viernes, julio 16, 2010

Sol hasta de noche

Esta semana ha hecho un sol radiante en Madrid, inmenso, sin ninguna nube. Millones de watios de potencia desperdigados por la ciudad y alrededores, y completamente desaprovechados. No lo entiendo. Pese a ello hay noticias esperanzadoras, y la última ha sido el éxito del avión solar “Solar Impulse” que ha permanecido volando 26 horas seguidas, lo que quiere decir que, aún siendo solar, vuela de noche. Esto es un avance espectacular, y muy de agradecer. La cosa tiene truco en forma de baterías, claro, pero no deja de ser fantástico.

El avión tiene un aspecto muy frágil. Parece más un ejercicio de aeromodelismo con la escala equivocada. De enormes alas, cubiertas de paneles solares, con una cabina enana en la que el piloto no habrá encontrado comodidad alguna, un fuselaje largo y muy estrecho, amplio timón de cola y cuatro motores de eléctricos de hélice, el reto del Impulse era lograr el despegue, vuelo sostenido y aterrizaje sin consumir una gota de combustible. Supongo que el modelo que ahora vemos es el fruto de muchos ensayos, experimentos fallidos y pruebas más o menos exitosas.
En su web oficial se cuentan algunas cosas de estas, y en la de Solvay, fabricante de células solares entre otras cosas y uno de los patrocinadores del asunto, se puede ver que este proyecto se empezó a gestar en el año 2003. Siete años de investigaciones, esfuerzos y trabajo, con un coste que según he oído se estima en torno a los 100 millones de euros, y que finalmente ha sido coronado con el éxito. Es cierto que el modelo triunfante aún es un prototipo, y si lo vemos comparado con el mundo de los coches, aún es más parecido a los modelos solares que vemos como atracción de feria que a los vehículos que usamos en el día a día, pero no es menos cierto que supone un avance considerable. Por primera vez se ha logrado un vuelo nocturno continuado sustentado solamente en las baterías, lo que demuestra la mejora de las mismas, y todo el aparato ha funcionado durante el tiempo de vuelo. Esto hace unos años era impensable. ¿Quiere decirse que los aviones comerciales del futuro serán así? No, no, esta tecnología es aún incapaz de hacer volar a grandes aparatos y con cargas pesadas y pasaje abundante, pero a escala este vuelo creo que es comparable con el que realizaron los hermanos Wright en 1903. También es importante porque enseña que la implantación de la tecnología solar, costosa e inmadura hoy en día, es uno de los caminos que debemos llevar a cabo en el futuro sí o si. Este proyecto, muy caro, sólo ha sido posible porque Solvay, Deutsche Bank y otros patrocinadores han puesto el dinero para ello y lo han usado como soporte publicitario. Es investigación aplicada, sí, pero en un estadio muy preliminar y completamente alejado del mundo comercial. Vamos, que no es rentable. Sin embargo, si se invierte de manera sostenida y responsable en estas tecnologías poco a poco lograremos ir sustituyendo algunos sistemas de los que usamos hoy en día en nuestras vidas y que se alimentan de electricidad fósil por electricidad proveniente del sol. Empezaremos por lo que menos consume y menso se nota, sí, pero poco a poco iremos avanzando en ese camino, y a medida que el sector crezca su rentabilidad también lo hará, y la inversión aumentará y esa industria despegará de verdad. Lenta y vacilante al principio, como el Solar Impulse, pero lo logrará.

Y es que además necesitamos que sea así., No nos damos cuenta, pero nuestra sociedad, nuestro modo de vida, incluso nuestra supervivencia como especie si me apuran, depende demasiado del petróleo. Su escasez acabaría con nuestras industrias, transportes y adelantos. Puede que no lo vea, pero somos cocainónamos sociales del oro negro, y eso puede acabar matándonos. Pasar de él y adoptar otra estructura energética será, como en todos los procesos de desintoxicación, difícil y costoso, y largo en el tiempo, pero debemos empezar a hacerlo, porque aunque no lo creamos,
no tenemos todo el tiempo del mundo.

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