viernes, septiembre 28, 2012

Somos el centro del mundo


Ayer por la tarde Soraya Sáenz de Santamaría, acompañada por los ministros de Economía y Hacienda, desgranaba las características del proyecto de presupuestos de 2012, que tuvo que ser tramitado en Jueves para que llegue al congreso antes del final de Septiembre, como marca la ley, tratando de vender recortes y nuevos impuestos junto a un plan de ayudas a la compra de vehículos eficientes y la subida del 1% de las pensiones. Mientras trabajaba lo iba siguiendo por la web de TVE y las cifras y cuentas eran desgranadas poco a poco ante una sala de prensa en Moncloa atestada de gente…

Pero lo que me dejó asombrado de la rueda de prensa de ayer no fueron los presupuestos en sí, que no son más que un borrador sobre los que se elaborarán los definitivos tras la solicitud de rescate, sino el seguimiento mundial del acto. Pasadas las cinco de la tarde era normal que TVE diera la rueda de prensa, pero la BBC lo incluía en su página web en portada, al igual que el NY times, el Washington Post o el Wall Street Journal o la CNN. De hecho hice el juego de sacar varias ventanas en distintos medios y pasar de una a otra sin solución de continuidad, y en todas salía Soraya, en todas… Era muy parecido a esas tiendas de electrodomésticos en las que entras y ves en muchos televisores la misma imagen, en distinto tamaño, contraste y color, pues en este caso se repetía ese efecto, pero cada ventana era distinta, cada medio también, cada traductor lo hacía a su manera y lo único que se mantenía incólume era Soraya, su voz y su gesto, que al poco fue sustituido por Montoro, y luego por Guindos. ¿Qué quiere decir esto? Que ayer por la tarde todo el mundo nos estaba mirando, la atención de los principales medios de comunicación del mundo estaba completamente absorta por la presentación de los nuevos presupuestos del “Kingdom of Spain” y ese exceso de atención no es sino un síntoma del miedo que provocamos. Al poco de desgranar cifras ya había varios blogs económicos anglosajones que se estaban esforzando en analizarlos y dar titulares sobre lo que se contaba desde Madrid al mundo entero, alguno de ellos tan afilado como este, y la sensación que me entró fue de ligero vértigo, de exceso de responsabilidad, y de ser consciente una vez más, y ya van demasiadas, de que nos hemos convertido en el país más importante, por peligroso, en lo que hace a la economía mundial, el que más puede desestabilizar el euro si se derrumba, el país que puede determinar quién ganará las elecciones norteamericanas de Noviembre en función de si pide o no un rescate y el efecto que eso genera en las bolsas de todo el mundo, y así sucede con cualquier variable económica, financiera y, colateralmente, política que ustedes puedan imaginar. Rajoy, un político local acostumbrado al regate corto y al juego pequeño ha sido ascendido a líder de equipo en las grandes ligas, y puede que jamás llegara a imaginar hasta que punto sus decisiones iban a ser tan trascendentes. El vértigo al fracaso, que siempre existe en cualquier proyecto o gestión, y que es enorme si uno preside su país, es una nadería comparado con la actual situación, en la que los medios reflejan la más que probable presión que sobre Rajoy y el resto del gobierno ejercen líderes políticos y empresariales de todo el mundo que, asustados por la depresión económica en la que se ha sumido España y la deriva de revuelta política en la que se ha instalado el país tratan de salvaguardar sus intereses e inversiones. Tremendo.

Y esta tarde, cuando cierre la bolsa, tendremos otra sesión similar, ya que el Ministerio de Economía presentará, desde el edificio en el que esto escribo, los resultados del análisis de necesidades de capital de la banca española elaborado por Oliver Wyman, sobre el que todo son especulaciones. La cifra que de hay salga será la que se utilice del fondo otorgado por la UE como rescate financiero, cuyo MoU se publicó haya por Julio, y está dotado con un máximo de 100.000 millones de euros. Y como sucedió ayer, y como le pasaba a Frodo Bolsón cuando se ponía el anillo, la sensación de que Sauron te busca y te encuentra será palpable entre los que ofrezcan la rueda de prensa y, por extensión, todos nosotros.

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