jueves, septiembre 17, 2015

La FED ante la subida (o no) de los tipos

Hoy tiene lugar una reunión de la Reserva Federal de EEUU, la FED, el Banco Central de allí. Esta cita estaba marcada en las agendas de todo el mundo desde hace muchos meses. Se decía ya a principios de año que este sería el momento decidido por la institución para empezar a subir los tipos de interés, dejar atrás el extravagante mundo del 0% en el que vivimos desde hace tanto tiempo y volver a la normalidad. Sin embargo, aunque la agenda se mantenga, las previsiones sobre lo que va a suceder tras la reunión de hoy no son tan claras. Si me apuran, hay más consenso para que no los suba que para que lo haga.

¿A qué se debe este cambio de opinión? Principalmente a lo sucedido a lo largo del verano. El pinchazo de la burbuja china y los malos datos de la economía real de ese país han tenido un efecto desatado en todo el mundo. Como ya sabrán, eso se ha traducido en inestabilidad (léase caídas) bursátil, desplome de precios de las materias primas, derrumbe de las previsiones de crecimiento de los países emergentes, recesiones declaradas en algunos de ellos, fuete depreciación de sus monedas respecto al dólar, datos mixtos en las economías occidentales… en fin, una catarata de consecuencias derivadas que han cambiado el panorama de la economía global del optimismo reinante hasta hace pocos meses a una sombría sensación de temor, que algunos ya ven confirmada como el preludio de una nueva recesión y otros no se atreven todavía a afirmar eso, y confían en que estemos ante una tormenta pasajera. Sea como sea, lo cierto es que la economía norteamericana ofrece, desde hace meses, indicadores mixtos que hacen no saber muy bien donde estamos. El nivel de desempleo sigue muy bajo, pero los salarios reales crecen muy poco y la tasa de actividad sigue en mínimos de décadas. El derrumbe del precio del petróleo alienta al consumo interno, como en nuestro país, pero lleva al desastre a la industria del fracking y a las financieras que han prestado su dinero a los extractores de crudo. Y todo ello con un mercado inmobiliario que muestra síntomas de empezar a calentarse en exceso en algunas áreas urbanas. En este contexto una subida de tipos de interés tendría un efecto de freno en la economía, quizás no muy elevado por lo descontado de la medida, pero sí generaría dos procesos directos. Uno, aumentar la inestabilidad del mercado bursátil, en medio de unas semanas de caídas, rebotes y disparos de la volatilidad. El otro sería el de fortalecer aún más al dólar, frenando las exportaciones estadounidenses, y llevando aún más abajo a las ya debilitadas monedas emergentes, haciendo que los préstamos internacionales consignados en dólares, muchísimos, se encarezcan aún más para estas naciones y supongan la pérdida de divisas en un momento en el que se encuentran ya exhaustas. Es decir, si desde EEUU varias son las voces que claman porque Yellen no suba los tipos por los efectos internos, desde fuera es casi unánime la petición, incluso ruego, para que no lo haga. Por eso lo que se anticipaba en primavera como una reunión técnica con una subida del 0,25% y mensaje de tranquilidad se ha convertido en una cita nerviosa, presionada desde todas partes, en la que puede que no se toquen los tipos, y el mensaje que de ella se traslade sea el de la indecisión. Lo cierto es que las apuestas se cruzan en todos los sentidos. Pueden ustedes jugar a ver si aciertan o no. Es divertido.

La verdad es que vivir, como llevamos tantos años, en un mundo del 0% es algo irreal y, en el fondo, insano. Mercados e intermediarios financieros se ha acostumbrado a unos tipos irreales y, como yonkis enganchados a la metadona, solicitan que ese 0% que les sostiene no se vaya nunca. Subir los tipos, incluso como estrategia para poder bajarlos cuando se necesite, como señalan algunos autores, es algo que la FED debe hacer, antes o después. El que ahora mismo se encuentre forzada ante este dilema y no tengamos nada clara su decisión también nos indica que seguimos viviendo, desde hace siete años y dos días que cayera Lehman Brothers, en una situación económica excepcional, muy complicada, incierta y, como mínimo, peligrosa. No debemos olvidarlo.

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