Parece que estos han sido para mi los días del Caixa Forum. Si el hueves estuve allí en el congreso cuyos detalles ya relaté el viernes, este Sábado volví a ir, aunque esta vez por un motivo lúdico, ya que se trataba de visitar la exposición que, proveniente de la galería de los Uffizi, tiene lugar en ese nuevo recinto cultural con motivo de su inauguración. De paso me di una vuelta por todo el edificio, que es el primero del equipo de los arquitectos suizos Herzog & De Meuron en Madrid, afamados en todo el mundo y autores, como última obra famosa, del estadio olímpico de Pekín.
En esto de los edificios se ha desatado desde hace años una carrera por quién es el que elabora el icono preciso para una ciudad o una institución. La búsqueda del arquitecto estrella y del proyecto rupturista se ha exacerbado, y todo se debe al llamado “efecto Bilbao”, dado el auge que supuso para esa ciudad, con fama de industrial, sucia y gris, la construcción del extraño edificio que, obra de Frank Ghery, aloja la sede del museo Guggenheim. Reconozco que, de mientras se construía la borde de la ría, y yo estudiaba la carrera en Bilbao, dudaba mucho del éxito de aquella idea, me parecía la típica bilbainada, pero he de reconocer que estaba muy equivocado, el museo ha sido un éxito y ha puesto el nombre y la imagen de Bilbao e el mapa. Y ahora todas las ciudades quieren eso, buscando el edificio más grande, más espectacular y, como no, el más caro. Uno de los responsables de esta fiebre es Tomas Krens, director del complejo Guggenheim, que ahora se embarca en el proyecto de un macromuseo en Abu Dabi. Tal y como se expresa en la entrevista que publicaba ayer El País, Krens no reniega de su estilo y formato de proyecto, y amenaza con dejar el museo de Bilbao convertido en una pequeña maqueta comparado con el mastodonte que Ghery proyecta en la costa del golfo pérsico. Siendo malvados, podríamos decir que si Ghery construyo el muso de Bilbao inspirado en los restos de su papelera una vez volcada, esta vez su musa resulta ser el resultado de fotografiar una montaña de escombros, dadas sus dimensiones y formas. Lo que Krens no llega a explicar convenientemente es la, a mi juicio, desolada imagen de vacío que asola a estos museos. Sí, enormes, gigantescos, impactantes.... pero vacíos. Todo continente, pero muy poco contenido. Algo similar ocurre con la Tate Modern de Londres cuya remodelación, obra también de Herzog & De Meuron, ha sido uno de los mayores proyectos de revitalización urbana de la capital británica. Pues bien, a gente va a la Tate, le parece inmensa su sala de turbinas, porque lo es, pero a mi al menos la grandeza de esa sala me deja tan absorto que me es igual lo que en ella esté expuesto. De hecho parece que realmente no es necesario que haya nada. Y eso es un problema para un museo, donde lo valiosos, sobre todo, debe estar dentro.
En el caso del Caixa Forum, de dimensiones mucho más reducidas, el ejercicio de ambición de diseño no es tan marcado. El edificio es operativo y cumple sus funciones, dentro de una estructura moderna que salvaguarda parte de las fachadas de ladrillo del edificio original, una subestación eléctrica incendiada hace cuatro años. La escalera central merece la pena ser vista desde arriba, con un ya incipiente estanque de los deseos en el patio inferior. Y si quieren una pega, la cafetería ,que está muy bien, se rodea de paneles de acero roñado con celosías muy de diseño, pero que impiden, otra vez, disponer de una cafetería con vistas de altura en Madrid, esta vez con el jardín del Retiro como fondo. Una oportunidad desaoprovechada.
lunes, marzo 31, 2008
viernes, marzo 28, 2008
Psicodelia
No se me ocurren muchas palabras mejores para definir lo que viví ayer. Se celebra esta semana en Madrid el MIT Global Startup Workshop 2008, un encuentro organizado por el afamado Instituto Tecnológico de Massachussets, dedicado a la innovación, los emprendedores y el fortalecimiento de todos estos parámetros en la sociedad y economía moderna. La Dirección en la que trabajo había recibido invitaciones para asistir al encuentro, y en compañía de dos funcionarios allí nos plantamos ayer, a primera hora de la mañana, en el moderno y nuevo edificio del Caixa Forum, en pleno Paseo del Prado.
Vistos los formularios y las inscripciones algo me hacía suponer lo que pasaría, y es que el encuentro era muy anglosajón e internacional. Vamos, sólo en inglés, todas las conferencias eran en guiri, y mi nivel no es suficiente como para desentrañar charlas de ese nivel. Los dos compañeros que venían conmigo directamente no sabían inglés, por lo que tras el final de la charla inaugural, en medio de su estupefacción al ver como se desarrollaba todo aquello, se fueron, y allí me quedé yo sólo, que decidí aguantar toda la mañana con la esperanza de aprender algo e intentar sacar un provecho a aquel encuentro. Asistí a tres seminarios, y creo que logré entender un 20% de lo que allí se decía. Y la sensación que me quedó era de frustración absoluta. Frustrado estaba no sólo por no entender bien, qué vergüenza que a estas alturas de la vida uno sepa hacer caso de todo y esté desarbolado antes dos frases seguida y atropelladas en inglés, y mayor desazón al comprobar que el nivel que tenían aquellas charlas era enorme. Los ponentes y asistentes, procedentes de todo el mundo, aunque en su mayoría del mundo anglosajón y asiático, no leían papeles, ni se agarraban a dos frases dichas machacona y repetitivamente, no. Hablaban, versaban y desarrollaban discursos sobre un tema que conocían perfectamente. La dinámica de las sesiones también era muy distinta a la habitual por aquí. El moderador, que ejercía como tal, tenía un guión de cinco o seis grandes puntos sobre el tema que se trataba en la ponencia, desarrollaba cada uno de ellos y luego, los otros cuatro ponentes tenían que dar su opinión al respecto, estableciéndose muchas veces un diálogo entre ellos y el público asistente, joven, inquieto y ávido de hacer preguntas. Todo lo contrario de la habitual parrafada hispana de conferenciante encantado de haberse conocido, y el mudo auditorio que nunca pregunta nada, y sólo ansía irse.
Pero bueno, todo esto se desarrollaba mientras yo estaba allí más sólo que la una, no conocía absolutamente a nadie (por las tarjetas que llevábamos colgando los españoles no llegábamos ni al 10%) y me sentía totalmente desubicado, fuera de lugar. En el buffet de la comida acabé en una pequeña mesa con algunos representantes del Ministerio de Economía de Portugal y una chilena, que no se que cargo tenía, y al decir que yo trabajaba en el Ministerio de Economía de España empezaron a pedirme mi opinión autorizada sobre algunos temas de la actualidad económica. Y yo, mirando al techo, dudaba de donde estaba y que decir. Lo malo es que acabé convenciéndoles de mis ideas y opinión al respecto, pero ya les dije que yo no era el portavoz más autorizado del Ministerio al respecto...... alucinante.
Vistos los formularios y las inscripciones algo me hacía suponer lo que pasaría, y es que el encuentro era muy anglosajón e internacional. Vamos, sólo en inglés, todas las conferencias eran en guiri, y mi nivel no es suficiente como para desentrañar charlas de ese nivel. Los dos compañeros que venían conmigo directamente no sabían inglés, por lo que tras el final de la charla inaugural, en medio de su estupefacción al ver como se desarrollaba todo aquello, se fueron, y allí me quedé yo sólo, que decidí aguantar toda la mañana con la esperanza de aprender algo e intentar sacar un provecho a aquel encuentro. Asistí a tres seminarios, y creo que logré entender un 20% de lo que allí se decía. Y la sensación que me quedó era de frustración absoluta. Frustrado estaba no sólo por no entender bien, qué vergüenza que a estas alturas de la vida uno sepa hacer caso de todo y esté desarbolado antes dos frases seguida y atropelladas en inglés, y mayor desazón al comprobar que el nivel que tenían aquellas charlas era enorme. Los ponentes y asistentes, procedentes de todo el mundo, aunque en su mayoría del mundo anglosajón y asiático, no leían papeles, ni se agarraban a dos frases dichas machacona y repetitivamente, no. Hablaban, versaban y desarrollaban discursos sobre un tema que conocían perfectamente. La dinámica de las sesiones también era muy distinta a la habitual por aquí. El moderador, que ejercía como tal, tenía un guión de cinco o seis grandes puntos sobre el tema que se trataba en la ponencia, desarrollaba cada uno de ellos y luego, los otros cuatro ponentes tenían que dar su opinión al respecto, estableciéndose muchas veces un diálogo entre ellos y el público asistente, joven, inquieto y ávido de hacer preguntas. Todo lo contrario de la habitual parrafada hispana de conferenciante encantado de haberse conocido, y el mudo auditorio que nunca pregunta nada, y sólo ansía irse.
Pero bueno, todo esto se desarrollaba mientras yo estaba allí más sólo que la una, no conocía absolutamente a nadie (por las tarjetas que llevábamos colgando los españoles no llegábamos ni al 10%) y me sentía totalmente desubicado, fuera de lugar. En el buffet de la comida acabé en una pequeña mesa con algunos representantes del Ministerio de Economía de Portugal y una chilena, que no se que cargo tenía, y al decir que yo trabajaba en el Ministerio de Economía de España empezaron a pedirme mi opinión autorizada sobre algunos temas de la actualidad económica. Y yo, mirando al techo, dudaba de donde estaba y que decir. Lo malo es que acabé convenciéndoles de mis ideas y opinión al respecto, pero ya les dije que yo no era el portavoz más autorizado del Ministerio al respecto...... alucinante.
jueves, marzo 27, 2008
El final de Harry Potter
Tras habérmelo leído en inglés, hace una semana devoré la versión castellana del séptimo y último libro de la saga de Harry Potter. No tenía intenciones de anticiparme con la edición inglesa, pero un muy buena amiga me “tentó” dejándome un ejemplar, y claro, no pude negarme. Leer 600 páginas en inglés para mi es como andar arrastrando una pesada piedra por un camino de grava, así que lanzarme a la edición española ha sido como corre con un deportivo por una autopista. De hecho leí tres cuartas partes del mismo en el viaje en autobús de Madrid a Bilbao de hace una semana.
Si alguien lo ha leído el libro, que está muy bien, y no desea saber como acaba que no siga esta entrada de hoy, porque desvelo el misterio. Y es que al final Harry triunfa plenamente, aunque puede quedar al duda de si ese triunfo le cuesta la vida o no. La verdad es que no se la cuesta, sobrevive y llega a la madurez felizmente casado y con una respetable tropa de hijos, pero hay un momento cerca del final, en el capítulo 34, que según al autora es la clave de toda la historia, en el que Potter asume su muerte y sacrificio por el bien común. Vislumbra el plan que entre Dumbledore, Snape y, también, Voldemort, han trazado y que se cierne como él de manera inexorable. Esa asunción de su sacrificio es de lo más bonito de los siete libros, porque es el momento en el que Potter ejerce realmente de héroe. No se quién dijo que un héroe no es aquel que nunca tiene miedo, sino el que lo tiene cinco minutos más tarde que el resto. En ese punto Potter descubre que ya la ayuda de sus amigos no le basta, no es suficiente, y que es él mismo en persona quien debe sacrificarse. A escala, es el mismo paso que da Frodo en El Señor de los Anillos el final del libro segundo, tomo primero. Descubre que soporta una carga que sólo el puede eliminar, y que arrastrar a sus fieles en su destino es llevarles a una muerte segura e inútil. A diferencia de Potter, Frodo descubre esto muy pronto en el conjunto de la historia, y de ahí que su abnegación, sufrimiento, y pena a pagar en el futuro, sean mucho mayores, pero creo sinceramente que existe un curioso vínculo entre ese Frodo que se aleja de Rauros y Harry acercándose al bosque prohibido de Hogwarts . Ambos se enfrentan a su destino y se olvidan de si mismos, se preparan mentalmente para la inmolación y todo en aras del bien común. Seguramente alguno dirá que esto ya está escrito en los Evangelios, donde un hombre se sacrifica y logra expiar los pecados del mundo con su muerte. Pues sí, creo que subyace el mismo significado, salvando claro está las distancias entre el personaje histórico de Jesús y los imaginarios de Harry y Frodo.
Todavía podría preguntar alguno qué que es lo que finalmente salva a Harry. A parte de varitas, conjuros, hechizos y giros argumentales de interés, hay una cosa por encima de todo, y es tan trivial, ñoña y cursi que, pese a ser lo más importante que tenemos, no la apreciamos. A Harry lo salva el amor. El amor que sus padres depositaron en él, el amor de los que le rodean y le animan, el amor que, invisible pero poderoso, trenza sobre el unas indetectables cadenas que, como cota de malla, le protegen de quienes desean destruirlo. El libro muestra que el amor es lo más poderoso del mundo, como ya lo dijo Jesús hace 2.000 años. Qué bonito, qué cierto.... y que poco lo llevamos a la práctica.
Si alguien lo ha leído el libro, que está muy bien, y no desea saber como acaba que no siga esta entrada de hoy, porque desvelo el misterio. Y es que al final Harry triunfa plenamente, aunque puede quedar al duda de si ese triunfo le cuesta la vida o no. La verdad es que no se la cuesta, sobrevive y llega a la madurez felizmente casado y con una respetable tropa de hijos, pero hay un momento cerca del final, en el capítulo 34, que según al autora es la clave de toda la historia, en el que Potter asume su muerte y sacrificio por el bien común. Vislumbra el plan que entre Dumbledore, Snape y, también, Voldemort, han trazado y que se cierne como él de manera inexorable. Esa asunción de su sacrificio es de lo más bonito de los siete libros, porque es el momento en el que Potter ejerce realmente de héroe. No se quién dijo que un héroe no es aquel que nunca tiene miedo, sino el que lo tiene cinco minutos más tarde que el resto. En ese punto Potter descubre que ya la ayuda de sus amigos no le basta, no es suficiente, y que es él mismo en persona quien debe sacrificarse. A escala, es el mismo paso que da Frodo en El Señor de los Anillos el final del libro segundo, tomo primero. Descubre que soporta una carga que sólo el puede eliminar, y que arrastrar a sus fieles en su destino es llevarles a una muerte segura e inútil. A diferencia de Potter, Frodo descubre esto muy pronto en el conjunto de la historia, y de ahí que su abnegación, sufrimiento, y pena a pagar en el futuro, sean mucho mayores, pero creo sinceramente que existe un curioso vínculo entre ese Frodo que se aleja de Rauros y Harry acercándose al bosque prohibido de Hogwarts . Ambos se enfrentan a su destino y se olvidan de si mismos, se preparan mentalmente para la inmolación y todo en aras del bien común. Seguramente alguno dirá que esto ya está escrito en los Evangelios, donde un hombre se sacrifica y logra expiar los pecados del mundo con su muerte. Pues sí, creo que subyace el mismo significado, salvando claro está las distancias entre el personaje histórico de Jesús y los imaginarios de Harry y Frodo.
Todavía podría preguntar alguno qué que es lo que finalmente salva a Harry. A parte de varitas, conjuros, hechizos y giros argumentales de interés, hay una cosa por encima de todo, y es tan trivial, ñoña y cursi que, pese a ser lo más importante que tenemos, no la apreciamos. A Harry lo salva el amor. El amor que sus padres depositaron en él, el amor de los que le rodean y le animan, el amor que, invisible pero poderoso, trenza sobre el unas indetectables cadenas que, como cota de malla, le protegen de quienes desean destruirlo. El libro muestra que el amor es lo más poderoso del mundo, como ya lo dijo Jesús hace 2.000 años. Qué bonito, qué cierto.... y que poco lo llevamos a la práctica.
miércoles, marzo 26, 2008
Menos de 100 muertos
Por una vez la Semana Santa nos ha traído una magnífica noticia. Acostumbrados a un balance de muertos en carretera digno de un reportaje de catástrofes, por primera vez en la historia se han rebajado las cifras de fallecidos, quedándose en un valor, 63, que es muy alto, pero que comparado con otros años supone un descenso enorme de muertos y de tragedias añadidas. Aún así, es más de un autobús completo. ¿Qué estaríamos pensando si el Sábado, por ejemplo, se hubiese estrellado un autobús con 55 plazas llenas y varias personas de pies, y todos sus ocupantes hubiesen muerto? Pues eso, pero a cámara lenta.
¿Y a qué se debe este éxito? No lo tengo muy claro. La climatología no ha ayudado, porque nos ha cogido todo un temporal de nieve en el norte del país, que quizás haya asustado a algunos, pero es más fácil que haga patinar a todos. A pesar de la crisis, las carreteras se han llenado de coches, y los atascos, especialmente de vuelta el Domingo, han sido monumentales. Añadámosles que toda la normativa de tráfico (puntos, cárcel y demás) estaba vigente con anterioridad. ¿Por qué el descenso? Quizás porque por fin se le ha metido en el cuerpo al conductor español un cierto miedo a las sanciones que la DGT le puede hacer pagar, lo que revelaría que esa medidas, protestadas y discutidas en un principio, empiezan a hacer efecto. De todas maneras aún es pronto para saber si esto de la Semana Santa ha sido un espejismo o el inicio de una tendencia. En todo caso parece que se vuelve a cumplir ese viejo aforismo de que “la letra con sangre entra”. Sólo introduciendo medidas penales, mano dura y amenazas de prisión parece contenerse el diablo sobre ruedas que anida en cada uno de nosotros, y el corolario de este pensamiento es un poco triste. La educación es importante, pero sólo los castigos parecen servir de solución, al menos en el corto plazo. Prueba de ello es que seguimos viendo imágenes en Internet de carreras ilegales, locuras al volante y otros comportamientos vergonzosos, que se suceden sin freno sin que parece que haya nadie que les ponga coto. Aquí surge una de las principales críticas que se le hacen a al DGT, como máquina recaudadora del gobierno, más interesada en poner radares en lugares donde se pueda sacar tajada con multas que en controlar desmanes, locuras y descontroles que, muchas veces, son conocidos de antemano. En este punto las autoridades de tráfico tienen que ponerse aún más serios, y empezar a controlar esas carreteras que parecen dominio de estúpidos émulos de Fernando Alonso, ahora dotados de un coche mejor que el del asturiano.
Otro de los aspectos que las autoridades deben controlar los teóricos responsables de este negociado, y es una vergüenza que ahí sigan aún, son los famosos puntos negros. No se cuanto dinero costará arreglar esos tramos de carretera diseñados de una manera infernal y que, año tras año, se convierten en la tumba de tanta gente. Es menos vistoso y da más votos corregir peraltes de curvas que inaugurar tres kilómetros de autovías, pero todo se debe hacer, y cuanto antes mejor. En definitiva, y con todos los “pero” que se le puedan poner, debemos alegrarnos de que haya habido muchos menos muertos que en años pasados, pero no olvidemos el símil del autobús. 63 personas son muchas personas.
¿Y a qué se debe este éxito? No lo tengo muy claro. La climatología no ha ayudado, porque nos ha cogido todo un temporal de nieve en el norte del país, que quizás haya asustado a algunos, pero es más fácil que haga patinar a todos. A pesar de la crisis, las carreteras se han llenado de coches, y los atascos, especialmente de vuelta el Domingo, han sido monumentales. Añadámosles que toda la normativa de tráfico (puntos, cárcel y demás) estaba vigente con anterioridad. ¿Por qué el descenso? Quizás porque por fin se le ha metido en el cuerpo al conductor español un cierto miedo a las sanciones que la DGT le puede hacer pagar, lo que revelaría que esa medidas, protestadas y discutidas en un principio, empiezan a hacer efecto. De todas maneras aún es pronto para saber si esto de la Semana Santa ha sido un espejismo o el inicio de una tendencia. En todo caso parece que se vuelve a cumplir ese viejo aforismo de que “la letra con sangre entra”. Sólo introduciendo medidas penales, mano dura y amenazas de prisión parece contenerse el diablo sobre ruedas que anida en cada uno de nosotros, y el corolario de este pensamiento es un poco triste. La educación es importante, pero sólo los castigos parecen servir de solución, al menos en el corto plazo. Prueba de ello es que seguimos viendo imágenes en Internet de carreras ilegales, locuras al volante y otros comportamientos vergonzosos, que se suceden sin freno sin que parece que haya nadie que les ponga coto. Aquí surge una de las principales críticas que se le hacen a al DGT, como máquina recaudadora del gobierno, más interesada en poner radares en lugares donde se pueda sacar tajada con multas que en controlar desmanes, locuras y descontroles que, muchas veces, son conocidos de antemano. En este punto las autoridades de tráfico tienen que ponerse aún más serios, y empezar a controlar esas carreteras que parecen dominio de estúpidos émulos de Fernando Alonso, ahora dotados de un coche mejor que el del asturiano.
Otro de los aspectos que las autoridades deben controlar los teóricos responsables de este negociado, y es una vergüenza que ahí sigan aún, son los famosos puntos negros. No se cuanto dinero costará arreglar esos tramos de carretera diseñados de una manera infernal y que, año tras año, se convierten en la tumba de tanta gente. Es menos vistoso y da más votos corregir peraltes de curvas que inaugurar tres kilómetros de autovías, pero todo se debe hacer, y cuanto antes mejor. En definitiva, y con todos los “pero” que se le puedan poner, debemos alegrarnos de que haya habido muchos menos muertos que en años pasados, pero no olvidemos el símil del autobús. 63 personas son muchas personas.
martes, marzo 25, 2008
Siempre llueve en Semana Santa
La Semana Santa es, me temo, un lugar abonado a las tradiciones. Si el calendario de este país se estructura en torno a montañas de citas llenas de pompa, tradición y folclorismo, lo de los días santos ya es la saturación. No hay pueblo, por pequeño y recóndito que sea, que no saque en procesión una antiquísima talla, siempre de valor incalculable, de, por ejemplo, San Apapucio de las llagas dolorosas, que desfila con motivo de una cruenta batalla, la liberación de la peste, o algo igualmente cruel, ocurrido en el pueblo ese hace mucho, mucho tiempo.
El cortejo de San Apapucio siempre es vistoso, está repleto de penitentes cubiertos con capucha, y se desarrolla en medio de un secarral que da pena verlo. Pues otra tradición que no puede faltar es que, tras meses de sequía absoluta, sin ver más gotas de las que se tiran desde el grifo al lavadero, empiece a chispear al salir la comitiva de San Apapucio de su parroquia. Como no, ese chispeo se transforma rápidamente en una aguacero fuerte, recio y a veces tormentoso. Y la comitiva de San Apapucio, persignándose y maldiciendo al cielo al que antes suplicaban, corre como una posesa para refugiarse debajo de algún tejadillo, maldiciendo su suerte, y viendo como los capirotes se doblan victimas de la cruel lluvia, que no ha podido escoger peor día para presentarse. Los vecinos del pueblo, congregados en el portalón de la iglesia o, más comúnmente, en los bares aledaños, no dejan de asombrarse de cómo es posible que, año tras año, sólo llueva al sacar la imagen de San Apapucio a la calle, con lo bien que le hubiera venido al campo esas gotas cerca de la Navidad, o en Enero, o en cualquier época del año, porque como nunca llueve siempre será bien recibida, y empiezan a preguntarse si no será el propio santo el que atrae la lluvia, o las llagas a las que hace alusión su nombre no serán otra cosa que goterones de una tormenta. En fin, se dicen, al menos para los cultivos si serán unos días santos, pero su gesto se tuerce al ver a los cofrades, ilusionados todo el año con el día de la procesión, y que, otra vez, se han tenido que ir a casa cabizbajos y llorosos sin poder desfilar. Los turistas, llegados al pueblo desde recónditos lugares, atraídos por esa guía que les ha recordado las filigranas que jalonan la cruz de San Apapucio y el origen de sus llagas, no saben ni donde refugiarse en medio del aguacero. Se dicen así mismos que esto es la Semana Santa auténtica, al albur de la meteorología y el fervor popular, sin esas cosas modernas de la ciudad, y se quedan encantados viendo la carrera de penitentes que huyen de la lluvia que, por momentos, se transforma en granizo.
La imagen, una vez que ha escampado un poco, se dirige veloz a su iglesia y allí se encierra nuevamente hasta el año que viene. San Apapucio, que ya echaba de menos su hornacina, piensa que es una pena que el único día del año en el que se acuerdan de él acabe siempre igual, con carreras, prisas y dolores en sus huesos, que no está para procesionar a ritmo de maratón, sino lento y pausado, como un vals. Mira a su jefe Dios y no encuentra otra explicación más que el agarrarse a la tradición, esa tradición que, en próximos años, volverá fiel a su cita, como está mandado.
El cortejo de San Apapucio siempre es vistoso, está repleto de penitentes cubiertos con capucha, y se desarrolla en medio de un secarral que da pena verlo. Pues otra tradición que no puede faltar es que, tras meses de sequía absoluta, sin ver más gotas de las que se tiran desde el grifo al lavadero, empiece a chispear al salir la comitiva de San Apapucio de su parroquia. Como no, ese chispeo se transforma rápidamente en una aguacero fuerte, recio y a veces tormentoso. Y la comitiva de San Apapucio, persignándose y maldiciendo al cielo al que antes suplicaban, corre como una posesa para refugiarse debajo de algún tejadillo, maldiciendo su suerte, y viendo como los capirotes se doblan victimas de la cruel lluvia, que no ha podido escoger peor día para presentarse. Los vecinos del pueblo, congregados en el portalón de la iglesia o, más comúnmente, en los bares aledaños, no dejan de asombrarse de cómo es posible que, año tras año, sólo llueva al sacar la imagen de San Apapucio a la calle, con lo bien que le hubiera venido al campo esas gotas cerca de la Navidad, o en Enero, o en cualquier época del año, porque como nunca llueve siempre será bien recibida, y empiezan a preguntarse si no será el propio santo el que atrae la lluvia, o las llagas a las que hace alusión su nombre no serán otra cosa que goterones de una tormenta. En fin, se dicen, al menos para los cultivos si serán unos días santos, pero su gesto se tuerce al ver a los cofrades, ilusionados todo el año con el día de la procesión, y que, otra vez, se han tenido que ir a casa cabizbajos y llorosos sin poder desfilar. Los turistas, llegados al pueblo desde recónditos lugares, atraídos por esa guía que les ha recordado las filigranas que jalonan la cruz de San Apapucio y el origen de sus llagas, no saben ni donde refugiarse en medio del aguacero. Se dicen así mismos que esto es la Semana Santa auténtica, al albur de la meteorología y el fervor popular, sin esas cosas modernas de la ciudad, y se quedan encantados viendo la carrera de penitentes que huyen de la lluvia que, por momentos, se transforma en granizo.
La imagen, una vez que ha escampado un poco, se dirige veloz a su iglesia y allí se encierra nuevamente hasta el año que viene. San Apapucio, que ya echaba de menos su hornacina, piensa que es una pena que el único día del año en el que se acuerdan de él acabe siempre igual, con carreras, prisas y dolores en sus huesos, que no está para procesionar a ritmo de maratón, sino lento y pausado, como un vals. Mira a su jefe Dios y no encuentra otra explicación más que el agarrarse a la tradición, esa tradición que, en próximos años, volverá fiel a su cita, como está mandado.
miércoles, marzo 19, 2008
Arroz tres delicias en Lasa
Llevamos ya casi una semana de revuelta popular en el Tíbet, extraño y misterioso país enclavado en el Himalaya, donde parece que lo único que hay son monjes budistas y serpas dispuestos a portear carga hacia el Everest por un nada módico precio. Las fuentes para saber lo que está pasando son varias, y la confusión es grande. Según los tibetanos son más de un centenar los muertos contabilizados hasta el momento, mientras que para las autoridades chinas apenas son unos pocos alborotadores los que han fallecido, víctimas de su inconsciencia y de la violencia que han desatado.
Realmente el conflicto en el Tíbet lleva muchos años, y la revuelta de la semana pasada se inició con motivo de la conmemoración del 49 aniversario de la ocupación china. ¿Por qué no han esperado al 50, que es un número muy redondo? Porque en Agosto los juegos olímpicos son en Pekín, y los ojos de todo el mundo ya han empezado a girar hacia Asia, logrando así concitar mayor atención por parte de los medios de comunicación internacionales pero, ay, poco éxito les auguro en su revuelta. Pese a sus esfuerzos, y a que creo que la razón les ampara, se enfrenta a un gigante en todos los sentidos. China es una férrea dictadura comunista, valga la redundancia, en la que el ejército a día de hoy sigue controlando todos los resortes políticos y sociales. Detenciones arbitrarias, censura, arrestos, prohibiciones, la vida política e ideológica de los chinos es lo más parecido a la nada, y cada vez contrasta más con el despegue económico que sufre esa sociedad, despegue planificado y organizado desde las altas esferas del gobierno. Soy de los que piensan, y por lo que veo somos pocos, que tarde o temprano China tiene que colapsar. No me refiero a un hundimiento económico, no, sino a que ese desarrollo en medios y bienestar se va acabar convirtiendo en una demanda de derechos y libertades, un poco a escala de lo que sucedió aquí con el final de la dictadura franquista. A medida que pasaban los sesenta y el crecimiento llegaba a la población comenzaron a intensificarse las manifestaciones, y el régimen se vió cada vez más acosado. Es cierto que esto hay que pasarlo por el tamiz de la sociedad china, cuyas creencias, valores y modos de comportamiento difieren completamente de la occidentales, pero intuyo, y espero, que ese día llegue por el bien de los chinos, que son los primeros que sufren esa dictadura. No olvidemos aquellas imágenes en la Plaza de Tian’anmen en 1989, en las que algunos valientes se ponían delante de los tanques y, pese a que no lo vimos, varios de ello fueron arrollados por las orugas. Aquella vez no pudo ser, el levantamiento fue aplastado cual primavera de Praga, y aún sigue la sociedad aletargada y atemorizada ante tamaño ejercicio de fuerza, pero ya caerá algún día el muro de bambú que acorrala al pueblo chino.
Pero para ese momento aún queda bastante, por lo que me temo que, en este caso, los tibetanos van a pagar el pato de la revuelta y no van a recibir apoyo ni solidaridad de ningún país. Algunos actores y buditas famosos, y no todos, les apoyarán, pero el músculo económico chino, el mercado que supone para las empresas occidentales, la oportunidad infinita de negocio que es ese país para los gobiernos e intereses internacionales contribuirá a apagar la revuelta tibetana. Los monjes huirán, algunos morirán, y todos nos callaremos y seguiremos comprando electrónica y productos de consumo a precios de risa sin interesarnos qué es lo que realmente se esconde detrás de esos telares, juguetes y demás objetos que llenan nuestras casas.
Felices vacaciones de Semana Santa. Hasta el Martes.
Realmente el conflicto en el Tíbet lleva muchos años, y la revuelta de la semana pasada se inició con motivo de la conmemoración del 49 aniversario de la ocupación china. ¿Por qué no han esperado al 50, que es un número muy redondo? Porque en Agosto los juegos olímpicos son en Pekín, y los ojos de todo el mundo ya han empezado a girar hacia Asia, logrando así concitar mayor atención por parte de los medios de comunicación internacionales pero, ay, poco éxito les auguro en su revuelta. Pese a sus esfuerzos, y a que creo que la razón les ampara, se enfrenta a un gigante en todos los sentidos. China es una férrea dictadura comunista, valga la redundancia, en la que el ejército a día de hoy sigue controlando todos los resortes políticos y sociales. Detenciones arbitrarias, censura, arrestos, prohibiciones, la vida política e ideológica de los chinos es lo más parecido a la nada, y cada vez contrasta más con el despegue económico que sufre esa sociedad, despegue planificado y organizado desde las altas esferas del gobierno. Soy de los que piensan, y por lo que veo somos pocos, que tarde o temprano China tiene que colapsar. No me refiero a un hundimiento económico, no, sino a que ese desarrollo en medios y bienestar se va acabar convirtiendo en una demanda de derechos y libertades, un poco a escala de lo que sucedió aquí con el final de la dictadura franquista. A medida que pasaban los sesenta y el crecimiento llegaba a la población comenzaron a intensificarse las manifestaciones, y el régimen se vió cada vez más acosado. Es cierto que esto hay que pasarlo por el tamiz de la sociedad china, cuyas creencias, valores y modos de comportamiento difieren completamente de la occidentales, pero intuyo, y espero, que ese día llegue por el bien de los chinos, que son los primeros que sufren esa dictadura. No olvidemos aquellas imágenes en la Plaza de Tian’anmen en 1989, en las que algunos valientes se ponían delante de los tanques y, pese a que no lo vimos, varios de ello fueron arrollados por las orugas. Aquella vez no pudo ser, el levantamiento fue aplastado cual primavera de Praga, y aún sigue la sociedad aletargada y atemorizada ante tamaño ejercicio de fuerza, pero ya caerá algún día el muro de bambú que acorrala al pueblo chino.
Pero para ese momento aún queda bastante, por lo que me temo que, en este caso, los tibetanos van a pagar el pato de la revuelta y no van a recibir apoyo ni solidaridad de ningún país. Algunos actores y buditas famosos, y no todos, les apoyarán, pero el músculo económico chino, el mercado que supone para las empresas occidentales, la oportunidad infinita de negocio que es ese país para los gobiernos e intereses internacionales contribuirá a apagar la revuelta tibetana. Los monjes huirán, algunos morirán, y todos nos callaremos y seguiremos comprando electrónica y productos de consumo a precios de risa sin interesarnos qué es lo que realmente se esconde detrás de esos telares, juguetes y demás objetos que llenan nuestras casas.
Felices vacaciones de Semana Santa. Hasta el Martes.
martes, marzo 18, 2008
El crepúsculo de los dioses (para MPL)
Definitivamente, y como no podía ser de otra manera, la crisis financiera se extiende como una mancha de aceite, contaminándolo todo y extendiendo su efectos y destrozos por todas partes. Ayer fue otro día de nervios en las bolsas, con caídas fuertes en Asia y Europa, y una remontada final de Wall Street que me suena a falsa y hueca. Y todo tras un fin de semana en el que hemos vivido el derrumbe, la muerte de uno de los gigantes del olimpo financiero mundial. Una de esas cosas que no suceden, que no pueden ser, ha ocurrido, y aunque fuera sólo por eso esta crisis ya está en la historia.
Pese a que tiene casi un siglo de existencia, a mucha gente el nombre de Bear Stearns a lo mejor no le dice demasiado. Esta entidad es, o mejor era, uno de los mayores bancos financieros del mundo. Nombres como Merryl Lynch, Morgan Stanley o Goldman Sachs quizás sí sean más conocidos. Pues en segunda fila, tras esos monstruos, están otros dinosaurios enormes como Lehman Brothers o Bear Stearns. Todas estas entidades financieras están en el ojo del huracán por la crisis, que de las hipotecas se está trasladando al siguiente eslabón de al cadena, los bancos y demás agentes del mundo de las finanzas. Ver la gráfica de la cotización de Bear Stearns en el SP500 es desolador. En octubre del año pasado, ni hace seis meses, su valor estaba en torno a los 100 dólares, y pese a que ya apuntaba una bajada clara, seguía siendo un título en el que confiar, ya que “una empresa de estas no quiebra nunca”. Pues mira por donde se ha estrellado. Este Viernes, el 14 de Marzo, los títulos se desplomaban, y JP Morgan, de acuerdo con la Reserva Federal norteamericana (su banco central) acordó comprar Bear por el precio de 2 dólares la acción. ¡¡¡¡¡2 dólares!!!! El Viernes el banco valía en bolsa 3.500 millones de euros, y JP lo compró el fin de semana por 240 millones. Pluf!!!!!!! Evaporado como si fuese una mota de polvo, o un diente de león al que se le sopla un poco y se deshace. Cuando el Domingo y ayer leía noticias al respecto, después de los rumores que surgieron ya el Viernes, no sabía que pensar. Es imposible, me decía, “una empresa de estas no quiebra nunca” me repetía a mi mismo como si fuese un mantra tranquilizador. Tras ver que era cierto empezaba a entrarme una cierta congoja, porque si Bear ha caído por lo que ha caído, es decir, por la mala gestión financiera, por arriesgar demasiado, por meter dinero donde no debía y porque el mercado siempre penaliza los excesos, la pregunta obvia es ¿Quién será el siguiente? ¿Están muchos bancos y entidades financieras en una situación de quiebra similar? ¿Sirven de algo las medidas tomadas ayer por la Reserva Federal y el gobierno de EE.UU? ¿o son sólo una muestra de la gravedad de la crisis y del nerviosismo que cunde en las esferas políticas?
Y podría enumerar varios cientos de preguntas más, pero entonces el susto no se me iría del cuerpo. De momento estas cifras, estas caídas y desplomes ya se han llevado la tranquilidad de dos grupos de personas. Por un lado los accionistas de Bear Stearns, que se han arruinado de golpe como en un casino, y me temo que lo han perdido todo. Por otro lado están los empleados de la entidad, que se enfrentan a un futuro oscuro, con el desempleo muy cerca de su puerta. Me acuerdo especialmente de una buena amiga mía, MPL, que trabaja en el Cannanry Wharf, Londres, en las oficinas de Bear Stearns en Inglaterra. Ánimo y suerte, saldrás adelante porque eres buena y lo vales, no como tus jefes, que han dejado que todo esto ocurra.
Pese a que tiene casi un siglo de existencia, a mucha gente el nombre de Bear Stearns a lo mejor no le dice demasiado. Esta entidad es, o mejor era, uno de los mayores bancos financieros del mundo. Nombres como Merryl Lynch, Morgan Stanley o Goldman Sachs quizás sí sean más conocidos. Pues en segunda fila, tras esos monstruos, están otros dinosaurios enormes como Lehman Brothers o Bear Stearns. Todas estas entidades financieras están en el ojo del huracán por la crisis, que de las hipotecas se está trasladando al siguiente eslabón de al cadena, los bancos y demás agentes del mundo de las finanzas. Ver la gráfica de la cotización de Bear Stearns en el SP500 es desolador. En octubre del año pasado, ni hace seis meses, su valor estaba en torno a los 100 dólares, y pese a que ya apuntaba una bajada clara, seguía siendo un título en el que confiar, ya que “una empresa de estas no quiebra nunca”. Pues mira por donde se ha estrellado. Este Viernes, el 14 de Marzo, los títulos se desplomaban, y JP Morgan, de acuerdo con la Reserva Federal norteamericana (su banco central) acordó comprar Bear por el precio de 2 dólares la acción. ¡¡¡¡¡2 dólares!!!! El Viernes el banco valía en bolsa 3.500 millones de euros, y JP lo compró el fin de semana por 240 millones. Pluf!!!!!!! Evaporado como si fuese una mota de polvo, o un diente de león al que se le sopla un poco y se deshace. Cuando el Domingo y ayer leía noticias al respecto, después de los rumores que surgieron ya el Viernes, no sabía que pensar. Es imposible, me decía, “una empresa de estas no quiebra nunca” me repetía a mi mismo como si fuese un mantra tranquilizador. Tras ver que era cierto empezaba a entrarme una cierta congoja, porque si Bear ha caído por lo que ha caído, es decir, por la mala gestión financiera, por arriesgar demasiado, por meter dinero donde no debía y porque el mercado siempre penaliza los excesos, la pregunta obvia es ¿Quién será el siguiente? ¿Están muchos bancos y entidades financieras en una situación de quiebra similar? ¿Sirven de algo las medidas tomadas ayer por la Reserva Federal y el gobierno de EE.UU? ¿o son sólo una muestra de la gravedad de la crisis y del nerviosismo que cunde en las esferas políticas?
Y podría enumerar varios cientos de preguntas más, pero entonces el susto no se me iría del cuerpo. De momento estas cifras, estas caídas y desplomes ya se han llevado la tranquilidad de dos grupos de personas. Por un lado los accionistas de Bear Stearns, que se han arruinado de golpe como en un casino, y me temo que lo han perdido todo. Por otro lado están los empleados de la entidad, que se enfrentan a un futuro oscuro, con el desempleo muy cerca de su puerta. Me acuerdo especialmente de una buena amiga mía, MPL, que trabaja en el Cannanry Wharf, Londres, en las oficinas de Bear Stearns en Inglaterra. Ánimo y suerte, saldrás adelante porque eres buena y lo vales, no como tus jefes, que han dejado que todo esto ocurra.
lunes, marzo 17, 2008
La mala educación
Y no me refiero a la película de Almodóvar, no, sino a la mala educación de verdad, la que vemos y sufrimos a diario a causa del despectivo comportamiento de nuestros semejantes, que muchas veces nos exaspera, incomoda y resulta, al menos para mi, incomprensible. Veamos algunos ejemplos que me ha tocado vivir recientemente. Este pasado Sábado acudí a un concierto del ciclo de las cantatas de Bach, que ya va por su cuatro año. Son conciertos gratuitos que se celebran en iglesias de Madrid, y el lleno y las avalanchas de gente están garantizadas.
Tras muchas cola y espera entré en el templo, y decidí quedarme de pie junto a una columna cercana al altar. Era incómodo, pero se veía y oía mejor. A mi derecha había un grupo de bancos con gente sentada, y de vez en cuando alguna persona pretendía ponerse delante de ellos, entre mi columna y la siguiente, con lo que impedía la visión de los allí sentados. Estos reaccionaban protestando, y los apostados se iban cabizbajos. Todo dentro de lo normal hasta que, finalizando el intermedio, llegó un señor y se plantó en jarras allí, con todo su valor y cuerpo. Los de los bancos protestaron, e incluso alguno se levantó y fue a donde el señor para decirle que se pusiera en otra parte, que allí molestaba ostensiblemente, pero él, ajeno a todo, dijo que de allí no se iba, y no se fue. Le echó un morro espectacular al asunto, y vio y disfrutó de la segunda parte del concierto en una posición envidiable, bastante más que la de todos aquellos a los que se lo impedía, y huelga decir que habían hecho más cola y habían esperado más en la entrada que el adelantado. A mi la actitud del señor me daba vergüenza ajena. Otro episodio similar me pasó hace tres semanas, viniendo en autobús a Madrid desde Bilbao. Tras la parada, el señor que estaba delante de mí reclinó el asiento completamente, dejándome un hueco estrecho y muy incómodo. Le dije que no podía hacer eso y me mandó a la porra directamente. Algo asombrado, le pedí al conductor del autobús, en su papel de “autoridad” en el viaje, que le dijera al señor que echase su asiento hacia adelante y lo pudiera en posición normal, a lo que el conductor me respondió que él no podía hacer nada al respecto. En medio de mi asombro afirmó que, si el asiento permite que se pueda reclinar, el pasajero puede hacerlo sin problemas. Me quedé pensando que, si eso es así, también podía abrir el grifo del baño del autobús y ahogarle allí mismo, porque si el agua puede correr libremente.... Una señora me comentó que había un asiento libre tres filas más atrás y allí me cambié, pudiendo disfrutar de una segunda parte del viaje cómoda y tranquila, aunque de vez en cuando miraba al impresentable que me precedía en la fila original y me imaginaba su cabeza, y la del conductor, en el baño.......
Tras esto, que concluye con una victoria parcial de los impresentables por 2 a 0, me surgen varias cuestiones. Resulta que, en general, si eres educado, mantienes las formas y protestas diligentemente no vas a conseguir nada. Sólo montando una bronca, pegando gritos y poniéndote al nivel moral del infractor tienes unas ciertas posibilidades de deshacer el problema. Y es deprimente, porque yo, y muchas otras personas, ni somos unos broncas ni sabemos ni nos gusta meternos en discusiones, y encima los responsables de guardar el orden normalmente se inhiben. Además en estos casos no eran unos jóvenes descerebrados ni nada por el estilo, no ,sino dos señores mayores y con pinta de apacibles. ¿Dónde queda eso de la educación y las formas?
Tras muchas cola y espera entré en el templo, y decidí quedarme de pie junto a una columna cercana al altar. Era incómodo, pero se veía y oía mejor. A mi derecha había un grupo de bancos con gente sentada, y de vez en cuando alguna persona pretendía ponerse delante de ellos, entre mi columna y la siguiente, con lo que impedía la visión de los allí sentados. Estos reaccionaban protestando, y los apostados se iban cabizbajos. Todo dentro de lo normal hasta que, finalizando el intermedio, llegó un señor y se plantó en jarras allí, con todo su valor y cuerpo. Los de los bancos protestaron, e incluso alguno se levantó y fue a donde el señor para decirle que se pusiera en otra parte, que allí molestaba ostensiblemente, pero él, ajeno a todo, dijo que de allí no se iba, y no se fue. Le echó un morro espectacular al asunto, y vio y disfrutó de la segunda parte del concierto en una posición envidiable, bastante más que la de todos aquellos a los que se lo impedía, y huelga decir que habían hecho más cola y habían esperado más en la entrada que el adelantado. A mi la actitud del señor me daba vergüenza ajena. Otro episodio similar me pasó hace tres semanas, viniendo en autobús a Madrid desde Bilbao. Tras la parada, el señor que estaba delante de mí reclinó el asiento completamente, dejándome un hueco estrecho y muy incómodo. Le dije que no podía hacer eso y me mandó a la porra directamente. Algo asombrado, le pedí al conductor del autobús, en su papel de “autoridad” en el viaje, que le dijera al señor que echase su asiento hacia adelante y lo pudiera en posición normal, a lo que el conductor me respondió que él no podía hacer nada al respecto. En medio de mi asombro afirmó que, si el asiento permite que se pueda reclinar, el pasajero puede hacerlo sin problemas. Me quedé pensando que, si eso es así, también podía abrir el grifo del baño del autobús y ahogarle allí mismo, porque si el agua puede correr libremente.... Una señora me comentó que había un asiento libre tres filas más atrás y allí me cambié, pudiendo disfrutar de una segunda parte del viaje cómoda y tranquila, aunque de vez en cuando miraba al impresentable que me precedía en la fila original y me imaginaba su cabeza, y la del conductor, en el baño.......
Tras esto, que concluye con una victoria parcial de los impresentables por 2 a 0, me surgen varias cuestiones. Resulta que, en general, si eres educado, mantienes las formas y protestas diligentemente no vas a conseguir nada. Sólo montando una bronca, pegando gritos y poniéndote al nivel moral del infractor tienes unas ciertas posibilidades de deshacer el problema. Y es deprimente, porque yo, y muchas otras personas, ni somos unos broncas ni sabemos ni nos gusta meternos en discusiones, y encima los responsables de guardar el orden normalmente se inhiben. Además en estos casos no eran unos jóvenes descerebrados ni nada por el estilo, no ,sino dos señores mayores y con pinta de apacibles. ¿Dónde queda eso de la educación y las formas?
viernes, marzo 14, 2008
Sexo en campaña
Esta es otra de las notas que distingue a las campañas electorales y las elecciones americanas de las del resto del mundo. La presencia de la moralidad puritana, y al constante búsqueda de asuntos sexuales, morbosos y que puedan arruinar las carreras de alguno de los pretendientes o de los que ya detentan cargos de responsabilidad. Algo se insinuó hace unas semanas sobre la vida privada de John McCain, el ya candidato republicano, pero no pasó a mayores. Ahora le ha tocado la china al gobernador de Nueva York, Eliot Spitzer y, delante de todo el mundo, su carrera se ha hundido por completo.
El ya exgobernador Spitzer, del partido demócrata, ha dimitido tras protagonizar un sonado (y muy caro) escándalo sexual. Antes de ser gobernador alcanzó el puesto de fiscal del estado, y desde allí protagonizó una cruzada por la moralidad, la decencia y la familia, muy en consonancia con la tradición moral americana. Pero todo el mundo tiene un reverso tenebroso, y Spitzer también. De mientras pregonaba públicamente esa rectitud y la hacía cumplir, el fiscal y luego gobernador era asiduo de clubes de prostitución de lujo. El caso que ha destapado todo el asunto tuvo lugar en Washington DC. Él, o alguien de su gabinete, organizó una cita con una “empleada” del “Emperors Club Vip”. En esto se nota que era prostitución de lujo, ya que de lo contrario el nombre sería algo más rústico y familiar como “Bitch place” o en versión hispánica Lola’s club, con neones apostados en una polvorienta carretera. La cosa es que Spitzer figuraba en la nómina de habituales del establecimiento bajo el nombre de “Cliente 9”, y se hizo con los servicios de Kristen, una prostituta que cobraba 1.000 dólares la hora, aunque al parecer según declaraciones suyas, algunas compañeras llegaban a cobrar más de 4.000 a la hora, por lo que se supone que era una prostituta junior, frente a las grandes socias del negocio de la prostitución que conformaban esa extraña empresa llamada “Emperors” (¿cobrarían por objetivos? ¿Facturarían las horas extras? Lo que es seguro que es que se quedaban a trabajar hasta altas horas de la noche). Kristin se ha hecho muy famosa, y cuenta por Internet aspectos de su vida, nada agradable la verdad. Drogadicta, huyendo de su familia y sometida abusos, puede que ahora encuentre una salida a ese sórdido mundo en el que ha habitado durante años, y del que Spitzer no se preocupó en sacarla. Más bien todo lo contrario... también se ha disparado el éxito de la marca “Cliente 9”, mostrando el clásico poderío de los norteamericanos cuando ven oportunidades de negocio a la vista. Este caso me recuerda mucho al principio de la película “Una jaula de grillos” en el que el líder del partido de la moralidad y la decencia (o algo así) es encontrado muerto en la cama tras haberse acostado con una prostituta negra apodada “chocolatito”. La conversación telefónica de Gene Hackman, vicepresidente del partido, al enterarse del hecho es divertida y maravillosa
Pero tranquilos, no sólo en EE.UU. pasan estas cosas. Resulta que justo al mismo tiempo ha surgido un escándalo similar en España. Un ex edil del PP en el ayuntamiento de Palma de Mallorca se gastó más de 50.000 euros con la tarjeta de crédito del consistorio en drogas y prostitución, en este caso homosexual. Hay que ser tonto para gastar en esos asuntos con una tarjeta de crédito ajena, y encima pública, que deja rastro de todo... Aconsejo a Spitzer y a Rodrigo de Santos, que así se llama el bizarro patrio, que se unan en una sociedad, no sólo para compartir gastos, sino para ir de plató en plató de televisión contando su historia y así recaudar algo. Seguro que alcanzan la fama y prestigio social que la cruel política les ha negado....
El ya exgobernador Spitzer, del partido demócrata, ha dimitido tras protagonizar un sonado (y muy caro) escándalo sexual. Antes de ser gobernador alcanzó el puesto de fiscal del estado, y desde allí protagonizó una cruzada por la moralidad, la decencia y la familia, muy en consonancia con la tradición moral americana. Pero todo el mundo tiene un reverso tenebroso, y Spitzer también. De mientras pregonaba públicamente esa rectitud y la hacía cumplir, el fiscal y luego gobernador era asiduo de clubes de prostitución de lujo. El caso que ha destapado todo el asunto tuvo lugar en Washington DC. Él, o alguien de su gabinete, organizó una cita con una “empleada” del “Emperors Club Vip”. En esto se nota que era prostitución de lujo, ya que de lo contrario el nombre sería algo más rústico y familiar como “Bitch place” o en versión hispánica Lola’s club, con neones apostados en una polvorienta carretera. La cosa es que Spitzer figuraba en la nómina de habituales del establecimiento bajo el nombre de “Cliente 9”, y se hizo con los servicios de Kristen, una prostituta que cobraba 1.000 dólares la hora, aunque al parecer según declaraciones suyas, algunas compañeras llegaban a cobrar más de 4.000 a la hora, por lo que se supone que era una prostituta junior, frente a las grandes socias del negocio de la prostitución que conformaban esa extraña empresa llamada “Emperors” (¿cobrarían por objetivos? ¿Facturarían las horas extras? Lo que es seguro que es que se quedaban a trabajar hasta altas horas de la noche). Kristin se ha hecho muy famosa, y cuenta por Internet aspectos de su vida, nada agradable la verdad. Drogadicta, huyendo de su familia y sometida abusos, puede que ahora encuentre una salida a ese sórdido mundo en el que ha habitado durante años, y del que Spitzer no se preocupó en sacarla. Más bien todo lo contrario... también se ha disparado el éxito de la marca “Cliente 9”, mostrando el clásico poderío de los norteamericanos cuando ven oportunidades de negocio a la vista. Este caso me recuerda mucho al principio de la película “Una jaula de grillos” en el que el líder del partido de la moralidad y la decencia (o algo así) es encontrado muerto en la cama tras haberse acostado con una prostituta negra apodada “chocolatito”. La conversación telefónica de Gene Hackman, vicepresidente del partido, al enterarse del hecho es divertida y maravillosa
Pero tranquilos, no sólo en EE.UU. pasan estas cosas. Resulta que justo al mismo tiempo ha surgido un escándalo similar en España. Un ex edil del PP en el ayuntamiento de Palma de Mallorca se gastó más de 50.000 euros con la tarjeta de crédito del consistorio en drogas y prostitución, en este caso homosexual. Hay que ser tonto para gastar en esos asuntos con una tarjeta de crédito ajena, y encima pública, que deja rastro de todo... Aconsejo a Spitzer y a Rodrigo de Santos, que así se llama el bizarro patrio, que se unan en una sociedad, no sólo para compartir gastos, sino para ir de plató en plató de televisión contando su historia y así recaudar algo. Seguro que alcanzan la fama y prestigio social que la cruel política les ha negado....
jueves, marzo 13, 2008
Eurobodrión
Quizás no fuese mala idea esa de elegir el cantante que nos represente en Eurovisión mediante voto popular por Internet. Lo malo que tiene es que se presta a manipulaciones, engaños y a que la masa social, habitualmente despreocupada, se cachondee del evento, cosa que por cierto un festival como ese merece, porque pocos ejemplos hay tan claros de horterismo, conchabeo y baja calidad musical. Bueno... en esto de la calidad musical no destaca en exceso, en medio de un panorama desolador. Lo dicho, incitaba al cachondeo y algo así es lo que se ha producido.
Rodolfo Chikilicuatre, un producto de diseño de la factoría de Buenafuente, se ha erigido en ganador de un concurso culminado con una gala presentada por Rafaella Carrá. Vamos por partes. El sujeto ese que sale con un tupé haciendo el payaso en un escenario me parece eso, un payaso, con una cierta carga peyorativa, pero es indudable que ha ganado y que ha sabido camelarse al público, cierto que mediante una estudiada, pensada y muy bien trabajada campaña de difusión. Quien debiera apuntarse el premio es la productora de El Terrat, Buenafuente y La Sexta, que han reventado el concurso con este llamado “friki” de diseño, muy bien calculado. ¿Es el resultado una vergüenza? Sí, claro. ¿Vamos a hacer el ridículo en Europa con esto? No es tan seguro, porque la nómina de candidatos de este año incluye gallos, marionetas y otras lindezas por el estilo. ¿Es Eurovisión algo que merezca la pena? Eso ya es otro cantar. Lo cierto es que ahora el personaje en cuestión y sus creadores, ya forrados con anterioridad, van a experimentar una sustancial mejora de sus cuentas corrientes a costa del erario público de y de todos aquellos que van a bailar esta canción (perdón a la palabra por usarla aquí) y sus sucedáneos, porque luego vendrá la versión “dance”, “caribe mix” y otras, y a pagar por todas ellas. No me digan que no es divertido..... Y encima a lo mejor ganamos el concurso. El gran Uribarri, alma en España de este evento europeo, está algo escandalizado, y no sabe como se van a tomar el resto de países el engendro que les enviamos. Algo de razón no le falta, pero se le escapa a Uribarri que este festival, y otros eventos públicos, se han convertido de unos años para acá en una muestrario de personajes estrafalarios, que ven su oportunidad para forrarse a cuenta de la credulidad y manifiesta falta de gusto del respetable. Quizás el “Chiki” este sea una exageración, pero repasando la nómina de aspirantes eurovisivos de este año tenemos desde cantantes malos a “señoritas” como Malena Gracia. Uribarri no se ah dado cuenta de que es al explotación del negocio en al tele e Internet lo que da dinero, y que cuando más hortera, impresentable y cutre sea el candidato mayor revuelo armará en un público parecer ávido de presenciar espectáculos deprimentes, de baja calidad, y llenos de sujetos que, dada su inutilidad, les hacen parecer mejores personas.
No quiero terminar sin referirme al asunto del término “friki”. El Chikilicuatre no es un “friki”. Como antes dije, es un hortera, un payaso, un engendro, pero el término “friki” tiene bastante más contenido y respeto que el que le pueda aportar un sujeto como este. En España se está usando esa palabra para definir a todo aquello que se sale de lo normal, y no es ese su sentido. El “friki” ha sido tradicionalmente alguien fanático de un tema, raro, eso sí, pero culto y con una gran sabiduría sobre él. Alguien que se lo trabajaba, estudiaba y conocía, pero no esos bodrios que vemos ahora en nuestras igualmente estúpidas televisiones. Un poco de respeto al frikismo...
Rodolfo Chikilicuatre, un producto de diseño de la factoría de Buenafuente, se ha erigido en ganador de un concurso culminado con una gala presentada por Rafaella Carrá. Vamos por partes. El sujeto ese que sale con un tupé haciendo el payaso en un escenario me parece eso, un payaso, con una cierta carga peyorativa, pero es indudable que ha ganado y que ha sabido camelarse al público, cierto que mediante una estudiada, pensada y muy bien trabajada campaña de difusión. Quien debiera apuntarse el premio es la productora de El Terrat, Buenafuente y La Sexta, que han reventado el concurso con este llamado “friki” de diseño, muy bien calculado. ¿Es el resultado una vergüenza? Sí, claro. ¿Vamos a hacer el ridículo en Europa con esto? No es tan seguro, porque la nómina de candidatos de este año incluye gallos, marionetas y otras lindezas por el estilo. ¿Es Eurovisión algo que merezca la pena? Eso ya es otro cantar. Lo cierto es que ahora el personaje en cuestión y sus creadores, ya forrados con anterioridad, van a experimentar una sustancial mejora de sus cuentas corrientes a costa del erario público de y de todos aquellos que van a bailar esta canción (perdón a la palabra por usarla aquí) y sus sucedáneos, porque luego vendrá la versión “dance”, “caribe mix” y otras, y a pagar por todas ellas. No me digan que no es divertido..... Y encima a lo mejor ganamos el concurso. El gran Uribarri, alma en España de este evento europeo, está algo escandalizado, y no sabe como se van a tomar el resto de países el engendro que les enviamos. Algo de razón no le falta, pero se le escapa a Uribarri que este festival, y otros eventos públicos, se han convertido de unos años para acá en una muestrario de personajes estrafalarios, que ven su oportunidad para forrarse a cuenta de la credulidad y manifiesta falta de gusto del respetable. Quizás el “Chiki” este sea una exageración, pero repasando la nómina de aspirantes eurovisivos de este año tenemos desde cantantes malos a “señoritas” como Malena Gracia. Uribarri no se ah dado cuenta de que es al explotación del negocio en al tele e Internet lo que da dinero, y que cuando más hortera, impresentable y cutre sea el candidato mayor revuelo armará en un público parecer ávido de presenciar espectáculos deprimentes, de baja calidad, y llenos de sujetos que, dada su inutilidad, les hacen parecer mejores personas.
No quiero terminar sin referirme al asunto del término “friki”. El Chikilicuatre no es un “friki”. Como antes dije, es un hortera, un payaso, un engendro, pero el término “friki” tiene bastante más contenido y respeto que el que le pueda aportar un sujeto como este. En España se está usando esa palabra para definir a todo aquello que se sale de lo normal, y no es ese su sentido. El “friki” ha sido tradicionalmente alguien fanático de un tema, raro, eso sí, pero culto y con una gran sabiduría sobre él. Alguien que se lo trabajaba, estudiaba y conocía, pero no esos bodrios que vemos ahora en nuestras igualmente estúpidas televisiones. Un poco de respeto al frikismo...
miércoles, marzo 12, 2008
Protesto, señoría!!!! (para ZCC)
Ayer por la mañana, por motivos que ahora no vienen al caso, tuve mi primera experiencia en un juicio. En compañía de otras personas, personados todos en la misma causa, asistimos a un juzgado de lo social, y estuvimos presentes en la sala mientras que nuestro abogado exponía nuestras demandas y la abogada de la otra parte intentaba rebatirlas, todo ello en una sala pequeña y en presencia de una jueza que, como el resto del personal, llevaba una toga negra y algo similar a unos visillos de ganchillo en las mangas. Pese a que duro tres cuartos de hora fue todo un momento.
Me asombra el rendimiento y rentabilidad que han sacado los americanos a las películas e historias de juicios. Todos hemos disfrutado como enanos de esas escenas donde el abogado o el fiscal intentan camelarse a un juzgado formado por variopintas personas. Internamente aplaudimos o abucheamos sus argumentos, dependiendo de en que bando militemos (normalmente en el del abogado, enfrentado casi siempre al oscuro fiscal, depravado y carente de compasión). Como casi todo en al vida, la realidad judicial resulta ser bastante más prosaica y árida de lo que la pintan. Empezando porque aquí no hay jurados salvo para algunas causas, y desde luego no para pequeñas asuntos como los que se dilucidaron ayer. Suelo decir a los amigos que conozco que trabajan en este mundo judicial que su labor es muy sórdida, tanto por el hecho de tratar asuntos turbios y tristes, como pueden ser robos, maltratos, asesinatos y otros delitos igualmente repulsivos, como por el hecho de que, para un profano en la materia como es mi caso, introducirse en el mundo legal es como coger el tren de la bruja y meterse en el túnel del terror. Te agarras a un vagón, sea el abogado o el procurado, y de ahí en adelante ya no puedes hacer nada para evitar lo que se te viene, y nunca podrás explicarte porque sucede una cosa u otra. Un lenguaje farragoso y oscuro, un ritual de vestimenta y procedimiento que sólo la religión supera, y una seriedad absoluta presiden todo este negociado. Ayer nosotros, pese a ser parte personada en el acto, no dijimos nada de nada. Ni nuestro abogado ni el de la otra parte nos preguntaron lo más mínimo, por lo que nos ahorramos el trago de tener que declarar en una sala pequeña, pero con un ambiente que imponía. Personalmente no me da miedo hablar en público, pero ayer no me encontraba nada cómodo. Era un ambiente extraño, ajeno a lo que conozco, y que no me inspiraba demasiada confianza. Sin embargo, una vez transcurrida la sesión, salimos de allí con la percepción de que la causa nos podría ser favorable, aunque ya se sabe que en caso de ganar la otra parte puede interponer un recurso y volvemos a dar otra vuelta en el túnel del terror antes mencionado.
De lo que si me reafirmé ayer, y recalco el acierto que tuve en su momento, es el no haber estudiado la carrera de Derecho. No me gusta el Derecho, no lo entiendo ni lo comprendo. Un buen amigo mío es un apasionado del mismo, incluso lo estudió, y se brega todos los días a los funcionarios y jueces de la localidad donde trabaja para sacarse, con mucho trabajo, unos escasos cuartos. Me parece admirable, pero entiendo tanto su trabajo y lo que hace como cuando veo un cuadro modernista. Se me escapa su labor, pero no por ello puedo dejar de apoyarle y darle ánimos, porque todos los días, cuando se levanta por la mañana, se introduce en un mundo sórdido en el que el mal acecha, y él solo tiene unas oscuras leyes para poder defenderse.
Me asombra el rendimiento y rentabilidad que han sacado los americanos a las películas e historias de juicios. Todos hemos disfrutado como enanos de esas escenas donde el abogado o el fiscal intentan camelarse a un juzgado formado por variopintas personas. Internamente aplaudimos o abucheamos sus argumentos, dependiendo de en que bando militemos (normalmente en el del abogado, enfrentado casi siempre al oscuro fiscal, depravado y carente de compasión). Como casi todo en al vida, la realidad judicial resulta ser bastante más prosaica y árida de lo que la pintan. Empezando porque aquí no hay jurados salvo para algunas causas, y desde luego no para pequeñas asuntos como los que se dilucidaron ayer. Suelo decir a los amigos que conozco que trabajan en este mundo judicial que su labor es muy sórdida, tanto por el hecho de tratar asuntos turbios y tristes, como pueden ser robos, maltratos, asesinatos y otros delitos igualmente repulsivos, como por el hecho de que, para un profano en la materia como es mi caso, introducirse en el mundo legal es como coger el tren de la bruja y meterse en el túnel del terror. Te agarras a un vagón, sea el abogado o el procurado, y de ahí en adelante ya no puedes hacer nada para evitar lo que se te viene, y nunca podrás explicarte porque sucede una cosa u otra. Un lenguaje farragoso y oscuro, un ritual de vestimenta y procedimiento que sólo la religión supera, y una seriedad absoluta presiden todo este negociado. Ayer nosotros, pese a ser parte personada en el acto, no dijimos nada de nada. Ni nuestro abogado ni el de la otra parte nos preguntaron lo más mínimo, por lo que nos ahorramos el trago de tener que declarar en una sala pequeña, pero con un ambiente que imponía. Personalmente no me da miedo hablar en público, pero ayer no me encontraba nada cómodo. Era un ambiente extraño, ajeno a lo que conozco, y que no me inspiraba demasiada confianza. Sin embargo, una vez transcurrida la sesión, salimos de allí con la percepción de que la causa nos podría ser favorable, aunque ya se sabe que en caso de ganar la otra parte puede interponer un recurso y volvemos a dar otra vuelta en el túnel del terror antes mencionado.
De lo que si me reafirmé ayer, y recalco el acierto que tuve en su momento, es el no haber estudiado la carrera de Derecho. No me gusta el Derecho, no lo entiendo ni lo comprendo. Un buen amigo mío es un apasionado del mismo, incluso lo estudió, y se brega todos los días a los funcionarios y jueces de la localidad donde trabaja para sacarse, con mucho trabajo, unos escasos cuartos. Me parece admirable, pero entiendo tanto su trabajo y lo que hace como cuando veo un cuadro modernista. Se me escapa su labor, pero no por ello puedo dejar de apoyarle y darle ánimos, porque todos los días, cuando se levanta por la mañana, se introduce en un mundo sórdido en el que el mal acecha, y él solo tiene unas oscuras leyes para poder defenderse.
martes, marzo 11, 2008
Ganadores y perdedores
Hoy, 11 de Marzo, cuarto aniversario de la matanza de los trenes de Atocha, sigamos analizando el resultado electoral de este pasado Domingo. Todos los partidos ganan siempre en las elecciones, pero eso, como todos sabemos, no es cierto. Ayer hablé de los ganadores y perdedores entre los grandes. Hoy tocan los pequeños, que, en general, se han visto aún más reducidos. Su peso decrece, algunos han desaparecido y sólo uno puede presumir de llegar y besar el santo, consiguiendo un acta de diputado nueva por completo.
Excepto para este último asunto, los resultados del País Vasco, siempre interesantes, se pueden usar como termómetro nacional. Sólo un factor ha distorsionado allí la votación, y ha sido la abstención, propugnada por ANV – Batasuna. En Elorrio, mi bello pueblo, la participación ha caído del 77,28% al 55,6% respecto a las anteriores generales y en Mondragón la bajada de participación es de 14 puntos. Un resultado que induce a la reflexión y a la congoja, más si cabe tras el asesinato de Isaías. En este marco, el PSE – PSOE logra los mejores resultados de su historia, ganando en las tres provincias, mientras que el PP se mantiene a duras penas, perdiendo uno de sus representantes por Vizcaya. El PNV sufre un serio varapalo, víctima de sus excesos y radicalismos. Quizás alguno empiece a arrepentirse de la marcha de Imaz y de la deriva soberanista que embala al PNV hacia un referéndum ilegal que ni sus bases parecen querer. En todo caso es muy bueno que tras muchas décadas de monopolio el PSE – PSOE sobrepase al PNV y le haga sentir el sabor de la derrota. ¿Para cuando un Lehendakari que no sea del PNV? Que lo vean mismo ojos, por Dios.... El resto se volatiliza. EA desaparece de su feudo guipuzcoano, EB – IU se esfuma, quizás víctima de su infame acuerdo de gobierno con ANV en Mondragón o simplemente porque paga la incompetencia de la coalición a nivel nacional y, en general, el panorama se simplifica. En el conjunto de España el saldo el similar. Las formaciones nacionalistas, a excepción de CiU, que aguanta el tirón, se derrumban, destacando especialmente el caso de ERC, extraña turba asamblearia que se enfrenta a una crisis y quién sabe si a un desalojo de los asientos que ocupa en el Gobierno de la Generalitat. Por su parte IU se convierte en una fuerza marginal, con dos escaños, perdiendo grupo parlamentario y abocándose a su final como formación si no da un golpe de mano muy serio. Llamazares dimite y en al próxima asamblea federal correrán los cuchillos, buscando culpables de esta situación. Sin duda alguno recordará esos tiempos en los que Julio Anguita lideraba un grupo de más de veinte diputados.
El triunfador de la noche, junto a ZP, es Rosa Díez. Su partido UPD, pese al férreo boicot al que ha sido sometido desde todas partes, empezando por el PP y el PSOE, ha logrado más de 200.000 votos en toda España y ha conseguido un acta de diputado por Madrid, que ocupará la propia Díez. Casi sin medios, sin apoyos, con mucha voluntad, un programa valiente, atrevido y moderno, y con un mensaje no muy al uso, UPD se ha metido en la política nacional, y eso es una magnífica noticia. Es aire fresco que ventila la viciada atmósfera política nacional. A ver como desarrollan su actividad diaria en el Congreso, y será divertido ver que ocurre en la selecciones vascas, porque con estos resultados pudieran tener asientos en el Parlamento de Vitoria. Cosas magníficas veredes, amigo Sancho....
Excepto para este último asunto, los resultados del País Vasco, siempre interesantes, se pueden usar como termómetro nacional. Sólo un factor ha distorsionado allí la votación, y ha sido la abstención, propugnada por ANV – Batasuna. En Elorrio, mi bello pueblo, la participación ha caído del 77,28% al 55,6% respecto a las anteriores generales y en Mondragón la bajada de participación es de 14 puntos. Un resultado que induce a la reflexión y a la congoja, más si cabe tras el asesinato de Isaías. En este marco, el PSE – PSOE logra los mejores resultados de su historia, ganando en las tres provincias, mientras que el PP se mantiene a duras penas, perdiendo uno de sus representantes por Vizcaya. El PNV sufre un serio varapalo, víctima de sus excesos y radicalismos. Quizás alguno empiece a arrepentirse de la marcha de Imaz y de la deriva soberanista que embala al PNV hacia un referéndum ilegal que ni sus bases parecen querer. En todo caso es muy bueno que tras muchas décadas de monopolio el PSE – PSOE sobrepase al PNV y le haga sentir el sabor de la derrota. ¿Para cuando un Lehendakari que no sea del PNV? Que lo vean mismo ojos, por Dios.... El resto se volatiliza. EA desaparece de su feudo guipuzcoano, EB – IU se esfuma, quizás víctima de su infame acuerdo de gobierno con ANV en Mondragón o simplemente porque paga la incompetencia de la coalición a nivel nacional y, en general, el panorama se simplifica. En el conjunto de España el saldo el similar. Las formaciones nacionalistas, a excepción de CiU, que aguanta el tirón, se derrumban, destacando especialmente el caso de ERC, extraña turba asamblearia que se enfrenta a una crisis y quién sabe si a un desalojo de los asientos que ocupa en el Gobierno de la Generalitat. Por su parte IU se convierte en una fuerza marginal, con dos escaños, perdiendo grupo parlamentario y abocándose a su final como formación si no da un golpe de mano muy serio. Llamazares dimite y en al próxima asamblea federal correrán los cuchillos, buscando culpables de esta situación. Sin duda alguno recordará esos tiempos en los que Julio Anguita lideraba un grupo de más de veinte diputados.
El triunfador de la noche, junto a ZP, es Rosa Díez. Su partido UPD, pese al férreo boicot al que ha sido sometido desde todas partes, empezando por el PP y el PSOE, ha logrado más de 200.000 votos en toda España y ha conseguido un acta de diputado por Madrid, que ocupará la propia Díez. Casi sin medios, sin apoyos, con mucha voluntad, un programa valiente, atrevido y moderno, y con un mensaje no muy al uso, UPD se ha metido en la política nacional, y eso es una magnífica noticia. Es aire fresco que ventila la viciada atmósfera política nacional. A ver como desarrollan su actividad diaria en el Congreso, y será divertido ver que ocurre en la selecciones vascas, porque con estos resultados pudieran tener asientos en el Parlamento de Vitoria. Cosas magníficas veredes, amigo Sancho....
lunes, marzo 10, 2008
Lágrimas en los balcones
No me puedo quejar de mis dosis de adivinador. El Viernes pasado señalaba que la victoria del PSOE era más o menos clara, y le echaba unos 12 o 14 escaños de diferencia sobre el PP. Tras la victoria de ZP de anoche, con 169 escaños frente a 153 del PP, la diferencia se sitúa en 16, los que había antes. Las dos formaciones han subido a expensas de los pequeños partidos, especialmente IU y ERC. El PSOE puede estar moderadamente satisfecho ya que, pese a no lograr una amplia victoria, sigue en cabeza, y se enfrenta a una legislatura más cómoda que la anterior, en la que CiU, con 10 escaños, parece el árbitro lógico y el comodín de apoyo.
El PP no puede estar satisfecho. Como he señalado muchas veces, estas elecciones eran un cara o cruz para el partido que las ganara o perdiese. Todo o nada. La apuesta era arriesgada y ha salido mal. El PP necesitaba ganar estas elecciones para consolidar su discurso, equipo y trayectoria. Pese a que ha mejorado resultados desde las pasadas, ha perdido. Y punto. Por lo tanto ahora le toca hacer examen de conciencia, y debe afrontar una renovación de equipos, mensajes y estrategias, y eso empezará por la marcha de Rajoy, que creo que es quién menos culpa tiene de todo esto, pero que como líder actual del partido es quien debe ejercer esa labor de limpia. Los discursos de anoche de ZOP y Rajoy decían mucho. ZP hizo una alocución breve, preparada y de tono muy conciliador, sabiéndose ganador pero viendo que el PP no estaba arrasado, y que la mayoría absoluta estaba muy lejos. Rajoy no hizo exactamente un discurso. Dijo unas palabras inconexas, atropelladas y vacilantes. Estaba muy nerviosos, acongojado y triste. Hubo un momento en el que pensaba que iba a dimitir allí mismo, en el balcón, y creo que esa era su intención, pero que se arrugó al ver a al gente aplaudiéndole. La imagen de la noche, para mi, era la de Elvira, su mujer. Llorando, con una cara de desolación que no podía evitar, asistiendo al inicio del entierro político de su marido, que estaba muy sólo en el balcón. Pizarro y Acebes le acompañaban, pero guardando sus distancias, mientras que, en sus propios cuarteles, Esperanza Aguirre, Alberto Ruiz Gallardón y otros sacaban el champán y brindaban por el camino expedito que se les abre hasta lo más alto el partido. Elvira era la imagen de la tristeza, del abatimiento, del cansancio acumulado de una campaña que no ha obtenido recompensa. Una mujer reservada, que no ha salido casi nunca en prensa, y que si mal no recuerdo fue su aparición de ayer por la noche la más larga en su vida en televisión, y en la que no dijo nada pero no hacia falta que lo hiciera para expresar su amargura. Pero Elvira no ha sido la única mujer a la que hemos visto llorar este fin de semana, en el que también mis intuiciones sobre un atentado (mierda) se cumplieron, aunque no en Madrid, el lugar donde yo me esperaba.
Mari Ángeles, la viuda, y Sandra, su hija mayor, le han dado el mejor homenaje posible a Isaías Carrasco, su marido y padre respectivamente, mostrando su coraje, entereza y valor frente a los asesinos que le mataron este Viernes en la calle, frente al portal de su humilde casa de Mondragón. Tan cruda y acertadamente fueron descritos los terroristas este pasado Sábado por Sandra que no añadiré comentarios al respecto, pero este fin de semana de elecciones, esta victoria del PSOE, debe estar dedicada a su memoria, y a la de todos aquellos concejales, valientes servidores de esta joven e imperfecta democracia, que se juegan la vida cada día frente al nazismo etarra, y que nunca podremos pagar como se merecen. Por Mari Ángeles y Sandra.
El PP no puede estar satisfecho. Como he señalado muchas veces, estas elecciones eran un cara o cruz para el partido que las ganara o perdiese. Todo o nada. La apuesta era arriesgada y ha salido mal. El PP necesitaba ganar estas elecciones para consolidar su discurso, equipo y trayectoria. Pese a que ha mejorado resultados desde las pasadas, ha perdido. Y punto. Por lo tanto ahora le toca hacer examen de conciencia, y debe afrontar una renovación de equipos, mensajes y estrategias, y eso empezará por la marcha de Rajoy, que creo que es quién menos culpa tiene de todo esto, pero que como líder actual del partido es quien debe ejercer esa labor de limpia. Los discursos de anoche de ZOP y Rajoy decían mucho. ZP hizo una alocución breve, preparada y de tono muy conciliador, sabiéndose ganador pero viendo que el PP no estaba arrasado, y que la mayoría absoluta estaba muy lejos. Rajoy no hizo exactamente un discurso. Dijo unas palabras inconexas, atropelladas y vacilantes. Estaba muy nerviosos, acongojado y triste. Hubo un momento en el que pensaba que iba a dimitir allí mismo, en el balcón, y creo que esa era su intención, pero que se arrugó al ver a al gente aplaudiéndole. La imagen de la noche, para mi, era la de Elvira, su mujer. Llorando, con una cara de desolación que no podía evitar, asistiendo al inicio del entierro político de su marido, que estaba muy sólo en el balcón. Pizarro y Acebes le acompañaban, pero guardando sus distancias, mientras que, en sus propios cuarteles, Esperanza Aguirre, Alberto Ruiz Gallardón y otros sacaban el champán y brindaban por el camino expedito que se les abre hasta lo más alto el partido. Elvira era la imagen de la tristeza, del abatimiento, del cansancio acumulado de una campaña que no ha obtenido recompensa. Una mujer reservada, que no ha salido casi nunca en prensa, y que si mal no recuerdo fue su aparición de ayer por la noche la más larga en su vida en televisión, y en la que no dijo nada pero no hacia falta que lo hiciera para expresar su amargura. Pero Elvira no ha sido la única mujer a la que hemos visto llorar este fin de semana, en el que también mis intuiciones sobre un atentado (mierda) se cumplieron, aunque no en Madrid, el lugar donde yo me esperaba.
Mari Ángeles, la viuda, y Sandra, su hija mayor, le han dado el mejor homenaje posible a Isaías Carrasco, su marido y padre respectivamente, mostrando su coraje, entereza y valor frente a los asesinos que le mataron este Viernes en la calle, frente al portal de su humilde casa de Mondragón. Tan cruda y acertadamente fueron descritos los terroristas este pasado Sábado por Sandra que no añadiré comentarios al respecto, pero este fin de semana de elecciones, esta victoria del PSOE, debe estar dedicada a su memoria, y a la de todos aquellos concejales, valientes servidores de esta joven e imperfecta democracia, que se juegan la vida cada día frente al nazismo etarra, y que nunca podremos pagar como se merecen. Por Mari Ángeles y Sandra.
viernes, marzo 07, 2008
Apurando los minutos
Se acabó. Hoy termina la campaña electoral más larga, fatigosa y reñida que recuerde. ¿Cuánto tiempo llevamos con mítines y actos electorales? ¿Meses? ¿Años? Eso me parece, y resulta al final extenuante ver que todos los días e llenan plazas, estadios, se corean frases muy similares, se escuchan los lemas ya conocidos y se sufragan gastos sin control y sin saber de donde provienen los ingresos de los partidos, que hacen frente a las pancartas, confetis y alquileres de espacios públicos sin aparentes esfuerzos. Hoy, a las 24:00 se acaba todo eso. Mañana se reflexiona, esperemos, y el Domingo a votar.
¿Ha habido novedades esta campaña respecto a las precedentes? Sí, creo yo, y destacaría tres por encima de todas. La primera, obvia, han sido los debates (esto.. monólogos bilaterales) que hacía ya quince años que no veíamos. No se si han sido útiles para que los partidos pesquen votos en caladeros ajenos, pero han sido interesantes y mediáticamente han supuesto un éxito rotundo. La segunda novedad han sido los anuncios electorales en televisión. La buena idea de eliminar los bloques fijos, que nadie veía, se ha transformado en unos comerciales como si de cualquier otro producto se tratase. Cortos, concisos, y con mucho más ingenio, se han convertido en anuncios de verdad. Destacaría aquí el del PP de las chicas que hablan en un bar, diciendo una a la otra que va a dejar al novio porque le ha engañado, en referencia a ZP, y el del PSOE en el que un hijo va a buscar al pueblo a su madre para llevarla a votar... y eso que lo va a hacer al PP!!!! Me han gustado casi todos, bien hechos y rodados. Asimismo la cartelería de las vallas ha mejorado, y en esto el mérito es del PSOE, que inició la serie de fotos “indirectas” de Zapatero, no posando a cámara, mostrando un rostro mucho más natural y sincero, si vale la expresión, que la típica pose de cartel electoral, falsa como ella sola. La tercera novedad h asido la niña de rajoy. Lo que era un chascarrillo extraño, pastelón y almibarado, criticado por todos, se ha convertido en el principal enganche de campaña del PP de los últimos días. El hecho de que Obama haya usado también este lema en la campaña americana le ha dado realce y, de paso, alimenta la duda de si es algo original o no deja de ser una idea de mercadotecnia que los partidos y estrategas se pasan unos a otros. Todo ello enmarcado en un mundo en el que, pese a los políticos, Internet, Youtube y demás webs han dominado la campaña. La interactividad y los medios digitales ya han hecho que pase a la historia la tradicional pegada de carteles del inicio de campaña. A ver si poco a poco arrumban los mítines y demás prácticas onanistas y, por mucho que les pese a los políticos, se hacen con las reinas del debate.
¿Quién va a ganar? No apuesto nada, que siempre pierdo. Lo más lógico sería suponer una victoria estrecha del PSOE, con unos 12 – 14 escaños de diferencia respecto al PP (Ahora hay 16, creo). La victoria del PP parece imposible a todas luces y la mayoría absoluta del PSOE se me antoja muy difícil, y esos dos escenarios serían, a mi entender, una gran sorpresa. Pierda quien pierda, el líder de ese partido debiera dimitir, porque son dos proyectos antagónicos los que se enfrentan el Domingo. Hasta la s8:00 del Domingo aún hay margen para sorpresas y noticias “bomba” (espero que no): El Lunes comentaremos aquí los resultados que, pese a los políticos (tercera vez que uso esta expresión hoy) depararán ganadores y perdedores. Vayamos todos a votar y luego divirtámonos....
¿Ha habido novedades esta campaña respecto a las precedentes? Sí, creo yo, y destacaría tres por encima de todas. La primera, obvia, han sido los debates (esto.. monólogos bilaterales) que hacía ya quince años que no veíamos. No se si han sido útiles para que los partidos pesquen votos en caladeros ajenos, pero han sido interesantes y mediáticamente han supuesto un éxito rotundo. La segunda novedad han sido los anuncios electorales en televisión. La buena idea de eliminar los bloques fijos, que nadie veía, se ha transformado en unos comerciales como si de cualquier otro producto se tratase. Cortos, concisos, y con mucho más ingenio, se han convertido en anuncios de verdad. Destacaría aquí el del PP de las chicas que hablan en un bar, diciendo una a la otra que va a dejar al novio porque le ha engañado, en referencia a ZP, y el del PSOE en el que un hijo va a buscar al pueblo a su madre para llevarla a votar... y eso que lo va a hacer al PP!!!! Me han gustado casi todos, bien hechos y rodados. Asimismo la cartelería de las vallas ha mejorado, y en esto el mérito es del PSOE, que inició la serie de fotos “indirectas” de Zapatero, no posando a cámara, mostrando un rostro mucho más natural y sincero, si vale la expresión, que la típica pose de cartel electoral, falsa como ella sola. La tercera novedad h asido la niña de rajoy. Lo que era un chascarrillo extraño, pastelón y almibarado, criticado por todos, se ha convertido en el principal enganche de campaña del PP de los últimos días. El hecho de que Obama haya usado también este lema en la campaña americana le ha dado realce y, de paso, alimenta la duda de si es algo original o no deja de ser una idea de mercadotecnia que los partidos y estrategas se pasan unos a otros. Todo ello enmarcado en un mundo en el que, pese a los políticos, Internet, Youtube y demás webs han dominado la campaña. La interactividad y los medios digitales ya han hecho que pase a la historia la tradicional pegada de carteles del inicio de campaña. A ver si poco a poco arrumban los mítines y demás prácticas onanistas y, por mucho que les pese a los políticos, se hacen con las reinas del debate.
¿Quién va a ganar? No apuesto nada, que siempre pierdo. Lo más lógico sería suponer una victoria estrecha del PSOE, con unos 12 – 14 escaños de diferencia respecto al PP (Ahora hay 16, creo). La victoria del PP parece imposible a todas luces y la mayoría absoluta del PSOE se me antoja muy difícil, y esos dos escenarios serían, a mi entender, una gran sorpresa. Pierda quien pierda, el líder de ese partido debiera dimitir, porque son dos proyectos antagónicos los que se enfrentan el Domingo. Hasta la s8:00 del Domingo aún hay margen para sorpresas y noticias “bomba” (espero que no): El Lunes comentaremos aquí los resultados que, pese a los políticos (tercera vez que uso esta expresión hoy) depararán ganadores y perdedores. Vayamos todos a votar y luego divirtámonos....
jueves, marzo 06, 2008
El maldito aniversario virtual
Jueves preelectoral, vísperas de generales. Aunque todo sucedió un 11, fue un día del significado y posición como el de de hace cuatro años en el que el horro nos invadió, se coló por nuestras puertas y nos dejó en una vía muerta. Luego vendrían las manipulaciones, comisiones chapuceras, teorías conspirativas iluminadas, libros mediáticos, mujeres de jueces que se creían estrellas, y demás. Pero en el principio fue una mañana de jueves de hace cuatro años. ¿Cómo la vivimos cada uno? ¿Cómo nos sentimos?
Desde luego no era un día como el de hoy, soleado y radiante. Había una espesa niebla que lo cubría todo, que casi impedía ver el suelo desde la planta en la que trabajo. Por este motivo a medida que llegaban noticias te sentías cada vez más aislado, era todo muy virtual... Yo estaba aquí desde las 7:50, y desafortunadamente aún no había empezado esta maravillosa aventura de escribir un blog. Las noticias empezaron a surgir poco a poco en Internet, en al cabecera que se enrojece en El Mundo cada vez que surge algo extraño. Primero era una explosión en un tren en Madrid, luego eran varias, y poco a poco empezaron a parecer testimonios que daban a entender que lo que había sucedió era de una gravedad enorme. Como ayer, cuando salí del Ministerio, había partido de Liga de Campeones, y pensaba yo de que ocurrir algún atentado o similar era un partido de esos, con mucho público y repercusión internacional el escenario más propicio para una acción terrorista, pero no paso nada, y estaba tan tranquilo el jueves hasta que eso titulares me asaltaron y asustaron. No, mierda, mierda, mierda, pensaba. Una compañera de trabajo que llego a eso de las 8:15 vió esos titulares, y llamó a un amigo suyo que vivía cerca de la estación de El Pozo, que ya se citaba con nombre propio como escenario de la catástrofe. El amigo le contó que aquello parecía la guerra, lleno de destrozos, sangre y personas sonámbulas deambulando por ahí. Testimonio directo de algo que luego veríamos poco a poco en las televisiones. Rápidamente llamé a casa y le dije a mi madre que, fuera lo que fuese lo que había pasado, y oyera lo que oyese, a mi no me había sucedido nada, pero que iba a oír noticias desagradables a lo largo del día. Al trabajo la gente llegaba en un goteo muy pausado, síntoma de que los transportes de la ciudad se iban parando en medio del miedo, y de que la noticia, los rumores y los temores se extendían como la pólvora. Fueron minutos de cierta angustia por saber si a algún conocido le había “pillado” o no. Finalmente ninguna persona que yo conociese de manera directa se vió afectada por esa salvajada, pero eso no es más que un triste consuelo privado.
Acabamos a las 10 de la mañana en un bar, cerca del Ministerio, mirando la tele con cara de alucinados, como todos los que estábamos allí, sin dar crédito a lo que las pantallas nos mostraban. Era horrible. La sorpresa y la angustia eran generalizadas. El resto de la historia ya es conocida, pero desde ese Jueves 11 al Domingo 14 pasé los peores días desde que resido en esta ciudad, viendo el miedo en los rostros, la crispación de verdad, comprobando, como dijo una vez Luís Fernández-Galiano, que vivimos en un jardín de cristal, que creemos sólido, pero que se fractura fácilmente, y que los pedazos desperdigados nos salpican, hieren y matan cuando nos dedicamos a destruirlo.
Desde luego no era un día como el de hoy, soleado y radiante. Había una espesa niebla que lo cubría todo, que casi impedía ver el suelo desde la planta en la que trabajo. Por este motivo a medida que llegaban noticias te sentías cada vez más aislado, era todo muy virtual... Yo estaba aquí desde las 7:50, y desafortunadamente aún no había empezado esta maravillosa aventura de escribir un blog. Las noticias empezaron a surgir poco a poco en Internet, en al cabecera que se enrojece en El Mundo cada vez que surge algo extraño. Primero era una explosión en un tren en Madrid, luego eran varias, y poco a poco empezaron a parecer testimonios que daban a entender que lo que había sucedió era de una gravedad enorme. Como ayer, cuando salí del Ministerio, había partido de Liga de Campeones, y pensaba yo de que ocurrir algún atentado o similar era un partido de esos, con mucho público y repercusión internacional el escenario más propicio para una acción terrorista, pero no paso nada, y estaba tan tranquilo el jueves hasta que eso titulares me asaltaron y asustaron. No, mierda, mierda, mierda, pensaba. Una compañera de trabajo que llego a eso de las 8:15 vió esos titulares, y llamó a un amigo suyo que vivía cerca de la estación de El Pozo, que ya se citaba con nombre propio como escenario de la catástrofe. El amigo le contó que aquello parecía la guerra, lleno de destrozos, sangre y personas sonámbulas deambulando por ahí. Testimonio directo de algo que luego veríamos poco a poco en las televisiones. Rápidamente llamé a casa y le dije a mi madre que, fuera lo que fuese lo que había pasado, y oyera lo que oyese, a mi no me había sucedido nada, pero que iba a oír noticias desagradables a lo largo del día. Al trabajo la gente llegaba en un goteo muy pausado, síntoma de que los transportes de la ciudad se iban parando en medio del miedo, y de que la noticia, los rumores y los temores se extendían como la pólvora. Fueron minutos de cierta angustia por saber si a algún conocido le había “pillado” o no. Finalmente ninguna persona que yo conociese de manera directa se vió afectada por esa salvajada, pero eso no es más que un triste consuelo privado.
Acabamos a las 10 de la mañana en un bar, cerca del Ministerio, mirando la tele con cara de alucinados, como todos los que estábamos allí, sin dar crédito a lo que las pantallas nos mostraban. Era horrible. La sorpresa y la angustia eran generalizadas. El resto de la historia ya es conocida, pero desde ese Jueves 11 al Domingo 14 pasé los peores días desde que resido en esta ciudad, viendo el miedo en los rostros, la crispación de verdad, comprobando, como dijo una vez Luís Fernández-Galiano, que vivimos en un jardín de cristal, que creemos sólido, pero que se fractura fácilmente, y que los pedazos desperdigados nos salpican, hieren y matan cuando nos dedicamos a destruirlo.
miércoles, marzo 05, 2008
Una noche con Scarlett
¿Y si les proponen a ustedes acudir a una cita con Scarlett Johansson como pareja? Un rutilante estreno cinematográfico en Hollywood o Nueva York, aún no es seguro el lugar, con limusina, coger, opípara cena y la bella Scarlett como pareja, pudiendo estar con ella, sacarse fotos, besarla y presumir delante de todos tus conocidos durante el reto de su amarga existencia. A que no es mal plan? Pues a Scarlett y a algunos otros ya se les ha ocurrido, y subastan por Internet una cita con la bella y morbosa actriz que, pasmado me quede al leerlo, sólo tiene 23 años.
¿Cuánto dinero estarían ustedes dispuestos a pagar por una noche así? Pues prepárense a ahorrar, porque ahora mismo (7:59 de la mañana) la puja alcanza la cifra de 16.100 dólares lo que no está nada mal. El cambio del euro con el dólar nos favorece, pero no deja de ser una cifra ya muy interesante. Lo recaudado se destinará a una ONG estadounidense, y no faltará quien diga que esto se parece mucho a un caso de prostitución de lujo, o de chica de alquiler de toda la vida, y algo de razón tendrán, pero lo cierto es que Scarlett es una mujer que vuelve locos a los hombres. Nos vuelve locos, para que engañarnos. Y eso que es pequeña, menuda y poca cosa, pero posee ese atractivo sensual y algo salvaje que desata las pasiones más instintivas. Ella lo sabe y lo explota, y los productores y jefes del negocio del cine lo conocen aún más y lo explotan aún mejor. Aún recuerdo esa gran película llamada Match Point, del genio de Woody Allen. En ella Scarlett vampiriza, absorbe y provoca al destrucción solamente con su mirada, desde el momento que surge junto a una mesa de ping pong. Matrimonios, convenciones, estatus.. todo acaba destruido en un torrente de libido desenfrenada por parte del protagonista, que no puede contenerse al verla. Al final esa tormenta se abatirá sobre al propia Scarlett, e igualmente acabará con ella. Y su interpretación es soberbia, dándole el matiz adecuado de pícara y sensual, de retraía y atrayente. Ya despuntó en “Lost in Traslation”, pero en Match Point se subió al pedestal de las chicas de calendario, de esas que lucen cutremente en las traseras de las cabinas de los camiones. Además la chica parece interesante y culta. No tiene, en mi opinión, una belleza tan rotunda como, por ejemplo, Leonor Watling, su mirada no arrebata tanto ni sus facciones son tan perfectas, pero logra encandilar a la cámara, absorber la energía de su alrededor y concentrarla en ella misma. Allen, que no es tonto, está prendado por ella, y por algo será, siendo un hombre de gustos ciertamente extraños, pero que ha conocido a cientos de mujeres a lo largo de su vida, sin lugar a dudas interesantes y atractivas como pocas en este mundo.
Si alguno está interesado, y tiene dinero suficiente, claro, la puja dura hasta el próximo 12 de Marzo. Será interesante ver que valor alcanza Scarlett “en el marcado”, pero imagínese, amable lector, que resulta ser el ganador de la puja. Sería una cita inolvidable, digna de enmarcar en el calendario vital no sólo por ella sino por el fasto que rodea estos eventos, que tan lejanos me parecen. Además, estas cosas empiezan como están programadas y luego quién sabe si la bella Scarlett se puede llegar a enamorar de uno, y eso si que no tendría precio.
¿Cuánto dinero estarían ustedes dispuestos a pagar por una noche así? Pues prepárense a ahorrar, porque ahora mismo (7:59 de la mañana) la puja alcanza la cifra de 16.100 dólares lo que no está nada mal. El cambio del euro con el dólar nos favorece, pero no deja de ser una cifra ya muy interesante. Lo recaudado se destinará a una ONG estadounidense, y no faltará quien diga que esto se parece mucho a un caso de prostitución de lujo, o de chica de alquiler de toda la vida, y algo de razón tendrán, pero lo cierto es que Scarlett es una mujer que vuelve locos a los hombres. Nos vuelve locos, para que engañarnos. Y eso que es pequeña, menuda y poca cosa, pero posee ese atractivo sensual y algo salvaje que desata las pasiones más instintivas. Ella lo sabe y lo explota, y los productores y jefes del negocio del cine lo conocen aún más y lo explotan aún mejor. Aún recuerdo esa gran película llamada Match Point, del genio de Woody Allen. En ella Scarlett vampiriza, absorbe y provoca al destrucción solamente con su mirada, desde el momento que surge junto a una mesa de ping pong. Matrimonios, convenciones, estatus.. todo acaba destruido en un torrente de libido desenfrenada por parte del protagonista, que no puede contenerse al verla. Al final esa tormenta se abatirá sobre al propia Scarlett, e igualmente acabará con ella. Y su interpretación es soberbia, dándole el matiz adecuado de pícara y sensual, de retraía y atrayente. Ya despuntó en “Lost in Traslation”, pero en Match Point se subió al pedestal de las chicas de calendario, de esas que lucen cutremente en las traseras de las cabinas de los camiones. Además la chica parece interesante y culta. No tiene, en mi opinión, una belleza tan rotunda como, por ejemplo, Leonor Watling, su mirada no arrebata tanto ni sus facciones son tan perfectas, pero logra encandilar a la cámara, absorber la energía de su alrededor y concentrarla en ella misma. Allen, que no es tonto, está prendado por ella, y por algo será, siendo un hombre de gustos ciertamente extraños, pero que ha conocido a cientos de mujeres a lo largo de su vida, sin lugar a dudas interesantes y atractivas como pocas en este mundo.
Si alguno está interesado, y tiene dinero suficiente, claro, la puja dura hasta el próximo 12 de Marzo. Será interesante ver que valor alcanza Scarlett “en el marcado”, pero imagínese, amable lector, que resulta ser el ganador de la puja. Sería una cita inolvidable, digna de enmarcar en el calendario vital no sólo por ella sino por el fasto que rodea estos eventos, que tan lejanos me parecen. Además, estas cosas empiezan como están programadas y luego quién sabe si la bella Scarlett se puede llegar a enamorar de uno, y eso si que no tendría precio.
martes, marzo 04, 2008
El gran debate: segundo asalto
Bien, ya tuvo lugar ayer la segunda parte, o el partido de vuelta para los aficionados al fútbol, del debate Zapatero Rajoy. En un decorado casi idéntico, aunque en distinto emplazamiento, lo primero que quisiera destacar es que, por ser un formato tan rígido y acordado la figura del moderador, Olga Viza en este caso, queda totalmente oculta. Pudiera no haber nadie allí y no se hubiese notado l ausencia. De hecho, el único momento en el que quiso ampliar un turno, lo consultó primero a los contendientes y no se hizo por decisión de ellos. Ni Olga ni Campo Vidal podrán poner este trabajo en lo más alto de su currículum, creo.
Ya en el debate, fue algo más ágil que el anterior, quizás por eso de que la repetición de argumentos no llama, y pese a ello se repitieron mucho. Gráficos ya vistos, referencias usadas, etc. Me extrañé e indigné cuando durante la primera media hora el argumento de la discusión giraba sobre la primera pregunta que hizo Rajoy al entonces recién elegido Presidente Zapatero. Pero qué es esto, pensaba yo. Y como niños malos seguían y seguían insistiendo. En esta primera sección Zapatero estuvo mejor que Rajoy, y logró desviar el asunto del terrorismo y al negociación con ETA.. a la guerra de Irak!!! Y lo que es peor para Rajoy... éste entró al trapo!!!!!!!!!!!!! Rajoy quemó sus naves en el tema de seguridad y terrorismo con argumentaciones sobre el Consejo de Seguridad de la ONU y demás, en un asunto juzgado y sobreseído por la sociedad española hace ya muchos años. Llegados al intermedio, Rajoy necesitaba hacer una pausa para reorganizarse. Tras él, la segunda parte fue más viva e intensa. Aquí Zapatero acusó el cansancio y Rajoy se mostró más suelto y decidido, con más pegada si se puede decir. Los discursos finales no se salieron demasiado del guión previsto. Mirando ambos fijamente a la cámara (o se lo sabían de memoria o leían de una pantalla, voto por lo segundo) Zapatero hizo un discurso muy suyo, de bondad infinita, sin contenido, con mucho mensaje y actitud beatifica, terminado con el “Buenas Noches y Buena Suerte” de la vez anterior. Rajoy hizo una intervención final densa, concentrada, donde incluyo demasiado contenido, algo atropellada, y rematada por la niña, esa que dice que va en su corazón. Me gustó que incluyese la referencia a al niña, tan castigada y maltratada por todos los medios de comunicación. Es un gesto de valentía mediática que seguramente hoy se lo facturen nuevamente a base de palos en las columnas de opinión, pero me gustó que incidiese en ello. Olga Viza despidió el negociado y se acabó lo que se daba. Ahora queda por saber la respuesta a esa pregunta tan simple y envenenada, quién ganó.
Pues, como en la vez pasada, no lo se. Antes del intermedio ZP, después Rajoy. La idea sería similar a la anterior. Rajoy necesitaba ganar claramente y no lo ha hecho. Las encuestas dirán que gana ZP, por el voto a su favor de no votantes del PSOE, y cada equipo de palmeros alabará a su líder. Ayer salieron Jesús Caldera y Acebes al cuarto de hora de finalizar el debate para leer una declaración sin preguntas que no era más que vulgar propaganda, que insultaba la inteligencia de quienes les oían, y que podían haber leído tres horas antes de iniciar el debate, porque seguro que para entonces ya estaba escrita. Qué partidos tenemos............
Ya en el debate, fue algo más ágil que el anterior, quizás por eso de que la repetición de argumentos no llama, y pese a ello se repitieron mucho. Gráficos ya vistos, referencias usadas, etc. Me extrañé e indigné cuando durante la primera media hora el argumento de la discusión giraba sobre la primera pregunta que hizo Rajoy al entonces recién elegido Presidente Zapatero. Pero qué es esto, pensaba yo. Y como niños malos seguían y seguían insistiendo. En esta primera sección Zapatero estuvo mejor que Rajoy, y logró desviar el asunto del terrorismo y al negociación con ETA.. a la guerra de Irak!!! Y lo que es peor para Rajoy... éste entró al trapo!!!!!!!!!!!!! Rajoy quemó sus naves en el tema de seguridad y terrorismo con argumentaciones sobre el Consejo de Seguridad de la ONU y demás, en un asunto juzgado y sobreseído por la sociedad española hace ya muchos años. Llegados al intermedio, Rajoy necesitaba hacer una pausa para reorganizarse. Tras él, la segunda parte fue más viva e intensa. Aquí Zapatero acusó el cansancio y Rajoy se mostró más suelto y decidido, con más pegada si se puede decir. Los discursos finales no se salieron demasiado del guión previsto. Mirando ambos fijamente a la cámara (o se lo sabían de memoria o leían de una pantalla, voto por lo segundo) Zapatero hizo un discurso muy suyo, de bondad infinita, sin contenido, con mucho mensaje y actitud beatifica, terminado con el “Buenas Noches y Buena Suerte” de la vez anterior. Rajoy hizo una intervención final densa, concentrada, donde incluyo demasiado contenido, algo atropellada, y rematada por la niña, esa que dice que va en su corazón. Me gustó que incluyese la referencia a al niña, tan castigada y maltratada por todos los medios de comunicación. Es un gesto de valentía mediática que seguramente hoy se lo facturen nuevamente a base de palos en las columnas de opinión, pero me gustó que incidiese en ello. Olga Viza despidió el negociado y se acabó lo que se daba. Ahora queda por saber la respuesta a esa pregunta tan simple y envenenada, quién ganó.
Pues, como en la vez pasada, no lo se. Antes del intermedio ZP, después Rajoy. La idea sería similar a la anterior. Rajoy necesitaba ganar claramente y no lo ha hecho. Las encuestas dirán que gana ZP, por el voto a su favor de no votantes del PSOE, y cada equipo de palmeros alabará a su líder. Ayer salieron Jesús Caldera y Acebes al cuarto de hora de finalizar el debate para leer una declaración sin preguntas que no era más que vulgar propaganda, que insultaba la inteligencia de quienes les oían, y que podían haber leído tres horas antes de iniciar el debate, porque seguro que para entonces ya estaba escrita. Qué partidos tenemos............
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