Hoy es 4 de julio, día de la
independencia de los Estados Unidos (también festivo en Elorrio, San Valentín
de Berrio Otxoa) y sospecho que, no por casualidad, Juno llega a Júpiter. Juno
es una sonda lanzada en 2011, que se ha convertido en el objeto más veloz de
los lanzados por los humanos desde nuestro planeta, y que si todo va bien hará
este día de hoy las maniobras necesarias para insertarse en órbita polar en
torno al más grande e importante de los planetas de nuestro sistema solar. Es
una maniobra muy arriesgada y con muchos momentos críticos en los que un mínimo
fallo puede resultar fatal para toda la misión. Crucemos los dedos.
El objetivo de Juno es,
principalmente, estudiar la composición de Júpiter, saber de qué está hecho y
si posee o no un núcleo sólido en su interior. Si recuerdan de la escuela,
cuando estas cosas se estudiaban, había dos clases de planetas en nuestro
sistema solar, los pequeños y rocosos, de Mercurio a Marte, sitos en órbitas
cercanas al Sol, y los gigantes y gaseosos, siendo Júpiter y Saturno sus
principales representantes. Se suponía entonces, y poco más se sabe ahora, que
estos mundos eran enormes bolas de gases, protoestrellas si me apuran,
compuestos en su mayoría por hidrógeno y helio, y trazas de otros elementos. La
magnitud de Júpiter, a cuyo lado la tierra es como un guisante frente a una
naranja, hace que sea muy difícil poder estudiarlo en detalle. Posee un campo
electromagnético tan intenso que freiría toda nuestra electrónica del día a
día, motivo por el que las naves que lo visitan o transitan deben estar
blindadas para protegerse. Como les digo, el objetivo principal de esta misión
es averiguar si la hipótesis gaseosa es cierta o en el fondo del planeta hay un
núcleo sólido, sepultado por miles y miles de kilómetros de densos e
impenetrables gases. Responde a esta pregunta sería un paso muy importante para
saber realmente cómo se formaron los planetas de nuestro sistema solar. La
teoría actual se basa en que los elementos más pesados que no se unieron al Sol
conformaron los mundos rocosos que están cerca de la estrella mientas que los
livianos y gaseosos se quedaron más lejos y acabaron por crear a Júpiter y el
resto de mundos. Si se descubriera un núcleo sólido en el corazón del planeta
esta teoría tendría una falla muy importante y habría que replanteársela. Por
ello del éxito de esta misión no sólo depende que conozcamos más en detalle a
un monstruo que está muy muy cerca, sino que también podamos entender mejor
cómo ha nacido el planeta en el que vivimos y desde el que hemos lanzado esa
sonda. Antes les he comentado que Júpiter es el planeta más importante del
Sistema Solar, y no exagero. Su tamaño y situación lo convierten en el árbitro
del baile orbital que todos realizamos en torno al Sol. El cinturón de
asteroides sito entre Marte y Júpiter es una retahíla de fragmentos rocosos que
no llegaron a ser planeta porque la gravedad de Júpiter se lo impidió, y ese
cinturón es la fuente de muchos de los asteroides que, rebotados, acaban a
veces surcando nuestro cielo y, las menos, cayendo sobre nosotros. Posee
Júpiter un minisistema solar en torno a él, con decenas de lunas de tamaños
variados y condiciones realmente curiosas, algunas de ellas con interés propio
para la ciencia, como son los casos de IO y Europa. Su atmósfera posee un
dinamismo y fuerza infinitamente superior a la nuestra, y la gran mancha roja,
la tormenta perenne que lleva vario siglos sobre ella, y que es bastante más
grande que nuestro propio planeta, así nos lo muestra.
Así, entenderán que la misión Juno es de una
gran importancia científica y, dado lo costoso que es, en tiempo y recursos,
enviar sondas hasta ahí, se convierte en una oportunidad única para poder
estudiar a este gigante y sus características. Si quieren saber mucho más sobre
el tema, casi hasta hacerse expertos en el planeta, el
gran Daniel Marín se lo cuenta todo, como siempre, con un lenguaje sencillo,
claro y atrayente. Confiemos en que la técnica funcione, Juno realice su
aproximación orbital como es debido, se coloque donde tiene que estar, y
esperemos a que sus datos nos lleguen. Será otro éxito del ingenio humano y de
la ciencia, la que nos permite progresar en este mundo, y en todos los otros
que nos rodean.
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