Este Domingo es el día del calvo de la tele, que ya no es el de la lotería, sino Lobato, el de Tele5. Por la tarde, cuando el sol se oculte en España e Inglaterra, todos mirarán a Brasil, y no a sus playas, para ver como acaba el campeonato del mundo de Fórmula 1. Alonso vs Hamilton, Hamilton vs Alonso, y los aficionados enfervorizados gritando desde sus casa cada curva, cada parada de reportaje y todos con el corazón en un puño por saber quién ganará el mundial más reñido, sucio y antideportivo que se recuerda en este deporte para minorías.
Menuda la que se ha organizado con esto. De creer que el campeonato estaba ganado por Alonso hemos pasado a una extraña situación en la que un desconocido, Luís Hamilton, inglés, como el equipo Mclaren, se ha convertido en la niña mimada del equipo y, con unos jueces que no le han penalizado en exceso, mucha suerte, algunas ayudas extradeportivas y, no lo neguemos, muy buena conducción, ha llegado a liderar el campeonato del mundo a falta de la última carrera, a la que Hamilton llega con 107 puntos y Alonso con 103. Pero ya se sabe que, pese a que no logro entenderlo, lo del deporte levanta pasiones ardorosas. La lucha entre los dos, y las acusaciones de favoritismo a Mclaren a favor del piloto inglés, las declaraciones cruzadas de unos y otros, las acusaciones de espionaje y demás han degenerado en una bronca monumental que se extiende por los despachos y sedes empresariales. El Santander ha pagado 60 millones de euros por cuatro años de patrocinio a la escudería, y no le gusta la actitud de Ron Dennis, cabeza visible del equipo, y lo llamó a principios de semana a la central, en Boadilla del Monte, para exigirle que cesara este espectáculo que empieza a notarse en sus cuentas, al darse de baja algunos clientes. Vodafone España, empresa inglesa para más señas, también está notando esta polémica en sus carnes, y en cada uno de los países se crucifica al rival contrario, acusándole de todo, y se loa al propio de una manera algo infantil y palurda. Recuerdo en el hotel de Bruselas como la BBC World alababa a Hamilton sin cesar y acusaba a Alonso de lo que aquí se le achaca al piloto inglés. Por otra la imaginación patria no cesa, y esta web es un buen ejemplo de ello...
Personalmente prefiero que gane Alonso, pero si lo hace Hamilton no me iba a dar un disgusto. Siendo sinceros, el chico es bueno, y pilota muy bien, y es un crío, y admitamos que no estaría donde está si no fuese bueno, le hubieran ayudado o no. Lo más divertido sería que, uno con otro, se eliminases y Raikonnen, el eterno tapado, el Carlos Saínz finlandés, que conduce de maravilla y casi siempre, cuando está a punto de ganar se le rompe el coche, se llevase el gato al agua, cosa que puede suceder perfectamente. Quizás incluso fuera un resultado con más justicia poética. Los niños pierden y los serios adultos ganan. La solución, el Domingo.
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