“Test querido, test del alma, ¿verdad que soy el banco más sano y solvente del mundo? A que
mis ratios son los mejores, mis depósitos los más fiables y mis balances los mas claros? Que sí, test mágico, dímelo!!!” Me imagino que algunos banqueros se habrán pasado toda la semana haciendo algo similar frente al espejo de sus despachos o casas, emulando a la Reina del cuento de Blancanieves, y es que hoy se publican las pruebas de estrés que se han hecho sobre unas noventa entidades financieras de Europa. Esto muy importante, debe serlo, pero corre el peligro de no lograr sus objetivos.
Y el principal de ellos es reestablecer la confianza del sistema financiero haciendo saber qué entidades son las solventes y cuales las que están mal. De ahí que el resultado de este examen deba dar aprobados… y suspensos. Un examen que todo el mundo aprueba no nos dice demasiado. Durante semanas se ha filtrado que los bancos y cajas españoles eran los que mejor salían parados de la prueba, pero ahora se oyen rumores, en la antesala de la publicación, que indican que algunas cajas no habrían pasado el test. Esto sería obvio, porque no haría más que poner negro sobre blanco la situación real de sus balances, llenos de porquerías que siguen negándose a reconocer. Pero es importante insistir en que serán los expertos financieros los que determinen, una vez publicados los resultados y metodologías, si estas pruebas son válidas o no. Si el test es liviano y consiente mucho a los examinados no servirá para nada. Muchos críos sacan sobresalientes en la ESO, pero es la ESO un sistema educativo tan devaluado que ese sobresaliente carece de valor. Si en las pruebas se han tratado a los activos inmobiliarios a unos precios que no reflejen la bajada que debe experimentar su valor, o los terrenos que poseen olas promotoras y que son garantías para el banco a valor inmobiliario y no al valor rústico que realmente poseen todo saldrá como correcto cuando realmente esos activos son un lastre para la entidad. Si en las cajas españolas los fondos aportados por el FROB se cuentan como capital propio el resultado será maravilloso, pero el FROB es un préstamo a devolver, por lo que no deja de ser en el fondo un pasivo para quien lo recibe hasta que no lo devuelve, y no es capital. Y así un montón de casos más o menos complejos que los expertos deberán determinar. Si los test fallan, en el sentido de no resultar creíbles, se habrá perdido una gran oportunidad (¿la última?) de poner algo de luz en el oscuro mundo de la banca europea. El interbancario, el mercado en el que las entidades se prestan entre ellas, seguirá cerrado y las tensiones crecerán más o menos deprisa hasta un punto de no retorno. Si se han fijado el euríbor lleva una temporada subiendo y ahora está en el 1,4% por lo que algunas renovaciones de hipoteca empezarán a encarecerse, como la mía de septiembre sin ir más lejos: Por lo tanto la tentación de hacer trampas contables en este solitario financiero en el que nos hemos metido sólo provoca pérdidas de tiempo y costes, que llegará un punto en el que no puedan ser asumidos por el Banco Central Europeo, que se ha convertido en el salvavidas de los bancos privados y que lleva demasiado tiempo haciendo el boca a boca. Se va quedar sin resuello y entonces… los test debieran servir para que los bancos empiecen a respirar por si mismos y liberar esa presión. Su fallo sería muy grave.
Y de mientras ese mundo virtual hace juegos y cábalas, el mundo real se estresa sin contemplaciones. Ayer el Ministerio de Fomento hizo público el listado de obras que va a cancelar por ajuste presupuestario, que afectan a bastantes comunidades, no a todas. Nunca se habían suspendido obras ni rescindido contratos por falta de dinero, nunca se había bajado el sueldo a los funcionarios, y así podríamos seguir enumerando “nuncas” que tendrán su continuación tras el verano. Traten de disfrutar del mismo porque la vuelta será dura.
Me cojo una semana de vacaciones. Si no hay sorpresas volveré el Lunes 2 de agosto. Sean muy felices.
viernes, julio 23, 2010
jueves, julio 22, 2010
Nos quieren quitar los dulces
Cuando un gobernante se aburre el peligro acecha. Ensimismado, no contempla ni por asomo dejar su puesto o deshacer su negociado si ya no tiene sentido ni funciones, y acaba normalmente haciendo dos cosas. Subir impuestos o prohibir. En este caso nos toca la segunda. El Ministerio de Sanidad, vacío de competencias, ha tocado a rebato contra la bollería en los colegios y ha acordado con las Comunidades Autónomas restringir el acceso de esos productos en los centros escolares. Primero propuso prohibirlos, pero ahora hablan de “dificultar su acceso”.
Sinceramente, todo esto es una sandez. Cuando yo era un crío en el colegio no había máquinas expendedoras de nada, y no llevábamos dinero, por lo que no comías ni una cosa ni la otra. A medida que subías de cursos, en mi caso al llegar al instituto, tenías tiendas alrededor del centro y allí comprabas lo que te daba la gana, si querías, y sino, no. Tan sencillo como eso. Se supone que todos los alimentos que se venden son sanos (por cierto, hay una excepción, ya verán), porque han pasado los controles adecuados. ¿Cuáles son los productos “más perjudiciales”? Seguro que las manzanas son muy buenas, pero si me como doce de golpe me dará un pasmo. Por lo tanto, si los dulces, bollería y demás son legales no se pueden prohibir. Aduce como causa el Ministerio la obesidad de los críos, pero no dice nada del hecho de que uno es obeso porque gasta, al ritmo de su metabolismo, menos energía de las que ingresa. Si los críos comen sano pero están sus montones de horas sentados jugando a la play engordarán igual igual. Y lo que no dice el Ministerio es que el último responsable de lo que comen los críos y hacen en sus ratos libres son sus padres. Puede el gobierno sacar campañas informando de que beberse dos litros de coca cola al día no es bueno, o que comer tartas de merengue como si fueran cerezas acabará pasando factura, pero no puede restringir el acceso a esos productos ni a ningún otro. Lanzando mensajes de prohibición se consigue lo contrario de lo que se pretende, y es más barato, genera menos problemas y seguramente tendrá más efecto una buena campaña de información, divertida y con dibujos, que un anuncio de guerra contra el azúcar. En el fondo, no nos engañemos, todo esto es por dinero. Una sociedad obesa padece más enfermedades cardiovasculares que hay que tratar, y pagar, y la factura sanitaria crece y crece. El gobierno con estos mensajes trata de disminuir el coste futuro de la asistencia sanitaria, y no le extrañe que llegue el día en el que no le atiendan en el hospital de un infarto porque “como usted comió mucho dulce” la culpa de lo que le pase es suya. También, hablando de ingresos, se nota que el antes mencionado sector de los videojuegos deja más dinero en las arcas públicas que el de los dulces y los productos de alimentación en general, y claro, no va a meterse ningún gobierno contra esa industria tan lucrativa para sus arcas, aunque sea la responsable de que los niños ya no jueguen moviéndose, y quemando calorías, sino que estén sentados todo el día aborregados delante de una pantalla, haciendo cosas interesantes o estúpidas. El que más caja genera, manda, y el que menos, recibe recomendaciones negativas. Así funciona esto.
Decía antes que hay un producto que se vende y que se sabe a ciencia cierta que es nocivo, y es el tabaco. Fumar mata. Pero su venta es legal, y los gobiernos, todos los gobiernos, rezan a escondidas para que los críos fumen cuanto antes mejor, porque el tabaco es una máquina de recaudar dinero, y no tengan dudas de que se ingresa con él aún más que los costes sanitarios que genera. Algo parecido pasa con el alcohol, con los ayuntamientos alentando e incluso acondicionando espacios para los botellones, y adolescentes de 14 años o poco más borrachos cada fin de semana. Da igual que eso les engorde o mate. Genera ingresos, y eso es lo único que les importa a los políticos que se reunieron ayer en el Ministerio de Sanidad, que orwelliano……
Sinceramente, todo esto es una sandez. Cuando yo era un crío en el colegio no había máquinas expendedoras de nada, y no llevábamos dinero, por lo que no comías ni una cosa ni la otra. A medida que subías de cursos, en mi caso al llegar al instituto, tenías tiendas alrededor del centro y allí comprabas lo que te daba la gana, si querías, y sino, no. Tan sencillo como eso. Se supone que todos los alimentos que se venden son sanos (por cierto, hay una excepción, ya verán), porque han pasado los controles adecuados. ¿Cuáles son los productos “más perjudiciales”? Seguro que las manzanas son muy buenas, pero si me como doce de golpe me dará un pasmo. Por lo tanto, si los dulces, bollería y demás son legales no se pueden prohibir. Aduce como causa el Ministerio la obesidad de los críos, pero no dice nada del hecho de que uno es obeso porque gasta, al ritmo de su metabolismo, menos energía de las que ingresa. Si los críos comen sano pero están sus montones de horas sentados jugando a la play engordarán igual igual. Y lo que no dice el Ministerio es que el último responsable de lo que comen los críos y hacen en sus ratos libres son sus padres. Puede el gobierno sacar campañas informando de que beberse dos litros de coca cola al día no es bueno, o que comer tartas de merengue como si fueran cerezas acabará pasando factura, pero no puede restringir el acceso a esos productos ni a ningún otro. Lanzando mensajes de prohibición se consigue lo contrario de lo que se pretende, y es más barato, genera menos problemas y seguramente tendrá más efecto una buena campaña de información, divertida y con dibujos, que un anuncio de guerra contra el azúcar. En el fondo, no nos engañemos, todo esto es por dinero. Una sociedad obesa padece más enfermedades cardiovasculares que hay que tratar, y pagar, y la factura sanitaria crece y crece. El gobierno con estos mensajes trata de disminuir el coste futuro de la asistencia sanitaria, y no le extrañe que llegue el día en el que no le atiendan en el hospital de un infarto porque “como usted comió mucho dulce” la culpa de lo que le pase es suya. También, hablando de ingresos, se nota que el antes mencionado sector de los videojuegos deja más dinero en las arcas públicas que el de los dulces y los productos de alimentación en general, y claro, no va a meterse ningún gobierno contra esa industria tan lucrativa para sus arcas, aunque sea la responsable de que los niños ya no jueguen moviéndose, y quemando calorías, sino que estén sentados todo el día aborregados delante de una pantalla, haciendo cosas interesantes o estúpidas. El que más caja genera, manda, y el que menos, recibe recomendaciones negativas. Así funciona esto.
Decía antes que hay un producto que se vende y que se sabe a ciencia cierta que es nocivo, y es el tabaco. Fumar mata. Pero su venta es legal, y los gobiernos, todos los gobiernos, rezan a escondidas para que los críos fumen cuanto antes mejor, porque el tabaco es una máquina de recaudar dinero, y no tengan dudas de que se ingresa con él aún más que los costes sanitarios que genera. Algo parecido pasa con el alcohol, con los ayuntamientos alentando e incluso acondicionando espacios para los botellones, y adolescentes de 14 años o poco más borrachos cada fin de semana. Da igual que eso les engorde o mate. Genera ingresos, y eso es lo único que les importa a los políticos que se reunieron ayer en el Ministerio de Sanidad, que orwelliano……
miércoles, julio 21, 2010
La guerra del Tequila
Si nos preguntasen cual es uno de los países en el que se cometen más asesinatos y crímenes del mundo seguramente pensaríamos en el cinturón asiático, donde Irak, Afganistán, Pakistán y el resto de Xtán llenan a diario nuestras pantallas de muerte y violencia. Sin embargo, y pese a que no poseo la fuente, el otro día oí que en este 2010 era Méjico la nación que encabezaba este lúgubre y nada elogiable ranking. El último gran ataque violento en el país se produjo el pasado Domingo cuando diecisiete personas, sí, diecisiete, fueron asesinados por sicarios en la ciudad de Torreón, donde poseo parientes.
Pero es que el día anterior fueron veinticinco los asesinados en otras partes del país. Se estima que llevamos en lo que va de año más de seis mil asesinatos en Méjico, una cifra disparatada, que aún ponderando por la población del país, el doble de la española para simplificarlo, resulta insoportablemente alta. Todas estas muertes están relacionadas en el fondo con al droga, sus cárteles y sus negocios. Hay enfrentamientos entre cárteles rivales por el control y suministro a algunas zonas, y el paso de sustancias por la frontera norteamericana, lo que ha convertido a Ciudad Juárez en un c ampo de batalla entre los narcos. Pero además todas estas organizaciones están unidas entre sí para luchar contra el estado mejicano, que de momento está perdiendo la batalla. En zonas como la citada Ciudad Juárez, o Tijuana y otros estaos federales la policía ha siso sustituidas por el ejército, ya que los efectivos de seguridad “clásicos” o han sido impotentes ante los narcos o, directamente, han sido exterminados. Los narcos poseen enormes cantidades de dinero que están usando, entre otras cosas, para armarse como un ejército profesional. Los enfrentamientos entre ellos y los militares se convierten poco a poco en escaramuzas de guerra, con tiroteos de armas de combate en medio de ciudades en las que pueden caer civiles como si fueran moscas. En una escalada que no tiene límites, este pasado Domingo los narcos emplearon el coche bomba activado por móviles para tender una trampa a la policía y servicios sanitarios, usando así un método que recuerda mucho, demasiado, a lo que sucede en Irak o al maldito 11M madrileño. A este grado de violencia insoportable se une el sadismo, quizás una degeneración lógica en medio de la barbarie. Los ataques entre bandas se producen en bodas, cumpleaños, fiestas sociales variadas y dejan tras de sí imágenes de brutalidad extrema, con cuerpos descuartizados a conciencia, decapitaciones sumarias y todo el catálogo de atrocidades que uno pueda imaginarse. Cada día que pasa la vida vale menos en Méjico, y el país se sume poco a poco en un marasmo del que le va a ser muy difícil salir. Pese a que parezca una derivada muy secundaria, la economía de la nación cada vez se resuiente más de todas estas matanzas, el turismo huye de un país que se desmorona y la inversión extranjera recela de lo que pueda pasar con sus propiedades e ingresos si caen en manso de una banda de psicóticos como las descritas. Y en medio de todo ello los ingresos de la droga no dejan de crecer y el poder de los traficantes crece, crece, y se hace imparable.
Si se fijan, lo que se está produciendo en Méjico parece mucho a una insurrección contra el estado, pero no de unos supuestos libertadores como eran estas cosas hasta hace poco, sino de un grupo de presión, de un cártel, en este caso los narcos, que trata de igual a igual al poder establecido y lo hace con un grado de violencia superior al que puede desarrollar el propio estado, sujeto a reglas, controles y contrapesos. Los narcos quieren su estado, dentro del estado mejicano, o haciéndose con el mismo, que más les da. Lo que quieren es el poder y lo buscan por las armas. Son un agente más en la escena internacional, y eso mismo es, de por sí, complejo y demoledor.
Pero es que el día anterior fueron veinticinco los asesinados en otras partes del país. Se estima que llevamos en lo que va de año más de seis mil asesinatos en Méjico, una cifra disparatada, que aún ponderando por la población del país, el doble de la española para simplificarlo, resulta insoportablemente alta. Todas estas muertes están relacionadas en el fondo con al droga, sus cárteles y sus negocios. Hay enfrentamientos entre cárteles rivales por el control y suministro a algunas zonas, y el paso de sustancias por la frontera norteamericana, lo que ha convertido a Ciudad Juárez en un c ampo de batalla entre los narcos. Pero además todas estas organizaciones están unidas entre sí para luchar contra el estado mejicano, que de momento está perdiendo la batalla. En zonas como la citada Ciudad Juárez, o Tijuana y otros estaos federales la policía ha siso sustituidas por el ejército, ya que los efectivos de seguridad “clásicos” o han sido impotentes ante los narcos o, directamente, han sido exterminados. Los narcos poseen enormes cantidades de dinero que están usando, entre otras cosas, para armarse como un ejército profesional. Los enfrentamientos entre ellos y los militares se convierten poco a poco en escaramuzas de guerra, con tiroteos de armas de combate en medio de ciudades en las que pueden caer civiles como si fueran moscas. En una escalada que no tiene límites, este pasado Domingo los narcos emplearon el coche bomba activado por móviles para tender una trampa a la policía y servicios sanitarios, usando así un método que recuerda mucho, demasiado, a lo que sucede en Irak o al maldito 11M madrileño. A este grado de violencia insoportable se une el sadismo, quizás una degeneración lógica en medio de la barbarie. Los ataques entre bandas se producen en bodas, cumpleaños, fiestas sociales variadas y dejan tras de sí imágenes de brutalidad extrema, con cuerpos descuartizados a conciencia, decapitaciones sumarias y todo el catálogo de atrocidades que uno pueda imaginarse. Cada día que pasa la vida vale menos en Méjico, y el país se sume poco a poco en un marasmo del que le va a ser muy difícil salir. Pese a que parezca una derivada muy secundaria, la economía de la nación cada vez se resuiente más de todas estas matanzas, el turismo huye de un país que se desmorona y la inversión extranjera recela de lo que pueda pasar con sus propiedades e ingresos si caen en manso de una banda de psicóticos como las descritas. Y en medio de todo ello los ingresos de la droga no dejan de crecer y el poder de los traficantes crece, crece, y se hace imparable.
Si se fijan, lo que se está produciendo en Méjico parece mucho a una insurrección contra el estado, pero no de unos supuestos libertadores como eran estas cosas hasta hace poco, sino de un grupo de presión, de un cártel, en este caso los narcos, que trata de igual a igual al poder establecido y lo hace con un grado de violencia superior al que puede desarrollar el propio estado, sujeto a reglas, controles y contrapesos. Los narcos quieren su estado, dentro del estado mejicano, o haciéndose con el mismo, que más les da. Lo que quieren es el poder y lo buscan por las armas. Son un agente más en la escena internacional, y eso mismo es, de por sí, complejo y demoledor.
martes, julio 20, 2010
Cada uno usa su poder
Todos los años sucede lo mismo, es una pesadez. Llega el verano y “los de siempre” se ponen en huelga. Controladores aéreos, pilotos, maquinistas de RENFE, conductores de autobuses, etc, y crean un caos en el inicio de las vacaciones, en su intermedio o en el final, que da lo mismo. Sin embargo la huelga de controladores que estamos viviendo estos días es un poco distinta. En ella se libra como nunca una dura batalla entre un grupo selecto y privilegiado y la administración que, en teoría, los controla. Quien gane este pulso, probablemente, vencerá en esta particular guerra.
Y sí, digo huelga, porque el que un tercio de la plantilla de los controladores se declare en baja médica lo único que demuestra es que alguno de ellos tiene un pariente que es médico. Es una forma de enmascarar el paro, lo que se llama una huelga encubierta o no declarada. Y los controladores la hacen porque pueden, no nos engañemos. Y los que los miramos mal, despotricamos contra su persona cuando nos cuentan su salario y condiciones quizás hiciéramos exactamente lo mismo que ellos de estar en su pellejo, condiciones y posibilidades de presión. Yo por ejemplo llevo una semana y media de mucho trabajo, quedándome largas tardes en la oficina y haciendo cosas complicadas y quién sabe si importantes, pero se que si mi trabajo se cerrara por una semana no pasaría gran cosa. Acumularíamos retrasos y quejas, sí, pero poco más. Si un controlador falla una hora, un cirujano no opera una tarde o u conductor de metro no aparece en su puesto por la mañana se organiza un desastre, porque en nuestro devenir diario hay trabajos más necesarios que otros. Todos son importantes, pero unos más que otros, que diría Orwell. Y claro, el que es consciente de la posición estratégica que desempeña tiene tentaciones de usarla, y normalmente acaba haciéndolo. Decía Robert Kagan en su ensayo “Poder y debilidad” anterior a la invasión de Irak por Estado Unidos, y sobre la acusación de militarista que se hacía al gobierno norteamericano, que cuando uno tiene un martillo en la mano tiene tendencia a ver todos los problemas con forma de clavos. Los instrumentos que poseemos determinan nuestras estrategias y actuaciones. Y los controladores saben que están en un puesto vital, tanto por la responsabilidad que poseen sobre la seguridad de las vidas de los que viajan como ser una pieza calve de cara a que el espacio aéreo funcione y la misma movilidad se pueda garantizar. Desde siempre han hecho movilizaciones más o menso ocultas que les han reportado enormes ingresos salariales y condiciones ventajosas que, pese a la dura realidad del trabajo que desempeñan, agobiante y duro como pocos, les han dado muy mala imagen en el resto de la población, casi peor que la de los propios pilotos, que también tienen lo suyo. Desde hace meses el Ministerio de Fomento tiene a los controladores en el punto de mira y el mismo José Blanco ha realizado duras declaraciones en contra de su actitud. Y no sólo eso. A principios de año emitió un nuevo real Decreto Ley que, por primera vez, endurece las condiciones laborales de este grupo de profesionales. De aquella batalla los controladores salieron magullados, pero, por lo que se ve, no derrotados, y con los calores y los veraneantes han vuelto a la carga. Nuevamente el cruce de acusaciones entre ellos y el Ministerio vuelve a subir de tono y, como siempre, los ciudadanos pagan las consecuencias y miran como espectadores.
En los años ochenta Ronald Reagan solucionó una huelga de los controladores norteamericanos militarizando el espacio aéreo y poniendo personal del ejército en las torres de los aeropuertos. No le veo a Pepiño Blanco tomando al asalto la torre de Barajas y haciéndose con ella, pero sí que esta vez los controladores tienen en frente a un gobierno dispuesto a plantar cara. Por detrás, no olvidemos, están los planes encubiertos de privatizar parte de AENA, el gestor aeroportuario, para sacar ingresos para tapar el déficit. Lo malo es como estén así todo Agosto, haciendo un daño enorme al turismo, nuestra principal industria.
Y sí, digo huelga, porque el que un tercio de la plantilla de los controladores se declare en baja médica lo único que demuestra es que alguno de ellos tiene un pariente que es médico. Es una forma de enmascarar el paro, lo que se llama una huelga encubierta o no declarada. Y los controladores la hacen porque pueden, no nos engañemos. Y los que los miramos mal, despotricamos contra su persona cuando nos cuentan su salario y condiciones quizás hiciéramos exactamente lo mismo que ellos de estar en su pellejo, condiciones y posibilidades de presión. Yo por ejemplo llevo una semana y media de mucho trabajo, quedándome largas tardes en la oficina y haciendo cosas complicadas y quién sabe si importantes, pero se que si mi trabajo se cerrara por una semana no pasaría gran cosa. Acumularíamos retrasos y quejas, sí, pero poco más. Si un controlador falla una hora, un cirujano no opera una tarde o u conductor de metro no aparece en su puesto por la mañana se organiza un desastre, porque en nuestro devenir diario hay trabajos más necesarios que otros. Todos son importantes, pero unos más que otros, que diría Orwell. Y claro, el que es consciente de la posición estratégica que desempeña tiene tentaciones de usarla, y normalmente acaba haciéndolo. Decía Robert Kagan en su ensayo “Poder y debilidad” anterior a la invasión de Irak por Estado Unidos, y sobre la acusación de militarista que se hacía al gobierno norteamericano, que cuando uno tiene un martillo en la mano tiene tendencia a ver todos los problemas con forma de clavos. Los instrumentos que poseemos determinan nuestras estrategias y actuaciones. Y los controladores saben que están en un puesto vital, tanto por la responsabilidad que poseen sobre la seguridad de las vidas de los que viajan como ser una pieza calve de cara a que el espacio aéreo funcione y la misma movilidad se pueda garantizar. Desde siempre han hecho movilizaciones más o menso ocultas que les han reportado enormes ingresos salariales y condiciones ventajosas que, pese a la dura realidad del trabajo que desempeñan, agobiante y duro como pocos, les han dado muy mala imagen en el resto de la población, casi peor que la de los propios pilotos, que también tienen lo suyo. Desde hace meses el Ministerio de Fomento tiene a los controladores en el punto de mira y el mismo José Blanco ha realizado duras declaraciones en contra de su actitud. Y no sólo eso. A principios de año emitió un nuevo real Decreto Ley que, por primera vez, endurece las condiciones laborales de este grupo de profesionales. De aquella batalla los controladores salieron magullados, pero, por lo que se ve, no derrotados, y con los calores y los veraneantes han vuelto a la carga. Nuevamente el cruce de acusaciones entre ellos y el Ministerio vuelve a subir de tono y, como siempre, los ciudadanos pagan las consecuencias y miran como espectadores.
En los años ochenta Ronald Reagan solucionó una huelga de los controladores norteamericanos militarizando el espacio aéreo y poniendo personal del ejército en las torres de los aeropuertos. No le veo a Pepiño Blanco tomando al asalto la torre de Barajas y haciéndose con ella, pero sí que esta vez los controladores tienen en frente a un gobierno dispuesto a plantar cara. Por detrás, no olvidemos, están los planes encubiertos de privatizar parte de AENA, el gestor aeroportuario, para sacar ingresos para tapar el déficit. Lo malo es como estén así todo Agosto, haciendo un daño enorme al turismo, nuestra principal industria.
lunes, julio 19, 2010
Una conmemoración de verdad
Todos los días del año son días “de algo”. Nos suenan mucho el del SIDA, la paz, la lucha contra el cáncer y cosas así de sonoras, pero en todos conmemoramos algo, y tanta celebración y recuerdo sirve, paradójicamente, para apagar la conciencia y darle un cierto aire de repetición a todos esos esfuerzos de recuerdo. Al final pasan desapercibidos. Sin embargo ayer tuvo lugar, por primera vez, la celebración internacional del día de Nelson Mandela, y creo que es un hecho lo suficientemente curioso e importante como para recalcarlo.
Curioso porque Nelson Mandela es la única persona que tiene un día dedicado al año a su figura. En el resto conmemoramos ideas, causas, motivos para reflexionar, pero en un día como el de ayer elogiamos el papel de una persona, concreta, con nombres y apellidos, y de momento afortunadamente viva. Y es importante porque Mandela es una de esas personas que ha logrado lo que podríamos denominar como la santidad en vida. Personas de todas las clases sociales, creencias, estilos de vida y de pensamiento, coinciden en destacar su figura como activista a favor de los derechos humanos y, importantísimo, como beuna persona. La historia de Mandela está vinculada por completo a la de Sudáfrica, el régimen cruel del apartheid y de cómo este hombre, tras cerca de veinte años de encierro en una prisión, salió de la misma determinado no a exigir venganza, ni a levantar a los suyos contra los otros, ni a iniciar revueltas, ni a hundir el país, no. Podía haber hecho todo eso, y es lo que habitualmente vemos en la vida real. Líderes que se levantan en armas contra otros líderes, dirigentes que enarbolan la lucha y la batalla frente a otros dirigentes, y el resultado es el de siempre. Destrucción, guerra y bellos ideales pisoteados por la masa de infelices que es llevada al sacrifico. Recordemos, Mandela tenía la tentación de hacer eso, pero se negó. Vio en su época de cárcel lo que significa el abandono, la miseria y la tristeza de un país, su país. Y quiso remediarlo no mediante la lucha, sino el convencimiento, no con la confrontación, sino con el acuerdo, y no con la guerra, sino con la palabra y la democracia. Jugo muy fuerte por esa apuesta, corrió muchos riesgos, pero le salió bien. No nos engañemos, había muchos factores que jugaban en contra de Mandela y en varias ocasiones las cosas estuvieron a punto de descarrilar, lo que hubiera significado una guerra civil muy cruenta en el país, pero al final, con la perseverancia de su liderazgo y no pocas dosis de pragmatismo, ayuda internacional y, llamémoslo así, suerte, Mandela logró un éxito inmenso. Desmontó la estructura de segregación racial que dominaba el país y logró convertir a Sudáfrica en un ejemplo para el mundo. No negaré que en ese país aún hay muchísimas cosas para hacer. Los guetos siguen existiendo, y en ellos la población mayoritaria sigue siendo la negra, la violencia en las calles es muy elevada y para los patrones occidentales la desigualdad económica del país es insoportable, pero si miramos sólo unos años hacia atrás y vemos el precipicio por el que se podía haber despeñado no es una exageración decir que lo de Sudáfrica es un milagro, una historia de película, Invictus, por ejemplo, en la que el conjunto de la sociedad del país es merecedora de elogio, pero en la que una persona supo encauzar ese sentimiento y alentarlo y llevarlo a su meta. Ese es Nelson Mandela.
Otro líder negro, Martin Luther King, posee un día dedicado a su memoria, pero sólo en los Estados Unidos. Proclamó a los cuatro vientos su sueño de una nación, un mundo, de personas libres e iguales, pero la violencia fanática le impidió ver la caída de la segregación racial en Norteamérica y otros países. Mandela también tuvo un sueño, pero ha diferencia del reverendo King ha logrado verlo hecho realidad, ha luchado y trabajado por convertir sus sueños, los de muchas personas, en algo cierto, y ese es uno de los mayores éxitos que se pueden alcanzar en la vida de cualquier ciudadano. Como para no celebrarlo.
Curioso porque Nelson Mandela es la única persona que tiene un día dedicado al año a su figura. En el resto conmemoramos ideas, causas, motivos para reflexionar, pero en un día como el de ayer elogiamos el papel de una persona, concreta, con nombres y apellidos, y de momento afortunadamente viva. Y es importante porque Mandela es una de esas personas que ha logrado lo que podríamos denominar como la santidad en vida. Personas de todas las clases sociales, creencias, estilos de vida y de pensamiento, coinciden en destacar su figura como activista a favor de los derechos humanos y, importantísimo, como beuna persona. La historia de Mandela está vinculada por completo a la de Sudáfrica, el régimen cruel del apartheid y de cómo este hombre, tras cerca de veinte años de encierro en una prisión, salió de la misma determinado no a exigir venganza, ni a levantar a los suyos contra los otros, ni a iniciar revueltas, ni a hundir el país, no. Podía haber hecho todo eso, y es lo que habitualmente vemos en la vida real. Líderes que se levantan en armas contra otros líderes, dirigentes que enarbolan la lucha y la batalla frente a otros dirigentes, y el resultado es el de siempre. Destrucción, guerra y bellos ideales pisoteados por la masa de infelices que es llevada al sacrifico. Recordemos, Mandela tenía la tentación de hacer eso, pero se negó. Vio en su época de cárcel lo que significa el abandono, la miseria y la tristeza de un país, su país. Y quiso remediarlo no mediante la lucha, sino el convencimiento, no con la confrontación, sino con el acuerdo, y no con la guerra, sino con la palabra y la democracia. Jugo muy fuerte por esa apuesta, corrió muchos riesgos, pero le salió bien. No nos engañemos, había muchos factores que jugaban en contra de Mandela y en varias ocasiones las cosas estuvieron a punto de descarrilar, lo que hubiera significado una guerra civil muy cruenta en el país, pero al final, con la perseverancia de su liderazgo y no pocas dosis de pragmatismo, ayuda internacional y, llamémoslo así, suerte, Mandela logró un éxito inmenso. Desmontó la estructura de segregación racial que dominaba el país y logró convertir a Sudáfrica en un ejemplo para el mundo. No negaré que en ese país aún hay muchísimas cosas para hacer. Los guetos siguen existiendo, y en ellos la población mayoritaria sigue siendo la negra, la violencia en las calles es muy elevada y para los patrones occidentales la desigualdad económica del país es insoportable, pero si miramos sólo unos años hacia atrás y vemos el precipicio por el que se podía haber despeñado no es una exageración decir que lo de Sudáfrica es un milagro, una historia de película, Invictus, por ejemplo, en la que el conjunto de la sociedad del país es merecedora de elogio, pero en la que una persona supo encauzar ese sentimiento y alentarlo y llevarlo a su meta. Ese es Nelson Mandela.
Otro líder negro, Martin Luther King, posee un día dedicado a su memoria, pero sólo en los Estados Unidos. Proclamó a los cuatro vientos su sueño de una nación, un mundo, de personas libres e iguales, pero la violencia fanática le impidió ver la caída de la segregación racial en Norteamérica y otros países. Mandela también tuvo un sueño, pero ha diferencia del reverendo King ha logrado verlo hecho realidad, ha luchado y trabajado por convertir sus sueños, los de muchas personas, en algo cierto, y ese es uno de los mayores éxitos que se pueden alcanzar en la vida de cualquier ciudadano. Como para no celebrarlo.
viernes, julio 16, 2010
Sol hasta de noche
Esta semana ha hecho un sol radiante en Madrid, inmenso, sin ninguna nube. Millones de watios de potencia desperdigados por la ciudad y alrededores, y completamente desaprovechados. No lo entiendo. Pese a ello hay noticias esperanzadoras, y la última ha sido el éxito del avión solar “Solar Impulse” que ha permanecido volando 26 horas seguidas, lo que quiere decir que, aún siendo solar, vuela de noche. Esto es un avance espectacular, y muy de agradecer. La cosa tiene truco en forma de baterías, claro, pero no deja de ser fantástico.
El avión tiene un aspecto muy frágil. Parece más un ejercicio de aeromodelismo con la escala equivocada. De enormes alas, cubiertas de paneles solares, con una cabina enana en la que el piloto no habrá encontrado comodidad alguna, un fuselaje largo y muy estrecho, amplio timón de cola y cuatro motores de eléctricos de hélice, el reto del Impulse era lograr el despegue, vuelo sostenido y aterrizaje sin consumir una gota de combustible. Supongo que el modelo que ahora vemos es el fruto de muchos ensayos, experimentos fallidos y pruebas más o menos exitosas. En su web oficial se cuentan algunas cosas de estas, y en la de Solvay, fabricante de células solares entre otras cosas y uno de los patrocinadores del asunto, se puede ver que este proyecto se empezó a gestar en el año 2003. Siete años de investigaciones, esfuerzos y trabajo, con un coste que según he oído se estima en torno a los 100 millones de euros, y que finalmente ha sido coronado con el éxito. Es cierto que el modelo triunfante aún es un prototipo, y si lo vemos comparado con el mundo de los coches, aún es más parecido a los modelos solares que vemos como atracción de feria que a los vehículos que usamos en el día a día, pero no es menos cierto que supone un avance considerable. Por primera vez se ha logrado un vuelo nocturno continuado sustentado solamente en las baterías, lo que demuestra la mejora de las mismas, y todo el aparato ha funcionado durante el tiempo de vuelo. Esto hace unos años era impensable. ¿Quiere decirse que los aviones comerciales del futuro serán así? No, no, esta tecnología es aún incapaz de hacer volar a grandes aparatos y con cargas pesadas y pasaje abundante, pero a escala este vuelo creo que es comparable con el que realizaron los hermanos Wright en 1903. También es importante porque enseña que la implantación de la tecnología solar, costosa e inmadura hoy en día, es uno de los caminos que debemos llevar a cabo en el futuro sí o si. Este proyecto, muy caro, sólo ha sido posible porque Solvay, Deutsche Bank y otros patrocinadores han puesto el dinero para ello y lo han usado como soporte publicitario. Es investigación aplicada, sí, pero en un estadio muy preliminar y completamente alejado del mundo comercial. Vamos, que no es rentable. Sin embargo, si se invierte de manera sostenida y responsable en estas tecnologías poco a poco lograremos ir sustituyendo algunos sistemas de los que usamos hoy en día en nuestras vidas y que se alimentan de electricidad fósil por electricidad proveniente del sol. Empezaremos por lo que menos consume y menso se nota, sí, pero poco a poco iremos avanzando en ese camino, y a medida que el sector crezca su rentabilidad también lo hará, y la inversión aumentará y esa industria despegará de verdad. Lenta y vacilante al principio, como el Solar Impulse, pero lo logrará.
Y es que además necesitamos que sea así., No nos damos cuenta, pero nuestra sociedad, nuestro modo de vida, incluso nuestra supervivencia como especie si me apuran, depende demasiado del petróleo. Su escasez acabaría con nuestras industrias, transportes y adelantos. Puede que no lo vea, pero somos cocainónamos sociales del oro negro, y eso puede acabar matándonos. Pasar de él y adoptar otra estructura energética será, como en todos los procesos de desintoxicación, difícil y costoso, y largo en el tiempo, pero debemos empezar a hacerlo, porque aunque no lo creamos, no tenemos todo el tiempo del mundo.
El avión tiene un aspecto muy frágil. Parece más un ejercicio de aeromodelismo con la escala equivocada. De enormes alas, cubiertas de paneles solares, con una cabina enana en la que el piloto no habrá encontrado comodidad alguna, un fuselaje largo y muy estrecho, amplio timón de cola y cuatro motores de eléctricos de hélice, el reto del Impulse era lograr el despegue, vuelo sostenido y aterrizaje sin consumir una gota de combustible. Supongo que el modelo que ahora vemos es el fruto de muchos ensayos, experimentos fallidos y pruebas más o menos exitosas. En su web oficial se cuentan algunas cosas de estas, y en la de Solvay, fabricante de células solares entre otras cosas y uno de los patrocinadores del asunto, se puede ver que este proyecto se empezó a gestar en el año 2003. Siete años de investigaciones, esfuerzos y trabajo, con un coste que según he oído se estima en torno a los 100 millones de euros, y que finalmente ha sido coronado con el éxito. Es cierto que el modelo triunfante aún es un prototipo, y si lo vemos comparado con el mundo de los coches, aún es más parecido a los modelos solares que vemos como atracción de feria que a los vehículos que usamos en el día a día, pero no es menos cierto que supone un avance considerable. Por primera vez se ha logrado un vuelo nocturno continuado sustentado solamente en las baterías, lo que demuestra la mejora de las mismas, y todo el aparato ha funcionado durante el tiempo de vuelo. Esto hace unos años era impensable. ¿Quiere decirse que los aviones comerciales del futuro serán así? No, no, esta tecnología es aún incapaz de hacer volar a grandes aparatos y con cargas pesadas y pasaje abundante, pero a escala este vuelo creo que es comparable con el que realizaron los hermanos Wright en 1903. También es importante porque enseña que la implantación de la tecnología solar, costosa e inmadura hoy en día, es uno de los caminos que debemos llevar a cabo en el futuro sí o si. Este proyecto, muy caro, sólo ha sido posible porque Solvay, Deutsche Bank y otros patrocinadores han puesto el dinero para ello y lo han usado como soporte publicitario. Es investigación aplicada, sí, pero en un estadio muy preliminar y completamente alejado del mundo comercial. Vamos, que no es rentable. Sin embargo, si se invierte de manera sostenida y responsable en estas tecnologías poco a poco lograremos ir sustituyendo algunos sistemas de los que usamos hoy en día en nuestras vidas y que se alimentan de electricidad fósil por electricidad proveniente del sol. Empezaremos por lo que menos consume y menso se nota, sí, pero poco a poco iremos avanzando en ese camino, y a medida que el sector crezca su rentabilidad también lo hará, y la inversión aumentará y esa industria despegará de verdad. Lenta y vacilante al principio, como el Solar Impulse, pero lo logrará.
Y es que además necesitamos que sea así., No nos damos cuenta, pero nuestra sociedad, nuestro modo de vida, incluso nuestra supervivencia como especie si me apuran, depende demasiado del petróleo. Su escasez acabaría con nuestras industrias, transportes y adelantos. Puede que no lo vea, pero somos cocainónamos sociales del oro negro, y eso puede acabar matándonos. Pasar de él y adoptar otra estructura energética será, como en todos los procesos de desintoxicación, difícil y costoso, y largo en el tiempo, pero debemos empezar a hacerlo, porque aunque no lo creamos, no tenemos todo el tiempo del mundo.
jueves, julio 15, 2010
El enemigo que nos rodea
Como era de esperar la sesión de ayer del debate sobre el estado de la nación no ofreció novedades, y sí el duelo dialéctico habitual, que no es útil al país y que muestra las enormes carencias de nuestros líderes, así que voy a hablar de algo muy distinto, y no muy bonito, por cierto. Una sentencia pionera, conocida esta semana, condena a la empresa Uralita a indemnizar a varios vecinos de las localidades catalanas en las que estaban sitas sus plantas por haber contraído enfermedades tras respirar el polvo de amianto que, sin control, salía de sus instalaciones. Que sepa yo, es el primer caso de este tipo en España.
Todos tendremos experiencias de fábricas que, en nuestras localidades, echan humo y porquerías sin control. En el caso de Elorrio, mi pueblo natal, no es una, sino un montón las empresas que, desde que tengo uso de razón, y bastante antes, no dejan de emitir humo, ceniza, polvo, ruido y suciedad sin control ni recato alguno. En una comarca y un pueblo dominado por la industria, lleno de fundiciones y estampaciones para automoción, esas chimeneas sucias eran y siguen siendo en parte sinónimo de riqueza y trabajo. Si la contaminación en el pueblo ha descendido en estos últimos años no ha sido por la concienciación ecológica, sino porque las crisis, esta y las anteriores, han ido cerrando empresas y arruinando sus chimeneas. Los niveles de cáncer que se registran en Elorrio son inmensos, y es triste, pero es difícil que alguno de sus residentes no tenga un familiar o conocido que no haya desarrollado la enfermedad. Al nivel “normal” de extensión de esta enfermedad se añade en los pueblos pequeños los problemas de cosanguineidad, que hacen que ciertas familias tengan sus cánceres propios heredados de padres a hijos de manera continua, pero aún así, hay demasiado cáncer en Elorrio. ¿Por qué? Se que hace años el Gobierno Vasco hizo análisis del agua que se consume, y dieron negativo, porque no es maravillosa pero sí es buena. No, el problema no está en el agua, sino en el aire, cargado de partículas y basura que día a día se respiran sin control. Metales pesados, óxidos, cenizas y a saber qué más que no dejan de salir de esos edificios medio ruinosos llenos de polvo y suciedad que están por todas partes. Eso lo sabe todo el mundo, pero lo que ocurre, no nos engañemos, es que si actuamos para evitarlo los costes económicos pueden ser tales que muchas empresas se verían abocadas al cierre, y en estos tiempos de crisis el de la contaminación es el menor de los problemas. Sin embargo, si hacemos un balance financiero de costes y beneficios, socialmente es rentable controlar todo eso. ¿Cuánto cuesta instalar un sistema de filtros para depurar lo que exhalan las chimeneas? ¿Cuánto cuesta un tratamiento contra el cáncer de garganta? ¿Contra la leucemia? ¿Cuánto supone para el estado las invalidades permanentes que muchas personas tienen, algunas desde la treintena?. Y eso sin contar los costes humanos y sentimentales que suponen estas enfermedades y su calvario de sufrimiento asociado, para el que las padece y los que les rodean. ¿En serio no es rentable hacer algo? Conocí un nuevo caso hace dos fines de semana, de una amiga mía un año menor que yo, cuya vida está arruinada, aunque afortunadamente parece que va a salir adelante, y el consejo que les dieron los médicos del hospital en el que le trataron fue que saliera del pueblo, que se fuera de allí, porque necesitaba respirar otro aire, y es lo que ella y su familia van a hacer.
Cuando llega septiembre y las temporadas de viento sur, muchos de los humos de las fábricas sitas junto a la casa de mis padres corren como locos y en su camino atraviesan el parvulario y el colegio público. Desde mi balcón llevo años viendo como, sin parar, esa ceniza apestosa se deposita en el asfalto, las ventanas y plantas de mi casa y, esto es lo peor, en los pulmones míos y en los de los críos, que juegan rodeados por ese enemigo silencioso y oscuro. A algunos no, pero a otros les marcará su futuro y, sí, les matará. ¿Veremos alguna vez en Elorrio sentencias como las de Uralita? Creo… confío en que sí.
Todos tendremos experiencias de fábricas que, en nuestras localidades, echan humo y porquerías sin control. En el caso de Elorrio, mi pueblo natal, no es una, sino un montón las empresas que, desde que tengo uso de razón, y bastante antes, no dejan de emitir humo, ceniza, polvo, ruido y suciedad sin control ni recato alguno. En una comarca y un pueblo dominado por la industria, lleno de fundiciones y estampaciones para automoción, esas chimeneas sucias eran y siguen siendo en parte sinónimo de riqueza y trabajo. Si la contaminación en el pueblo ha descendido en estos últimos años no ha sido por la concienciación ecológica, sino porque las crisis, esta y las anteriores, han ido cerrando empresas y arruinando sus chimeneas. Los niveles de cáncer que se registran en Elorrio son inmensos, y es triste, pero es difícil que alguno de sus residentes no tenga un familiar o conocido que no haya desarrollado la enfermedad. Al nivel “normal” de extensión de esta enfermedad se añade en los pueblos pequeños los problemas de cosanguineidad, que hacen que ciertas familias tengan sus cánceres propios heredados de padres a hijos de manera continua, pero aún así, hay demasiado cáncer en Elorrio. ¿Por qué? Se que hace años el Gobierno Vasco hizo análisis del agua que se consume, y dieron negativo, porque no es maravillosa pero sí es buena. No, el problema no está en el agua, sino en el aire, cargado de partículas y basura que día a día se respiran sin control. Metales pesados, óxidos, cenizas y a saber qué más que no dejan de salir de esos edificios medio ruinosos llenos de polvo y suciedad que están por todas partes. Eso lo sabe todo el mundo, pero lo que ocurre, no nos engañemos, es que si actuamos para evitarlo los costes económicos pueden ser tales que muchas empresas se verían abocadas al cierre, y en estos tiempos de crisis el de la contaminación es el menor de los problemas. Sin embargo, si hacemos un balance financiero de costes y beneficios, socialmente es rentable controlar todo eso. ¿Cuánto cuesta instalar un sistema de filtros para depurar lo que exhalan las chimeneas? ¿Cuánto cuesta un tratamiento contra el cáncer de garganta? ¿Contra la leucemia? ¿Cuánto supone para el estado las invalidades permanentes que muchas personas tienen, algunas desde la treintena?. Y eso sin contar los costes humanos y sentimentales que suponen estas enfermedades y su calvario de sufrimiento asociado, para el que las padece y los que les rodean. ¿En serio no es rentable hacer algo? Conocí un nuevo caso hace dos fines de semana, de una amiga mía un año menor que yo, cuya vida está arruinada, aunque afortunadamente parece que va a salir adelante, y el consejo que les dieron los médicos del hospital en el que le trataron fue que saliera del pueblo, que se fuera de allí, porque necesitaba respirar otro aire, y es lo que ella y su familia van a hacer.
Cuando llega septiembre y las temporadas de viento sur, muchos de los humos de las fábricas sitas junto a la casa de mis padres corren como locos y en su camino atraviesan el parvulario y el colegio público. Desde mi balcón llevo años viendo como, sin parar, esa ceniza apestosa se deposita en el asfalto, las ventanas y plantas de mi casa y, esto es lo peor, en los pulmones míos y en los de los críos, que juegan rodeados por ese enemigo silencioso y oscuro. A algunos no, pero a otros les marcará su futuro y, sí, les matará. ¿Veremos alguna vez en Elorrio sentencias como las de Uralita? Creo… confío en que sí.
miércoles, julio 14, 2010
Grecia vuelve al mercado
El mundial ha permitido a mucha gente evadirse de la realidad e instalarse en el mundo de los sueños del balón. Sin embargo no hay placebos eternos, y tras las resacas de este inicio de semana la realidad vuelve, en forma de huelga de metro de Madrid con servicios mínimos, de debate sobre el Estado de la Nación con, previsiblemente, escasos resultados, y, como no, problemas económicos, porque homenajeando al bueno de Monterroso, cuando el hincha futbolero despertó de su victoria, la crisis seguía allí.
Uno de los clásicos de la temporada que ayer asomó la cabeza en medio de las celebraciones fue Grecia. No se como a nadie, ni siquiera al gobierno, no se le ha ocurrido la idea de vender camisetas en las que ponga “No soy Grecia” o “NO somos como Grecia” y algunos templos derruidos hagan de fondo de las inscripciones. La cosa es que ayer Grecia volvió al mercado de emisiones de deuda y colocó 1.625 millones de euros. Los titulares de los medios, pese a ser variados, tratan a esta como una muy buena noticia, un síntoma de mejoría general de la economía griega y, por extensión, de la eurozona, lo que provocó alzas en las bolsas y en la cotización del euro. Miel sobre hojuelas. Leyendo un poco la noticia, sin embargo, la cosa a mi me parece bastante más oscura. Cierto es que Grecia ha vendido sus títulos, y con un margen interesante respecto a la oferta de los mismos que casi triplica su volumen, pero resulta que la deuda colocadas es a seis meses, es decir, vence el 13 de Enero de 2011, y a un tipo de interés del 4,65%. Para que se hagan una idea, España colocará el jueves una emisión de deuda a 15 años, a devolverla en 2025, vamos, y se espera un tipo de interés en torno al 4,4 o ligeramente superior. ¿Qué nos dice todo esto? Que para los inversores Grecia tiene tanto futuro en los próximos meses como España en los próximos años. Se me antoja muy difícil, por no decir imposible, que Grecia pueda crecer económicamente a una tasa del 4% como para generar recursos que le permitan en enero del año que viene devolver esos 1.625 millones de euros y su interés correspondiente. Lo de ayer más parece un ejercicio de usura o de especulación organizada que otra cosa. Se acude a la subasta y se compra a ese precio tan alto sabiendo que el gobierno heleno no podrá pagarlo, pero que otro lo hará en su lugar, y visto así la noticia no me parece tan buena. Sospecho que esto no es sino otro paso en el proceso de agonía, de muerte a cámara lenta que vive la economía griega y que ninguno de los países que asisten al espectáculo, léase la Unión europea y otros organismos internacionales, parecen ser capaces de asimilar ni de cortar por lo sano. Grecia va camino de la insolvencia, y lo mejor que se podría hacer es decretarla, de manera organizada, y reestructurar su deuda y pagos, pero ya. Varias emisiones más como las de ayer y el volumen de intereses a pagar se convertirán en explosivos e inabordables, no sólo para ellos, sino para el resto de Europa. Como verán, el problema, lejos de solucionarse, tiende a enquistarse, y eso no es bueno.
Así las cosas, ¿cómo se va a valorar en los test de estrés bancario el volumen de deuda griega? En este caso los bancos alemanes son los principales interesados en que no se haga “a la baja” y salgan mal en la foto. Algo parecido a lo que sucede en España con los créditos inmobiliarios, cuya forma de valorarlos en las pruebas empieza a poner nervioso al gobierno. Recordemos que las pruebas de esfuerzo sólo tranquilizarán, para eso se hacen, si se realizan de manera seria, objetiva y realista (traducido, Dura). Creo que es la semana que viene cuando se publican, y pueden dar un respiro en los mercados de cara al Agosto vacacional, pero en septiembre, sospecho, este dinosaurio de la crisis volverá con ánimos renovados.
Uno de los clásicos de la temporada que ayer asomó la cabeza en medio de las celebraciones fue Grecia. No se como a nadie, ni siquiera al gobierno, no se le ha ocurrido la idea de vender camisetas en las que ponga “No soy Grecia” o “NO somos como Grecia” y algunos templos derruidos hagan de fondo de las inscripciones. La cosa es que ayer Grecia volvió al mercado de emisiones de deuda y colocó 1.625 millones de euros. Los titulares de los medios, pese a ser variados, tratan a esta como una muy buena noticia, un síntoma de mejoría general de la economía griega y, por extensión, de la eurozona, lo que provocó alzas en las bolsas y en la cotización del euro. Miel sobre hojuelas. Leyendo un poco la noticia, sin embargo, la cosa a mi me parece bastante más oscura. Cierto es que Grecia ha vendido sus títulos, y con un margen interesante respecto a la oferta de los mismos que casi triplica su volumen, pero resulta que la deuda colocadas es a seis meses, es decir, vence el 13 de Enero de 2011, y a un tipo de interés del 4,65%. Para que se hagan una idea, España colocará el jueves una emisión de deuda a 15 años, a devolverla en 2025, vamos, y se espera un tipo de interés en torno al 4,4 o ligeramente superior. ¿Qué nos dice todo esto? Que para los inversores Grecia tiene tanto futuro en los próximos meses como España en los próximos años. Se me antoja muy difícil, por no decir imposible, que Grecia pueda crecer económicamente a una tasa del 4% como para generar recursos que le permitan en enero del año que viene devolver esos 1.625 millones de euros y su interés correspondiente. Lo de ayer más parece un ejercicio de usura o de especulación organizada que otra cosa. Se acude a la subasta y se compra a ese precio tan alto sabiendo que el gobierno heleno no podrá pagarlo, pero que otro lo hará en su lugar, y visto así la noticia no me parece tan buena. Sospecho que esto no es sino otro paso en el proceso de agonía, de muerte a cámara lenta que vive la economía griega y que ninguno de los países que asisten al espectáculo, léase la Unión europea y otros organismos internacionales, parecen ser capaces de asimilar ni de cortar por lo sano. Grecia va camino de la insolvencia, y lo mejor que se podría hacer es decretarla, de manera organizada, y reestructurar su deuda y pagos, pero ya. Varias emisiones más como las de ayer y el volumen de intereses a pagar se convertirán en explosivos e inabordables, no sólo para ellos, sino para el resto de Europa. Como verán, el problema, lejos de solucionarse, tiende a enquistarse, y eso no es bueno.
Así las cosas, ¿cómo se va a valorar en los test de estrés bancario el volumen de deuda griega? En este caso los bancos alemanes son los principales interesados en que no se haga “a la baja” y salgan mal en la foto. Algo parecido a lo que sucede en España con los créditos inmobiliarios, cuya forma de valorarlos en las pruebas empieza a poner nervioso al gobierno. Recordemos que las pruebas de esfuerzo sólo tranquilizarán, para eso se hacen, si se realizan de manera seria, objetiva y realista (traducido, Dura). Creo que es la semana que viene cuando se publican, y pueden dar un respiro en los mercados de cara al Agosto vacacional, pero en septiembre, sospecho, este dinosaurio de la crisis volverá con ánimos renovados.
martes, julio 13, 2010
Calles repletas
La celebración y fiesta que se vivió ayer en Madrid con motivo de la llegada de los jugadores de la selección de fútbol fue apoteósica. Lo vi por la tele, así que no estuve presente entre la multitud ni puedo contar nada de abrazos, empujones ni gritos a mis espaldas, pero las imágenes mostraban justo lo contrario de lo que fotografié el Domingo, la emoción desbordada frente a la ilusión contenida, la pasión frente al recogimiento, las calles repletas y ruidosas frente a las avenidas vacías y muertas, y todo en sólo veinticuatro horas de diferencia.
Lo que se pudo ver ayer por la tele era una sociedad alegre, enaltecida y fervorosa ante sus ídolos del deporte, ataviada de banderas nacionales liberadas de complejos y siendo feliz. Esta frase en sí misma tiene petróleo a la hora de analizarla y extraer conclusiones. Los periódicos, a parte de fotos grandiosas y artículos deportivos y de crónica social, recogerán hoy muchas reflexiones sobre lo que indica esta movilización, y hay montones de derivadas. Entre ellas yo me quiero fijar en dos. Una es la del seguimiento de la sociedad, el cómo ha encumbrado a este grupo de personas como sus líderes y referentes, y eso en parte puede ser debido a que el campo de juego del liderazgo está vacío en España. Mes a mes el CIS nos muestran como la percepción de los políticos es cada vez pero a ojos del ciudadano. Se han consolidado como el tercer problema de España, lo que es un dato alarmante, y nadie hace nada para solucionarlo. En todo el espectro político vemos mediocridad, falta de coraje, bajeza moral y una tendencia a echar las culpas a otros y no asumir responsabilidades propias de un infantilismo inmaduro. Muchos otros estamentos clásicos, como los sindicatos, patronal y otras entidades profesionales, ofrecen igualmente una imagen caduca, poco profesional y nada responsable, y la iglesia, referente estable en el tiempo, no pasa por su mejor momento que digamos. A la sociedad, como a la naturaleza, le horrorizan los vacíos, algo debe llenarlos, y esta selección de fútbol (recuerdo que, en mi opinión, el fútbol no es más que una tontería que no me gusta nada) ha llenado ese hueco, ha movilizado al país y ha sabido canalizar el ansia de liderazgo que demandaba en estos momentos. Probablemente sea un hecho pasajero, y cuando mañana empiece el debate sobre el estado de la nación y veamos el habitual cruce de reproche sen la tribuna entre ZP y Rajoy y notemos otra vez la huelga de metro en Madrid nos demos de bruces contra la realidad, pero está claro que los políticos de este país, ensimismados en sus ombligos personales e incapaces de ver más allá de las fronteras de su aldea, han sido barridos del mapa durante un par de días. La imagen de ayer en la Moncloa de cientos de personas alabando a Iniesta mientras que ZP no sabía que hacer era un buen síntoma de quién mandaba y quién no. La imagen de Iniesta y de Vicente del Bosque, el seleccionador, me permite hacer otra reflexión, que no tiene que ver con el deporte, sino con la profesionalidad. Iniesta es un tipo bajo, blanquito, casi calvo, feo de solemnidad y tímido hasta decir basta. Del Bosque es rechoncho, tiene un bigote desmelenado, aspecto similar al padre de Zipi y Zape y pose algo cutre.
Ninguno de ellos podría anunciar colonias, perfumes, calzoncillos o algo similar, y jamás serían portadas de revistas glamourosas ni de carne de pasarela. Son un deshecho para el mundo del marketing y de la imagen que nos domina. Pero son profesionales. De hecho son los mejores del mundo en su oficio. Alejados de la imagen de chulo y prepotente que está de moda, poseyendo modales correctos y educados, y siendo humildes y responsables, estas dos personas son la antítesis del modelo de comportamiento que se nos vende a todas horas en televisión y el resto de medios. Son gente normal, y triunfan, porque son buenos y normales. Esto parece obvio, y debiera serlo, pero es revolucionario. Y está bien.
Lo que se pudo ver ayer por la tele era una sociedad alegre, enaltecida y fervorosa ante sus ídolos del deporte, ataviada de banderas nacionales liberadas de complejos y siendo feliz. Esta frase en sí misma tiene petróleo a la hora de analizarla y extraer conclusiones. Los periódicos, a parte de fotos grandiosas y artículos deportivos y de crónica social, recogerán hoy muchas reflexiones sobre lo que indica esta movilización, y hay montones de derivadas. Entre ellas yo me quiero fijar en dos. Una es la del seguimiento de la sociedad, el cómo ha encumbrado a este grupo de personas como sus líderes y referentes, y eso en parte puede ser debido a que el campo de juego del liderazgo está vacío en España. Mes a mes el CIS nos muestran como la percepción de los políticos es cada vez pero a ojos del ciudadano. Se han consolidado como el tercer problema de España, lo que es un dato alarmante, y nadie hace nada para solucionarlo. En todo el espectro político vemos mediocridad, falta de coraje, bajeza moral y una tendencia a echar las culpas a otros y no asumir responsabilidades propias de un infantilismo inmaduro. Muchos otros estamentos clásicos, como los sindicatos, patronal y otras entidades profesionales, ofrecen igualmente una imagen caduca, poco profesional y nada responsable, y la iglesia, referente estable en el tiempo, no pasa por su mejor momento que digamos. A la sociedad, como a la naturaleza, le horrorizan los vacíos, algo debe llenarlos, y esta selección de fútbol (recuerdo que, en mi opinión, el fútbol no es más que una tontería que no me gusta nada) ha llenado ese hueco, ha movilizado al país y ha sabido canalizar el ansia de liderazgo que demandaba en estos momentos. Probablemente sea un hecho pasajero, y cuando mañana empiece el debate sobre el estado de la nación y veamos el habitual cruce de reproche sen la tribuna entre ZP y Rajoy y notemos otra vez la huelga de metro en Madrid nos demos de bruces contra la realidad, pero está claro que los políticos de este país, ensimismados en sus ombligos personales e incapaces de ver más allá de las fronteras de su aldea, han sido barridos del mapa durante un par de días. La imagen de ayer en la Moncloa de cientos de personas alabando a Iniesta mientras que ZP no sabía que hacer era un buen síntoma de quién mandaba y quién no. La imagen de Iniesta y de Vicente del Bosque, el seleccionador, me permite hacer otra reflexión, que no tiene que ver con el deporte, sino con la profesionalidad. Iniesta es un tipo bajo, blanquito, casi calvo, feo de solemnidad y tímido hasta decir basta. Del Bosque es rechoncho, tiene un bigote desmelenado, aspecto similar al padre de Zipi y Zape y pose algo cutre.
Ninguno de ellos podría anunciar colonias, perfumes, calzoncillos o algo similar, y jamás serían portadas de revistas glamourosas ni de carne de pasarela. Son un deshecho para el mundo del marketing y de la imagen que nos domina. Pero son profesionales. De hecho son los mejores del mundo en su oficio. Alejados de la imagen de chulo y prepotente que está de moda, poseyendo modales correctos y educados, y siendo humildes y responsables, estas dos personas son la antítesis del modelo de comportamiento que se nos vende a todas horas en televisión y el resto de medios. Son gente normal, y triunfan, porque son buenos y normales. Esto parece obvio, y debiera serlo, pero es revolucionario. Y está bien.
lunes, julio 12, 2010
Calles vacías
Probablemente ayer se batió el record de audiencia televisiva en España, puede que incluso se superen los registros de la época en la que sólo había un canal. Millones de personas se encerraron en sus casas como llamados por un decreto ley, y todo para ver un partido de fútbol, solamente eso. A medida que avanzaba la tarde el sonido de trompetas, bocinas, y demás artefactos ruidosos se iba apagando por las calles de Madrid y todos corrían como posesos hacia casas, bares y demás puntos de reunión.
¿Todos? No, parodiando al cómic de Asterix, algunos irreductibles decidimos aprovecha la tarde noche de ayer para ver un espectáculo que tiene que ver con el fútbol.. y no. Como he dicho muchas veces Internet es maravilloso, y a un genio se le ocurrió la semana pasada que se podía aprovechar la hora del partido, y la previsible e inmensa audiencia del mismo, para sacar fotos y contemplar los paisajes de nuestras ciudades vacíos, desolados. Proyecto para una España fantasma, lo llamó el creador, y yo decidí dar mi apoyo a la iniciativa. Así, con mi cámara y mucho calor, empecé mi recorrido a las 20:10 en torno a la esquina del Parque del Retiro con Odónell y Alcalá. Ya por entonces la circulación era escasa, y entre semáforo y semáforo se podían captar huecos inmensos. Me cogí el metro y me planté en Sol a las 20:30, al inicio de partido. Fuentes bastante desiertas y aficionados con banderas que más parecían perdidos en busca de un local que otra cosa. Subiendo por Preciados a Callao había gente, pero mucho menos de lo habitual, y ya en Callao la vista de Gran Vía era preciosa. Hacia la bajada de Plaza de España lo que más se veían eran autobuses, pero no muchos. Casi ningún coche y muy poco ruido. En la isleta que da continuación a la Avenida hacia Telefónica estábamos varias personas haciendo fotos, diría que más que los coches que nos perturbaban. Andando un poco llegué a la Red de San Luís, frente a la Telefónica. Y allí se veía ya el tercer tramo de la Gran Vía, de bajada hacia Alcalá, con algunos coches dispersos y poco más. Se podía andar por los pasos de cebra y los carriles sin mucha preocupación, y la vista, vacía, inmensa y silenciosa, era impactante. Como todavía quedaba luz decidí arriesgarme y cogí el metro hasta Cuatro caminos. Allí confluyen Santa Engracia, Bravo Murillo, Reina Victoria y Raimundo Fernández Villaverde, ambas cuatro muy desiertas, pero a excepción de esta última, la perspectiva no permitía tomar imágenes muy impactantes. Empecé a bajar Fernández Villaverde hacia Nuevos Ministerios, porque quería el premio gordo, ver la mayor calle de la ciudad, el Paseo de la Castellana, y comprobar si estaba desierta. Avanzando por la acera llega un momento en el que Fernández Villaverde se convierte en paso elevado sobre la Castellana y la acera sigue por los carriles laterales en descenso. Sin embargo avancé por el puente por una especie de acera pasillo que hay en los laterales de no más de cincuenta centímetros de ancho, llena de rebordes y obstáculos donde tropezarse y hacerse heridas en las piernas, ya que evidentemente no está pensada para caminar por ella. Así, entre sudores y cansancios, llegué a situarme sobre la mediana de la Castellana.
La vista hacia Nuevos Ministerios era desoladora, con más de diez carriles desiertos hacia la plaza de San Juan de la cruz, pero me di al vuelta, crucé andando los carriles del puente y miré hacia Plaza Castilla… y se hizo el vació. Casi dos kilómetros de avenida desiertos, con apenas tres o cuatros coches hasta donde podía distinguir, y un silencio sepulcral. La imagen era tremenda. Trabajo en esa calle, y acostumbrado a su ruido constante y tráfico demencial, la visión de ayer rozaba lo dramático. Estuve más de un cuarto de hora encima del puente, ensimismado, sobe el vacío, sobre la nada, sobre una ciudad que se recogía antes del bullicio de esta noche. Mereció la pena.
¿Todos? No, parodiando al cómic de Asterix, algunos irreductibles decidimos aprovecha la tarde noche de ayer para ver un espectáculo que tiene que ver con el fútbol.. y no. Como he dicho muchas veces Internet es maravilloso, y a un genio se le ocurrió la semana pasada que se podía aprovechar la hora del partido, y la previsible e inmensa audiencia del mismo, para sacar fotos y contemplar los paisajes de nuestras ciudades vacíos, desolados. Proyecto para una España fantasma, lo llamó el creador, y yo decidí dar mi apoyo a la iniciativa. Así, con mi cámara y mucho calor, empecé mi recorrido a las 20:10 en torno a la esquina del Parque del Retiro con Odónell y Alcalá. Ya por entonces la circulación era escasa, y entre semáforo y semáforo se podían captar huecos inmensos. Me cogí el metro y me planté en Sol a las 20:30, al inicio de partido. Fuentes bastante desiertas y aficionados con banderas que más parecían perdidos en busca de un local que otra cosa. Subiendo por Preciados a Callao había gente, pero mucho menos de lo habitual, y ya en Callao la vista de Gran Vía era preciosa. Hacia la bajada de Plaza de España lo que más se veían eran autobuses, pero no muchos. Casi ningún coche y muy poco ruido. En la isleta que da continuación a la Avenida hacia Telefónica estábamos varias personas haciendo fotos, diría que más que los coches que nos perturbaban. Andando un poco llegué a la Red de San Luís, frente a la Telefónica. Y allí se veía ya el tercer tramo de la Gran Vía, de bajada hacia Alcalá, con algunos coches dispersos y poco más. Se podía andar por los pasos de cebra y los carriles sin mucha preocupación, y la vista, vacía, inmensa y silenciosa, era impactante. Como todavía quedaba luz decidí arriesgarme y cogí el metro hasta Cuatro caminos. Allí confluyen Santa Engracia, Bravo Murillo, Reina Victoria y Raimundo Fernández Villaverde, ambas cuatro muy desiertas, pero a excepción de esta última, la perspectiva no permitía tomar imágenes muy impactantes. Empecé a bajar Fernández Villaverde hacia Nuevos Ministerios, porque quería el premio gordo, ver la mayor calle de la ciudad, el Paseo de la Castellana, y comprobar si estaba desierta. Avanzando por la acera llega un momento en el que Fernández Villaverde se convierte en paso elevado sobre la Castellana y la acera sigue por los carriles laterales en descenso. Sin embargo avancé por el puente por una especie de acera pasillo que hay en los laterales de no más de cincuenta centímetros de ancho, llena de rebordes y obstáculos donde tropezarse y hacerse heridas en las piernas, ya que evidentemente no está pensada para caminar por ella. Así, entre sudores y cansancios, llegué a situarme sobre la mediana de la Castellana.
La vista hacia Nuevos Ministerios era desoladora, con más de diez carriles desiertos hacia la plaza de San Juan de la cruz, pero me di al vuelta, crucé andando los carriles del puente y miré hacia Plaza Castilla… y se hizo el vació. Casi dos kilómetros de avenida desiertos, con apenas tres o cuatros coches hasta donde podía distinguir, y un silencio sepulcral. La imagen era tremenda. Trabajo en esa calle, y acostumbrado a su ruido constante y tráfico demencial, la visión de ayer rozaba lo dramático. Estuve más de un cuarto de hora encima del puente, ensimismado, sobe el vacío, sobre la nada, sobre una ciudad que se recogía antes del bullicio de esta noche. Mereció la pena.
viernes, julio 09, 2010
¡¡Mira Doc!!, es George, George McFly
Hoy me voy a abstraer de la actualidad diaria, cargada de noticias muy relevantes como la aprobación de la nueva ley de cajas, o la situación de distensión aparente que se vive en Cuba. Incluso voy a ningunear al pulpo Paul, que a este paso se va a convertir en la mascota oficial del gobierno de España, y es que buceando ayer por la red di con un aniversario que se me había pasado por completo, y es que el 3 de julio de 1985, hace una semana, se estrenó en Estados Unidos “Regreso al futuro” la primera película de lo que sería una trilogía mítica que, para que negarlo, me encanta.
Lo primero que me sucedió ayer cuando me di cuenta del aniversario es exclamar un “joder, ya han pasado 25 años” y supongo que puse una cara de compungido. No vi esa película en cine porque en aquellos tiempos el cine de Elorrio estaba cerrado y sólo servía para echar piedras en verano y bolas de nieve en invierno contra los cristales de la fachada, pero ni soy capaz de contar cuantas veces las he visto en televisión. Marty McFly y Doc Brown son una pareja mítica, adorable, maravillosa, que se lo pasa en grande saltando hacia el pasado o al futuro, y que cuentan unas historias fascinantes, emocionantes y divertidas. El argumetno básico de las tres películas es el de que Doc Brown, arquetipo del científico loco, ha inventado una máquina del tiempo que, por sucesos varios, es utilizada por Marty, un adolescente amigo suyo. En la primera película Marty viaja a los años sesenta y está a punto de frustrar el matrimonio de sus padres, en aquel momento adolescentes. Los acontecimientos se complican y finalmente logra unir nuevamente su padre George y su madre Lorraine. Las dos películas restantes ofrecen nuevos saltos temporales, al futuro y al oeste respectivamente, en los que se juega de manera constante y muy divertida con las paradojas temporales, los universos alternativos y muchas otras cuestiones de ese tipo. Los actores, Cristopher Lloyd como Doc y Michael j Fox como Marty, están soberbios, y al menos para mi esos serán los papeles con los que pasen a la historia. Los guiones son fabulosos, y hay diálogos maravillosos y muy divertidos que, en su contexto, son muy difíciles de superar. Y las pelis entretienen y hacen reír. Son un ejercicio de pura evasión bien hecha, con un espíritu aventurero que hoy en día escasea, y dan la sensación de que quienes trabajaron en ellas se lo pasaron como enanos, y logran transmitir esa frescura al público. La recaudación de las salas fue muy buena, y de hecho Wikipedia señala que fue la más taquillera de ese año 1985, con 210 millones de dólares de la época para un presupuesto de 19 millones. Lo coge ahora James Cameron y con lo que se gasta sería capaz hasta de crear el autentico condensador de flujo, y los pelos locos de Doc Brown serían tridimensionales y se saldrían de la pantalla, pero seguro que la historia sería aburrida, sosa y con poca gracia. Afortunadamente en la época aún quedaba algo de espíritu transgresor y friqui tecnológico, que fue capaz de alumbrar esta maravilla. La segunda y tercer aparte, pese a perder la novedad de los protagonistas y del esquema narrativo, logran mantener un nivel muy alto y no desmerecen para nada el original. Además tienen la ventaja de que como ya han mostrado a Doc joven y viejo eliminan la posibilidad de que Geoge Lucas haga una precuela…
¿Quieren un plan maravilloso para este caluroso fin de semana de Julio? Véanse las películas de Regreso al Futuro, suban al Delorean DMC 12, el coche en el que está instalada la máquina del tiempo y que todos los adictos a la serie ansiamos ver algún día moviéndose por la calle, conecten los circuitos temporales a la fecha que más deseen y prepárense para fluzear hacia el reino de la fantasía. Les aseguro que se lo van a pasar en grande, se divertirán y serán mucho más felices, verdad?? Doc????
Lo primero que me sucedió ayer cuando me di cuenta del aniversario es exclamar un “joder, ya han pasado 25 años” y supongo que puse una cara de compungido. No vi esa película en cine porque en aquellos tiempos el cine de Elorrio estaba cerrado y sólo servía para echar piedras en verano y bolas de nieve en invierno contra los cristales de la fachada, pero ni soy capaz de contar cuantas veces las he visto en televisión. Marty McFly y Doc Brown son una pareja mítica, adorable, maravillosa, que se lo pasa en grande saltando hacia el pasado o al futuro, y que cuentan unas historias fascinantes, emocionantes y divertidas. El argumetno básico de las tres películas es el de que Doc Brown, arquetipo del científico loco, ha inventado una máquina del tiempo que, por sucesos varios, es utilizada por Marty, un adolescente amigo suyo. En la primera película Marty viaja a los años sesenta y está a punto de frustrar el matrimonio de sus padres, en aquel momento adolescentes. Los acontecimientos se complican y finalmente logra unir nuevamente su padre George y su madre Lorraine. Las dos películas restantes ofrecen nuevos saltos temporales, al futuro y al oeste respectivamente, en los que se juega de manera constante y muy divertida con las paradojas temporales, los universos alternativos y muchas otras cuestiones de ese tipo. Los actores, Cristopher Lloyd como Doc y Michael j Fox como Marty, están soberbios, y al menos para mi esos serán los papeles con los que pasen a la historia. Los guiones son fabulosos, y hay diálogos maravillosos y muy divertidos que, en su contexto, son muy difíciles de superar. Y las pelis entretienen y hacen reír. Son un ejercicio de pura evasión bien hecha, con un espíritu aventurero que hoy en día escasea, y dan la sensación de que quienes trabajaron en ellas se lo pasaron como enanos, y logran transmitir esa frescura al público. La recaudación de las salas fue muy buena, y de hecho Wikipedia señala que fue la más taquillera de ese año 1985, con 210 millones de dólares de la época para un presupuesto de 19 millones. Lo coge ahora James Cameron y con lo que se gasta sería capaz hasta de crear el autentico condensador de flujo, y los pelos locos de Doc Brown serían tridimensionales y se saldrían de la pantalla, pero seguro que la historia sería aburrida, sosa y con poca gracia. Afortunadamente en la época aún quedaba algo de espíritu transgresor y friqui tecnológico, que fue capaz de alumbrar esta maravilla. La segunda y tercer aparte, pese a perder la novedad de los protagonistas y del esquema narrativo, logran mantener un nivel muy alto y no desmerecen para nada el original. Además tienen la ventaja de que como ya han mostrado a Doc joven y viejo eliminan la posibilidad de que Geoge Lucas haga una precuela…
¿Quieren un plan maravilloso para este caluroso fin de semana de Julio? Véanse las películas de Regreso al Futuro, suban al Delorean DMC 12, el coche en el que está instalada la máquina del tiempo y que todos los adictos a la serie ansiamos ver algún día moviéndose por la calle, conecten los circuitos temporales a la fecha que más deseen y prepárense para fluzear hacia el reino de la fantasía. Les aseguro que se lo van a pasar en grande, se divertirán y serán mucho más felices, verdad?? Doc????
jueves, julio 08, 2010
Cuestión de ventosas
Uno de los personajes de la semana, y que en virtud del resultado de cierto partido de fútbol celebrado ayer ha ascendido a la categoría de mito, es el pulpo Paul. Este animalejo, por el método de escoger la urna con la bandera señalada y atrapar el mejillón correspondiente, ha acertado el resultado de todos los partidos que ha jugado Alemania en este mundial que, por fin, ya se acaba. Todos, incluido el de ayer. A parte del hecho de dedicar horas de telediario a la actuación de un pulpo en una piscina, nos podemos preguntar si Paul es un gurú encubierto, y si bajo sus tentáculos se esconde un cerebro capaz de elucubrar el futuro.
La respuesta obvia es no. Paul ha tenido mucha suerte, pero ha demostrado que la predicción de los sucesos aleatorios es, en sí misma, aleatoria. Cientos de analistas y estudiosos del fútbol se han devanado los sesos por saber si ganaría España o Alemania, y seguro que el resultado estaría sesgado en función del país de residencia de los analistas. Paul ha tirado una moneda y, con un 50% de probabilidad, ha acertado. Esto mismo se puede extender a otros muchos ámbitos, aparentemente más serios pero igualmente caóticos e inciertos. ¿Por qué ayer la bolsa subió más de un 3%? Tendrán hoy en las webs muchas respuestas a esta pregunta que no existían ayer por la mañana, porque no eran visibles ni mensurables. Hay una leyenda, que si no es cierta merecería serlo, que dice que una banco de inversión norteamericano creo hace años dos equipos de inversores de bolsa. Uno de ellos realizaba análisis concienzudos del valor de las empresas, su situación y el estado general de la economía, y en función de eso elaboraban su cartera y compraba y vendía acciones. El otro se juntaba en una sala, y en una corchera de la pared ponía papeles en los que estaban impresos los nombres de las empresas cotizadas, y desde el otro extremo de la habitación se turnaban a lanzar dardos. Las empresas “acertadas” en los lanzamientos eran las que se escogían para comprar ese día. La historia dice que con el paso de los días llegó un momento en el que era casi imposible distinguir, para un observador externo, cual de las dos carteras de activos era la seria y cual la cachonda, por así llamarlas Por cierto, para el Word cachonda no existe, será pecaminosa….). Si eso sucedía en un mercado bursátil normal, en la situación de descontrol absoluto en la que vivimos seguro que el método del dardo cobraría ventaja frente al sesudo pensador. ¿Sería por tanto el dardo un gurú? ¿O el fabricante de la punta el visionario que pensaba en el rendimiento financiero cuando esmerilaba el acero?. No, es todo mucho más simple y desconcertante. Puro azar, ante el que nos encontramos desnudos. Tenemos complejos modelos matemáticos que, basados en supuestos reales o no, determinan las probabilidades de que cierto suceso ocurra, y que demuestran ser útiles en el largo plazo para fenómenos generalizados, como es el caso de los seguros de vida, pólizas de riesgo y demás, pero que son completamente inútiles para determinar el resultado de una observación a priori. Cada vez que lanzo una moneda al aire siempre tengo un 50% de probabilidad de acertar, pero nunca estaré seguro del resultado que voy a obtener, y si hago cientos de tiradas y en cada una de ellas apuesto dinero al final probablemente gane tanto como pierda, pero en cada tirada ocurrirá una sola cosa.
¿Cómo admitimos esto? El hecho de encontrarnos inermes ante el azar, el no poder hacer frente a su capricho, es deprimente. Sin embargo, pensemos que también el azar es la fuente de sorpresas que genera una vida rica y variada. Piense usted en que su mera existencia, el hecho de que ahora lea estas líneas o tenga una resaca enorme tras al celebración del partido es el fruto de miles, millones de casualidades que han provocado finalmente la existencia de cada uno de nosotros en este momento del tiempo y del espacio. Debemos nuestra vida a ese azar infinito, y no sólo nosotros. Paul también.
La respuesta obvia es no. Paul ha tenido mucha suerte, pero ha demostrado que la predicción de los sucesos aleatorios es, en sí misma, aleatoria. Cientos de analistas y estudiosos del fútbol se han devanado los sesos por saber si ganaría España o Alemania, y seguro que el resultado estaría sesgado en función del país de residencia de los analistas. Paul ha tirado una moneda y, con un 50% de probabilidad, ha acertado. Esto mismo se puede extender a otros muchos ámbitos, aparentemente más serios pero igualmente caóticos e inciertos. ¿Por qué ayer la bolsa subió más de un 3%? Tendrán hoy en las webs muchas respuestas a esta pregunta que no existían ayer por la mañana, porque no eran visibles ni mensurables. Hay una leyenda, que si no es cierta merecería serlo, que dice que una banco de inversión norteamericano creo hace años dos equipos de inversores de bolsa. Uno de ellos realizaba análisis concienzudos del valor de las empresas, su situación y el estado general de la economía, y en función de eso elaboraban su cartera y compraba y vendía acciones. El otro se juntaba en una sala, y en una corchera de la pared ponía papeles en los que estaban impresos los nombres de las empresas cotizadas, y desde el otro extremo de la habitación se turnaban a lanzar dardos. Las empresas “acertadas” en los lanzamientos eran las que se escogían para comprar ese día. La historia dice que con el paso de los días llegó un momento en el que era casi imposible distinguir, para un observador externo, cual de las dos carteras de activos era la seria y cual la cachonda, por así llamarlas Por cierto, para el Word cachonda no existe, será pecaminosa….). Si eso sucedía en un mercado bursátil normal, en la situación de descontrol absoluto en la que vivimos seguro que el método del dardo cobraría ventaja frente al sesudo pensador. ¿Sería por tanto el dardo un gurú? ¿O el fabricante de la punta el visionario que pensaba en el rendimiento financiero cuando esmerilaba el acero?. No, es todo mucho más simple y desconcertante. Puro azar, ante el que nos encontramos desnudos. Tenemos complejos modelos matemáticos que, basados en supuestos reales o no, determinan las probabilidades de que cierto suceso ocurra, y que demuestran ser útiles en el largo plazo para fenómenos generalizados, como es el caso de los seguros de vida, pólizas de riesgo y demás, pero que son completamente inútiles para determinar el resultado de una observación a priori. Cada vez que lanzo una moneda al aire siempre tengo un 50% de probabilidad de acertar, pero nunca estaré seguro del resultado que voy a obtener, y si hago cientos de tiradas y en cada una de ellas apuesto dinero al final probablemente gane tanto como pierda, pero en cada tirada ocurrirá una sola cosa.
¿Cómo admitimos esto? El hecho de encontrarnos inermes ante el azar, el no poder hacer frente a su capricho, es deprimente. Sin embargo, pensemos que también el azar es la fuente de sorpresas que genera una vida rica y variada. Piense usted en que su mera existencia, el hecho de que ahora lea estas líneas o tenga una resaca enorme tras al celebración del partido es el fruto de miles, millones de casualidades que han provocado finalmente la existencia de cada uno de nosotros en este momento del tiempo y del espacio. Debemos nuestra vida a ese azar infinito, y no sólo nosotros. Paul también.
miércoles, julio 07, 2010
Ufffff!!!!!!!!!
No podía ser de otra manera. En el año de la meteorología perfecta, en el que llueve en primavera y se congela todo en invierno, el calor tenía que llegar para San Fermín. Si con el chupinazo de ayer y el 7 de Julio de hoy se da por inaugurado el verano festivo nacional, el calor típico de estas fechas ya está aquí con la primera gran ola de calor, y es de las duras. Para hoy más de veinte provincias están en alerta por intenso calor, con máximas que superarán los cuarenta en muchos puntos y que en todo caso harán la vida algo más difícil de lo habitual, y para mañana se espera el pico máximo de este episodio.
Vivir a cuarenta grados es complicado. La prudencia, y la higiene, exigen hacerlo a un ritmo inferior a lo normal. De lo contrario el riesgo de una lipotimia o de acabar encharcados en nuestro propio sudor es muy elevado. Gran parte de las actividades exteriores se convierten en peligrosas. Así, limpiadores públicos, obreros de la construcción y demás no tienen otra que parar su actividad a las horas más peligrosas. Esto es complicado de entender para los que, como yo, venimos de una zona donde los veranos son suaves y los días contados de treinta grados suponen noticia de portada en los periódicos. Sin embargo, en una ciudad como Madrid es habitual que haya bastantes días seguidos a lo largo del verano con máximas por encima de los 35, y sus noches calurosas asociadas. Es inevitable que esto provoque disfunciones, empezando porque no se descansa muy bien por la noche. No es mi caso, porque siempre duermo poco y mal, pero ya he empezado la temporada de bañador sobre la cama y nada más, y eso en Elorrio es, directamente, impensable. Despierto por la noche, en medio del calor, noto que no soy el único, ni el que peor lo está pasando. Los grillos, chicharras y demás insectos siguen haciendo de noche su desagradable ruido, ese cri cri cri molesto, esa especie de vuvuzela animal que molesta tanto como la que es soplada por los animales de los estadios, y me imagino como en las casas en las que hay niños o personas mayores al calor se suman los desvelos, los paseos intempestivos y más calor y sudor. Y para cuando ya no lo esperas resulta que es la hora de ir a trabajar, y con una noche de descanso reparador convertida en un simulacro de tortura china se encaminan muchos a sus labores, completamente agotados y descentrados. Conducir, hacer trabajos de precisión y otras labores serán mucho más complicadas después de una noche así, y la irritabilidad de las personas también aumentará al no haber descansado. Y como te toque en el camino al trabajo un metro sin aire acondicionado y cargado de personas, como me ha pasado hoy en la línea 7, la sensación de uffff, esto es duro (por decir algo suave) se extiende. El calor poco a poco se asienta en estaciones de metro, túneles e intercambiadores, que en los próximos meses van a estar hirvientes independientemente de que en superficie refresque o no. La inercia térmica de estos lugares es muy elevada, y cuando el otoño empiece a doblegar a los termómetros, seguirán siendo el lugar en el que se refugie el verano, sus calores y agobios. Paciencia, porque esto no ha hecho más que empezar.
La pregunta surge siempre. ¿Va a ser un verano duro? Las predicciones oficiales de la AEMET dicen que será ligeramente más cálido de lo habitual, pero algún instituto americano ha dicho justo lo contrario, y lo cierto es que los modelos estacionales para Europa suelen fallar bastante, por lo que a saber. De momento pónganse a resguardo hoy y mañana, los días más duros de este episodio, sobre todo si vive en el sur y centro de España. Parece que para el fin de semana la cosa se relajará y tendremos agradables máximas de “treinta y pocos”. Alguno que yo me se (DCM) ya estará desesperado, deseando huir del infierno madrileño, pero puede consolarse porque su deseo se va a cumplir en breve….
Vivir a cuarenta grados es complicado. La prudencia, y la higiene, exigen hacerlo a un ritmo inferior a lo normal. De lo contrario el riesgo de una lipotimia o de acabar encharcados en nuestro propio sudor es muy elevado. Gran parte de las actividades exteriores se convierten en peligrosas. Así, limpiadores públicos, obreros de la construcción y demás no tienen otra que parar su actividad a las horas más peligrosas. Esto es complicado de entender para los que, como yo, venimos de una zona donde los veranos son suaves y los días contados de treinta grados suponen noticia de portada en los periódicos. Sin embargo, en una ciudad como Madrid es habitual que haya bastantes días seguidos a lo largo del verano con máximas por encima de los 35, y sus noches calurosas asociadas. Es inevitable que esto provoque disfunciones, empezando porque no se descansa muy bien por la noche. No es mi caso, porque siempre duermo poco y mal, pero ya he empezado la temporada de bañador sobre la cama y nada más, y eso en Elorrio es, directamente, impensable. Despierto por la noche, en medio del calor, noto que no soy el único, ni el que peor lo está pasando. Los grillos, chicharras y demás insectos siguen haciendo de noche su desagradable ruido, ese cri cri cri molesto, esa especie de vuvuzela animal que molesta tanto como la que es soplada por los animales de los estadios, y me imagino como en las casas en las que hay niños o personas mayores al calor se suman los desvelos, los paseos intempestivos y más calor y sudor. Y para cuando ya no lo esperas resulta que es la hora de ir a trabajar, y con una noche de descanso reparador convertida en un simulacro de tortura china se encaminan muchos a sus labores, completamente agotados y descentrados. Conducir, hacer trabajos de precisión y otras labores serán mucho más complicadas después de una noche así, y la irritabilidad de las personas también aumentará al no haber descansado. Y como te toque en el camino al trabajo un metro sin aire acondicionado y cargado de personas, como me ha pasado hoy en la línea 7, la sensación de uffff, esto es duro (por decir algo suave) se extiende. El calor poco a poco se asienta en estaciones de metro, túneles e intercambiadores, que en los próximos meses van a estar hirvientes independientemente de que en superficie refresque o no. La inercia térmica de estos lugares es muy elevada, y cuando el otoño empiece a doblegar a los termómetros, seguirán siendo el lugar en el que se refugie el verano, sus calores y agobios. Paciencia, porque esto no ha hecho más que empezar.
La pregunta surge siempre. ¿Va a ser un verano duro? Las predicciones oficiales de la AEMET dicen que será ligeramente más cálido de lo habitual, pero algún instituto americano ha dicho justo lo contrario, y lo cierto es que los modelos estacionales para Europa suelen fallar bastante, por lo que a saber. De momento pónganse a resguardo hoy y mañana, los días más duros de este episodio, sobre todo si vive en el sur y centro de España. Parece que para el fin de semana la cosa se relajará y tendremos agradables máximas de “treinta y pocos”. Alguno que yo me se (DCM) ya estará desesperado, deseando huir del infierno madrileño, pero puede consolarse porque su deseo se va a cumplir en breve….
martes, julio 06, 2010
Una pasión que no me desborda
Este fin de semana, un poco más largo para mi, ha sido pródigo en acontecimientos deportivos, en los que si uno se fija sólo han ganado los españoles. Lorenzo ganó la carrera barcelonesa de Moto GP, el Tour de Francia ha comenzado con Alberto Contador como favorito, Nadal, la personalidad más interesante de todas, ha ganado su segundo Wimbledon, y el sábado por la noche once señores en pantalones cortos metieron una pelota entre tres palos, cosa que no consiguieron los señores de enfrente. Gracias a este logro el país está desbordado de pasión y alegría.
Y yo, qué quieren que les diga, asisto entre asombrado y asustado a este despliegue de emociones. No me ha gustado el deporte desde pequeño, y siempre he pensad que no tiene nada de meritorio ni elogioso el ganar una carrera, o un partido de lo que sea. Son profesionales y ese es su trabajo, remunerado de una manera gloriosa, por cierto. No negaré que me hacían ilusión las victorias de Indurain en el Tour, quizás porque en aquella época cogía la bici y daba vueltas muy largas, que hoy añoro poder hacer, pero si hace años veía poco deporte ahora es prácticamente nada. Así, el éxtasis colectivo desatado por la actuación de la selección de fútbol me da absolutamente igual. Sí me interesa el efecto económico, pasajero pero existente, que tendría una victoria en el mundial. Elevaría la demanda y el consumo nacional durante algunos días y sería una especia de alegría general, en la que yo no participaría, pero que vendría bien al país. De todas maneras sería un efecto pasajero, porque año tras año tenemos puntualmente una macrofiesta de consumo desenfrenado llamada Navidad que en estos últimos tres no ha evitado que tras su final la crisis siguiera campando a sus anchas. De todas maneras la gente está como histérica por un partido de fútbol. Pega gritos, salta, llora de alegría o de decepción, alcanza un éxtasis absoluto por algo que me parece tan ridículo, aburrido y vacío como un partido de fútbol, y la verdad es que no lo entiendo. Supongo que desde pequeños nos han tratado de enseñar que el fútbol es poderoso, grande, enorme, lo mejor, y que debemos adorarlo como si a un Dios se tratase, y que sus jugadores son los representantes de este Dios en la tierra. Y que da igual que la mayoría sean chulos, arrogantes, descarados, incultos, zafios y potenciales consumidores de sustancias dopantes y drogas varias. Son futbolistas, y eso les convierte en la especie elegida, a los que se debe imitar. Los dirigentes políticos de todos los países miran con fervor a sus selecciones, reales o inventadas, y siguen con pasión sus partidos en vez de hacer su trabajo, como tuvimos ocasión de comprobar en la pasada cumbre del G20 en Toronto, en la que el único acuerdo que se alcanzó fue que todos debían estar en la sala en la que desde una televisión, se emitían los partidos del mundial. Y de mientras nos gastábamos millones de euros en organizar ese cónclave los dirigentes reían y se disputaban quién ganaba su partido y a nadie le parecía mal. Parados por doquier en una Europa decadente, acuciantes problemas financieros y estratégicos en un mundo cada vez más convulso y complejo…. Y Merkel, Cameron y Obama se pasan varias horas de la cumbre mirando una pantalla con fondo verde y un balón rodante, y el resto rabiaban porque ya habían sido eliminados.
Lo siento, pero no lo entiendo. Algo en el proceso de adoctrinamiento infantil falló en mi y no caí en las garras del fútbol. Esta semana en España, y en otros tres países, no se pensará en otra cosa, pero les juro por lo que más quieran que me da igual lo que pase en los partidos de marras. No pienso verlos, y pese a ello será imposible que no me entere del resultado, y cuando desde casa oiga gritos de júbilo o expresiones de tristeza, todo ello aderezado con el sonido de las malditas vuvuzelas, miraré al techo y me quedaré asombrado porque lo que a mi me parece una tontería tan aburrida despierte esas pasiones.
Y yo, qué quieren que les diga, asisto entre asombrado y asustado a este despliegue de emociones. No me ha gustado el deporte desde pequeño, y siempre he pensad que no tiene nada de meritorio ni elogioso el ganar una carrera, o un partido de lo que sea. Son profesionales y ese es su trabajo, remunerado de una manera gloriosa, por cierto. No negaré que me hacían ilusión las victorias de Indurain en el Tour, quizás porque en aquella época cogía la bici y daba vueltas muy largas, que hoy añoro poder hacer, pero si hace años veía poco deporte ahora es prácticamente nada. Así, el éxtasis colectivo desatado por la actuación de la selección de fútbol me da absolutamente igual. Sí me interesa el efecto económico, pasajero pero existente, que tendría una victoria en el mundial. Elevaría la demanda y el consumo nacional durante algunos días y sería una especia de alegría general, en la que yo no participaría, pero que vendría bien al país. De todas maneras sería un efecto pasajero, porque año tras año tenemos puntualmente una macrofiesta de consumo desenfrenado llamada Navidad que en estos últimos tres no ha evitado que tras su final la crisis siguiera campando a sus anchas. De todas maneras la gente está como histérica por un partido de fútbol. Pega gritos, salta, llora de alegría o de decepción, alcanza un éxtasis absoluto por algo que me parece tan ridículo, aburrido y vacío como un partido de fútbol, y la verdad es que no lo entiendo. Supongo que desde pequeños nos han tratado de enseñar que el fútbol es poderoso, grande, enorme, lo mejor, y que debemos adorarlo como si a un Dios se tratase, y que sus jugadores son los representantes de este Dios en la tierra. Y que da igual que la mayoría sean chulos, arrogantes, descarados, incultos, zafios y potenciales consumidores de sustancias dopantes y drogas varias. Son futbolistas, y eso les convierte en la especie elegida, a los que se debe imitar. Los dirigentes políticos de todos los países miran con fervor a sus selecciones, reales o inventadas, y siguen con pasión sus partidos en vez de hacer su trabajo, como tuvimos ocasión de comprobar en la pasada cumbre del G20 en Toronto, en la que el único acuerdo que se alcanzó fue que todos debían estar en la sala en la que desde una televisión, se emitían los partidos del mundial. Y de mientras nos gastábamos millones de euros en organizar ese cónclave los dirigentes reían y se disputaban quién ganaba su partido y a nadie le parecía mal. Parados por doquier en una Europa decadente, acuciantes problemas financieros y estratégicos en un mundo cada vez más convulso y complejo…. Y Merkel, Cameron y Obama se pasan varias horas de la cumbre mirando una pantalla con fondo verde y un balón rodante, y el resto rabiaban porque ya habían sido eliminados.
Lo siento, pero no lo entiendo. Algo en el proceso de adoctrinamiento infantil falló en mi y no caí en las garras del fútbol. Esta semana en España, y en otros tres países, no se pensará en otra cosa, pero les juro por lo que más quieran que me da igual lo que pase en los partidos de marras. No pienso verlos, y pese a ello será imposible que no me entere del resultado, y cuando desde casa oiga gritos de júbilo o expresiones de tristeza, todo ello aderezado con el sonido de las malditas vuvuzelas, miraré al techo y me quedaré asombrado porque lo que a mi me parece una tontería tan aburrida despierte esas pasiones.
viernes, julio 02, 2010
El oscuro problema de la luz
Entre los muchos asuntos que ocupan y preocupan en el mundo económico hay uno muy trascendente que, en pocas ocasiones, está mereciendo la atención debida por parte de los medios generalistas, no así de los especializados, que es el de la energía y, concretamente, el sector eléctrico, y los problemas que se están generando en él. Fíjense si será importante que es el primer campo en el que PP y PSOE han llegado a un acuerdo con el objeto de no subir la luz en julio, cosa que parece positiva pero que esconde un reverso muy tenebroso. La imagen de Sebastián y Montoro reunidos y acordando es rara, verdad? ¿Qué es lo que está pasando?
Simplificando mucho las cosas, son dos los principales problemas del sector. Uno es el llamado déficit tarifario, que proviene de la época del PP. En ese momento se acordó, con objeto de abaratar la factura al consumidor, que el recibo de la luz no recogiera el coste que la norma del gobierno reconocía a las eléctricas por generar la energía, de tal manera que lo que pagamos cada mes no es suficiente. Eso genera el reconocimiento de un derecho de cobro por parte de las empresas, derechos que con el tiempo, sin que nadie haya tocado el sistema de tarifas, han ido aumentando de volumen y que ahora se sitúan, creo, por encima de los 7.000 millones de euros. Se ha tratado de “titulizar” (fea palabrota, sí) esos derechos en forma de deuda y emitirla, con el aval del gobierno, para así obtener recursos y saldar el problema (conozco incluso a algunos de los valientes que han trabajado en eso) pero la situación actual de sobreendeudamiento del mismo estado impide avanzar en ese punto. El otro gran frente de batalla son las primas de las renovables, que son las subvenciones que el gobierno paga a las empresas que crean parques de producción eléctrica renovable (eólica y solar, principalmente) para compensar los elevados costes que tiene la inversión en una tecnología que aún no está madura. Visto en frío es una beuna idea que permite potenciar un sector tecnológico y de futuro en España, pero como siempre sucede, al calor de las subvenciones, y junto con empresas serias y proyectos de verdad, han aparecido muchos listos, que han cobrado mucho pero que han generado poca energía en parques, especialmente solares, de dudosa eficacia. El volumen de las primas alcanzó también el pasado año unas cifra de varios miles de millones de euros. Con la crisis y la falta de recursos, el gobierno lanzó hace unas semanas la idea de suprimirlas, incluso con carácter retroactivo, pero las empresas del sector, entre las que están las eléctricas de toda la vida y nuevas competidoras como Acciona, Abengoa y ACS, por poner algunas, se pusieron hechas una furia, porque han desarrollado grandes proyectos que sólo eran rentables con esas subvenciones recibidas, y desde hace algunas semanas publican en prensa artículos que, con más o menos indignación, cargan contra el gobierno y su idea de retirar las ayudas. Lo cierto es que al calor de las primas se ha montado un negocio muy boyante, con miles de empresas, trabajadores e inversores españoles y del resto del mundo, algunos hablan incluso de una burbuja solar, y la indefinición que se ha creado por la nueva política del gobierno está afectando muy seriamente a la credibilidad del mismo, y a las cuentas de las empresas del sector, algunas de ellas muy poderosas y con enromes influencias políticas.
Como verán, todo un lío, y eso que no he dicho nada sobre el melón nuclear que nadie en España quiere ni siquiera debatir. Está pendiente la decisión sobre donde ubicar el famoso ATC, o si es necesario construir nuevas centrales nucleares, incluso suena el runrún (ojala sea cierto) de que Garoña puede no ser cerrada finalmente, como consecuencia del pacto PSOE PP sobre la energía. En fin, un asunto muy complicado. Conozco a algunas personas que trabajan en el Ministerio en este campo y les aseguro que están todo el día con las pilas cargadas y pero llegan a casa muy bajos de tensión……. ánimos!!
El Lunes me lo cojo festivo. Hasta el Martes 6 de Julio. Disfruten del calor.
Simplificando mucho las cosas, son dos los principales problemas del sector. Uno es el llamado déficit tarifario, que proviene de la época del PP. En ese momento se acordó, con objeto de abaratar la factura al consumidor, que el recibo de la luz no recogiera el coste que la norma del gobierno reconocía a las eléctricas por generar la energía, de tal manera que lo que pagamos cada mes no es suficiente. Eso genera el reconocimiento de un derecho de cobro por parte de las empresas, derechos que con el tiempo, sin que nadie haya tocado el sistema de tarifas, han ido aumentando de volumen y que ahora se sitúan, creo, por encima de los 7.000 millones de euros. Se ha tratado de “titulizar” (fea palabrota, sí) esos derechos en forma de deuda y emitirla, con el aval del gobierno, para así obtener recursos y saldar el problema (conozco incluso a algunos de los valientes que han trabajado en eso) pero la situación actual de sobreendeudamiento del mismo estado impide avanzar en ese punto. El otro gran frente de batalla son las primas de las renovables, que son las subvenciones que el gobierno paga a las empresas que crean parques de producción eléctrica renovable (eólica y solar, principalmente) para compensar los elevados costes que tiene la inversión en una tecnología que aún no está madura. Visto en frío es una beuna idea que permite potenciar un sector tecnológico y de futuro en España, pero como siempre sucede, al calor de las subvenciones, y junto con empresas serias y proyectos de verdad, han aparecido muchos listos, que han cobrado mucho pero que han generado poca energía en parques, especialmente solares, de dudosa eficacia. El volumen de las primas alcanzó también el pasado año unas cifra de varios miles de millones de euros. Con la crisis y la falta de recursos, el gobierno lanzó hace unas semanas la idea de suprimirlas, incluso con carácter retroactivo, pero las empresas del sector, entre las que están las eléctricas de toda la vida y nuevas competidoras como Acciona, Abengoa y ACS, por poner algunas, se pusieron hechas una furia, porque han desarrollado grandes proyectos que sólo eran rentables con esas subvenciones recibidas, y desde hace algunas semanas publican en prensa artículos que, con más o menos indignación, cargan contra el gobierno y su idea de retirar las ayudas. Lo cierto es que al calor de las primas se ha montado un negocio muy boyante, con miles de empresas, trabajadores e inversores españoles y del resto del mundo, algunos hablan incluso de una burbuja solar, y la indefinición que se ha creado por la nueva política del gobierno está afectando muy seriamente a la credibilidad del mismo, y a las cuentas de las empresas del sector, algunas de ellas muy poderosas y con enromes influencias políticas.
Como verán, todo un lío, y eso que no he dicho nada sobre el melón nuclear que nadie en España quiere ni siquiera debatir. Está pendiente la decisión sobre donde ubicar el famoso ATC, o si es necesario construir nuevas centrales nucleares, incluso suena el runrún (ojala sea cierto) de que Garoña puede no ser cerrada finalmente, como consecuencia del pacto PSOE PP sobre la energía. En fin, un asunto muy complicado. Conozco a algunas personas que trabajan en el Ministerio en este campo y les aseguro que están todo el día con las pilas cargadas y pero llegan a casa muy bajos de tensión……. ánimos!!
El Lunes me lo cojo festivo. Hasta el Martes 6 de Julio. Disfruten del calor.
jueves, julio 01, 2010
El día del IVA
Hoy los servicios mínimos del metro vuelven a funcionar, así que la batalla de momento ha concluido con un elevado parte de bajas virtuales entre los trabajadores, que han perdido toda la razón de sus argumentos con el comportamiento mostrado y los sufridos ciudadanos de esta villa y corte, diseñada a veces para hacer la vida lo más dura posible a quienes residimos en ella. Así, podemos fijarnos en otras de las cosas que suceden hoy, primer día del segundo semestre de 2010, cómo corre el tiempo….
Y hoy, parodiando a los anuncios de Media Markt, es el día del IVA, pero de la subida, no del descuento. Desde las 00 de hoy ah subido el IVA en todos sus tramos, y en lo que respecta al general, dos puntos, pasando del 16% al 18%. Parecía una eternidad cuando antes de Navidades la vicepresidenta Salgado anunció la medida y ya ha llegado. ¿Cuánto vamos a notar de esta subida? Depende. Es cierto que coincide con el inicio de las rebajas en toda España, rebajas que en Madrid llevan ya más de una semana y que, en el fondo, no se han acabado nunca porque como las ventas son malas y hay que tirar de precios para animarlas. Con este ambiente de consumo deprimido, las empresas que puedan permitírselo se comerán la subida y no trasladarán el aumento de precios a nuestros bolsillos. Así lo han anunciado varias cadenas de distribución, como Alcampo y Carrefour, aunque luego habrá que comprobar que eso es realmente así y no se trata de otro ejercicio de publicidad engañosa. Gasolinas, coches, pisos, electrónica, electrodomésticos, y demás bienes de consumo con precios altos sospecho que repercutirán la subida plenamente y tocará pagar más. Ahora se podrá ver si realmente ha habido un efecto anticipo de compras antes de la subida, distorsionado en el caso de los coches por la presencia de las subvenciones del Plan E. Haciendo un saldo general será inevitable que los precios suban algo, y que el consumo se resienta, un poco más. ¿Cómo se va a traducir eso en la recaudación del gobierno? Pues no lo se. Sospecho que inicialmente bajará, porque con un consumo retraído como el que vivimos es difícil que aumentos de tipos se transformen directamente en aumentos de recaudación. Es necesario que la economía crezca para que eso sea así, y de momento no se ve crecimiento en el horizonte, sino más bien nubarrones que pueden hacer que este segundo semestre sea para olvidar. Tiempo habrá de ver si esta medida, impopular pero creo que necesaria, es efectiva para lo que pretende, recaudar más, pero de momento hoy será un día de cambios de etiquetas en las tiendas, bares y comercio en general, de lo que se llama costes de menú, por tener que cambiar las cartas, catálogos y referencias de miles de precios. Algunos informáticos habrán pasado noches en vela ajustando los sistemas contables para que hoy operen con esos nuevos porcentajes, y seguro que son los que más ganas tenían que llegase este 1 de Julio.
Lo que seguro que se produce, tipical spanish, es el redondeo al alza. Siempre que hay efectos de este tipo aparecen los espabilados que tiran del “ya puestos” y suben la cifra del precio hasta un redondeo de 0 o 5 unidades. Seguro que es en los bares y la hostelería donde más se produce este efecto, con el consabido y lógico cabreo del cliente. No llegaremos al caso del redondeo perfecto que en 2002 transformó una moneda redonda de 100 pesetas en una de un euro que valía 166,386, en lo que fue un ejercicio de robo organizado, pero seguro que algunos céntimos extra caen del lado de la caja registradora y se escapan de su bolsillo. No lo duden.
Y hoy, parodiando a los anuncios de Media Markt, es el día del IVA, pero de la subida, no del descuento. Desde las 00 de hoy ah subido el IVA en todos sus tramos, y en lo que respecta al general, dos puntos, pasando del 16% al 18%. Parecía una eternidad cuando antes de Navidades la vicepresidenta Salgado anunció la medida y ya ha llegado. ¿Cuánto vamos a notar de esta subida? Depende. Es cierto que coincide con el inicio de las rebajas en toda España, rebajas que en Madrid llevan ya más de una semana y que, en el fondo, no se han acabado nunca porque como las ventas son malas y hay que tirar de precios para animarlas. Con este ambiente de consumo deprimido, las empresas que puedan permitírselo se comerán la subida y no trasladarán el aumento de precios a nuestros bolsillos. Así lo han anunciado varias cadenas de distribución, como Alcampo y Carrefour, aunque luego habrá que comprobar que eso es realmente así y no se trata de otro ejercicio de publicidad engañosa. Gasolinas, coches, pisos, electrónica, electrodomésticos, y demás bienes de consumo con precios altos sospecho que repercutirán la subida plenamente y tocará pagar más. Ahora se podrá ver si realmente ha habido un efecto anticipo de compras antes de la subida, distorsionado en el caso de los coches por la presencia de las subvenciones del Plan E. Haciendo un saldo general será inevitable que los precios suban algo, y que el consumo se resienta, un poco más. ¿Cómo se va a traducir eso en la recaudación del gobierno? Pues no lo se. Sospecho que inicialmente bajará, porque con un consumo retraído como el que vivimos es difícil que aumentos de tipos se transformen directamente en aumentos de recaudación. Es necesario que la economía crezca para que eso sea así, y de momento no se ve crecimiento en el horizonte, sino más bien nubarrones que pueden hacer que este segundo semestre sea para olvidar. Tiempo habrá de ver si esta medida, impopular pero creo que necesaria, es efectiva para lo que pretende, recaudar más, pero de momento hoy será un día de cambios de etiquetas en las tiendas, bares y comercio en general, de lo que se llama costes de menú, por tener que cambiar las cartas, catálogos y referencias de miles de precios. Algunos informáticos habrán pasado noches en vela ajustando los sistemas contables para que hoy operen con esos nuevos porcentajes, y seguro que son los que más ganas tenían que llegase este 1 de Julio.
Lo que seguro que se produce, tipical spanish, es el redondeo al alza. Siempre que hay efectos de este tipo aparecen los espabilados que tiran del “ya puestos” y suben la cifra del precio hasta un redondeo de 0 o 5 unidades. Seguro que es en los bares y la hostelería donde más se produce este efecto, con el consabido y lógico cabreo del cliente. No llegaremos al caso del redondeo perfecto que en 2002 transformó una moneda redonda de 100 pesetas en una de un euro que valía 166,386, en lo que fue un ejercicio de robo organizado, pero seguro que algunos céntimos extra caen del lado de la caja registradora y se escapan de su bolsillo. No lo duden.
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