Cada vez estoy más convencido que vivimos en un mundo malo, en el que la gente y las organizaciones son meros rehenes de sus intereses y su única ansia es crecer y acaparar a costa de lo que sea. Ayer se produjo un caso que pocos medios han relacionado de una manera directa, pero a mi ver ejemplifica muy bien que es eso de la venganza, el chantajeo y la ocultación de la información sensible, haciéndola pública como arma cuando sea necesaria. Como en las series de las televisiones, protagonistas de este oscuro episodio.
Ayer dimitió Alberto Oliart de su cargo de presidente de RTVE. Oliart es un señor de más de ochenta años que parece que tiene cincuenta, por lo que puede sentirse muy afortunado. Las causas oficiales son los típicos asuntos personales que se usan en estas ocasiones, pero algunas acusaciones de corrupción en su entorno llevaban minando su cargo los últimos meses. La última, y más grave, provino de las páginas del diario Público, que el martes acusaba a Oliart de nepotismo al ser uno de sus hijos el gran beneficiado de un importante contrato para el programa de “La mañana de la 1”. Desde la noche del martes se rumoreaba que, ante esta noticia, Oliart iba a dimitir, como efectivamente sucedió ayer miércoles. ¿Y dónde está la venganza, se preguntarán? Pues en el hecho de que hace pocos días TVE rescindió el contrato que tenía con Mediapro para producir el programa de “España Directo” que tras varios y exitosos años de emisión en la La 1 finalizó la semana pasada (o la anterior, no sigo mucho la parrilla). Mediapro es una productora televisiva dirigida y/ o participada por, entre otros, Jaume Rores, José Miguel Contreras y Miguel Barroso. Este trío de ases son los que, a través de Mediapro, controlan el grupo formado por Público y La Sexta, y se debe recordar que Miguel Barroso es el marido de Carme Chacón, Ministra de Defensa. TVE pagaba decenas de millones de euros a Mediapro por la producción de este programa, y desde hace tiempo muchos trabajadores de TVE protestaban airadamente por el hecho de que con sus medios propios el ente era capaz de hacer ese programa, ahorrándose mucho dinero que, salido del contribuyente, iba a parar a manos privadas. Es normal externalizar producciones y servicios, pero en este caso la acusación del comité de empresa de RTVE hablaba también de favoritismo de la corporación pública hacia una empresa privada dotada de magníficos contactos con el gobierno. Y es que Mediapro, y sus medios afines, son el buque insignia de un sector del PSOE “nuevo” (los ZP, Chacón, Valenciano, Blanco, etc) por contraponerlo al PSOE clásico (Rubalcaba, González, Jáuregui, etc) que se ve representado por PRISA; editora de El País, dueña de La SER y hasta hace poco propietaria de Cuatro. A lo largo de estos últimos años el gobierno del PSOE ha beneficiado claramente a Mediapro, permitiéndole el acceso a la señal en abierto de La Sexta analógico, la TDT de pago de Gol TV y otros beneficios, que han hecho que el resto del sector se ponga de uñas (véase la guerra del fútbol entre Mediapro y Sogecable PRISA). Ahora que los ingresos de todos los medios de comunicación están a la baja, la pérdida de un contrato como el de TVE es un duro golpe para las finanzas de Mediapro, que en parte lo pretende paliar con el “traslado” del programa de TVE a (adivina adivinanza) La Sexta, donde empieza el “Verano directo” con el mismo equipo que trabajaba en TVE. De hecho el titular de esta noticia no es cierto, porque la Sexta no ficha al equipo de España Directo, sino que ese equipo vuelve a la casa de la que es propiedad. De todas maneras Mediapro pierde muchos millones de euros con el cambio.
Y justo cuando se toma esa decisión salta Público con una noticia de grave corruptela en el entorno de Oliart, lo que le aboca a marcharse. No me digan que no tiene un tono vengativo de lo más profesional y cruel, y que la secuencia rehecho encaja. ¿Llegó Meidapro a chantajear a Oliart con hacer pública esa noticia si TVE rompía el contrato de España Directo? ¿Fue esa la causa de que Oliart y al dirección del ente no hicieran caso a las críticas del comité de empresa durante tanto tiempo? Será difícil saberlo, pero no me extrañaría nada. Para que vean como de agitado está el panorama, y no sólo el político. Y qué sucio y ruin.
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