Es el aborto uno de los temas más vidriosos que conozco, y sobre el que menos considero que pueda emitir una opinión juiciosa. Me baso en una serie de ideas en las que fundamento mi opinión, pero trato de no discutir sobre ello. Creo que todo aborto es una tragedia, sea natural o provocado, creo que no es un método anticonceptivo y creo que la gestante es la única que puede decidir sobre ello. Es un hecho que se da en todas las clases sociales y rentas, y la experiencia demuestra que una ley de plazos es la mejor manera para evitar discriminaciones y requisitos que, cuando se tiene dinero, se pueden saltar sin miramientos. Utilizarlo como arma política me repugna.
A partir de ahí, entran los necios de Vox en el avispero y se dedican a remover todo lo posible para conseguir no se muy bien qué. La que ha organizado el cero a la izquierda que es Juan García Gallardo, vicepresidente de la Junta de Castilla y León al respecto es digna de estudio, y sinceramente no debiera haber ido tan lejos, porque el personaje ha demostrado no ay tener pocas luces, sino simplemente ser un absoluto ignorante sobre todas las materias sobre las que se le ha pedido su opinión en todo el tiempo que lleva en la vida pública. Es el típico ejemplo de incompetente absoluto que cobra de un sueldo público y que demuestra cada día que no está capacitado para nada que no sea el gesto soez y la desvergüenza (ven, igualito que los de Podemos, me reitero, esas dos formaciones son la cara y cruz de la misma inutilidad política). Gallardo salió el otro día a anunciar un protocolo nuevo en la región ante solicitudes de aborto por parte de las madres gestantes que, como siempre, mostraba titubeos cuando lo leía, probablemente porque leer es, en sí mismo, algo que no es capaz de hacer con fluidez. Se le veía atorado con algunas palabras de más de tres sílabas y sin tener ni idea de lo que significaban. Ante algunas de las preguntas, el sujeto contestó con el manual de tres ideas vagas que tiene él y su grupo al respecto, que se basan en el hecho de que la mujer no es más que una vasija para poder reproducir en ella a brillantes personajes como Gallardo. Ante semejante actuación, la oportunidad que se le abrió al gobierno y sus socios para entrar a degüello contra el gobierno regional y el PP era tan obvia como rentable. Menudo favor les hizo el tonto de Gallardo a las de Podemos para tapar sus excarcelaciones de delincuentes sexuales o a la mismísima Moncloa para ocultar el texto del auto de Llarena que dejaba por los suelos la intención indultante del gobierno respecto a los sediciosos, aunque obviamente acataba la reforma legal, como no le quedaba otra. En fin, que nuevamente las declaraciones esquizoides de uno de esos personajes pertenecientes a la extrema derecha patria sirven para que el bando contrario se realimente y pueda sacar pecho, lo que es algo tan absurdo como obvio. Más o menos sucede lo mismo cuando, pongamos, una secretaria de estado de igualdad de Podemos se dedica a hacer chistes sobre abusos sexuales, regalando oro puro a la oposición y disparando con fuerza contra el gobierno al que pertenece. Las formaciones mayoritarias de cada uno de los bandos ideológicos, PSOE y PP, sometidas a la fragmentación política, se ven arrastradas al fango por las bobadas que no dejan de salir de los portavoces de las formaciones extremistas de sus ideologías, y resulta deprimente comprobar cómo en los grandes partidos no existe el valor necesario para salir a todo correr y propinar los correctivos necesarios ante semejantes desastres. La secretaria de estado de Podemos debió ser cesada al día siguiente de sus declaraciones, y Gallardo también debió ser cesado tras las suyas. Es así de fácil. Si a estos sujetos, inútiles e incompetentes donde los haya, se les hace saber que si hacen o dicen bobadas dejan de cobrar a buen seguro que se lo piensan un poco, aunque es cierto que pensar no es lo que estos personajes hacen en su vida.
Dada como funciona nuestra actualidad, y más en año multielectoral como este, esta estúpida polémica será suplica, en breve, por otra igual de estúpida en la que se volverán a decir tonterías de grueso calibre, los medios afines a cada partido la esgrimirán como el último recurso disponible en su enfrentamiento y loa al líder del que dependen (y hundimiento en la sima de la irrelevancia) y así hasta que otra supere a esa, y el ruido eterno no cese, aturdiendo y avergonzando a cualquiera que tenga un mínimo de seriedad. La nueva política, que se llamó, que ha generado dos monstruitos fanáticos y maleducados, es de lo peor que le ha pasado a este país en décadas. No sucede sólo aquí, cierto, pero esas dos siglas son responsabilidad propia. Ojalá los electores reflexionasen y se quedaran sin ningún voto. Ojalá.
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