La puesta a disposición al público de ChatGPT ha revolucionado nuestra percepción de lo que puede hacer una Inteligencia Artificial (IA) en un campo abstracto como el lenguaje, que se suponía coto vedado a los desarrollos tecnológicos, y algo reservado a la inteligencia humana. Ahora mismo, cada día, más de un millón de usuarios dialoga con ChatGPT en diversos idiomas y llega a conclusiones similares, en las que un cierto escalofrío ante lo que parece presenciar resulta dominante. El que nos caiga bien o mal un software que emula que habla significa, sencillamente, que esa emulación nos resulta poco distinguible de una persona real.
Una pregunta obvia que me surgió cuando jugué con él es qué sentido tiene que las personas, y yo entre ellas, dediquemos tiempo diariamente a lo que estoy haciendo ahora, escribir una columna de opinión sobre un tema. ChatGPT es capaz de escribir un artículo sobre lo que sea que se le haya suministrado información con la longitud, estructura y, casi, estilo deseado. Cierto es que, como ha sido alimentado con información hasta 2021 y no está conectado a internet para actualizarse es probable que conteste mal a cosas que sucedieron ayer, pero eso sería tan sencillo de solucionar como que la IA se mantuviera actualizada en tiempo real, cosa que a buen seguro el equipo que la ha diseñado ya está probando. Bien, entonces, ¿para qué escribir? El estilo general de ChatGPT es neutro, frío, suena algo distante, y saturado de corrección política, pero su capacidad para explicar hechos sucedidos o temas relacionados con la ciencia, historia o cosas por el estilo es, simplemente, pasmosa, y lo hace de tal manera que es realmente difícil no enterarse del contenido. No recurre a expresiones alambicadas, como por ejemplo, con el uso de términos como “expresiones alambicadas” y los párrafos resultan claros, sencillos y transparentes. Si uno tiene una duda sobre cómo funciona cualquier cosa que tenemos en casa ChatGPT nos lo va a explicar de una forma insuperable, por lo que no necesitaríamos a nadie que nos lo contara. En el caso de los temas sociales, donde la disparidad de puntos de vista es natural y las soluciones propuestas a los problemas, si es que existen, son variadas, ChatGPT opta normalmente por no mojarse, siendo aséptico a la hora de describir el problema y mostrando un abanico de posibles propuestas ante él fruto de distintas corrientes de pensamiento, ideología o visión de la vida, haciendo que el lector sea el responsable de tener que escoger. Es obvio que de los sesgos de los materiales con los que la IA haya sido entrenada se obtendrán sesgos en las respuestas, pero esa es una crítica, a mi modo de ver, débil, porque todos los humanos tenemos sesgos, inherentes y aprendidos, y no existe el opinador omnisciente que actúa más allá del bien y del mal. Bueno, sí, muchos creen que son ese ser, y cobran por ello, pero no, no existe tal cosa. Así, ChatGPT también valdría como comentarista de la rabiosa actualidad una vez que actúe conectado a la red en tiempo real y se lea, en todo momento, las noticias de todos los medios de comunicación sobre lo que sucede. En ese instante podrá escribir columnas sobre la ley del sólo sí es sí, los papeles clasificados que todo alto cargo norteamericano esconde en su casa, las infidelidades en pareja y las repuestas que algunas despechadas proponen vía temas musicales y cualquier otro asunto por el que se le pregunte. Y lo hará de manera eficiente, instantánea, firme y a coste ridículo. ¿Es ChatGPT la puntilla a los medios de comunicación? No lo se, pero tendrá su público u canal no confeccionado por humanos, sino por una IA que sea, en promedio, bastante menos sesgada de lo que ahora es la oferta mediática que nos rodea. Sinceramente, ese es un objetivo muy fácil de conseguir. Como para todo, habrá quienes contemplen con cierto horror un panorama como este, y quienes lo vean como una salvación al marasmo y ruido en el que vivimos. Y en medio, bastantes escépticos y pasotas, como sucede casi siempre.
Verán que he dado algunas vueltas en torno a los posibles efectos de ChatGPT pero no he contestado a la pregunta del principio ¿Para qué escribir? En mi caso hago esta columna como entretenimiento, como algo que me gusta y que me agrada, que me otorga un disfrute por ello, a sabiendas de que cometo errores en lo que escribo, en cómo lo hago, y que vierto opiniones que pueden ser discutibles, a veces erradas, sin duda criticables, siempre mejorables. No es un trabajo, porque no recibo remuneración alguna al respecto, y supone un cierto coste en tiempo, dedos y recursos, pero pequeño en todo caso. Mi respuesta a la pregunta es, más o menos, “porque me gusta hacerlo” pero, ¿es una respuesta inteligente? ¿es válida? ¿es útil? ¿tiene sentido?