varias horas hubo un cruce constante de disparos entre la posición aliada y los talibanes, que finalmente fueron derrotados.

Este pasado Martes 1 de septiembre se cumplió el setenta aniversario del inicio de la Segunda Guerra Mundial, la mayor catástrofe de la historia de la humanidad, que se llevó sesenta millones de muertos y duró hasta Agosto de 1945, unos seis años más o menos. Pues cuando queda una semana exacta para el octavo aniversario de la caída de las torres gemelas, del fatídico 11S, la guerra de Afganistán se acercará a finales de año a su mismo octavo cumpleaños, y si en seis los aliados pudimos derrotar al fascismo encarnado por Alemania, Italia y Japón, lo cierto es que en ocho años los occidentales nos hemos empantanado (y mira que es difícil porque no llueve nada) en las arenas afganas. El grueso de los combates, y de las bajas, lo llevan los soldados norteamericanos y británicos, porque el resto de cuerpos extranjeros, incluidos los españoles, permanecen confinados en sus bases, realizando más ejercicios de autoprotección y salvaguarda de sus propias vidas que labores sobre el terreno. De unos pocos años hacia aquí el movimiento talibán se ha reforzado notablemente, al frontera entre Afganistán y Pakistán se ha diluido del todo, permitiendo el paso en ambos sentidos de combatientes, armas y provisiones, y la zona amenaza con convertirse en un agujero negro del que nada puede salir. Las elecciones realizadas recientemente, que probablemente sean la primera vuelta dado que Karzai no parece que pueda alcanzar el 50% de los votos, han mostrado imágenes duras, con mujeres cubiertas, mejor, encarceladas, con burkas como en los noventa, y grupos talibanes asaltando colegios y mutilando electores. Me pareció especialmente sangrante la imagen de un comando talibán que retuvo a algunos votantes a la vuelta del colegio donde habían votado, detectando este ejercicio por la mancha de tinta en sus dedos, cómo esos ciudadanos fueron puestos de rodillas en el polvo de una carretera, y como los talibanes afirmaron que no iban a ser asesinados allí mismo por que estamos en el mes de Ramadán. Así está el negocio. En su zona de actuación, las tropas españolas han protegido colegios electorales y se han encargado de la lógica de la votación, acarreando urnas, censos y papeletas, pero si exceptuamos Kabul y algunas otras ciudades grandes tengo serias dudas de cómo se han desarrollado los comicios, de si ha habido fraude o no, de cómo puede detectarse ese supuesto fraude, dado el miedo y la coacción que los talibanes imponen, y no sólo en las áreas rurales.

¿Son los militares conscientes de que el teatro afgano se desmorona? Parece que sí.
El general Stanley McChrystal, jefe de la misión de la OTAN, la ISAF, afirma que la situación en el país es seria, y que urge cambiar de estrategia si queremos que las cosas avancen hacia la normalización. En una de sus últimas guías de actuación contra la llamada insurgencia, la ISAF afirma que el conflicto se ganará convenciendo a la población, no destruyendo al enemigo. Interesante y correcto sí, pero esta táctica requiere mucho tiempo y dinero, y no estamos sobrados ni de lo uno ni de lo otro..... Esto se complica por momentos, y las tropas españolas ya empiezan a saber lo que es, de verdad, una guerra.

jueves, septiembre 03, 2009

Como un castillo de arena

Hace ya algunas semanas me pasaron un enlace en el que se veía como un edificio de viviendas de Shangai se había caído al suelo recién construido. Las fotos en detalle muestran un bloque de apartamentos de unas doce alturas, rosa y con un diseño algo hortera tumbado de lado de una manera casi perfecta, y las imágenes que muestran los pilares del edificio nos enseñan unas columnas delgadas, huecas en algunos casos, y asentadas sobre el barro y lodo de un recodo de un río, un lugar que parece poco propicio para construir salvo que sea tratado adecuadamente. Junto al edificio caído aparecen otros bloques clónicos en pie, pero de dudoso futuro visto lo visto.

Cuando vi este enlace se me ocurrieron montañas de metáforas sobre cosas que aparentemente son sólidas pero que en el fondo se mantienen en pie por poco, y que en cualquier momento se pueden derrumbar. Lo primero que pensé fue en al propia economía china, pero con el paso de las semanas creo que la imagen esa del edifico caído y los pilares embarrados se asemeja mucho más a la economía española que a cualquier otra imagen financiera, salvo que en los próximos meses, y no les extrañe, se derrumbe alguna entidad conocida, para celebrar el 15 de septiembre el primer aniversario del hundimiento de Lehman Brothers. Ayer se conoció la cifra de paro registrado en el INEM en Agosto, y esas más de 80.000 personas inscritas en ese periodo de tiempo certifican que seguimos profundizando en nuestro agujero, que el barro en el que se asientan al mayor parte de contratos y empresa de nuestro país se deshace bajo nuestros pies y que la crisis que vivimos va a ser mucho más larga de lo que no quieren vender en al televisión y otros medios. Al contrario de los tres últimos meses, en los que el registro del INEM fue descendente, no salió ayer nadie del gobierno a dar una deuda de prensa a las once de la mañana para comentar los datos. Fue Elena Salgado, en Bruselas, ya ante el asedio de los periodistas, la única alta responsable del gobierno que hizo declaraciones (Los datos los dio Maravillas Rojo, Secretaria de Estado de Empleo, funcionaria de alto rango, sí, pero nada más). De mientras Salgado decía que los próximos meses la cosa mejorará en el Congreso el PSOE le desautorizaba a ella y al Ministro de Trabajo Celestino Corbacho, que ayer decidió tomarse vacaciones y no aparecer en ninguna parte. El acuerdo del PSOE con pequeños grupos que se dicen de izquierdas extiende la ayuda de 420 euros a los que agotaron sus prestaciones a partir del 1 de Enero de este año, incrementando aún más el déficit público, poniendo otro parche subvencionador que no arregla nada y dejando claro a los que desde antes de esa fecha llevan sin cobrar nada que ya se pueden morir de asco. Este debe ser el único acuerdo social del planeta que favorece a aquellos en orden inversamente proporcional a la necesidad que poseen. En fin, una chapuza monumental que no se dice de donde va a obtener los fondos para pagarse. De mientras tanto el PP hizo algunas declaraciones vagas pero sigue más obsesos con mirarse al ombligo de los espías que con los problemas reales del país.

Ayer por la noche, oyendo tertulias y viendo debates televisivos, me daba la sensación de que, definitivamente, la crisis ha derrumbado al gobierno. Ya nadie nos rige. Los que teóricamente debieran hacerlo se dedican plenamente a garantizarse su supervivencia, poniendo parches, posando en las fotos, y mintiendo descaradamente. Cogen cuatro ladrillos y pintura y tratan de tapar las grietas que empiezan a derrumbar la economía de este país hasta un punto que no somos capaces de determinar. En la hora de la verdad, y esta lo es, miro a la clase política de este país y sólo veo fango y lodo, como en los cimientos de Shangai.

miércoles, septiembre 02, 2009

Las noches de verano

Una de las frases que más se repite en una casa por la noche es esa de “no hay nada en la tele”, que suele ser muy cierta, pero que pronunciarla no nos impide estar frente a la caja tonta horas y horas cada noche viendo cosas que, en gran parte, no nos gustan. Este problema, llamémoslo así, se agudiza en verano, tanto porque tenemos más tiempo para el ocio como por el hecho de que la programación televisiva baja a un nivel infrahumano. Si a eso le sumamos unos días en Elorrio sin TDT, es decir, sin montones de canales donde verificar que no hay nada, la cosa se pone complicada.

Para aliviar este problema existen muchas alternativas, aunque este verano en Madrid las cercena, porque si uno mueve una pestaña en casa se agota y pone a sudar. Está la alternativa de la radio, pero la mayor parte de los profesionales que la ocupan a lo largo del año también se ausentan en agosto, y el vacío lo llenan unos programas aparentemente refrescantes que, al menos a mi, no me seducen. Pero no desesperemos, siempre hay oasis a nuestro alcance, si buscamos adecuadamente.
Yo me he abonado todas las noches de agosto a Radio Clásica, porque siempre está ahí la buena música para acompañar. Tenía miedo de que con eso de las vacaciones pusieran programas raros, pero ha habido suerte, y ha tocado una reposición del un programa de 1993, titulado “Handel, eterna fuente de luz divina” producido y presentado por Sonsoles Velázquez. El título puede parecer un poco ampuloso y rimbombante, pero lo cierto es que la música de Handel es bella hasta decir basta. No es tan redonda y perfecta como la de Bach, pero posee una belleza, una simpleza y una armonía natural que es del todo punto maravillosa. Supongo que el motivo de la reposición es que este año se conmemora el 250 aniversario de la muerte del compositor, y aunque ya han transcurrido algunos años desde que el programa se hizo, cosa que se nota sobre todo en el estilo de la comentarista, más profesoral que didáctica, las piezas escogidas y las versiones seleccionadas siguen siendo hoy tan buenas y válidas como lo eran entonces. Lo único complicado del programa era lo aleatorio del horario. Sabías que a partir de las 22:30 podría empezar, pero como antes del mismo se situaban numerosas retransmisiones veraniegas de conciertos en directo es imposible saber exactamente cuantos bises van a tener, su duración completa y los aplausos y demás sucesos. Por lo general la hora de arranque era en torno a las 22:50, y a partir de allí una hora y cuarto de disfrute a través de la compleja biografía del músico, en la que uno no sólo disfruta de la música que oye, sino que aprende cosas de la Inglaterra de la época y de cómo las obras compositivas eran productos comerciales, que tenían que estrenarse, venderse y conseguir éxito entre el público para ser rentables, proporcionar ingresos al compositor, productor y músicos de la escena y así permitir nuevos estrenos y composiciones. Todo un mercado musical, sujeto a modas, vaivenes de los poderosos y demás avatares, que me sonaba muy familiar.

De hecho el muy prolífico Handel era un compositor veloz no sólo por su genialidad, que también, si no por el hecho de que en cada “temporada” tenía que presentar nuevas obras con las que agradar al público. En este sentido la fama y gloria que la música de Handel alcanzó en vida, producto del éxito y aplauso de los que pagaban la entrada para oírla, es uno de los pilares en los que se ha sustentado su pervivencia hasta nuestros días. Oímos oratorios y piezas con solemnidad cuando eran vistos en su tiempo como música popular, a veces incluso de populacho, y no deja de ser conmovedor que hayan sobrevivido hasta hoy y sigan cosechando la aprobación de los que las oyen.