viernes, marzo 31, 2017

Habemus Presupuestos

Hoy Consejo de Ministros aprobará el proyecto de presupuestos de 2017, y es previsible que a principios de la semana que viene sea remitido a las Cortes para su tramitación. Este proceso, en caso de resultar positivo para el proyecto, duraría unos tres meses, por lo que si el gobierno logra los apoyos necesarios las cuentas podrían estar aprobadas para mediados finales de junio, y entrar entonces en vigor. En algunos casos, generarían efectos desde entonces, pero en otros, como la anunciada subida del 1% del sueldo de los empleados públicos, de manera retroactiva desde el pasado 1 de enero, lo que daría lugar a una paga extraordinaria de atrasos debidos, por llamarla de alguna manera.

Este presupuesto es, sobre todo, fruto del pacto del PP con Ciudadanos. Rivera se esfuerza una y otra vez en dejar claro hasta qué punto han influido a la hora de dotar de tres características al proyecto: Contenido social, mediante partidas destinadas a la dependencia y el gasto asistencial; fomento del emprendimiento y la economía, con la extensión de la tarifa plana de la Seguridad Social a los emprendedores y autónomos como principal estandarte; y por último, la no subida de impuestos, siendo en este caso los primeros presupuestos en bastante tiempo que no contemplan aumentos de tipos ni figuras impositivas nuevas, pese a algunos anuncios hechos en meses pasados al respecto (impuesto a las bebidas azucaradas, medioambientales ligados a los vehículos diésel, etc). Lo cierto es que el contenido real de las cuentas y su desglose lo conoceremos a partir de hoy, y habrá que leer a los analistas que los desguacen para saber realmente cuáles son las características fundamentales de los mismos. Me atrevo a señalar algunas de ellas que, a buen seguro, figurarán en el texto, quizás de manera muy clara, puede que de forma más o menos oculta. La más fácil de adivinar es la nueva y masiva oferta de empleo público pactada con los sindicatos para convertir muchos de los empleos eventuales de la administración en indefinidos, oferta que afecta principalmente a los departamentos de educación, sanidad y justicia. Y luego supongo que habrá tres partidas de inversiones que sobrepasarán a todas las demás. Una destinada al, llamémoslo así, Plan Cataluña, que dote de contenido a las promesas de infraestructuras que realizó Rajoy el martes ante el empresariado y otros colectivos sociales en Barcelona. Es fundamental que ese programa, centrado en Cercanías y el corredor mediterráneo, obras necesarias más allá de su oportunidad política, se empiece a concretar en cifras, años de programación y realidades contantes y sonantes. Los otros dos programas de inversión casi seguros serán el completo alicatado del País Vasco y Canarias, porque bien sabemos todos que los votos del PNV y Coalición Canaria son necesarios para alcanzar 175 escaños en el Congreso y, así, rechazar las enmiendas a la totalidad, pero también se sabe que el voto del Diputado socialista canario Pedro Quevedo, que daría la mayoría absoluta de 176 y lograr la aprobación, va a costar muchos millones. Ni el señor Cayo en la novela de Delibes se vio ante tal disputa como la que Quevedo observa desde su sillón, viendo volar millones y millones hacia unas Canarias que ni acertando varios gordos de Navidad serían capaces de recoger tanto dinero. Estas partidas de gasto, seguro e incrementado, deberán conciliarse con una tendencia a la reducción del déficit público, que cerró el año pasado en el disparatado 4,3%, recordemos que con la economía creciendo a más del 3%. ¿Cómo logrará reducir el déficit el gobierno sin subir impuestos y gastando más para conseguir apoyos? Esta es una de las preguntas clave del proyecto que hoy se presenta.


Su finalmente los presupuestos se aprueban, y la lógica parece indicar que así será, se abriría una ventana de tranquilidad política de al menos un par de años, con la única duda abierta de Cataluña, dado que 2017 estaría encarrilado con el presupuesto y 2018, si las cosas van mal, se puede aguantar con la prórroga de este nuevo proyecto que hoy conoceremos. Si la economía se mantiene estos años creciendo por encima del 2%, y es lógico pensar que así sea, salvo desastre proveniente sobre todo del exterior (qué miedo me da Le Pen) Rajoy puede estar más que relajado en la Moncloa hasta dentro de un par de veranos cuando, a la velocidad a la que va esto, nuestro país y mundo puedan ser muy distintos a los que ahora tenemos y, creemos, qué ingenuos somos, conocer.

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