martes, julio 05, 2016

El accidente del coche sin conductor

Ayer les hablaba de la llegada de Juno a Júpiter, que ha sido finalmente exitosa (Bien!!!!) Este es un caso de avance tecnológico en el que sólo hay lado positivo (o al menos no logro encontrarle parte negativa alguna) pero normalmente las cosas no son tan sencillas. Cada descubrimiento y avance científico abre la puerta a nuevas posibilidades de todo tipo y, también, nuevos riesgos. Algunos de ellos previsibles, otros, como sus posibilidades, ocultas hasta que alguien las descubre. Y a medida que nuestros dispositivos y tecnologías crecen en poder y complejidad los efectos, de todo tipo, son más intensos y, por ello, tan beneficiosos como peligrosos.

La semana pasada se supo del primer caso documentado de accidente de un coche sin conductor con el resultado de muerte del viajero. La noticia es un poco más compleja de lo que parece. Conductor había, que iba haciendo otras cosas mientras el programa de piloto automático instalado en su vehículo, un Tesla, le llevaba por una carretera de Florida. No estamos por tanto ante un coche vacío y sólo, sino ante el uso de un asistente que toma el mando del vehículo en determinadas condiciones, una situación híbrida entre lo que experimentamos cada día y la conducción completamente autónoma. Lo cierto es que un camión se cruzó en la trayectoria del coche, procedente de una incorporación, y el sistema del vehículo no lo detectó, impactando con él. Tras el golpe el coche perdió el control y ni software ni conductor pudieron hacer nada, acabando todos estrellados a unos cuantos metros del lugar del impacto inicial. El conductor era un forofo de la marca Tesla y del sistema de conducción autónomo, y de hecho había colgado varios vídeos en youtube en los que mostraba las habilidades del vehículo y lo feliz que era dejándose llevar por él. Al conocerse la noticia el primer impacto lo sufrió la marca Tesla, que bajo en torno al 4% en la bolsa, y luego empezaron a surgir las voces de los que claman contra esta tecnología y la inseguridad que puede provocar. Que se sepa este es el primero de los accidentes con víctimas mortales en los que se encuentra implicada esta novedad, y dado el uso, particularmente intensivo, que se le está dando en EEUU, con miles de vehículos, conductores y millones de kilómetros recorridos cada día, el balance no es muy negativo. Como siempre, y ante un accidente, tenemos que saber qué es lo que ha fallado para que este suceso haya tenido lugar, pero ante todo no debemos caer en un alarmismo infundado ni unirnos al coro de plañideras que claman, ante todo problema, por la supresión de la tecnología como la solución. Es cierto que el mundo de los coches autónomos es algo que está naciendo, ahora mismo, entre nosotros, y que como toda tecnología, al principio, es susceptible de tener fallos. Piensen ustedes en los pioneros de la aviación, que se subían a aquellos cacharros. Los accidentes eran muy comunes y las víctimas entre los pioneros casi la norma, pero poco a poco, con la experiencia y la mejora que de ella se deriva, la seguridad empezó a ser un sinónimo de volar, y hoy en día sigue siendo el método más seguro de viajar. ¿Es infalible? No, porque nada lo es. Por eso tampoco conviene caer rendidos a los brazos de los apóstoles de la tecnología salvadora, para los que el software del futuro solucionará todos los problemas. No es cierto. Siempre habrá accidentes, imprevistos y problemas que, ni nosotros ni un software que evolucione y aprenda sea capaz de prever. Y por tanto los accidentes de tráfico seguirán, aunque es muy probable que su número se reduzca de manera muy significativa a medida que la conducción autónoma se generalice. Y eso, en sí mismo, es un avance grandioso.


Y es que ese mundo, el de la conducción autónoma, que empieza a asomar la patita en los medios de comunicación, puede ser una de las revoluciones que marquen las próximas décadas. La producción, venta y uso de los coches se verán radicalmente alterados en un mundo en el que los vehículos puedan acudir a nuestra llamada y se aparquen solos por ahí una vez nos dejen. Nuestras ciudades, atestadas, aplastadas por la invasión de los coches, pueden verse libres de ellos por la vía de que se vayan fuera y nos esperen… ¿Habrá problemas, accidentes y conflictos sociales derivados de esta tecnología? Por supuesto, como los ha habido con cualquier otra, pero estoy seguro de que el balance será mucho más positivo que negativo. Y de eso se trata.

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