lunes, diciembre 23, 2024

Alemania en crisis total

No era mi idea la de acabar el año comentando malas noticias, pero la actualidad manda, y este fin de semana se ha vuelto a centrar en Alemania. Si 2024 ha sido un año para olvidar en varios lugares, uno de ellos es Germania, que lleva un tiempo atravesando un serio bache. Este ha sido el año del total estancamiento económico, el de la declaración de emergencia competitiva por parte de muchos de sus sectores y el primero, desde que se creo la empresa, en el que Volkswagen anuncia el cierre de una planta en suelo nacional, algo traumático para una nación en la que la industria es tan determinante y genera ingresos ingentes, con marcas globales. Toda esa estructura económica se encuentra en crisis.

El viernes noche, en Magdeburgo, localidad del este del país, un descerebrado arremetió con un BMW cargado a toda velocidad contra la multitud congregada en uno de los típicos mercadillos navideños que tanta fama tienen en el norte de Europa. El balance de víctimas aún es provisional, pero se sitúa en los cinco fallecidos y cerca de dos centenares de heridos de diversa graduación, desde los leves hasta los casi terminales. El modus operandi de la acción es plenamente islamista, por lo que la posibilidad de estar ante un atentado de ese tipo se abrió paso a las pocas horas, a pesar de la escasa información conocida. Al saberse que el autor era un médico saudí de cincuenta años, que llevaba ya varios residiendo en Alemania, el origen yihadista del acto se vio reafirmado. El atacante pudo ser detenido, y eso hacía suponer que en breve se sabrían perfectamente los detalles de la acción y si había contado con ayuda de algún tipo a la hora de llevar a cabo su ataque, pero lo que vino después ha generado una enorme confusión y puesto patas arriba la mayor parte de hipótesis. Resulta que el atacante es islamófobo, huyó de Arabia Saudí para escapar de la teocracia suní que reina en esa nación, adjura del islam y en muchos de los escritos que se le han encontrado resulta que era más bien partidario de las tesis de AfD, la formación de extrema derecha germana. De hecho criticaba con fuerza las posiciones del gobierno socialdemócrata de Scholtz, al que acusaba de no perseguir el integrismo y de colaborar para que el islam se asentase en Alemania. Un perfil anómalo por completo, que ha dejado a todo el mundo asombrado. Y aún así, el personaje realiza un acto terrorista vil y despiadado, con la forma y sello de cualquier acción que hubiera sido alabada por el DAESH u otras organizaciones integristas. ¿Ustedes lo entienden? Yo no, y creo que casi nadie. A lo largo del fin de semana se ha sabido que las autoridades saudíes habían alertado alguna vez a la inteligencia alemana del proceso de radicalización que había sufrido este sujeto, por el contenido de los mensajes que colgaba, radicalización a la inversa si se quiere, pero con aires de violencia explícita y amenazas, y pese a ello no consta que la policía alemana hubiera hecho mucho para tenerlo controlado. Esto ha desatado una nueva tormenta política en el país, con un gobierno ya en retirada, a dos meses de las elecciones, y con el tema de la inmigración nuevamente puesto sobre la mesa, lo que es gasolina para una formación extremista como AfD que, según todas las encuestas, puede alcanzar el segundo puesto en los comicios de febrero. Tardaremos en saber si realmente el sujeto detenido realmente se había ido al otro lado de la psicosis o, como algunos señalan, todo es una táctica para enmascarar su auténtica creencia, la yihadista, usando el mensaje radical de extrema derecha para pasar desapercibido y no ser investigado por las fuerzas y cuerpos de seguridad. En todo caso, la tragedia ha conmocionado al país, a pocos días de Navidad, ha segado vidas inocentes, y ha vuelto a poner sobre el tapete el tema de la seguridad de los eventos públicos, el por qué allí no hay bolardos u otros obstáculos que impidan actos como ese, que sen España se pusieron desde los atentados de Niza y berlín, Berlín, en 2016.

Para una Europa que se encuentra ante retos existenciales de todo orden, lo que pase en Alemania es determinante. Hasta ahora, con mayor o menor impulso, la estabilidad en ese país ha sido como una constante en el panorama continental y global, y eso puede empezar a desvanecerse dentro de, exactamente, dos meses, cuando el 23F se vote allí. Trump ya llevará un mes de presidencia y lo que haya decidido sobre aranceles y Ucrania tendrá un evidente impacto en esas elecciones. Los desquiciados mensajes de un cada vez más irracional Musk apoyando directamente a AfD no auguran nada bueno. Crucemos los dedos y que Alemania logre salir de sus problemas, nos vienen bien a todos que así sea.

Si no pasa nada raro, este es el último artículo del año. Subo a Elorrio por navidades. Pásenlo genial con los suyos y que el nuevo 2025 les traiga todo lo bueno que desean. Nos leemos el viernes 3 de enero, salvo sorpresas.

viernes, diciembre 20, 2024

Recomendaciones de libros 2024

¿No tienen la sensación de estar perdidos en medio del griterío? Cada vez más me siento así, con ganas de escaparme de una conversación pública que ha degenerado en un banal enfrentamiento entre bandos ruidosos que ni se escuchan ni argumentan. Sentarse, abrir un libro y estar en silencio, además de un placer entretenido, se está convirtiendo en uno de los actos más transgresores que imaginarse uno pueda. Quién me lo iba a decir a mi, sujeto de costumbres y sosainas hasta el extremo, que iba a hacer algo transgresor en mi vida….

Recuerden que no tienen por qué ser libros editados en este año sino los que más me han gustado de entre los que he leído. Salvo los ganadores de cada categoría, el orden del resto de libros reseñados no indica una mayor o menor calidad, sólo que son los que más destaco.

Mejor libro de ficción

El mago del Kremlin, de Giuliano da Empoli, editorial Booket, 336 páginas. En esta novela se nos cuenta, como si fuera una confesión, la vida de un asesor del kremlin que logró llegar hasta las más altas esferas del poder ruso, y de cómo firmó un pacto fáustico en el que entregaba su alma a cambio de una capacidad de influencia enorme en la política, economía y sociedad del país. Personajes ficticios que pueden ser identificables y uno, que no se menciona como tal, pero que siempre está, y al que todos ponemos perfecto rostro y mirada heladora. Una excelente novela sobre el poder, las relaciones personales, la familia, a lo que nos vemos obligados a hacer si la ambición es lo que nos domina. Se disfruta tanto como inquieta.

* M, el hijo del siglo, de Antonio Scurati, editorial Debolsillo, 824 páginas. Primero de los varios volúmenes que Scurati está dedicando a la historia de Mussolini, como perfecta encarnación del totalitarismo y de una época, la primera mitad del siglo XX. Alternando capítulos novelados con otros de contexto histórico, la figura de un patán aprovechado va surgiendo, cada vez con más proyección, en los años del caos tras la Primera Guerra Mundial en una Italia pobre, violenta y desorientada. Esta brillantemente escrito y el hecho de que sepamos lo que va a ocurrir en cada momento no le quita un ápice de emoción a lo que relata.

* Los alemanes, de Sergio del Molino, Editorial Alfaguara, 336 páginas. Una de las ventajas de la literatura de del Molino es que parece saltar de género en género de una manera natural, siendo bueno en todos ellos. En esta novela se mezcla el presente y pasado con una colonia de alemanes afincada en Zaragoza desde hace un siglo como referente. Historias familiares que esconden cadáveres mal enterrados, tramas actuales, el perdón y la culpa que los antecesores llegan a hacernos cargar toman forma en un texto ágil, intenso y que deja el regusto de la buena literatura.

* La anomalía, de Hervé Le Tellier, editorial Booket, 368 páginas. Novela ganadora del Goncourt hace pocos años, es un ejercicio de ciencia ficción muy interesante. Un avión con más de doscientas personas llega a su destino, Nueva York, tras haber despegado de París, y los pasajeros comienzan sus vidas tras el viaje. Tres meses después, el mismo avión con las mismas personas, repetidas, vuelve a llegar a Nueva York, otra vez desde París. Este imposible sirve para plantear una historia de paradojas físicas y vitales. Es una novela muy curiosa y de una procedencia, Francia, inesperada para el género.

* Hexalogía Blackwater, de Michael McDowell, editorial Blackie Books, seis volúmenes, 200 páginas cada uno. Uno de los grandes éxitos de venta del año, tanto por su estética como por lo que cuenta como por el hecho de ser una serie pensada como tal, que engancha. La historia de una familia, los Caskey, y el enfrentamiento entre la matriarca del clan y la recién llegada Eleanor, enorme personaje, en Perdido, localidad ficticia del profundo sur de los EEUU llena de misterios. Intriga, fantasía, momentos de terror a lo Stephen King, la trama relata cómo, a lo largo de las décadas, todo cambia y se transforma, las luchas se mantienen, las fortunas se crean y pierden, y sólo es eterna la salvaje y peligrosa corriente de los ríos Blackwater y Perdido, que rodean al pueblo. Muy entretenido.

* El reino, de Emmanuel Carrère, editorial Anagrama, 520 páginas. Tiempo llevaba esperando que Anagrama lo editase en bolsillo, y ha merecido la pena. Es una de las obras grandes del autor, en la que, como siempre, mezcla la historia que quiere tratar con su vida propia. En este caso nos sumergimos en el Carrère religioso, que sufre una conversión y se hace católico de una manera profunda, para acabar volviendo a la fe descreída de la que partía. Y en el camino se nos novela la obra de Pablo de Tarso, el auténtico creador de la iglesia católica, el que organizó el mensaje de Jesús en forma de estructura de culto y poder. Es un libro denso y lleno de reflexiones interesantes.

* Cementerio de animales, de Stephen King, editorial Debolsillo, 488 páginas. Un libro de Stephen King cada cierto tiempo es garantía de entretenimiento. No le darán el Nobel, por lo que es probable que el jurado del premio acabe alguna vez reventado por la ira de un monstruo que surgirá de una alcantarilla sueca. Novela intensa, con unos personajes trazados con tiralíneas que, desde el primer minuto te atrapan. Te hace pasar miedo de verdad y, para los que tengan mascotas, supongo que les forzará a mirarlas con unos ojos un poco más precavidos ¿Quién hay que sea capaz de escribir tanto con semejante calidad?

* El ancho mundo, de Pierre Lemaitre, editorial Debolsillo, 592 páginas. Lemaitre se ha convertido en un experto en contar la historia francesa en formato novelón, justo al contrario que Éric Vuillard y sus textos mínimos. Su pasada trilogía, muy recomendable, se centraba en el periodo entre guerras. En esta nos lleva al mundo tras la Segunda Guerra Mundial, a una Francia que se reconstruye, con personajes valientes y turbios, y a una Indochina en la que algunos protagonistas van a la búsqueda de un futuro y se encuentran con sorpresas algo tenebrosas. Entretenida y con mordaces apuntes sobre la historia reciente del país vecino.

* Proyecto Hail Mary, de Andrew Weir, editorial EdicionesB, 544 páginas. Weir se hizo muy famoso por la novela de El Marciano, que Ridley Scott adaptó en una muy buena película de aventuras. Especialista en ciencia ficción dura, de esas que cuentan cosas que son aparentemente imposibles, pero con una gran plausibilidad en los detalles y con ciencia real de fondo, nos lleva ahora a una misión interestelar de la que depende el futuro de nuestro planeta, amenazado por un agresivo fenómeno cósmico. El único superviviente de la tripulación, amnésico, va recordando poco a poco por qué está allí, y qué es lo que debe hacer para salvarse él mismo y a todo el mundo. Y cree que está solo…

 ….. y una coda muy especial. Duelo sin brújula, de Carme Lopez Mercader, editorial Reino de Redonda, 128 páginas. Este es un libro único, triste, el último de la editorial. Su autora es la mujer de Javier Marías. Juntos crearon esa empresa de libros y una vida en común que se extendió durante décadas. En estas páginas Carme da rienda suelta a su pena, expone el testimonio de alguien que ha perdido una de las causas por las que vivir, y acaba componiendo una espléndida, y desoladora, carta de amor a Javier, a su hombre, que todo lo fue, con quien todo lo compartió y que ya no está.


Este año han caído más ensayos que novelas, y de calidad notable.

Mejor libro de no ficción

La escritura de los dioses, de Edward Dolnick, editorial Siruela, 340 páginas. Libro dedicado a la apasionante labor de traducción de los jeroglíficos egipcios, y la carrera que mantuvieron Thomas Young y Jean-François Champollion, cada uno con aciertos y errores. De fondo, el casual descubrimiento de la piedra Rosetta, bastantes nociones sobre cómo funcionan los idiomas humanos, y un montón de historia sobre el antiguo Egipto, la época victoriana y las montañas de prejuicios culturales que debieron ser vencidos para poder lograr el éxito. Y el inquietante corolario de que, dado que aún existen idiomas no descifrados, era posible que no lo consiguiéramos. No es una novela policiaca, pero es mejor que muchas de ellas.

* Un verdor terrible & Maniac, de Benjamin Labatut, editorial Anagrama, 224 y 400 páginas. Si no quieren uno, dos. Muy alabados por la crítica, finalmente me lancé a por el verdor y quedé deslumbrado, y ya tuve que pillarme el otro. Son ensayos científicos sobre temas diversos, miscelánea el primero, e inteligencia con la vida de Von Neuman como guía el segundo, pero el autor los escribe con una carga literaria enorme que va creciendo a medida que las páginas avanzan, de tal manera que llega un punto en el que no está claro si estamos ante un ensayo o un trampantojo. Pero da igual, porque es fascinante.

* Los años peligrosos, de Ramón González Férriz, editorial Debate, 216 páginas. Hay muchos ensayos políticos en las estanterías. Este expone de manera excelente las claves de la polarización que estamos viendo, clarividentemente logra demostrar que responde a una decisión racional de los actores que la crean y, en definitiva, retrata de una manera precisa nuestro árido tiempo. Férriz es un intelectual con sólido conocimiento de la materia y gran capacidad para exponerlo. Sus artículos en los medios son muy recomendables. Una obrita suya anterior, La Ruptura, reeditada este año, es obligada.

* Homo Viator, de Pepe Pérez Muelas, editorial Siruela, 456 páginas. Libro curioso y denso. Montones de capitulitos de unas tres páginas, agrupados por temáticas, en las que el autor da rienda suelta a su pasión por el viaje. La era de los descubrimientos, la antigüedad, América, aventureros, historias de mapas, planisferios, viajes mitológicos… escrito con enorme elegancia, el compendio de anécdotas que se reúnen es enorme, y cada uno de los pellizquitos que se muestran daría para toda una novela de aventuras en lugares exóticos.

* En busca de consuelo, de Michael Ignatieff, editorial Taurus, 296 páginas. Ignatieff ha recibido este año el premio Príncipe de Asturias de Ciencias Sociales. Es una figura globalmente relevante y un estupendo ensayista. Y a pesar de ser miles de veces más listo y culto que yo, se muestra igualmente perdido ante el mundo que nos rodea, y se pregunta en este libro, algo distinto al resto de los suyos, dónde poder encontrar consuelo ante la adversidad. Explorando la vida e ideas de varios pensadores a lo largo del tiempo, extrae lecciones que pueden servir para iluminar. No es un libro de autoyuda, por supuesto, sino de pensamiento y filosofía. Y de los muy buenos.

* Hacia el infinito, de Michael Lewis, editorial Deusto, 288 páginas. Con el subtítulo de “Ascenso y caída de Sam Bankman-Fried, fundador de FTX” Lewis nos lleva de viaje a la creación de la que fue la principal plataforma del universo “cripto” antes de su quiebra, mediante una sucesión de episodios en los que personajes, a cada cual más extravagante, parecen salidos de una serie de televisión con guionistas descerebrados. El propio Bankman-Fried resulta ser una perfecta mezcla entre todos los personajes de Big Bang Theory hecho realidad, pero en sus juegos de fantasía hay miles de millones de dólares. Es tan entretenido como alucinante.

* Los cielos retratados, de Jose Miguel Viñas, editorial Crítica, 304 páginas. Viñas es un excelente meteorólogo, colaborador en varios medios y autor de libros divulgativos muy recomendables. En este caso la obra mezcla dos disciplinas, la meto y el arte, ofreciendo un resultado excelente. Distintos tipos de nubes y fenómenos meteorológicos ilustrados con pinturas de todas las épocas y estilos en una sucesión de capítulos a cada cual más atractivo. Es tan interesante la lectura como bello el resultado. Una gran obra

* Viajes interestelares, de Pedro León, editorial Guadalmazán, 400 páginas. Todo lo que usted quiso saber sobre las sondas Voyager se encuentra explicado en este perfecto libro de divulgación astronómica, tecnológica y espacial. Desde el descubrimiento de maniobras como las de la asistencia gravitatoria, que es lo que permite que objetos lanzados al espacio puedan alcanzar los planetas exteriores e ir más allá, al diseño de las misiones, todas sus características, problemas sufridos, anécdotas, momentos de fracaso, suerte y éxito… todo está aquí. Y no hace falta saber para enterarse de lo que se cuenta. La web que las sigue en directo es https://science.nasa.gov/mission/voyager/

* La Roma de Constantino (gran formato) de Néstor Marqués y Pablo Aparicio, editorial Desperta Ferro, 224 páginas. El trabajo divulgativo de Néstor Marques sobre el mundo romano es, creo, el mejor que existe hoy en día. Este libro es especial, porque no sólo explora la historia de la urbe en un momento clave, la llegada de Constantino y la aparición del cristianismo, sino que realiza un enorme trabajo de reconstrucción con infografías para ilustrarlo. Con un formato de A4, hay páginas dobles y hasta cuádruples con ilustraciones fruto de las últimas investigaciones que, la verdad, hacen de Roma una realidad imponente.

* Manuel Chaves Nogales, de Francisco Cánova Sánchez, editorial Alianza, 416 páginas. Otro subtítulo que lo dice todo “Barbarie y civilización en el siglo XX” El libro es la biografía del legendario periodista y escritor, y un retrato de la España que le tocó vivir, del torbellino que fue el primer tercio largo de nuestro siglo XX y cómo la guerra y el infortunio le persiguieron aquí y en Francia, primer lugar al que huyó tras el inicio de la guerra civil. Es un excelente trabajo de memorias de la persona estudiada y de la evolución de los medios, especialmente la prensa, en aquellos años. Muy recomendable.

* Una película para cada año de tu vida, de Alejandro G. Calvo, editorial Debolsillo, 448 páginas. Libro ideal para discutir con el cuñado sobre gustos, lo visto y no. Alejandro, que es crítico y, sobre todo, amante del cine, hace una selección de cien títulos que considera imprescindibles, entre los que se encuentran algunos clásicos de toda la vida, bastantes modernas, unas pocas de cinefilia, grandes éxitos, de todo un poco, en una selección ecléctica fruto de los propios gustos del autor, que defiende con la pasión de quien lo ha gozado en la sala de cine. La edad a la que proponer verlas es lo de menos. Es muy divertido ir saltando entre una y otra propuesta y comparar nuestras apetencias con las del autor (destripe, tengo vistas unas setenta de las cien que comenta)

* Poder y progreso, de Daron Acemoglu y Simon Johnson, editorial Deusto, 568 páginas. Este año les han dado el Nobel de economía a Acemoglu y Robinson por su trabajo en la teoría institucional, expuesta perfectamente en su primer y genial libro “Por qué fracasan los países”. En este volumen, con la IA de fondo, los autores estudian el papel de la tecnología en el progreso económico de las sociedades, dejando claro que siempre hay ganadores y perdedores en cada avance, y que muchas veces cuesta saber quién es quién. Un muy buen ensayo de historia, economía y sociedad “marca de la casa”.

Fin de 2024. Resumen internacional

Este año ha resultado ser uno de los más agitados y violentos de los que se recuerdan, y termina con una reconfiguración completa del poder en oriente medio, una de las zonas más convulsas del mundo. Los salvajes atentados de Hamas contra Israel del 7 de octubre de 2023 desataron la ofensiva israelí sobre Gaza que se ha desarrollado a lo largo de todo este año, convirtiendo la franja en una escombrera y dejando a Hamas en las raspas, pero al precio de la muerte de miles de palestinos, y la miseria absoluta de otros muchos que ya no van a poder vivir allí. Israel no ah conseguido que todos los secuestrados vuelvan a casa, pero si se ha convertido en el gran poder regional de la zona.

Y es que, con la ofensiva en Gaza en marcha, la enemistad con Irán ha ido subiendo de grado hasta llegar al intercambio mutuo de cohetes entre Teherán y Tel Aviv, escaramuzas de alto riesgo que han dejado en evidencia las debilidades del régimen iraní. Israel ha visto su oportunidad a lo largo del año y en verano decidió abrir el frente norte del Líbano, con el objetivo de acabar con Hezbollah, la gran milicia chií que controla de facto ese país. Con una acción previa de inteligencia que sorprendió a todo el mundo, la explosión remota de los buscas que utilizaban los dirigentes de la organización, dejando a muchos de ellos mal heridos y a todos aterrados, Israel se lanzó a una ofensiva dura en la que han muerto unos cinco mil libaneses y prácticamente todos los altos cargos de la milicia, quedando diezmada. El derrumbe de las fuerzas proxys iraníes ha sido aprovechado por los milicianos que luchaban contra el régimen de Asad en Siria, y en una ofensiva relámpago de un par de semanas que nos ha dejado a todos asombrados, se han hecho con el país y obligado al dictador a huir buscando cobijo en la madriguera rusa. A resultas de todo esto la zona ha cambiado más en este año que en las últimas dos décadas, con un Irán muy disminuido, en crisis profunda, una Israel dominante que no pone freno a sus ambiciones y una incógnita siria que nadie sabe si va a derivar en un estado islamista, en una partición de facciones en guerra al estilo de Libia o vaya usted a saber qué. En la otra gran guerra de nuestro tiempo, la de Ucrania, las cosas han ido mal para Kiev a lo largo del año. Poco a poco, a velocidad ridícula y a un coste humano y militar salvaje, Rusia conquista posiciones, y la maniobra de Kiev de penetrar en territorio ruso a través de la provincia de Kursk, producida en verano, no ha cambiado el curso de la guerra. Moscú ha puesto soldados norcoreanos sobre el terreno, en una internalización de la guerra que deja muy a las claras los dos bloques que se oponen sobre la torturada superficie de aquel país. La evolución de esta guerra es incierta, pero todo el mundo suponemos que va a depender más de lo que suceda en Washington que de los avances en las trincheras. En un año de múltiples elecciones, todos los ojos estaban puestos en las norteamericanas del cinco de noviembre, a las que se presentaban Biden y Trump. El primero se cayó de la carrera por la reelección tras un desastroso debate, que dejó claro que hace tiempo que no está capacitado para liderar un país, ni ese ni otro. El segundo casi resulta asesinado en un atentado en julio, pero el tirador error por milímetros y sólo le rozó en una oreja. Obligados a cambiar de candidato, los demócratas escogieron a la vicepresidenta Harris, y el marketing de su campaña dio esperanzas a muchos de que pudiera alzarse con la victoria, pero los comicios ofrecieron un resultado inapelable, una victoria incontestable de Trump, que llega al poder rabioso, vengativo y con Elon Musk a su lado, en una combinación muy extraña de la que nadie sabe qué es lo que puede acabar saliendo.

Lo que Trump decida sobre Ucrania, aranceles, defensa en la UE, relaciones comerciales con China y demás será, en gran parte, lo que determine el devenir del próximo año. Desde Europa contemplamos todo esto con temor, porque 2024 ha sido un mal año para nosotros, con la economía estancada y con las dos grandes naciones que nos dominan, Francia y Alemania, sumidas en el marasmo político y con creciente peso de fuerzas populistas. Ha sido este un año de aumento del desorden global, y es de esperar que con Trump eso no sea sino una constante a lo largo de su mandato. Nadie es capaz de predecir cómo se va a comportar, y eso hace del próximo 2025 una incógnita y, potencialmente, una amenaza.

jueves, diciembre 19, 2024

Fin de 2024. Resumen nacional

Asomarse al resumen de la actualidad nacional de este año es hacerlo a un tiempo deprimente, de degeneración y de desesperanza. Así de simple. Pueden ustedes verlo como deseen, pero esa es mi impresión. El desgobierno que padecemos ha aprobado una gran ley, la infame de amnistía, y un gran pacto, el injustísimo concierto fiscal para Cataluña. La primera vergüenza le permitió ganar la investidura y mantenerse en el poder, la segunda, el acceso de Salvador Illa a la Generalitat de Cataluña tras las elecciones anticipadas de mayo. El resto de la acción de Sánchez ha sido propaganda, humo, falacias y supervivencia en medio de crecientes, y apestosos, escándalos de corrupción.

El hecho que más ha definido el año y la degeneración a la que nos asomamos es la DANA de Valencia y todo lo que ha sucedido después. A finales de octubre un episodio de lluvias extraordinario, salvaje, que hubiera generado destrozos inmensos en cualquier parte del mundo en la que se hubiera producido, se desencadenó en lo alto de las cordilleras interiores de la provincia de Valencia, generando un tsunami de barro, agua y escombros que arrasó numerosas localidades de la comarca de la huerta sur, la zona que se encuentra justo al sur del nuevo cauce del Turia que bordea toda la ciudad de Valencia. La capital no se vio afectada, pero, a pocos kilómetros de ella, la destrucción y muerte han sido devastadoras. Nada humano se podía hacer para evitar que la lluvia cayera y originara la inundación, pero todo lo relacionado con la gestión, de la información antes del desastre, y del salvamento y limpieza después, han sido la perfecta descripción de una catástrofe política y social. No se si vivimos en un estado fallido, pero durante bastantes días fallido fue, con una necedad absoluta por parte de todas las autoridades responsables que podían haber evitado algunas de las muertes y salvado a algunos de los que luego fallecieron, y auxiliar a los miles de afectados que quedaron abandonados a su suerte. La Generalitat valenciana, presidida por Carlos Mazón, del PP, sólo estaba preocupada por sandeces y, ante la catástrofe, ni avisó ni advirtió ni respondió. Simplemente demostró que era una administración en manos de inútiles que, como tales, sólo son capaces de hacer cosas necias. El gobierno nacional desde la Moncloa, del PSOE, observó el desastre y vio la oportunidad de que su rival político se hundiera en la mierda, y de ahí esa frase clamorosa de un soberbio Sánchez diciendo que “si necesitan ayuda, que la pidan” dos días después del desastre, con cientos de muertos pudriéndose en el fango. Unos por incapacidad, otros por cálculo, todos cobrando de los impuestos de, entre otros, los ciudadanos desatendidos en medio de la mayor desgracias de sus vidas. Días y días de abandono, semanas de dejadez institucional, de lucha de competencias, de búsqueda de fotos que salvasen la cara a los dos máximos necios de este desastre. El día de la visita de las autoridades a Paiporta, uno de los municipios más arrasados, se vivieron comprensibles escenas de ira por parte de vecinos, que se enfrentaron a esos inútiles a los que pagan para que se crean que son gobernantes. Sánchez huyó, como buen cobarde que es, demostrando la nada absoluta que hay en su pose, tan teatral como vacía. Mazón se escondió para que no le zurrasen, buscando amparo en la masa de autoridades y cuerpos de seguridad, demostrando la nada absoluta que es y la estulticia que anida en su interior. Sólo hubo dos autoridades que ese día dieron la cara, aguantaron el barro y se mancharon en él. El Rey Felipe VI y la Reina Letizia. Sin duda, vivieron el momento personal más complicado de su reinado, con evidente riesgo para su seguridad, pero ahí estuvieron, haciendo lo que debían dado donde estaban. Ellos sí dieron ejemplo, y aguantaron con la gente que estaba muerta de asco y olvidada por los chulos de barrio que, cada vez más, ocupan puestos de gestión en nuestros gobiernos. Felipe y Letizia se ganaron el reinado en medio del barro y, también, el odio envidioso de no pocos políticos basura que sólo sirven para cobrar y figurar.

Sánchez, Mazón, y pongan a continuación los nombres que deseen, son nuestra clase política, el resultado de décadas de convivencia, sistema educativo y desarrollo social en libertad. Su degenerado comportamiento, su tacticismo, su obsesión por el control de los medios de comunicación para que les hagan la pelota (es lo único que les importó a ambos el día de autos y el siguiente) es fruto de nuestra sociedad. Su fracaso es también el nuestro, el reflejo de nuestra incapacidad como nación para dar reconocimiento y cuotas de poder a personas que lo valgan. A cambio, hemos nombrado a necios que expolian el presupuesto y a unos cuantos que se presentan como alternativa envueltos en banderas populistas llenas de falsedad. El lodo que aún hoy sigue en algunos garajes de Valencia es el perfecto resumen de este fracasado año 2024.

miércoles, diciembre 18, 2024

Un asesinato en Moscú

Poco a poco, los ciudadanos de Moscú se han ido enterando de que hay una guerra en el oeste, en Ucrania. No lo han hecho porque familiares, amigos o vecinos hayan sido reclutados para ella, porque el dictador ha abastecido sus tropas con gente proveniente de las provincias más pobres y lejanas, pero con el paso de los meses los drones ucranianos han comenzado a llegar a la capital, el kremlin mismo ha sido objeto de algún ataque y se han producido disturbios en el espacio aéreo de la capital, bloqueando sus aeropuertos, gracias a ataques y sabotajes. La falsamente vendida como operación militar especial no es sino una guerra que aumenta de tamaño cada día y en la que, si Ucrania muere, Rusia se desangra.

Hasta ayer. Un bombazo en un barrio residencial de Moscú despertó a un montón de habitantes de la capital y dejó a no pocos sin cristales en sus ventanas en medio de un gélido amanecer. Al asomarse por las grietas de ellos los vecinos afectados pudieron contemplar una escena cruel. En el suelo, en medio de la nieve, frente al portal del que acababan de salir, yacían los restos amorfos de dos personas, reventadas por la explosión de un dispositivo, que era lo que había causado también la onda expansiva que afectó a sus casas. Había que acercarse bastante al lugar de lo sucedido para descubrir que, junto a los fallecidos, se encontraban los restos de un patinete, lo que luego ha permitido concluir a los investigadores que el atentado, que ante eso estamos, se produjo mediante la colocación de una bomba en ese aparato, el patinete, sin que me haya quedado muy claro si el dispositivo que la hizo estallar estaba controlado a distancia o de manera automática. En todo caso asesinó de manera efectiva a las dos personas que en ese momento salían del edifico a la calle. Uno era un guardaespaldas, cuyo nombre desconozco. El otro era el general Kirillov, uno de los mandamases de la cúpula militar rusa, responsable de las estrategias defensivas relacionadas con la guerra NBQ (nuclear, bacteriológica y química) y, en definitiva, un muy alto cargo del organigrama militar del país. Kirillov ha sido el responsable de, entre otras cosas, el uso de armamento químico en Ucrania, destinado a intoxicar a los soldados que están en las trincheras para forzarlos a salir y que así sean un blanco fácil por parte de los que tratan de acabar con ellos. Estas acciones ya lo tenían señalado entre la inteligencia ucraniana como uno de los objetivos a batir, y cuando se supo que él era la víctima del atentado todas las miradas se dirigieron a Kiev como certero origen de la acción. En efecto, no pasó mucho tiempo y a lo largo de la mañana de ayer las fuentes de inteligencia ucraniana admitieron estar detrás de la operación, sin dar apenas detalles de cómo se había desarrollado, y declararon la legitimidad del ataque en base a las prácticas militares que antes les comentaba que este general había desarrollado en el frente de guerra. Su eliminación se veía desde Kiev como la captura de un trofeo preciado, como la muesca lograda en una cacería cuando se abate a una pieza valiosa. Apenas se sabe nada sobre cómo se ha desarrollado la acción, si se ha producido una infiltración permanente de elementos de inteligencia ucranianos en Moscú, manteniendo un comando estable en la capital, o ha sido una entrada y salida en Rusia para realizar el atentado. Es probable, pero no se sabe, que un acto de este tipo cuente con cierto respaldo local, y es que es sabido que para hacer algo así se requiere un seguimiento de la futura víctima, estudio de sus rutinas, planificación y decisión sobre cómo operar. Obviamente Kirillov estaba vigilado desde hace tiempo, y se había escogido la salida de su casa como la opción más sencilla para matarle, y el uso del patinete como lo más efectivo. El éxito del atentado demuestra una elevada capacidad de acción por parte de la inteligencia ucraniana y, sí, también, una enorme brecha de seguridad en el policiaco estado ruso. Una más.

Este golpe es duro para la imagen del kremlin y la organización militar rusa, que desde ayer sabe que cuenta con un enemigo real en las calles de la ciudad en la que vive y desarrolla su trabajo de criminal planificación militar en Ucrania. Las declaraciones de altos mandos rusos, ni palabra de Putin hasta el momento, mostraban condolencia y ánimo de venganza, con los habituales rictus serios propios de seres fríos, como los que tan bien encarna el antiguo primer ministro Mevdeved. Más allá de las crueles acciones que se pretendan hacer en suelo ucraniano, matando inocentes como respuesta a este atentado, la imagen de una Rusia blindada y un régimen fortificado, inexpugnable, ha vuelto a ser deshecha por la realidad, como las decenas de cristales rajados en el vecindario donde tuvo lugar la explosión.

martes, diciembre 17, 2024

Aldama, la típica trama corrupta

No se ha cortado demasiado Víctor de Aldama, el conseguidor, en su declaración ante el Supremo, detallando el modus operandi de la trama en la que él hacía de intermediario, si quieren conseguidor, en la práctica, de cerebro, estableciendo la forma en la que los poderosos podían obtener las mordidas y luego decidiendo cómo distribuirlas. La novedad principal de ayer es que involucró al PSOE como organización beneficiaria, aunque sin pruebas. A medida que las acusaciones de Aldama aumentan en dimensión y alcance empieza a ser necesario que las pruebas que lo respalden también lo hagan en consistencia. Si tiene pensada una estrategia de goteo, en acusaciones y material incriminatorio, va un poco descompensado.

Visto desde fuera, ¿lo que cuenta Aldama es creíble? El sí es bastante rotundo, porque no deja de ser la típica historia de corruptela en la que el poder de algunos políticos sin escrúpulos, unido a los cargos que ostentan y les permiten acceder a fondos acaba derivando en comisiones, mordidas, amaños y todo tipo de enjuagues y repartos, teniendo finalmente al partido que les ampara como uno de los beneficiarios, normalmente no el mayor, pero sí significativo. Casos como el Palau de Cataluña o las comisiones del 3% en el caso de la antigua Convergencia, hoy los indeseables Puigdemoníacos, la trama De Miguel en el mundo del PNV, o estrategias como los ERE o la Gürtel para el PSOE o el PP han sido en el pasado versiones con variaciones de la eterna historia de amaño del que puede y comisionistas que se aprovechan. No hay mucho más. Por eso lo de Aldama es factible, suena a historia ya contada, y resulta verosímil. El caso, como todos los de este tipo, es lioso, reúne a un montón de personajes y tramas, y se convierte en un lío en el que unos hechos aplastan a otros, y la opinión pública se mantiene algo confundida sobre el papel que ha jugado cada uno en la historia, y suelen ser los meses, más bien años, de investigación judicial los que terminan por dibujar el entramado de relaciones, sujetos, empresas pantalla y flujos de dinero que configuran toda la estructura corrupta y que permiten atribuir delitos y asignar condenas. Por el camino, algún medio de comunicación de signo contrario al partido que está acusado de haberse llevado el dinero suele hacer parte de ese trabajo, con esquemas llenos de nombres, flujos y fechas con cifras, que se asemejan a la típica pizarra en la que los investigadores policiales acumulan pruebas de la forma de acción de su asesino para tratar de conocer sus próximos pasos. De mientras, el partido acusado de la corrupción y sus medios afines tratan de desmontar cada una de las acusaciones que caen sobre él y de sembrar sospechas sobre los investigadores, la justicia y todo aquel que ose socavar el buen nombre del partido X, ponga ahí el que más rabia le de, que siempre ha sido honrado, salvo uno o dos casos, que diría Rajoy. Casi uno puede imaginarse la estructura de titulares de unos y otros, réplicas de los vividos en casos pasados, en los que cada medio se convierte en el estandarte del periodismo de investigación, se suele colar el típico reportaje tratando de ambientar el Watergate en la vigente redacción del medio de que se trate y colocar a los reporteros de investigación actuales, normalmente un veterano y un par de jóvenes casi sin contrato e ingresos, como los nuevos Woorward y Brenstein, mostrando que el complejo de la prensa en nuestro país no deja de crecer a medida que su credibilidad se hunde. En la trinchera contraria, no descarten que comprados con las raspas que han quedado tras agotar las mordidas corruptas, justicieros de la prensa de igual pundonor luchan a brazo partido por la presunción de inocencia, por los bulos y difamaciones que se arrojan sobre servidores públicos íntegros, sin tacha alguna. Sospecho que los corruptos, que leen todo esto, se morirán de risa frente a unos y otros, sabiendo que siempre, si son mínimamente listos, han guardado algo de lo robado para vivir el resto de sus vidas ajenos a los focos mediáticos.

De esta trama queda mucho por saberse y veremos a ver hasta dónde llega, aunque conociendo al sujeto que nos preside no duden de que no dimitirá sea cual sea el alcance de la corruptela. Lo que más me interesa de este caso no son las mordidas ni el robo, lo de siempre, ya les digo, sino directamente el sexo. Ábalos y su entorno son unos sujetos que me inspiran repugnancia por sus formas y fondo, son los típicos que se pueden pasar una tarde en un local de carretera sin escrúpulo alguno, y sospecho que habrá datos y pruebas de en qué cosas ellos se han gastado parte de las mordidas conseguidas. Sí, el sexo puede ser el matiz distinto en este caso respecto a otros. Ya se sabrá si hay algo de eso o no.

lunes, diciembre 16, 2024

El lío de MUFACE

Ya decía Forges que los funcionarios conocen cosas que el resto de los humanos ni imaginan. Una de las primeras con las que uno se topa cuando empieza a trabajar con ellos es que poseen un seguro privado para todo el colectivo de la administración general del estado, al que luego creo que se le han ido incorporando funcionarios de otras administraciones. MUFACE, que ese es su nombre, funciona mediante una concesión en la que el estado paga a unas aseguradoras privadas que ofertan servicios médicos a los mutualistas, los funcionarios, con una cartera más o menos amplia de prestaciones. Eso hace que, salvo cuando las cosas se ponen feas, los funcionarios no acudan regularmente a la sanidad pública.

MUFACE ha ido decayendo con los años, por varias razones. Antes era obligatorio que, al hacerse funcionario, se vieran apuntados a este sistema, por lo que el colectivo de usuarios engrosaba en su base y decrecía en el extremo final, pero desde hace ya bastante tiempo se oferta a los de nuevo ingreso la posibilidad de que escojan entre este sistema mutualista o la seguridad social convencional. Apuntarse al sistema público ha sido una decisión que, poco a poco, ha ido calando entre el colectivo, y esto se ha traducido en dos consecuencias claras. Por un lado, el número de usuarios del sistema ha ido reduciéndose poco a poco, al no compensar las altas con las bajas. Por otro, y esto es lo determinante, la edad media de los mutualistas se ha disparado, y esto en cuestiones sanitarias es básico. Como todo seguro de salud, su rentabilidad está en el hecho de tener una amplia base de clientes jóvenes que pagan y no consumen (la edad les mantiene sanos) y un colectivo menguante de edades mayores en las que los tratamientos médicos se disparan y encarecen. En el balance entre estos grupos está la rentabilidad del negocio. El que los que no consumen se reduzcan y la edad media de los usuarios crezca es la pesadilla del negocio, porque el coste no va a hacer sino subir. Ante esto, las aseguradoras tienen dos opciones. La obvia, cobrar más a todos, la sibilina, reducir prestaciones. Por lo que me han comentado muchos de mis compañeros de trabajo es la segunda la que se lleva haciendo desde hace tiempo, de tal manera que la cartera de coberturas y la calidad del servicio se va reduciendo poco, a veces de una manera muy disimulada, pero constante. Lo segundo, cobrar más, es lo que ha estallado ahora. Las tres empresas que ofertan este servicio, Adelas, Asisa y DKV, han acordado no presentarse a la prórroga de la concesión ante las autoridades alegando que el precio al que se ofertaba era ruinoso. Reclaman una subida superior al 50% de lo ofertado por el gobierno, y este se muestra dispuesto a un aumento que no alcanza el 20%. La ruptura entre las partes ha caído como una bomba entre el más de un millón de asegurados, que justo con el final del año pueden ver como, de no llegarse a un acuerdo rápido, las mutuas les pueden empezar a dejar de prestar servicio, no ya reducirlo, sino directamente no responder. Como todo, hay personas que apenas hacen uso de estas prestaciones y otras que están sometidas a tratamientos frecuentes e intensivos por enfermedades crónicas de mayor o menor gravedad. Para todos ellos, el que la mutualidad que les ha atendido durante gran parte de su vida, el sistema, se desvanezca es una nefasta noticia, y un evidente motivo de preocupación. ¿Qué va a pasar con ellos y sus tratamientos? Algunas fuentes del gobierno, especialmente del Ministerio de Sanidad, que carece de competencias al respecto, han salido a proclamar que extinguir MUFACE es algo que debe hacerse antes o después, y que todos esos usuarios deben reconducirse a la sanidad pública, y que las aportaciones que el gobierno hace para cubrir la póliza médica deben transferirse a los presupuestos de los gestores de la sanidad, en este caso las CCAA, para que con esa financiación extra hagan frente al aumento del número de usuarios. Como teoría no está mal, pero llevarlo a la práctica, y en un plazo de meses, se me antoja como imposible.

Madrid, donde más funcionarios hay, es la región que vería su sanidad más tensionada, pero no sería la única. Todas las regiones tendrían que afronta algo para lo que no están preparados, y es que el problema no es sólo de dinero, sino simplemente de recursos físicos, de dispensarios, de personal, de infraestructuras, que no se hacen de un día para otro. Si es necesario desmantelar MUFACE, que puede que lo sea, debe hacerse con cabeza, con un plan meditado, que permita una transición ordenada y, sobre todo, de tranquilidad a los usuarios de la mutualidad que ahora demandan sus servicios y que, de un día para otro, se han encontrado con un enorme problema que ellos no han causado. Conociéndonos, se improvisará y habrá historias para no dormir.

viernes, diciembre 13, 2024

Cada vez somos más en España

Puede que usted no sea consciente, pero vivimos toda una revolución demográfica que está cambiando profundamente la realidad social que conocemos y que, en el futuro, la va a alterar de una manera muy drástica. La demografía es de esas cosas que se mueven lentas, pero inexorables. Con una enorme inercia, sus tendencias son a largo plazo y altera el paisaje como la erosión, no lo notamos pero no hay manera de impedirlo. A largo plazo, el derrumbe de la natalidad va a crearnos sociedades muy envejecidas y en pocos años el número global de habitantes alcanzará un techo y comenzará a descender.

Pero a corto plazo son los movimientos migratorios los que determinan la cantidad de personas que habitan un lugar, y en España estamos en un momento muy especial. Ayer el INE publicó sus datos de estadística de migraciones y cambios de residencia para el año 2023, y el balance es espectacular. El saldo creció en 642.296 personas, una cifra enorme. Es el segundo valor más alto de los últimos años, sólo superado por el de 2022, donde el balance positivo casi alcanzó los tres cuartos de millón de personas. Para redondear las cifras, podemos decir que, desde 2020 casi medio millón de personas entran en España como inmigración neta. El crecimiento vegetativo de la población, nacimientos menos defunciones, arroja pérdidas desde hace ya algunos años, pero esta entrada de inmigración hace que la población del país no deje de crecer y se encuentre en máximos históricos. Si miramos la estadística de población del patrón continuo, a 1 de octubre de 2024 estamos al borde de los 49 millones de habitantes, cifra jamás alcanzada, y la posibilidad de llegar a los cincuenta millones es real, y a este ritmo se podría conseguir, quizás, a mediados de 2026. Recordemos que la fuente principal de este crecimiento es la inmigración, no una natalidad estancada. Esta afluencia de inmigrantes se concentra en las grandes ciudades, siendo Madrid, Barcelona y el levante las zonas más favorecidas por las llegadas. En esos lugares, y Madrid es un buen ejemplo, la sensación de que todo está lleno viene corroborada no sólo por el buen momento económico, sino porque la población global es mayor que nunca, y eso hace que se vea más gente que en cualquier otro momento. Este enorme incremento de población genera ventajas e inconvenientes, como todo en la vida. La gran ventaja es que supone sangre nueva necesaria, visiones vitales distintas y mezcolanza, que siempre es de agradecer. El crecimiento que experimenta la economía española desde hace unos años, bastante por encima de nuestros vecinos europeos, se debe en parte a este aumento de población, que demanda servicios y bienes y los produce, lo que hace que el tamaño de la economía crezca. Si curioseamos en las estadísticas de PIB el aumento es notable, pero si lo hacemos en las de PIB per cápita veremos que las cifras están estancadas desde hace tiempo. Atrapados en una baja productividad, la economía española crece en sectores intensivos en mano de obra, como los servicios, especialmente los ligados al ocio y turismo, y no apoyándose en otros sectores más dinámicos y tecnológicos. Crecemos, por así decirlo, por agregación. Somos más y el tamaño de la economía es más grande, pero al no generar una mayor riqueza diferencial nuestra renta se mantiene. Uno de los inconvenientes de este disparo súbito de población es el de la tensión en las infraestructuras, diseñadas para una población menor y con menores tasas de crecimiento. Redes de transporte, nodos de intercambio y otras estructuras similares se encuentran casi al límite de su capacidad, saturadas también por la entrada masiva de turistas, que hacen uso de ellas y se suman a los residentes. La vivienda es un problema esencial ante esta realidad. El número de pisos que se construyen es, evidentemente, incapaz de hacer frente a semejante disparo de residentes. No solo por el tema de los alojamientos turísticos, que también, Madrid y Barcelona han visto crecer su población residencial en bastante más de cien mil personas en el año 2023, y ese nada pequeño volumen de personas debe vivir en alguna parte. Si el stock de vivienda no crece, y la demanda sube, es inevitable que el precio de los pisos se dispare, no hay solución a corto plazo.

Si no pasa nada extraño es probable que estas tendencias se mantengan, con sus habituales altibajos. Un frenazo en la entrada de inmigrantes sólo se daría si, como pasó a partir de 2009, se produce una crisis económica que vuelve poco atractiva nuestra economía, y eso es algo que siempre puede darse. En todo caso estas enormes cifras de población nos dicen que nuestro país está cambiando de manera profunda y acelerada, y la sociedad en la que vivimos ya no es la que nos sonaba familiar apenas hace un par de décadas. ¿Soluciona esta entrada de inmigración el problema de la natalidad? No, ya les digo que no. Palía temporalmente algunos de los déficits de mano de obra, pero el envejecimiento progresivo, la sostenibilidad de las pensiones y el decrecimiento global fruto de la natalidad menguante no se arregla así.

jueves, diciembre 12, 2024

Un joker asesino en Manhattan

Como ahora hay cámaras en todas las urbes los asesinatos se ven mucho más claros. En la escena vemos a un sujeto de espaldas, que avanza camino del punto de fuga de la imagen. De repente, a su izquierda, asoma un sujeto más enclenque que va a ser el que le dispare a bocajarro, por la espalda, asesinando al primer personaje de una manera fría, casi como por encargo, con toda la premeditación del mundo. Vemos fugaz mente cómo saca la pistola y apenas duda al actuar. No hay instantes de vacilación, de pensárselo, no. El autor está decidido y lo hace con toda su voluntad. Las imágenes son muy incriminatorias, de esas que les encantan a los fiscales de las películas, sí, las norteamericanas.

El asesinado se llamaba Brian Thompson, un nombre anglosajón bastante convencional, y era el CEO, el Consejero Delegado de UnitedHealthCare, la mayor aseguradora privada del país, un ejecutivo de primer orden con ingresos enormes en un sector que en el aquel país factura cifras astronómicas. Tras el asesinato, que dejó a Manhattan asustada por la premeditación del crimen, el haberlo cometido a plena luz del día y la persona que lo había sufrido, comenzó la búsqueda del culpable, que fue grabado en varias ocasiones durante su huida, en general con el rostro tapado por la capucha de una sudadera, pero en una ocasión con él plenamente descubierto, en un momento en el que intentaba flirtear con la dependienta de un hostal, porque la necesidad de ligue parece que es algo irrefrenable y que no se frena ni por la tensión de una fuga. Finalmente atrapado, ha resultado ser un joven de menos de treinta años y que responde al nombre de Luigi Mangione, lo que ya por sí mismo le catapultaría a secundario de lujo en teleseries relacionadas con la mafia. Mangione proviene de familia acomodada, es un estudiante brillante, no ha pasado necesidades, no viene del lumpen ni nada por el estilo, no. Sufrió una lesión física hace pocos años de la que tuvo que ser operado y, al parecer, el seguro se negaba a cubrir sus gastos, por lo que empezó a rumiar venganza. Lo ha hecho con una planificación exquisita, siguiendo al responsable máximo de la empresa con la que tenía contratada su póliza, y dedicando tiempo incluso a grabar en los casquillos de las balas con las que iba a perpetrar su crimen palabras muy utilizadas en los formularios de excusa de las compañías para no hacer frente a los gastos que debieran según sus contratos firmados. Mangione ha actuado por pura venganza, por resentimiento ante una prestación que él pago pero que no recibió cuando debía. El caso es claro, asesinato, y la condena obvia para el tribunal que lo juzgue, pero la relevancia del asesinado y el siempre turbio mundo de la sanidad norteamericana, una de las más ineficientes del mundo, así como la fortuna de la empresa y del ejecutivo que ha fallecido, han hecho que se produzca un extraño e inquietante fenómeno. Las redes sociales han acogido en su seno a Mangione como un justiciero, como un vengador, alguien que ha hecho lo debido frente a la crueldad de las empresas aseguradoras, que se ha tomado la justicia por su cuenta y, de manera implacable, la ha ejercido. Ha dictado sentencia y ha procedido a hacerla realidad. Una ola de simpatía se ha extendido por las redes en aquel país ensalzando la figura de, no lo olvidemos, un asesino, alguien que ha decidido acabar con la vida de otra persona. Independientemente de lo que haya llevado a la ira a Mangione, y de la mala praxis de la compañía comandada por Thompson, ¿desde cuándo el asesinato es la manera de resolver algo? Esos que alaban al justiciero y aplauden su acción ¿estarían tan contentos si la persona asesinada sería un familiar suyo? ¿o ellos mismos? ¿Se han puesto por un instante en la piel de la familia de Thompson, en la pérdida irreparable que han sufrido? ¿Estamos todos locos?

En la película Joker, que es buena pero me dejo un amargo regusto, se produce una situación similar, un proceso en el que el cruel psicópata termina asesinando sin remordimiento ni justificación alguna, y es alabado por multitudes que lo jalean, que lo elevan como si fuera su héroe. Unas escenas que me parecieron brillantes por la forma en la que estaban rodadas y repugnantes por el mensaje que transmitían. Eso, que era ficción, se ha convertido casi en realidad, sin máscaras ni punturas en la cara, pero sí con un muerto, un asesino, una pistola y un crimen. Y la masa, que ya no es atrezzo, sino personas de verdad, a miles, alabando la violencia como solución de los problemas. Es aterrador.

miércoles, diciembre 11, 2024

Irán, de derrota en derrota

La dictadura de Asad en Siria era chií. La familia reinante formaba parte de la minoría alauí, que profesa esa rama del islam, y es por ello por lo que el apoyo que recibía de Irán, la gran teocracia chií, era intenso. Además de por su posición geográfica y por intereses variados, el régimen de Teherán veía a los Asad como unos hermanos en la fe. Cierto es que la dictadura saudí no cargaba demasiado las tintas en temas religiosos. Su reino del terror tenía más que ver con el control del poder político y militar, no tanto por la fe. Asad y demás aparecían en los medios como piadosos, pero siempre vestidos de civiles y sin parafernalia de clérigos a su lado.

Para Irán, mejor dicho, para su régimen, este año está siendo un desastre absoluto, y me da la impresión de que nunca se arrepentirán lo suficiente del movimiento que forzaron a su peón de Hamas el 7 de octubre del año pasado. Desde entonces la sucesión de golpes que ha recibido su estrategia regional ha sido imparable y devastadora. Consciente de que su territorio está rodeado por naciones que no le eran afines, Teherán ha desarrollado con los años una estrategia de proxys, movimientos militares orquestados desde el régimen que actúan en naciones terceras y que son milicias paramilitares fuertemente armadas y entrenadas por Teherán. No hay vinculación orgánica directa con los dirigentes religiosos y militares del gobierno iraní, pero si una comunicación constante con la inteligencia militar y un flujo de dinero y suministros. Hamas y Hezbollah son las fuerzas más conocidas de este tipo, pero en Yemen y en otras naciones existen movimientos similares, con mayor o menor fuerza. En Siria o Irak no le ha hecho falta al régimen realizar operaciones de este tipo porque el devenir de la historia en un caso y el desastre posterior a la intervención de EEUU en otro les ha proporcionado aliados fieles y serviles, de tal manera que el poder que atesoraba Irán era bastante mayor que el relacionado con su ya estratégico y amplio espacio como nación. Pues bien, esta estrategia de tiempo y paciencia se ha derrumbado este año. Israel ha respondido con fiereza inusitada y altas dosis de inteligencia a los ataques de Hamas y, de paso, a las bravatas de Hezbollah, arrasando la franja de Gaza y el sur del Líbano, diezmando ambas organizaciones y reduciéndolas a poco más que sombras de lo que fueron. Los intercambios de salvas realizados directamente entre Irán e Israel han mostrado que los sistemas defensivos hebreos son capaces de mantener a raya las capacidades balísticas persas, y el balance del enfrentamiento entre ambas naciones ha sido un palo para Irán de grandes dimensiones. Y, como remate, su aliado sirio se ha desvanecido en apenas dos semanas de contraofensiva rebelde, dejando Damasco convertida en un posible foco de poder sunita que va a ver a Teherán como un enemigo. Es cierto que a la rama sectaria de ambas confesiones islámicas les une el odio a Israel, y por eso Netanyahu está aprovechando el marasmo de la caída de Asad para atacar con rabia todas las instalaciones militares sirias que pueda, para que no sean usadas en su contra en el futuro, pero la alianza férrea que existió durante décadas entre Teherán y Siria se ha terminado. El territorio sirio, que era campo de entrenamiento de Hezbollah y que servía como retaguardia tras incursiones en Líbano o el norte de Israel ha dejado de ser útil para los intereses iraníes, y la pieza de terreno que suponía Siria como retaguardia ha desaparecido. Irán ha perdido en este año a tres de sus grandes bazas operativas en la región, en un movimiento de derrota difícilmente imaginable, y que ha dejado a todo el mundo descolocado. Los enemigos tradicionales de Irán, sean las monarquías sunitas del golfo, o Israel y EEUU, están que no se lo creen o no saben cómo festejarlo.

Tras esta enorme muestra de debilidad, ¿qué va a hacer el régimen? Una dictadura acorralada es peligrosa, aunque creo que ahora creo que en Teherán domina más el miedo que el deseo de venganza. Ojalá todos estos movimientos sirvieran para que la maldita teocracia de los Ayatolas cayera y la sociedad iraní, una de las más jóvenes, dinámicas e interesantes de la zona, pudiera construir una nación libre y donde los derechos no siguieran pisoteados por las botas y las togas islamistas. Es difícil que eso ocurra, pero cierto es que nunca la dictadura de Irán ha estado en peor posición. Uno de los miedos que hay es el de involución, el de aumento de la represión interna y la búsqueda de una salida, léase armamento nuclear, como garantía de supervivencia. Habrá que estar muy atentos a lo que allí suceda.

martes, diciembre 10, 2024

Horrores e incógnitas sirias

La dictadura de los Asad se ha mantenido en pie en Siria durante un poco más de medio siglo gracias al empleo indiscriminado del terror, de muy variadas formas. El padre y fundador de la saga, Hafed Al Asad, apodado la esfinge por la nula expresión de sentimiento que emanaba de su rostro, nunca dudó en usar todo tipo de fuerza para imponerse, incluido el gaseamiento de poblaciones enteras con arsenales químicos, matando a millares para mantener el control del territorio. Su hijo Bashar, que estudió oftalmología en Londres, aprendió algo de ojos y, sobre todo, de torturas, y desde el año 2000 ha regido con puño de hierro la nación, aplastando todo lo que pudiera significar resistencia

No hay demasiadas diferencias entre las atrocidades sucedidas en Siria estos años y las fantasías pseudomedievales que se muestran en series de televisión de gran audiencia, con la salvedad de que lo que ha pasado en Siria es tristemente real. Durant años y años miles de personas han sido detenidas, torturadas y asesinadas de maneras infames por las fuerzas del régimen, y ahora que ha caído, se empiezan a liberar algunos de esos centros del horror del que salen, lo que queda de ellos, supervivientes en un estado que asombra y deja mudo a quien los contempla. Sednaya es una de los centros de tortura más famosos del país, y ayer, tras la toma del poder por parte de los rebeldes, fue abierto y se empezó a evacuar a los que allí quedan. No es un campo de exterminio en el sentido nazi, por sus escasas dimensiones, pero sí un lugar de matanzas y torturas inmensas, en el que se calcula que unas treinta mil personas han sido asesinadas a lo largo de su historia, y a saber cuántas miles han pasado por allí para cumplir condenas por delitos inexistentes, relacionados con la oposición a los Asad. Además del complejo de edificios que forman parte de la instalación, se está accediendo a los sótanos, enormes, de varios pisos, en los que cientos y cientos de personas se apiñan no ya en cárceles, sino en algo parecido a nichos, preconfigurando lo que sería su seguro futuro. Hay personas que llevan tanto tiempo encarceladas allí que no saben ni cómo se llaman, niños fruto de violaciones que pululan perdidos por los pasillos… es una auténtica galería del horror, y muestra de lo que ha sido el último medio siglo de esa nación, una de las más crueles del mundo. Paradójicamente, o no, ese abyecto régimen contaba con simpatizantes entre nosotros, algunos que se dicen de izquierdas, que alababan a los Asad y a sus patrocinadores iraníes. En fin, siempre ha habido indecentes a sueldo de las dictaduras, sean de un lado o del otro, tratando de sacar tajada de la crueldad ejercida sobre terceros, no sobre ellos, claro. La caída de Asad va a dejar al descubierto varios lugares cono Sednaya, y la existencia de una sociedad sometida al imperio de la delación, tortura y salvajismo como no somos capaces de hacernos a la idea, y durante algo más de medio siglo. No olvidemos que este es el régimen al que Teherán y Moscú han defendido a lo largo de toda la cruel guerra sucedida en su territorio, esta era la manera de actuar de un tirano al que algunas naciones recibían y agasajaban, y al que no le faltaba apoyo financiero o militar de esas otras naciones que acusan a occidente de decadencia. Asad era cruel en extremo, pero no muy alejado de las prácticas que se llevan a cabo por parte de las fuerzas represoras de los Ayatolas o del régimen de Putin. Tortura, asesinatos, represión… el miedo como forma de mantener el control es algo que todo dictador sabe que resulta efectivo, aunque pueda suponer que, con el tiempo, se le venga en contra. No ha habido ninguno en la historia que no haya hecho uso de esas crueles tácticas, empezando por el franquismo o los golpistas latinoamericanos y siguiendo por los regímenes comunistas de la era soviética. Los Asad ha sido crueles hasta un punto sádico, y su régimen pasará a la historia como uno de los más atroces que se hayan desarrollado en su época, lo que tiene mérito dado lo que ha habido y hay. Recuperar a la sociedad siria va a ser una tarea épica, sin ninguna garantía de éxito, sólo por el trauma que décadas de absoluto sometimiento pueden haber provocado.

Y si eso no fuera suficiente, la incertidumbre sobre lo que va a pasar en el futuro en aquella nación, incluso la posibilidad de que se mantenga como tal, es algo que lo domina todo. Las fuerzas insurgentes son muy dispares y sólo el objetivo de derrocar a Asad les unía. Caído el tirano no está claro que la unidad se mantenga. Los islamistas de HTS parecen ser la mayor de las fuerzas, y por ahora se muestran conciliadores, pero la experiencia de los talibanes “buenos” de Afganistán obliga a ser recelosos. La posibilidad de que en Siria se instaure un estado regido por la dictadura de la sharía no es nada descartable. Seguramente no sería tan horrendo como lo conocido, pero para nada sería bueno. A saber qué va a pasar a partir de ahora en ese desgraciado país.

lunes, diciembre 09, 2024

El fin de la dictadura de los Asad

Creo que fue Hemingway, aunque no estoy seguro, el que contestó a la pregunta sobre cómo había llegado a la ruina de esta manera tan brillante. “En dos fases. Primero poco a poco. Después, de repente”. Y esa es la perfecta descripción de cómo suceden en la realidad muchos procesos, físicos y políticos, que se deterioran de una manera lenta e inexorable, bien por abandono o por acoso, hasta que no pueden más y se desploman en medio del estrépito y sorpresa de los que los rodean, que se había acostumbrado a tenerlos allí, como parte inmutable del paisaje. Nada menos cierto, la estabilidad de muchas de las cosas que damos por sentadas no tiene porqué serlo. Las sorpresas, a veces, están siempre a punto de suceder.

Trece años ha estado Siria sometida a una cruel guerra civil que ha marcado hitos en lo que hace a horror y depravación. Lo que comenzó como una revuelta civil contra la dictatura de Bashar Al Asad degeneró rápidamente en una cruel represión del poder y en el establecimiento de un combate entre resistentes y leales al régimen. La presencia del islamismo entre los resistentes y el apoyo de socios como Rusia o Irán a la dictadura de Damasco ha marcado estos años de conflicto de ida y vuelta, en el que hubo momentos en los que parecía que el régimen caía y otros en los que su posición se fortalecía mucho. En medio, cientos de miles de muertos, se estima que algo más del medio millón, y millones de desplazados internos y exiliados, cerca de seis millones en cada caso, que han dejado sus casas y ciudades en un país arrasado hasta los cimientos. La guerra había entrado en una fase de ofensivas dispersas y prácticamente desaparecido del radar de los informativos, aplastada por otras guerras, sin ir más lejos las que se suceden en su vecindario, y en estas dos semanas en las que los combates han vuelto se ha producido el absoluto desplome del régimen, de su ejército y de sus aliados, que al parecer han decidido dejar de apoyarle, o tal vez huir para salvar lo que puedan tras verse debilitados en otros frentes. La cuestión es que, sin que mucha gente se lo esperase, Alepo cayó hace dos semanas en manos de los rebeldes y, desde entonces, todo ha sido un viaje relámpago camino Damasco, donde Homs y otras localidades no han sido sino piezas que, como en un dominó, se han derrumbado con sólo realizar un pequeño empujón. La fiereza de la dictadura de Asad ha quedado convertida en un trampantojo, un monstruo ya sin pies ni cabeza, que estaba presto a caer a poco que alguien le diera un empujón. Comandados por la milicia islamista de HTS y su líder Al Jalani (quédense con este nombre) las fuerzas rebeldes han presionado y la dictadura se ha deshecho. La noche del sábado al domingo Damasco cayó sin apenas defensa por parte de unas milicias gubernamentales que o no existían, o se habían largado o habían optado por desertar. Un golpe asombroso que ha dejado a todo el mundo perplejo, empezando quizás por los propios oponentes, que no esperaban la velocidad a la que se han sucedido los acontecimientos. Y siguiendo por todo el mundo, que de una manera u otra ha participado en esa guerra y ha visto como las posiciones inamovibles durante años han pasado a ser meras rayas en el agua, en el mapa de un país que ahora mismo se encuentra tomado por fuerzas rebeldes de muy distinto tipo. Para los aliados de Asad su caída es una derrota en toda regla, y se puede ver cómo Irán y Rusia encajan un golpe duro. El chiísmo alauí, que era la confesión y etnia de la familia Asad, ha sido un aliado fiel de Teherán durante décadas. Ahora la nación persa pierde a una de las grandes piezas con las que jugaba en ese tablero, y con Hezbollah y Hamas semi deshechas, se convierte en el gran perdedor regional en un año, este 2024, que puede ser histórico en la región por los cambios que se están produciendo. Muchos de ellos inesperados.

La toma de un palacio presidencial, la exhibición de sus lujos y el saqueo de algunos de ellos son clásicos de este tipo de situaciones. También lo son la huida del dictador en busca de refugio. Al contrario que Gadafi, Asad logró escapar y Rusia, sin imágenes hasta el momento que lo confirmen, ha anunciado que él y su familia son acogidos en Moscú como exiliados. El número de dictadores que residen en la capital rusa sigue creciendo. La mayor parte de ellos retirados, escapados de las prisiones en las que convirtieron a sus naciones. Uno de ellos vigente, reinante sobre el Kremlin, contemplando hoy una nueva derrota para sus crueles intereses. Putin debe estar rabioso. Ha perdido Siria, y está por ver el futuro de sus bases militares allí.

jueves, diciembre 05, 2024

Reabre Notre Dame

El colapso del gobierno francés, del que hablábamos ayer, finalmente tuvo lugar, y ahora mismo el país vecino atraviesa una situación inédita desde hace bastantes décadas, sumido en la inestabilidad política. Los malditos populismos siguen cobrándose naciones. Allí donde se instalan las convierten en ingobernables. Esta tarde Macron se dirige a la nación, puede que para presentar a su próximo candidato a inmolablle primer ministro. Lo hará sabiendo la gravedad del momento y en capilla de uno de los acontecimientos más esperados para todos los franceses de los últimos años. Y también deseado por medio mundo, entre los que me incluyo

Sí, este fin de semana se reabre la catedral gótica de Notre Dame, el monumento más relevante de un París repleto de ellos, el símbolo de la ciudad, en torno a la que se fue construyendo lo que ahora es una de las capitales más llamativas y famosas del mundo. En primavera de 2019, dirían algunos que como preludio siniestro de lo que vendría meses después, un incendió causado por una chispa en las obras de restauración que se estaban realizando en las cubiertas degeneró en un incendio total que arrasó la techumbre, parte de las bóvedas y a punto estuvo de generar el derrumbe del templo. Las escenas de la cubierta de Notre Dame ardiendo y de la aguja neogótica que se instaló en el siglo XIX desplomándose sobre la estructura herida de la iglesia conmocionaron a los parisinos y a todos aquellos que lo contemplábamos por televisión. Las catedrales góticas son edificios majestuosos, de apariencia poderosa e inmutable, pero como toda construcción, sujetos a esfuerzos y tensiones que, si se desequilibran, pueden provocar la caída de parte o de toda la construcción. Los bomberos consiguieron extinguir las llamas ya muy de noche, pero se tardaron varios días en apagar todos los rescoldos y comprobar hasta dónde llegaban los daños, que eran muy considerables. Toda la cubierta de la nave destrozada, bóvedas caídas, desequilibrios varios, vidrieras dañadas, contaminación tóxica en todas las paredes interiores, daños variados en la decoración y pinturas, el órgano gravemente afectado… el balance daba la imagen de ser la de un accidentado con un pronóstico grave. Las torres aguantaron indemnes, aunque parece ser que por poco, y era evidente que se debía afrontar no ya un proceso de restauración, que también, sino directamente de reconstrucción. Macron, en su primer mandato, tenía ante sí el reto de devolver a la capital de su nación el lustre al monumento más valioso, y se marcó un objetivo ambicioso, el de que Notre Dame volviera a la vida en un plazo de cinco años. Calificada por muchos como irrealizable, esa ambición ha guiado los pasos de vientos y cientos de expertos, profesionales y colaboradores de todo tipo, desde aquellos habituados al uso de las tecnologías más innovadoras hasta los que han sido sacados de talleres en los que se mantienen conocimientos medievales para reconstruir elementos que se han rehecho mantenido la absoluta fidelidad a lo que fueron antes del incendio. Más allá de alguna vidriera que se ha reelaborado con motivos modernos, en la reconstrucción ha dominado la fidelidad absoluta a lo que fue destruido, lo que también ha suscitado polémicas, por el hecho de que se puede caer en una falsificación, al ver algo que antoja ser antiguo cuando no lo es. Las imágenes que han trascendido del interior del edificio también han provocado broncas entre los expertos, porque ofrece una imagen de limpieza chocante, una claridad como de recién hecho, sin la pátina del pasado que otorga abolengo a estas construcciones, o al menos se lo da según nos hemos acostumbrado a verlas con el tiempo. La reinauguración servirá para comprobar realmente cuál es el resultado de la obra, qué es lo que se ha hecho y cómo ha quedado, y ofrecerá a técnicos y especialistas sensaciones certeras de cómo se ha resuelto el gran problema de la reconstrucción, más allá de unas fotos aisladas que pueden estar influenciadas por el momento de la toma. Como vivimos en tiempos de discusión permanente, es difícil que haya acuerdo, pero lo único seguro, e importante, es que el edificio y el templo están vivos, a salvo, y vuelven a realizar su función social, cultural y religiosa.

Este domingo, cuando comiencen nuevamente las celebraciones en su interior, se celebra la advocación de la Inmaculada Concepción de María, bajo la que también se encuentra la basílica de Elorrio. No es casualidad, ni mucho menos, que Macron fijase ese día en cinco años como punto de reapertura, siendo Notre Dame una iglesia de advocación mariana. La vuelta de la catedral desde las sombras de su medio ruina es una excelente noticia, una pequeña gota de esperanza en medio de tanta sombra y estupidez. Mandatarios de todo el mundo, Trump incluido, acudirán a París a un evento que tendrá mucho de exhibición de poder, por lo que el sábado serán las ceremonias políticas y el domingo las celebraciones en su interior. Notre Dame vuelve a reinar en su isla, sobre el Sena.

miércoles, diciembre 04, 2024

El caos avanza en Francia

Si todo sucede como está previsto, y nada indica que no vaya a ser así, hoy se votará la moción de censura en la asamblea nacional francesa y el gobierno de Michel Barnier se convertirá en el más breve de la historia de la actual republica francesa, con apenas tres meses de vida. En Francia las mociones son destructivas. Al contrario que aquí, que obligan a presentar candidato, allí se vota la reprobación o no del primer ministro vigente, y corresponde al presidente escoger un nuevo primer ministro que sea refrendado por la cámara. Es aquel un país presidencialista en extremo, y la figura del primer ministro se chamusca con velocidad, pero nunca como ahora.

Si sucede esto, se verá claramente el fracaso de la apuesta de Macron del pasado verano, y quedará más que clara la total inestabilidad política del país. Tras las elecciones europeas, en las que cosechó un mal resultado, Macron decidió disolver las cámaras y adelantar las legislativas. Las encuestas ofrecían la posibilidad real de que la ultraderecha del Frente Nacional de Marine LePen alcanzase una mayoría suficiente para gobernar, y subido a ese miedo, Macron diseñó una campaña de respuesta, que no le salió bien. El resultado final fue que el voto acabó dividido en tres grandes bloques; los macronistas, la extrema derecha y la coalición de extrema izquierda que, contra todo pronóstico, y por poco, fue la que alcanzó la primera posición por número de escaños. Tras estos resultados era obvio que Macron perdía el control de la asamblea, que hasta entonces había mantenido, y que era necesario un acuerdo entre dos de los bloques para lograr un gobierno estable. El Eliseo, tras dar vueltas, decidió no escoger al candidato a primer ministro propuesto por la extrema izquierda, la formación ganadora, y seleccionó a Barnier, un alto funcionario que lo ha sido todo en el poder francés y europeo. Tras muchos sudores Barnier logró ser escogido, pero gracias a que la extrema derecha lo consintió. Era evidente desde el primer momento que su gobierno era resultado de la concesión de LePen, y que ella decidiría cuánto iba a durar. Macron ha tratado durante este tiempo de fracturar al bloque de extrema izquierda, buscando que los socialistas, ahora una fuerza minoritaria en ese grupo, apoyen a su candidato y políticas, logrando ofrecer una imagen de transversalidad y de pactismo, asociada a la idea del macronismo como un movimiento alejado de la clásica división entre derechas e izquierdas. Lo cierto es que esos esfuerzos no han dado furto, y a la hora de votar el presupuesto el gabinete de Barnier se ha quedado sólo, y no ha tenido otra opción que aprobarlos mediante un decreto que conllevaba automáticamente la convocatoria de la moción de censura que se vota hoy. Legalmente Francia ha conseguido sacar adelante unas cuentas, pero no está nada claro que pueda haber un gobierno que las ejecute, que lleve a cabo las políticas e inversiones que en ellas se recogen. En definitiva, tras el resultado de hoy, la pelota vuelve al tejado de Macron, pero con un candidato menos, chamuscado por completo. La ley francesa impide repetir legislativas antes de que transcurra un año respecto a las pasadas, por lo que Francia se enfrenta a este panorama de descontrol como mínimo hasta el verano que viene. Da un poco igual la persona que Macron escoja para desempeñar el puesto, se va a enfrentar al mismo hemiciclo que ha triturado a Barnier. Sólo una cesión clara de los macronistas a uno de los dos extremos ideológicos le garantizaría estabilidad, a cambio de la destrucción política del movimiento, que en unas futuras elecciones legislativas quedaría completamente desdibujado. La propia figura de Macron se está erosionando gravemente en medio de todo este desmadre, y su autoridad, que es enorme dada la legislación gala, no podrá resistir mucho el declive de su formación y una opción real de perder la presidencia en la siguiente elección.

Estos días la prima de riesgo de la deuda francesa ha superado, por poco, a la española. La economía de aquel país no carbura. Las olimpiadas de verano ofrecieron buenos datos de visitantes, pero fue un espejismo. El PIB y el resto de variables languidecen, y el campo francés, junto con el resto de sectores, ve con miedo los futuros aranceles que pueda imponer Trump a los productos europeos cuando llegue al poder. El coche francés está, si me apuran, aún más en crisis que el alemán, con el conglomerado Stellantis descabezado y sus ventas a la baja. El caos político del país, problema y reflejo de problemas, no ayuda para nada, y me temo que se va a prolongar en el tiempo.

martes, diciembre 03, 2024

Biden se traiciona a sí mismo

En la fase final de su mandato, cuando quedan apenas ocho semanas para que Trump jure frente al Capitolio, Biden ha decidido traicionarse a sí mismo e incumplir una de las promesas que lleva jurando y perjurando desde que llegó a la Casa blanca. Antes ya de ese momento, los líos judiciales de su hijo Hunter eran numerosos, y en ellos se mezclaban drogas y blanqueo de dinero junto a otro tipo de delitos. Al llegar al poder Biden dejó claro que la justicia era igual para todos y que, si se producían condenas en los procesos de su hijo, él las cumpliría, y en ningún caso utilizaría las prerrogativas presidenciales para librarle de la pena. Lo ha repetido decenas de veces, abroncando incluso a los que le insistían con el tema. No, no y no.

Hasta ayer. La Casa blanca emitió un comunicado en el que se anunciaba que Biden padre había reflexionado el fin de semana y cambiado de opinión, e iba a otorgar un indulto amplio a su hijo, que en la práctica le exonera de todas las penas que ya posee y de las que puedan llegar en los procesos que aún tiene abiertos. De un día para otro Biden traicionó su reiterada palabra y dejó colgados a todos aquellos que, a lo largo de estos años de presidencia, han respaldado el discurso oficial de que no se ejercería el nepotismo. Pues dicho y hecho, indulto concedido, palabra pisoteada y desvergüenza manifiesta. La portavoz de la Casa blanca, de la que ustedes pueden encontrar decenas de respuestas con un rotundo NO ante la posibilidad preguntada de ese indulto, justificaba ayer con la misma naturalidad la decisión que echa por tierra toda la credibilidad que ella y su jefe puedan tener. Dado que queda ese corto lapso de tiempo para que el poder de Biden desaparezca y, por tanto, esa portavoz pierda su empleo, ¿por qué no ha tenido ella arrestos para dimitir y negarse a hacer un ridículo tan humillante? Sí, los gastos navideños son caros y las facturas no se pueden aplazar mucho, pero la honra, por poca que sea, vale más. Pues nada, honra perdida. Con su indigna decisión Biden ha hecho un Sánchez en toda la regla, ha violado algo que se autoimpuso y que era un gesto no sólo político, sino sobre todo moral, un mensaje al conjunto de la ciudadanía norteamericana sobre la igualdad de la justicia para todos, sobre el hecho de que el poder no se salta las reglas que a los demás sí les someten. Cada vez que Biden decía que no indultaría a su hijo apuntalaba la legitimidad de un sistema de reglas y leyes en su nación, y acrecentaba la fe en quienes más necesitan que ese sistema funcione, que no son los poderosos, sino todo lo contrario, los humildes, las clases medias y bajas, que no pueden pagar sobornos, caros despachos de abogados ni perder parte de su vida en procedimientos judiciales eternos y muy caros. Todo norteamericano, y español, claro, tiene la sensación de que cuanto más dinero y poder tienes menos problemas tendrás con las togas, y que la ley será mucho más laxa contigo. Negarse a amnistiar a los condenados del procés o indultar al hijo del presidente eran ideas fuerza que recalcaban que la justicia puede perseguir también a los políticos, que ellos no son inmunes por sus actos, como no lo es nadie, cuando estos incurren en delito. Traiciones como la efectuada por Sánchez o Biden son desoladoras, hacen un daño enorme, no sólo por la pura injusticia que suponen, sino por el destrozo de esa credibilidad social ante la justicia, las normas, las leyes, que es la base de la convivencia de las sociedades modernas. El imperio de la ley y del estado de derecho es la garantía de que los más fuertes no imponen su norma a los más débiles, de que de la jungla hobbesiana pasamos a un marco de relaciones regladas. Lo que ha hecho Biden es un enorme error, que mancha su presidencia y que es totalmente indefendible por quienes tenemos un cierto respeto al estado de derecho y creemos en la norma. Ha sido una traición a todo lo que ha defendido en estos años.

Y claro, una vez que Biden ha hecho esto, ¿qué impide que Trump haga algo similar? No se ha cortado nada el magnate en afirmar que en su ánimo está que los condenados por el golpe de estado del asalto al Capitolio del 6 de enero de 2021 sean libres. Si lo hace, si les indulta, consumará su traición a la democracia, y dejará libres a una banda de golpistas a los que él alentó en su ánimo dictatorial. Se me argumentará que son casos muy distintos, desproporcionados uno frente al otro, y es cierto, pero también lo es que la justicia y sus normas están para regular las violaciones de la ley, sean estas menores o mayores. Con su decisión, Biden legitima a Trump para que haga cosas similares. Es una desgracia absoluta.

lunes, diciembre 02, 2024

Vuelco en la guerra de Siria

En la abundante oferta de guerras que vivimos en este tiempo, la de Siria estaba bastante olvidada. No detenida, pero sí abandonada por la mayor parte de los medios. Se sucedían las escaramuzas pero sin grandes novedades, hasta que ha llegado este fin de semana y, de repente, se ha producido un vuelco inesperado, con la derrota de las fuerzas de Asad, las oficialistas, y su pérdida de la ciudad de Alepo, la segunda del país, situada al noreste, lejos de Damasco. Alepo fue conquistada en su momento por las tropas de Asad gracias a la cruel intervención de la aviación rusa, que la arrasó en parte con una táctica de bombardeo salvaje y extensiva. Fue, lo que se dice en el argot, alfombrada.

¿Quiénes ha recuperado el control de Alepo? Es una buena pregunta, y la respuesta es múltiple. Las fuerzas que se enfrentan al régimen de Asad son principalmente tres. Por un lado, la oposición siria a la dictadura, que es la que inició las protestas y hostilidades hace ya bastantes años. Tiene un componente mayoritariamente laico. Por otra parte, hay fuerzas del PKK, el partido de los trabajadores del Kurdistán, que se oponen a Asad porque buscan crear su estado propio y una parte de ese territorio ahora lo ocupa Siria. Y en tercer lugar están las fuerzas islamistas suníes, de tendencia extrema o muy extrema. Asad y su régimen son islamistas chiíes, y por tanto han contado con el respaldo de Irán desde el principio y, de paso, de Rusia, socio colaborador de los Ayatolas desde hace tiempo. El islamismo suní extremista en la región llegó a ser mundial y desgraciadamente conocido como DAESH, el infame estado islámico, que alcanzó un gran poder en su momento y, afortunadamente, fue derrotado y casi exterminado. Ese casi ha permitido que algunas milicias islamistas suníes se rearmen y, con el tiempo, vuelvan a contar con peso suficiente como para emprender una nueva guerra de conquista. Ahora se encuadran bajo las siglas HTS, y mantienen el rigorismo islamista, pero se han vuelto algo más pragmáticos. No buscan la instauración de un califato global y, si me apuran, es el régimen de los talibanes afganos el que está en su referente para el caso en el que consigan hacerse con el poder en Siria, o en las zonas en las que puedan llegar a controlar. De todas las milicias que se enfrentan al régimen estos islamistas son los que poseen mayor fuerza, y aunque se niega una y otra vez, es casi seguro que cuentan con un importante apoyo por parte de Turquía, potencia islámica suní que busca debilitar al régimen de Teherán y extender su influencia en la zona. El que los kurdos, enemigos tradicionales de los turcos, sean aliados de los salafistas de HTS no es algo que haya servido para que Ankara deje de apoyarlos, aunque es probable que si las posiciones de la guerra avanzan se de una vuelta de tornas y Turquía promueva acciones de castigo contra el flanco kurdo del avance. En fin, en medio de todo este caos de alianzas, se ha producido el sorpresivo ataque sobre Alepo y el aún más sorprendente desplome de las fuerzas de Asad, que han mostrado ser una chapuza de ejército, incapaz de ofrecer una mínima resistencia. Lo que permitió al dictador Asad en su momento reconquistar la mayor parte del país durante la fase más álgida de la guerra fue el apoyo en tierra de la milicia iraní de Hezbollah y la aviación rusa, pero ahora ambos aliados están en problemas. Tras la tregua pactada en Líbano, Israel ha dejado a Hezbollah echa unos zorros, muy debilitada y desnortada, y va a tener que usar los pocos recursos que le quedan para tratar de sobrevivir. Por su parte, Rusia sigue entretenida en una cruel guerra en el este de Europa, que Putin pensaba que sería un paseo militar y va camino de los tres años de conflicto. Sin sus aliados, el régimen de Asad está en peligro.

¿Es factible pensar que Damasco puede llegar a caer? No lo creo, aunque vaya usted a saber. Antes de que eso se produzca Teherán o Moscú intensificarán todo lo que puedan sus ataques sobre las posiciones enemigas, y de hecho Rusia ya ha empezado a masacrar desde el aire posiciones en Alepo, buscando impedir el avance de las fuerzas que controlan la ciudad. En esa guerra el nivel de crueldad que se alcanzó en su momento dejó anonadados a todos los que la siguieron, con una saña en la destrucción y asesinatos que deja a las ofensivas israelíes en Gaza o Líbano convertidas en poco más que diplomacia. Siria y, probablemente, Sudán, sean ahora los peores lugares sobre la tierra, donde se desarrolla la violencia más cruel y despiadada.