viernes, septiembre 18, 2015

Muchas elecciones, pocas vacaciones

Hoy subo a Elorrio para una semana de vacaciones que preveo relajada y sin muchos alicientes que puedan resultar de su interés. Paseos tranquilos, hacer recados para mi madre y cosas por el estilo. Sin embargo la actualidad no se frena, y en este año en el que si no votas una vez, lo haces dos o tres, hay elecciones cada fin de semana. Concretamente este Domingo vota en Grecia y el Domingo siguiente son las elecciones catalanas. Ambas de gran trascendencia, por motivos muy distintos, y que tendrán su efecto en la política nacional y europea.

Elecciones en Grecia.. dónde he leído yo esto? A lo largo de este año, en muchos sitios. Es la tercera vez que se convoca a las urnas a los griegos. En Enero tuvieron elecciones nacionales, en las que resultó victorioso Tsipras al frente de Syriza. Tras el desastre de política económica emprendida por su gobierno y la negociación con la UE tuvo lugar el famoso referéndum, también ganado por Tsipras, en el que se rechazaba un rescate a Grecia por parte de la UE mucho más blando del que finalmente fue aceptado por el gobierno de Atenas. Aquella pirueta, asombrosa, fragmentó a la coalición de izquierdas y, tras una serie de votaciones en el parlamento heleno en las que las decisiones de Tsipras eran respaldadas por otros y no por los suyos resultaba evidente que había que convocar elecciones para clarificar las cosas. Lo malo es que las cosas pueden quedar aún más revueltas después del Domingo. Las encuestas de esta semana muestran un absoluto empate entre Tsiparas y lo que queda de Syriza frente a Nueva Democracia, anterior gobernante del país, que es el equivalente al Partido Popular. Unas dan medio punto más a una formación y otras medio punto a la otra. La ley electoral griega posee lo que se llama la prima del vencedor, que es el regalo de cincuenta escaños al partido que queda primero, para alentar la formación de gobiernos estables (para que luego digan que el sistema electoral español, que necesita correcciones, es de lo peor), por lo que una victoria pírrica puede transformarse en una cómoda mayoría en el parlamento heleno. Lo cierto es que si Tsipras gana habrá conseguido algo asombroso, nada más y nada menos que tres victorias en nueve meses, y cada una de ellas con una oferta electoral distinta. En enero ganó con un discurso radical, imposible y lleno de brindis al sol. En Junio se hizo con la victoria en el referéndum tras una campaña en la que empezó a incluir mensajes de compromiso con Europa y de rechazo al acuerdo, pero en un tono muy distinto al de Enero, y ahora se presenta como una especie de socialdemócrata responsable frente a los exaltados de su formación, los Varoufakys de turno, que buscan la ruina de Grecia (aún más) y son unos irresponsables. Quizás sólo la conversión de San Pablo, caída de caballo mediante, fue más rápida y estrepitosa que la de Tsipras. Si pierde su situación será muy inestable. Habrá batido, probablemente, un récord de fugacidad en lo que hace a ser primer ministro electo, y lo que queda de Syriza acabe devorándolo en la catarsis, palabra muy griega, que viviría la izquierda helena tras este convulso embarazo que ha llevado en nueve meses de muchos dolores. Para los oponentes de Nueva Democracia, la alternativa a la victoria es quedarse donde están, más o menos en la nada, por lo que tienen más opciones para ser felices en la noche del Domingo.

Tsipras fue ensalzado por muchos en Europa, Podemos aquí sin ir más lejos, como ejemplo de la nueva política que iba a derribar a los muros impuestos por el capital, la austeridad y todo ese discurso que tanto les suena. A medida que la figura de Tsipras ha ido empequeñeciendo nada se ha oído por parte de sus antiguos admiradores, que ven como una derrota de Syriza en Grecia sería auténtico veneno para sus, ya menguadas, aspiraciones electorales. Si gana sacarán pecho, pero a sabiendas de que el Tsipras al que loaron pasadas las navidades nada tiene que ver con el otoñal que ahora se nos presenta. Y es que no hay nada como la realidad para hacer que los sueños, a veces bonitos, en muchas ocasiones ilusos, se tornen en realidad. Y esto también vale para Artur Mas.

Lo dicho, me cojo una semana de vacaciones. Si todo va normal el siguiente artículo será el Lunes 28 de septiembre, tras las catalanas. Descanse, pásenlo muy bien y gracias.

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