miércoles, julio 11, 2012

Las 32 condiciones de la intervención


Volvamos la vista atrás y hagamos un símil histórico algo retorcido. El 31 de octubre de 1517, harto de que ver como el compadreo de la iglesia romana con las indulgencias degenerara en un burdo comercio financiero, Martín Lutero clavó sus 95 tesis en la puerta de la Iglesia del Palacio de Wittenberg, dando así inicio a la revolución protestante, así llamada por la protesta que Lutero encabezó contra la oficialidad. A partir de ahí el cisma religioso en el cristianismo estaba servido, y Europa se enzarzó en múltiples y dolorosas guerras, como casi siempre.

Ayer sucedió, a su escala, algo similar. Nuevamente debida a una inspiración alemana, que es la que ha redactado el texto, se colgó en Internet, el equivalente al tablón de anuncios público universal de nuestro tiempo, el llamado Memorándum of Understanding, el MoU, que puede traducirse como acuerdo o memorándum de entendimiento, con las 32 cláusulas mediante las que la banca española pasa a estar controlada por la Unión Europea, el Banco de España por el Banco Central Europeo, y el Gobierno de España pasa a ser un mero administrador, un mensajero, un corresponsal de la autoridad europea, que es la única que adquiere derechos y facultades para tomar decisiones en el ámbito financiero. Esto no abre un cisma en Europa, que está abierto desde hace ya algunos años, pero para España es una revolución, algo inédito, y para el sistema financiero nacional, el fin del mismo tal y como lo hemos conocido. Todos los expertos en el tema, estudiosos y analistas, hablarán del “antes del MoU” y “después del MoU”. Para las entidades, directivos y empleados, el MoU se ha convertido en su biblia, en su nueva constitución. Puede que ese documento, escrito en inglés, y del que se conocerá su versión definitiva el 20 de Julio, prácticamente sin modificaciones y en al misma lengua anglosajona en la que ya está, sea lo más impreso en España desde hace horas, y a lo largo del día de hoy. Muchos habrán pasado la noche escudriñando sus abigarradas veinte páginas, tratando de desentrañar su contenido, buscando si lo que indican los puntos 17 y 18 es tan duro para el gobierno y el Banco de España en lo que a cesión de competencias, o si como parece los puntos 29 a 31 son la nueva definición del programa de gobierno, ocupe quién ocupe ese puesto. En fin, no me lo he leído con detenimiento ni tengo suficientes conocimientos financieros para determinar hasta que punto las entidades pueden estar aterradas o sumidas en el pánico, pero lo que destila el documento en su conjunto es algo tan simple y sencillo como el catálogo de exigencias que te pone quien te presta dinero, cosa de la que todos tenemos una cierta experiencia en muchos ámbitos de la vida. Recordemos que la UE, el BCE, el FMI o el organismo que ustedes deseen no DA dinero, lo PRESTA, sea quien sea el que lo solicite, y en función de cuánto te preste, para qué fin, y lo creíble que te vea, te pondrá más o menos condiciones. Señalan algunos analistas que las exigencias financieras se sitúan en los márgenes de lo esperable, pero las macroeconómicas y, hasta cierto punto las políticas, son más duras y profundas de lo esperado. Tratar de hacer ahora un debate sobre palabras y términos sería ridículo. Por supuesto que estamos intervenidos, antes de manera implícita, ahora ya de forma legal, y no duden de que lo podemos estar aún más. La pregunta que muchos se hacen es si esto es bueno o no. Dado que es inevitable, vista la insolvencia de nuestro sistema financiero, la bondad vendrá determina a través de cómo se aplique el programa de reforma y las consecuencias que de él se deriven. Si quieren una pincelada, tiene de bueno que personas responsables de fuera nos dirán que debemos hacer, y d malo que constata nuestro fracaso. A partir de ahí el juicio moral es muy laxo y, a mi modo de ver, demasiado simplista.

Un detalle político que me parece muy importante. El MoU se filtró ayer, justo el día anterior a la comparecencia de Rajoy en el Congreso para explicar los acuerdos europeos de hace un par de semanas. A esto le llamo yo una jugada de presión. El supervisor, UE, filtra el contenido de la nueva agenda de gobierno para que el tutelado, España, a través de su Presidente, la explicite ante la soberanía del Congreso, mostrando así hoy a Rajoy como el presidente con menos poder de la historia. Y más le vale anunciar medidas en consonancia con el texto que se le impone, porque sino Bruselas añadirá una condición 33, su cabeza. Así estamos, a merced del viento en medio de la tormenta…

3 comentarios:

peich dijo...

A ver, MoU ¿no tendrá que ver algo con que el RMadrid ganase la liga, no?.
Enhorabuena por colocar las etiquetas. Un pequeño paso para ti y un gran paso para tus seguidores.
Saludos y buen día.

peich dijo...

A ver, MoU ¿no tendrá que ver algo con que el RMadrid ganase la liga, no?.
Enhorabuena por colocar las etiquetas. Un pequeño paso para ti y un gran paso para tus seguidores.
Saludos y buen día.

David Azcárate dijo...

Gracias a ti, por llevar una vida lo menos etiquetada posible :-))