Hoy subo a Elorrio para una
semana de vacaciones que preveo relajada y sin muchos alicientes que puedan
resultar de su interés. Paseos tranquilos, hacer recados para mi madre y cosas
por el estilo. Sin embargo la actualidad no se frena, y en este año en el que
si no votas una vez, lo haces dos o tres, hay elecciones cada fin de semana.
Concretamente este Domingo vota en Grecia y el Domingo siguiente son las
elecciones catalanas. Ambas de gran trascendencia, por motivos muy distintos, y
que tendrán su efecto en la política nacional y europea.
Elecciones en Grecia.. dónde he
leído yo esto? A lo largo de este año, en muchos sitios. Es la tercera vez que
se convoca a las urnas a los griegos. En Enero tuvieron elecciones nacionales,
en las que resultó victorioso Tsipras al frente de Syriza. Tras el desastre de
política económica emprendida por su gobierno y la negociación con la UE tuvo
lugar el famoso referéndum, también ganado por Tsipras, en el que se rechazaba
un rescate a Grecia por parte de la UE mucho más blando del que finalmente fue
aceptado por el gobierno de Atenas. Aquella pirueta, asombrosa, fragmentó a la
coalición de izquierdas y, tras una serie de votaciones en el parlamento heleno
en las que las decisiones de Tsipras eran respaldadas por otros y no por los
suyos resultaba evidente que había que convocar elecciones para clarificar las
cosas. Lo malo es que las cosas pueden quedar aún más revueltas después del Domingo.
Las encuestas de esta semana muestran un absoluto empate entre Tsiparas y lo
que queda de Syriza frente a Nueva Democracia, anterior gobernante del país,
que es el equivalente al Partido Popular. Unas dan medio punto más a una
formación y otras medio punto a la otra. La ley electoral griega posee lo que
se llama la prima del vencedor, que es el regalo de cincuenta escaños al
partido que queda primero, para alentar la formación de gobiernos estables
(para que luego digan que el sistema electoral español, que necesita
correcciones, es de lo peor), por lo que una victoria pírrica puede
transformarse en una cómoda mayoría en el parlamento heleno. Lo cierto es que
si Tsipras gana habrá conseguido algo asombroso, nada más y nada menos que tres
victorias en nueve meses, y cada una de ellas con una oferta electoral
distinta. En enero ganó con un discurso radical, imposible y lleno de brindis
al sol. En Junio se hizo con la victoria en el referéndum tras una campaña en
la que empezó a incluir mensajes de compromiso con Europa y de rechazo al acuerdo,
pero en un tono muy distinto al de Enero, y ahora se presenta como una especie
de socialdemócrata responsable frente a los exaltados de su formación, los Varoufakys
de turno, que buscan la ruina de Grecia (aún más) y son unos irresponsables.
Quizás sólo la conversión de San Pablo, caída de caballo mediante, fue más rápida
y estrepitosa que la de Tsipras. Si pierde su situación será muy inestable. Habrá
batido, probablemente, un récord de fugacidad en lo que hace a ser primer
ministro electo, y lo que queda de Syriza acabe devorándolo en la catarsis,
palabra muy griega, que viviría la izquierda helena tras este convulso embarazo
que ha llevado en nueve meses de muchos dolores. Para los oponentes de Nueva
Democracia, la alternativa a la victoria es quedarse donde están, más o menos
en la nada, por lo que tienen más opciones para ser felices en la noche del
Domingo.
Tsipras fue ensalzado por muchos
en Europa, Podemos aquí sin ir más lejos, como ejemplo de la nueva política que
iba a derribar a los muros impuestos por el capital, la austeridad y todo ese
discurso que tanto les suena. A medida que la figura de Tsipras ha ido
empequeñeciendo nada se ha oído por parte de sus antiguos admiradores, que ven
como una derrota de Syriza en Grecia sería auténtico veneno para sus, ya
menguadas, aspiraciones electorales. Si gana sacarán pecho, pero a sabiendas de
que el Tsipras al que loaron pasadas las navidades nada tiene que ver con el
otoñal que ahora se nos presenta. Y es que no hay nada como la realidad para
hacer que los sueños, a veces bonitos, en muchas ocasiones ilusos, se tornen en
realidad. Y esto también vale para Artur Mas.
Lo dicho, me cojo una semana de vacaciones. Si
todo va normal el siguiente artículo será el Lunes 28 de septiembre, tras las
catalanas. Descanse, pásenlo muy bien y gracias.
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