martes, diciembre 22, 2020

Lista de libros favoritos de 2020

Durante la primera ola de la pandemia, algunos voluntarios crearon, en el hospital provisional de IFEMA, la biblioteca “Resistiré” creada mediante donaciones de libros. Esas lecturas ayudaron a pacientes y personal sanitario a atenuar sus penas en medio del desastre. La lectura no es medicina, ni vacuna, pero sí alivio para el dolor y penar, tanto físico como del alma. Esos libros ayudaron a quienes más lo necesitaban mientras otros permanecíamos en casa, trabajando, esperando, viendo al virus progresar y remitir.

Recuerden que no tienen por qué ser libros editados en este año sino los que más me han gustado de entre los que he leído. Salvo los ganadores de cada categoría, el orden del resto de libros reseñados no indica una mayor o mejor calidad, sólo que son los que más destaco.

Mejor libro de ficción. Algo en lo que creer, de Nickolas Butler, editorial Libros del Asteroide, 352 páginas. Me encanta este escritor norteamericano, escribe con una naturalidad aplastante, lo hace todo tan sencillo que la profundidad de las historias que cuenta discurren ante nosotros con total naturalidad. En este caso plantea el tema de la fe, y de cómo una familia puede verse desgarrada cuando quienes la propagan ponen las creencias por encima de las personas, obligándolas a elegir y llevando sus vidas al límite. Personajes llenos de vida, intensidad dramática y mucho sentimiento en un texto del que es imposible dejar de releer.

•  Oona y Salinger, de Frederic Beigbeder, editorial Anagrama, 296 páginas. Novela de novelistas, narra el romance que vivieron en el inicio de su veintena un desgarbado y desconocido JD Salinger y Oona O’Neill, hija del dramaturgo Eugene O’Neill. La relación se acabará, pero no el amor, y en los años futuros sus vidas ya no se cruzarán, pero ambos no podrán olvidar lo que vivieron antes de que la Guerra Mundial se interpusiera en sus vidas. Beigbeder escribe un texto maravilloso para contar una historia de amor intemporal

•  Cáscara de nuez, de Ian McEwan, editorial Anagrama, 224 páginas. McEwan es tan virtuoso que es capaz de montar una novela de intriga y adulterio en la que el personaje que relata la trama es el bebé que crece en la barriga de la protagonista. Los hechos se precipitan y el asesinato aparece como solución de los infieles para hacer plena su relación, pero el testigo “interior” lo ve todo. El planteamiento literario es muy arriesgado, pero logra el autor unir la tensión de la novela negra con la asombrosa perspectiva de un narrador absurdo. Tan extraña como brillante 

•  Ordesa, de Manuel Vilas, editorial Debolsillo, 392 páginas. Esta novela fue una de las grandes ganadoras de la temporada pasada, y convirtió en muy famoso a un escritor ya consagrado pero que no era superventas. Mezcla de recuerdos, reflexiones y lirismo, Vilas relata gran parte de su vida con la omnipresente figura de su padre, y el papel que él mismo ejerce como tal. Es un relato extraño, que juega con tiempos y que a veces desgarra por la crudeza de cómo el autor se desnuda, pero está escrito con enorme belleza y estilo. 

•  Gente que se fue, de David Gistau, editorial Círculo de Tiza, 216 páginas. En febrero murió David Gistau, tras semanas hospitalizado. No fue por el coronavirus, pero su muerte ya preludió un año aciago sin que fuéramos aún conscientes de ello. Este libro recoge relatos de un autor que era periodista, que vivía para la crónica y columna, pero que era muy capaz de trenzar historias en las que sus personajes, sombríos, canallas, amantes de la vida, daban tumbos buscando paliar sus ansias de beberse el futuro a tragos. Qué gran perdida la suya.

•  Stoner, de John Williams, editorial Baile del Sol, 276 páginas. Una novela que no va de nada pero que cuenta una vida de una forma perfecta, de tal manera que cada uno nos podemos sentir identificados en ella. Llegue a este texto a través de una reseña que hizo Antonio Muñoz Molina, donde la ponía de maravilla, y así es. El protagonista sale de su granja para estudiar en una universidad del medio oeste y allí encontrará trabajo, vida y futuro. Conocerá el amor, la desdicha, la serenidad con el paso del tiempo y el final de su destino.

•  El final del affaire, de Grahamm Green, editorial Libros del Asteoride, 320 páginas. En el año de la muerte de John Le Carré, una excelente novela que no va de espías de uno de los autores clásicos del género. Los personajes esconden facetas oscuras, sí, y estamos en el Londres posterior a la II Guerra Mundial, pero más que la faceta detectivesca de la historia es la descripción de los sentimientos y dilemas morales de los personajes lo que destaca y hace del conjunto del relato algo tan delicioso como estimulante.

•  El gigante enterrado, de Kaizo Ishiguro, editorial Anagrama, 368 páginas. Ishiguro no se prodiga mucho. Premio Nobel, se encuadra en la generación de McEwan, Barnes o Amis. En esta novela vuelve a cambiar de registro y nos lleva a una especie de Inglaterra medieval en la que la magia aún existe y una pareja de ancianos abandona su aldea buscando a su hijo, que marchó hace mucho. Aventura, fantasía y una profunda reflexión sobre la memoria y los males que deben permanecer ocultos para que no nos destruyan se esconden en un texto original y lleno de atractivos.

•  El mal de Corcira, de Lorenzo Silva, editorial Destino, 544 páginas. En este último capítulo, por ahora, de la exitosa serie de Vila y Chamorro, nos lleva el bueno de Silva a la juventud de Bevilacqua y su estancia en el infierno del País Vasco en la época del asesinato etarra y del odio social desmedido. Cruzando una trama de ese pasado con un caso policiaco presente que están relacionados, el autor desgrana reflexiones sobre la inutilidad de la violencia y el papel del fanático a la hora de propagarla y servirse de ella. Tan buena en lo novelesco como en lo que hace pensar sobre tanto dolor pasado y presente, tanto injusto olvido, tanta miseria moral.

•  Puro fuego, de Joyce Carol Oates, editorial Debolsillo, 464 páginas. Parece que no hay año sin obra de Carol Oates, pero es que es tan prolífica como brillante. En este caso nos trasladamos a los años cincuenta, y a una banda de chicas adolescentes que buscan meter el miedo a aquellos que osan enfrentarse a ellas. No es tanto una novela feminista como una tremenda descripción de la adolescencia desmadrada, con mucha mala leche y toques siniestros marca de la casa.

• Trilogía Falco, de Arturo Pérez Reverte, editorial Debolsillo. No son uno, sino tres los volúmenes que forman esta serie, que este año han salido en Bolsillo. El héroe revertiano lo encarna esta vez un crápula sin escrúpulos, un espía al servicio del bando franquista en la época de la guerra civil, que podía estar también a sueldo de los republicanos o de cualquier otro. Amoral, mujeriego, listo, las tres novelas relatan aventuras y tramas de espionaje con gran emoción e interés. Entretienen mucho y en ellas el cinismo, la traición, y algo de amor, están por todas partes.

•  La noche de los monstruos, de Mary Shelley, Lord Byron y John Polidori, editorial Edhasa, 440 páginas. Recopilación de tres relatos clásicos de terror, entre ellos el Frankenstein original de Shelley y el vampiro de Polidori, surgidos en la estancia que los románticos escritores pasaron en la suiza villa Dorati en el no verano de 1816. Revolucionaron el género y crearon figuras que ya son parte de nuestro acervo cultural, versioneados miles de veces en todo tipo de formato.


Mejor libro de no ficción. No soy nada original, me uno al coro que, a modo del antiguo teatro griego, lo alaba sin cesar. El infinito en un junco, de Irene Vallejo, editorial Siruela, 404 páginasHa creado Irene una obra atemporal, que puede ser leía ahora o dentro de décadas con el mismo asombro y gusto. Es su libro una historia de los libros, de cómo los relatos que se extendían de manera oral por las distintas culturas de la antigüedad acaban cristalizando en obras escritas, en soportes basados en la tecnología de la época, de cómo esos soportes empiezan a viajar, copiarse, sirviendo de nexo entre pueblos, culturas y vidas. Escrito con aires de cuento, mediante una prosa hipnótica, Valllejo divulga y enseña, sí, mucho y bien, sí, pero sobre todo enamora con su forma de relatar. Éxito absoluto de ventas y crítica, se merece todos los elogios posibles.

•  Ya sentarás cabeza, de Ignacio Peyró, editorial Libros del asteroide, 576 páginas. No se si, como diario que es, entra en la categoría de novela o ensayo, porque Peyró novela sus andanzas como si de un relato se tratase. Reunión de aforismos y vivencias, comprende lo sucedido entre los años 2007 a 2011. El autor alcanza en esos años la treintena de edad, pero se expresa con sus actuales cuarenta a un nivel cultural propio de vidas de muchas más décadas de experiencia. Alcohol, prensa, poder, miserias, amoríos y el papel de los medios con sus filias y fobias políticas. Es un gustazo de libro.

• Los europeos, de Orlando Figes, editorial Penguin 576 páginas (en castellano lo edita Taurus). Ensayo de amplio espectro, al que tenía ganas desde que salió, y con el que me he atrevido a asaltarlo en inglés, por lo que me he perdido gran parte de sus virtudes. A través del triángulo amoroso que viven la soprano de origen española Pauline Viardot, su francés marido y el escritor ruso Iván Turgénev, viajamos a lo largo del siglo XIX y de Europa asistiendo a la creación de las redes culturales, comerciales, económicas, de infraestructuras y pensamiento que configuran, sí, nuestro presente. Si te gustan los trenes, los costes de las cosas, los derechos de propiedad, el arte, la moda, la música, y mil cosas culturetas más, sin duda, este es tu libro.

•  Los griegos antiguos, de Edith Hall, editorial Anagrama, 400 páginas. Un nuevo estudio sobre la Grecia clásica, que abarca desde los tiempos arcaicos hasta el final del dominio romano sobre el territorio y la implantación del cristianismo frente a los dioses de antaño. Diez capítulos que, avanzando cronológicamente, nos van detallando diez facetas del pueblo helénico que les permitió progresar y crear como pocos. Su amor por la navegación, la eterna curiosidad, la competencia permanente entre ellos, su afán comercial…. Claro, con sólidas referencias, escritura clara y sugerente.

•  El mapa fantasma, de Steven Johnson, editorial Capitán Swing, 270 páginas. Dos libros reseñaré relacionados con el tema pandémico. En este ensayo se estudia el pionero trabajo del anestesista John Snow, que ante el brote de cólera desatado en Londres en 1854 adopta una postura científica, logra medirlo y acotarlo mediante el uso de mapas y datos y vence a las falsas teorías de la época (los miasmas y demás patrañas) mediante el estudio, la investigación y la experimentación. Historia de la ciencia muy bien contada: Nota curiosa, junto a la fuente donde comenzó el brote y se contuvo ahora está el pub John Snow, en el 39 Broadwick Street Soho, Londres.

•  Las reglas del contagio, de Adam Kucharski, editorial Capitán Swing, 352 páginas. Si el anterior libro contaba la historia de un brote epidémico concreto, este enseña cómo funciona el concepto de viralidad, no sólo en el aspecto sanitario, sino en otros planos tan variados como el de la información, las modas y otros sectores en los que el “contagio” es la vía para la “difusión”. Lleno de ejemplos claramente explicados, es una perfecta introducción a este mundo, sus reglas y las opciones que hay para frenar el crecimiento de los brotes, sean de lo que sean. Muy útil.

•  1927: un verano que cambió el mundo, de Bill Bryson, editorial RBA 624 páginas. Bryson es un consagrado genio de la divulgación, un todoterreno que toca todos los palos y lo hace muy bien. En este caso nos lleva al verano de 1927. Con el surgimiento de la aviación y las gestas de sus primeros pioneros como hilo conductor, el libro nos relata cómo los inventos y la sociedad de ese final de los años veinte prefigura lo que será el mundo de hoy. La creación de los grandes cines, la extensión de la radio como medio de comunicación de masas, el morbo de los medios ante los asesinos y otros muchos aspectos de una sociedad vibrante. Divertido, ameno, lleno de información llamativa, entretiene una barbaridad.

•  El síndrome de Woody Allen, de Eduardo Galán, editorial DEBATE, 336 páginas. Edu Galán es el cofundador de Mongolia y miles de cosas más. Este libro son dos, realmente, porque por un lado se hace un relato pormenorizado del caso de abusos sexuales por el que Mia Farrow denunció a Woody Allen y por otro se nos habla de la cultura de la cancelación instalada en nuestras sociedades, de cómo la presión de la masa de las redes coarta la libertad de expresión, de la autocensura impuesta para sobrevivir al infantilismo que nos rodea y de otros temas similares. Ensayo tan interesante como valiente. Y por momentos muy divertido.

•  A propósito de nada, de Woody Allen, editorial Alianza, 440 páginas. Muy relacionado con el anterior, libro de memorias del propio Allen, en el que cuenta sus andanzas vitales, desmitifica completamente su imagen de intelectual y defiende su posición en todo lo que hace a las acusaciones de Mia Farrow y su relación con su esposa. Es un libro divertido, aunque se nota que escrito desde la tristeza. El hecho de que su publicación fuera cancelada en EEUU y saliera antes en España demuestra hasta qué punto lo que denuncia Galán en el ensayo anterior es un peligro que nos amenaza.

•  Scale, de Geoffrey West, editorial Orion Publishing, 496 páginas (creo que no hay edición en castellano) ¿Hay leyes en la naturaleza que lo condicionan todo? Encontré un ejemplar de este libro, del que no sabía nada, en una estantería a principios de año, y con mi mal inglés lo terminé asombrado. El autor encuentra propiedades físicas en el rendimiento del consumo energético y de la información que, según muestra, determinan el tamaño de los organismos vivos, de sus sistemas biológicos, de las empresas, de las ciudades, de todos los organismos caracterizados por la complejidad que surge de la auto organización. Da mucho que pensar y, por el idioma, se que necesito leer su traducción.

•  Programados para crear, de Marcus du Satoy, editorial Acantilado, 408 páginas ¿Es la inteligencia artificial (IA) una moda o algo que cambiará nuestras vidas? El matemático du Satoy se introduce en ese mundo con el miedo de que las máquinas acaben con su trabajo, y nos muestra de lo que son capaces hoy en día los algoritmos a la hora de suplantar labores intelectuales humanas y, también, creativas. Ensayo sugerente que plantea preguntas y deja abiertas las puertas hacia un mundo que, sin que tengamos muy claro hacia dónde, no deja de avanzar.

•  El pasillo estrecho, de Daron Acemoglu, editorial Deusto, 688 páginas. En cierto modo, una segunda parte de su gran obra “Por qué fracasan los países” (excelente). Si en aquel caso se trataba de probar como las instituciones y su solidez frente a las élites extractivas son las que garantizar la prosperidad de las sociedades, en éste se busca la manera de contener al leviatán estatal en una estrecha franja que impida tanto el totalitarismo como la anarquía. El estilo es similar, con numerosas historias y ejemplos sobre el desarrollo del estado en diferentes sociedades y momentos y los éxitos, y fracasos, a la hora de “domesticarlo”. Se aprende mucho

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