Ayer por
la tarde Soraya Sáenz de Santamaría, acompañada por los ministros de Economía y
Hacienda, desgranaba las características del proyecto de presupuestos de 2012,
que tuvo que ser tramitado en Jueves para que llegue al congreso antes del
final de Septiembre, como marca la ley, tratando de vender recortes y nuevos
impuestos junto a un plan de ayudas a la compra de vehículos eficientes y la
subida del 1% de las pensiones. Mientras trabajaba lo iba siguiendo por la web
de TVE y las cifras y cuentas eran desgranadas poco a poco ante una sala de
prensa en Moncloa atestada de gente…
Pero lo que me dejó asombrado de la rueda de prensa de ayer
no fueron los presupuestos en sí, que no son más que un borrador sobre los que
se elaborarán los definitivos tras la solicitud de rescate, sino el seguimiento
mundial del acto. Pasadas las cinco de la tarde era normal que TVE diera la
rueda de prensa, pero la BBC lo incluía en su página web en portada, al igual
que el NY times, el Washington Post o el Wall Street Journal o la CNN. De hecho
hice el juego de sacar varias ventanas en distintos medios y pasar de una a
otra sin solución de continuidad, y en todas salía Soraya, en todas… Era muy
parecido a esas tiendas de electrodomésticos en las que entras y ves en muchos
televisores la misma imagen, en distinto tamaño, contraste y color, pues en
este caso se repetía ese efecto, pero cada ventana era distinta, cada medio
también, cada traductor lo hacía a su manera y lo único que se mantenía incólume
era Soraya, su voz y su gesto, que al poco fue sustituido por Montoro, y luego
por Guindos. ¿Qué quiere decir esto? Que ayer por la tarde todo el mundo nos
estaba mirando, la atención de los principales medios de comunicación del mundo
estaba completamente absorta por la presentación de los nuevos presupuestos del
“Kingdom of Spain” y ese exceso de atención no es sino un síntoma del miedo que
provocamos. Al poco de desgranar cifras ya había varios blogs económicos anglosajones
que se estaban esforzando en analizarlos y dar titulares sobre lo que se
contaba desde Madrid al mundo entero, alguno
de ellos tan afilado como este, y la sensación que me entró fue de ligero vértigo,
de exceso de responsabilidad, y de ser consciente una vez más, y ya van demasiadas,
de que nos hemos convertido en el país más importante, por peligroso, en lo que
hace a la economía mundial, el que más puede desestabilizar el euro si se
derrumba, el país que puede determinar quién ganará las elecciones
norteamericanas de Noviembre en función de si pide o no un rescate y el efecto
que eso genera en las bolsas de todo el mundo, y así sucede con cualquier
variable económica, financiera y, colateralmente, política que ustedes puedan
imaginar. Rajoy, un político local acostumbrado al regate corto y al juego
pequeño ha sido ascendido a líder de equipo en las grandes ligas, y puede que
jamás llegara a imaginar hasta que punto sus decisiones iban a ser tan trascendentes.
El vértigo al fracaso, que siempre existe en cualquier proyecto o gestión, y que
es enorme si uno preside su país, es una nadería comparado con la actual
situación, en la que los medios reflejan la más que probable presión que sobre
Rajoy y el resto del gobierno ejercen líderes políticos y empresariales de todo
el mundo que, asustados por la depresión económica en la que se ha sumido
España y la deriva de revuelta política en la que se ha instalado el país
tratan de salvaguardar sus intereses e inversiones. Tremendo.
Y esta tarde, cuando cierre la bolsa, tendremos otra sesión
similar, ya que el Ministerio de Economía presentará, desde el edificio en el
que esto escribo, los resultados del análisis de necesidades de capital de la
banca española elaborado por Oliver Wyman, sobre
el que todo son especulaciones. La cifra que de hay salga será la que se
utilice del fondo otorgado por la UE como rescate financiero, cuyo MoU se
publicó haya por Julio, y está dotado con un máximo de 100.000 millones de
euros. Y como sucedió ayer, y como le pasaba a Frodo Bolsón cuando se ponía el
anillo, la sensación de que Sauron te busca y te encuentra será palpable entre
los que ofrezcan la rueda de prensa y, por extensión, todos nosotros.
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