.. y un montón de huesos, con algo de pellejo alrededor. Qué bien describía esa canción de Radio Futura la sensación que se le queda a uno en el cuerpo en días como el de ayer, cuando el termómetro supera incluso esa barrera, coquetea con los cuarenta, y el cielo se convierte en una extraña pasta amarillenta, mezcla de aire, polvo en suspensión y contaminación, convirtiéndose en la tapadera perfecta bajo la que se cuecen las personas (nosotros, yo). Que parecemos pequeños y humildes granos de arroz en una paella donde supongo que los tropezones serán los coches y edificios, que parecen deshacerse en el caldo en que se convierte la ciudad.
Es finales de Julio, la época más calurosa el año, y tras una primavera rara, potente y maravillosa, el verano, aunque tarde, ha llegado, al menos al centro y sur de España. En el norte siguen con una extraña tónica de días grises, oscuros y fríos, salteados con esporádicas y extrañas jornadas en las que el termómetro quiere recordar a sus habitantes que es verano, como sucedió ayer en Bilbao, por ejemplo. Lo malo que tiene estos días son.... las noches. Hace calor cuando se mete el sol, y suelo decir en plan broma que la ciudad se queda como fosforito después de haber sido irradiada durante tantas horas. Progresivamente las casas se calientan y la noche no trae el refresco deseado. Se tumba uno en bañador sobre las sábanas e intenta dormirse, pero la sensación de calor no se va, y no me refiero aquí a lo acalorado que pueda estar uno en la cama, no, sino al bochorno del ambiente. 00:30, 1:00, 1:30.... el reloj avanza poco a poco, y sea por el calor, las preocupaciones o por la crisis financiera no me duermo. Y llega un momento en que dejo de ver el despertador (o sueño que ya no está) y al poco suena y me levanto. Hago cuentas y me sale otra noche en la que he dormido tres horas o menos, y milagrosamente sigo como si nada. Esto no puede ser bueno, me digo, pero me fijo en el metro y todo el mundo lleva cara de ojeras, de no haber dormido, y de no tener sueño. Prefiero pensar que es por el calor, y que no son sus preocupaciones personales las que les impiden dormir por la noche, pero a saber. Salgo de mi parada, llego a la oficina, miro por la ventana y aquí vuelve a extra el azul radiante, que ahora por la mañana, antes de ser golpeado por el mazo solar, logra mantener el tono, aunque de manera tímida. A medida que pase el día irá perdiendo ese azul, y retomará el amarillo de ayer, salvo que aparezca un viento que proteja al cielo y le limpie, cure sus heridas y le haga brillar como sólo a veces es capaz de hacerlo en esta ciudad. Me temo que hasta que eso ocurra, y no es previsible que pase hoy ni en los días próximos, los cielos velazqueños se cogerán unas vacaciones, y el terral del desierto, o de los secarrales que rodean Madrid, que son un buen sinónimo, será el dominador de la ciudad, el mejor indicador de que estamos en lo más intenso del verano.
Mañana es fiesta en Madrid, y me pillo una semana de vacaciones, para descansar un poco, porque estoy realmente agotado y necesito unos días para no hacer casi nada, así que, salvo gran sorpresa, no habrá entradas nuevas hasta el Lunes 3 de Agosto. A los que os vayáis de vacaciones, disfrutarlas plenamente y que os sirvan de consuelo y reparo, que falta nos hace a todos. Al resto, que nos quedamos por aquí, pues nada, a pasarlo tan bien como podamos, y que descansemos mucho mucho. Ser felices.
jueves, julio 24, 2008
miércoles, julio 23, 2008
Tarde de examen
Ayer, por primera vez desde hace muchos años, hice un examen de verdad. Quizás desde tercero de inglés de la escuela de idiomas, en 2000, o desde los tiempos de la carrera, no me enfrentaba a una prueba ni a un ambiente como el de la tensión y los nervios antes de entrar en el aula. Supongo que así estábamos los cerca de trescientos que nos enfrentábamos a la primera prueba de la Oposición de Diplomados de Estadística del INE, que hicimos ayer el primer examen en la Escuela de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos de la Complutense, en una tarde de calor sofocante.
La verdad es que allí había mucha más gente que esos doscientos ochenta matriculados, porque muchos acudían con amigos, acompañantes variados, e incluso padres. Había bastantes que estaban o bien con su padre o madre, e incluso con ambos... Pocos éramos los que estábamos solos, pero no era mi caso el único. Eso sí, por lo que pude fijarme yo era el que menos cosas llevaba encima. De hecho, quitando el libro que estaba leyendo (normalito, por cierto) y un bolígrafo, documentación cartera y el móvil, no llevaba nada. Estaba casi desnudo, mientras muchos paseaban antes de entrar en el aula repasando hojas, esquemas y mirando por última vez tablas de contrastes y fórmulas enormes de significado oscuro. En este caso, como en la época de la universidad, y creo que más por vagancia y comodidad, no llevaba nada encima, porque luego hay que acarrear con ello todo el tiempo. Además, si no te ha dado tiempo e mirarte algo no lo vas a arreglar cinco minutos antes, me temo. Así llegaron las 16:00 y nos empezaron a llamar por orden alfabético, entrando así en un aula de examen de dimensiones gigantescas, que ahora veo con googlearth que tiene cien metros de largo clavados. Cada uno tenía una mesa inclinada, imitando a un tablero de dibujo, pero de fija, y un taburete elevado, bastante cutre, sin respaldo, aunque como había que tirarse sobre la mesa tampoco hubiese sido de demasiada utilidad. Tardamos más de media hora en llenar la sala, y a eso de las 16:45 empezamos el examen, con un tiempo límite hasta las 19:50. Eran 10 problemas, a rellenar cada uno en una hoja sellada e independiente. Tras un vistazo rápido, empecé por los que me parecían más sencillos, que al final no lo fueron tanto, y seguí por los más difíciles, que algunos lo eran y otros no. Pese al calor y al cansancio que llevaba acumulado en el cuerpo, no tuve ganas de ir al baño ni me sentí agotado durante todo el tiempo disponible, que agoté. A partir de la primera media hora uno se podía ir si quería, y en la zona donde yo estaba, adelante del todo, segunda fila, no hubo baja alguna, aunque si me pareció que alguien desertaba por atrás, aunque el fondo de la sala para mi era realmente inabarcable. Poco a poco fui avanzando en el examen y al llegar al hora de entregarlo el bolígrafo casi se me escapaba de las manos. Metía las hojas en el sobre y se lo di a uno de los cuidadores, y me sentí tan liberado del agobio y la tensión que he tenido estos últimos días con el examen y otras cosas que tuve que apoyarme en una mesa para no caerme allí mismo.
Bien, ¿y qué tal me ha salido? Dado que no he ido a ninguna academia, he estado trabajando hasta la mañana de ese mismo día, duermo de pena desde hace un mes (pero de lo habitual en mi, que ya es decir) y que me lo he estudiado todo por mi cuenta, y sin la motivación necesaria para triunfar, lo menos que puedo decir es que el examen me pareció asequible. Si esto fuese como en la carrera, que con un 5 apruebas, creo que sí he aprobado, pero aquí la nota de corte la marca el número de plazas y lo que hagan el resto. Si a todo el mundo le ha salido bien, de poco me sirve que yo haya tenido una buena impresión, pero sí la tuve, eso es cierto, y me quedo con eso. El resultado oficial, dentro de un mes.
La verdad es que allí había mucha más gente que esos doscientos ochenta matriculados, porque muchos acudían con amigos, acompañantes variados, e incluso padres. Había bastantes que estaban o bien con su padre o madre, e incluso con ambos... Pocos éramos los que estábamos solos, pero no era mi caso el único. Eso sí, por lo que pude fijarme yo era el que menos cosas llevaba encima. De hecho, quitando el libro que estaba leyendo (normalito, por cierto) y un bolígrafo, documentación cartera y el móvil, no llevaba nada. Estaba casi desnudo, mientras muchos paseaban antes de entrar en el aula repasando hojas, esquemas y mirando por última vez tablas de contrastes y fórmulas enormes de significado oscuro. En este caso, como en la época de la universidad, y creo que más por vagancia y comodidad, no llevaba nada encima, porque luego hay que acarrear con ello todo el tiempo. Además, si no te ha dado tiempo e mirarte algo no lo vas a arreglar cinco minutos antes, me temo. Así llegaron las 16:00 y nos empezaron a llamar por orden alfabético, entrando así en un aula de examen de dimensiones gigantescas, que ahora veo con googlearth que tiene cien metros de largo clavados. Cada uno tenía una mesa inclinada, imitando a un tablero de dibujo, pero de fija, y un taburete elevado, bastante cutre, sin respaldo, aunque como había que tirarse sobre la mesa tampoco hubiese sido de demasiada utilidad. Tardamos más de media hora en llenar la sala, y a eso de las 16:45 empezamos el examen, con un tiempo límite hasta las 19:50. Eran 10 problemas, a rellenar cada uno en una hoja sellada e independiente. Tras un vistazo rápido, empecé por los que me parecían más sencillos, que al final no lo fueron tanto, y seguí por los más difíciles, que algunos lo eran y otros no. Pese al calor y al cansancio que llevaba acumulado en el cuerpo, no tuve ganas de ir al baño ni me sentí agotado durante todo el tiempo disponible, que agoté. A partir de la primera media hora uno se podía ir si quería, y en la zona donde yo estaba, adelante del todo, segunda fila, no hubo baja alguna, aunque si me pareció que alguien desertaba por atrás, aunque el fondo de la sala para mi era realmente inabarcable. Poco a poco fui avanzando en el examen y al llegar al hora de entregarlo el bolígrafo casi se me escapaba de las manos. Metía las hojas en el sobre y se lo di a uno de los cuidadores, y me sentí tan liberado del agobio y la tensión que he tenido estos últimos días con el examen y otras cosas que tuve que apoyarme en una mesa para no caerme allí mismo.
Bien, ¿y qué tal me ha salido? Dado que no he ido a ninguna academia, he estado trabajando hasta la mañana de ese mismo día, duermo de pena desde hace un mes (pero de lo habitual en mi, que ya es decir) y que me lo he estudiado todo por mi cuenta, y sin la motivación necesaria para triunfar, lo menos que puedo decir es que el examen me pareció asequible. Si esto fuese como en la carrera, que con un 5 apruebas, creo que sí he aprobado, pero aquí la nota de corte la marca el número de plazas y lo que hagan el resto. Si a todo el mundo le ha salido bien, de poco me sirve que yo haya tenido una buena impresión, pero sí la tuve, eso es cierto, y me quedo con eso. El resultado oficial, dentro de un mes.
martes, julio 22, 2008
Saquemos el champán
Se agolpan las noticias, la actualidad no se frena ni a finales de Julio, y encima todo parece ser una catarata de buenas nuevas. Me levanto por la mañana y me entero de que ha sido detenido el comando Vizcaya de ETA, autor de los últimos crímenes y estragos protagonizados por la banda. Como todavía todo está por confirmara habrá que esperar a ver que alcance tiene la operación, pero parece importante. Registros en varias localidades vizcaínas, y como era de esperar, en una limítrofe con Guipúzcoa y Álava, a tiro de piedra de los últimos grandes atentados, en el centro neurálgico del País Vasco, una localidad llamada... Elorrio :-(((
Pero es que ayer también me fui a la cama contento, porque a eso de las 23:20 adelantaron por la radio la detención del criminal de guerra Radovan Karadzic. Algunos se preguntarán quién este sujeto. Pues bien, Karadzic es uno de los mayores indeseables que ha parido Europa en los últimos años, y mira que hay varios. En los noventa, en el fragor de las guerras que desangraron aquel artefacto comunista llamado Yugoslavia, Karadzic encontró al oportunidad de convertirse en dueño y señor de territorios y poblaciones. Junto con el general del ejército Ratko Mladic (¿dónde te escondes, Ratko? te queda poco...), creo una república serbia en Bosnia, y amparado en la indiferencia internacional, se dedicó durante varios años a practicar eso que entonces empezó a denominarse limpieza étnica, eufemismo para no usar la palabra genocidio, que en Europa recordaba a épocas que se creían olvidadas, pero que siempre pueden volver si algunos se lo proponen. De 1993 a 1995 las tropas dirigidas por Karadzic y Mladic asediaron Sarajevo, y mataron a cuantos infelices habitantes se atrevían a salir de sus casa a por comida, y “limpiaron” aldeas y comarcas enteras de Bosnia. De particular recuerdo resulta la matanza perpetrada en Srebrenica en Julio de 1995, en la que, ante la cobarde pasividad de las fuerzas de la ONU, teóricamente encargadas de proteger el enclave, y con una Europa mirando a todas partes menos a donde debía, las huestes nacionalistas serbias exterminaron (sí, uso esa palabra porque es lo que allí se produjo) en poco más de una semana a cerca de 8.000 musulmanes bosnios. Aquella masacre, conocida en su totalidad bastante más tarde, y las imágenes de Sarajevo sitiada pro francotiradores, y sus mercados llenos de cadáveres, hicieron reaccionar finalmente a algunos países, no todos, y las tropas de Karadzic y Mladic debieron replegarse y huir. Finalmente se dictó una orden de búsqueda contra estos dos sujetos, pero su jefe supremo, Milósevic, no caería hasta repetir un experimento semejante en Kosovo pocos años después. Karadzic representó el triunfo de un nacionalismo xenófobo, racista y totalitario, y devolvió a Europa a algunos de sus momentos más oscuros. Esta vez no era en Irak, a miles de kilómetros, no, sino en Sarajevo, a cerca de dos horas de avión de Viena o Berlín, en medio de avenidas y altos edificios, o en villas de corte bizantino, donde se asesinaba impúdicamente, sin remordimientos, pero con una eficiencia exquisita, en nombre de la raza serbia, en honor a una patria llamada Serbia, en medio de una locura de exaltación nacional de la que algo conocemos por estos lares, y que ha llevado a algunos, por ejemplo en el País Vasco, a cometer crímenes en nombre de ese maldito sueño. Brindemos porque ayer, tarde, sí, pero al fin, cayó uno de los malos.
Y por si todo esto fuera poco para comentar en este 22 de Julio, esta tarde, a las 16:00, tengo el primer examen de esa oposición de estadística para la que he estado estudiando los últimos meses. Bajo un calor sofocante me esperan cuatro horas de examen que me van a dejar totalmente agotado, como si no lo estuviera ya. Va a ser íntegro de problemas y veo muy complicado poder aprobar, no nos engañemos, pero si lo hiciera podría enmarcara este 22 de Julio de 2008 en la, por así denominarlo, caja de la felicidad, en la que sólo entran las cosas buenas, y ya que el refranero es traicionero, que pierda el de “a la tercera va la vencida” y gane el de que no hay dos sin tres.
Pero es que ayer también me fui a la cama contento, porque a eso de las 23:20 adelantaron por la radio la detención del criminal de guerra Radovan Karadzic. Algunos se preguntarán quién este sujeto. Pues bien, Karadzic es uno de los mayores indeseables que ha parido Europa en los últimos años, y mira que hay varios. En los noventa, en el fragor de las guerras que desangraron aquel artefacto comunista llamado Yugoslavia, Karadzic encontró al oportunidad de convertirse en dueño y señor de territorios y poblaciones. Junto con el general del ejército Ratko Mladic (¿dónde te escondes, Ratko? te queda poco...), creo una república serbia en Bosnia, y amparado en la indiferencia internacional, se dedicó durante varios años a practicar eso que entonces empezó a denominarse limpieza étnica, eufemismo para no usar la palabra genocidio, que en Europa recordaba a épocas que se creían olvidadas, pero que siempre pueden volver si algunos se lo proponen. De 1993 a 1995 las tropas dirigidas por Karadzic y Mladic asediaron Sarajevo, y mataron a cuantos infelices habitantes se atrevían a salir de sus casa a por comida, y “limpiaron” aldeas y comarcas enteras de Bosnia. De particular recuerdo resulta la matanza perpetrada en Srebrenica en Julio de 1995, en la que, ante la cobarde pasividad de las fuerzas de la ONU, teóricamente encargadas de proteger el enclave, y con una Europa mirando a todas partes menos a donde debía, las huestes nacionalistas serbias exterminaron (sí, uso esa palabra porque es lo que allí se produjo) en poco más de una semana a cerca de 8.000 musulmanes bosnios. Aquella masacre, conocida en su totalidad bastante más tarde, y las imágenes de Sarajevo sitiada pro francotiradores, y sus mercados llenos de cadáveres, hicieron reaccionar finalmente a algunos países, no todos, y las tropas de Karadzic y Mladic debieron replegarse y huir. Finalmente se dictó una orden de búsqueda contra estos dos sujetos, pero su jefe supremo, Milósevic, no caería hasta repetir un experimento semejante en Kosovo pocos años después. Karadzic representó el triunfo de un nacionalismo xenófobo, racista y totalitario, y devolvió a Europa a algunos de sus momentos más oscuros. Esta vez no era en Irak, a miles de kilómetros, no, sino en Sarajevo, a cerca de dos horas de avión de Viena o Berlín, en medio de avenidas y altos edificios, o en villas de corte bizantino, donde se asesinaba impúdicamente, sin remordimientos, pero con una eficiencia exquisita, en nombre de la raza serbia, en honor a una patria llamada Serbia, en medio de una locura de exaltación nacional de la que algo conocemos por estos lares, y que ha llevado a algunos, por ejemplo en el País Vasco, a cometer crímenes en nombre de ese maldito sueño. Brindemos porque ayer, tarde, sí, pero al fin, cayó uno de los malos.
Y por si todo esto fuera poco para comentar en este 22 de Julio, esta tarde, a las 16:00, tengo el primer examen de esa oposición de estadística para la que he estado estudiando los últimos meses. Bajo un calor sofocante me esperan cuatro horas de examen que me van a dejar totalmente agotado, como si no lo estuviera ya. Va a ser íntegro de problemas y veo muy complicado poder aprobar, no nos engañemos, pero si lo hiciera podría enmarcara este 22 de Julio de 2008 en la, por así denominarlo, caja de la felicidad, en la que sólo entran las cosas buenas, y ya que el refranero es traicionero, que pierda el de “a la tercera va la vencida” y gane el de que no hay dos sin tres.
lunes, julio 21, 2008
Pagar o no pagar
Este fin de semana ha sido el de la resaca de la crisis de Martinsa – Fadesa (MF). Pese a las alegrías bursátiles del final de semana, que veremos si son efímeras o no, han abundado en televisión los reportajes de particulares que miran unas rejas tras las que se encuentran sus futuras casas, medio hechas n algunos casos, simples terrenos abandonados en otros, pero con un incertidumbre sea cual sea la situación del inmueble. A ellos se les han juntado en el club de los inciertos lo fontaneros, carpinteros y demás gremios que tenían esas casas en lista de espera para trabajar y hacer negocio. La bola sigue creciendo.
La crisis de MF ha suscitado, entre otros, el interesante debate sobre si el estado debe ayudar a que estas empresas no quiebren. En el caso de Muse agrava la situación al saberse que la quiebra se podía eludir mediante un préstamo de 150 millones de euros por parte del ICO, organismos gubernamental, una cantidad realmente pequeña en comparación al volumen de deuda acumulado por MF, pero al final el ICO no se lo concedió, y MF cayó. Independientemente de la polémica política que se ha organizado sobre lo que ZP le prometió MF y ha cumplido (o no) el debate sobre la intervención me parece mucho más interesante. En este punto el gobierno presenta dos almas muy distintas. Una, la ortodoxa, encabezada por Pedro Solbes y respaldada desde el Banco de España por su antiguo colaborador Miguel Ángel Fernández Ordóñez, que aboga por no intervenir. Mirar y dejar que el mercado haga su trabajo, dejando caer a quienes están débiles y permitiendo sobrevivir a las que puedan. En el otro lado económico parece estar Miguel Sebastián, no se si por convicción o por ganas de llevar la contraria a Solbes, y los Ministerios de él “dependientes” que son Vivienda y Ciencia e Innovación. Sebastián es partidario de rescatar a estas empresas, con el objeto de que su caída no genere una especie de gangrena financiera que se extienda por otros sectores. El argumento es realista, pero tiene a mi modo de ver dos grandes objeciones. Una práctica, que es que el dinero público no está destinado como prioridad a salvar los problemas privados, por lo que de efectuar esos rescates debiera ser cuando no hay otra opción y cuando el problema a evitar es realmente grave. El orto argumento, más teórico, pero dotado de mayor solidez, es el llamado riesgo moral. El particular debe saber que si se arriesga en un negocio puede ganar o perder, y que en este segundo caso no va a haber una red protectora que le impida la caída. Si esto es así, realizará sus inversiones de una manera más coherente y juiciosa, con vistas a lograr el éxito, y será más eficiente, y sino camina por esta senda de la eficiencia, por la que al parecer MF no acostumbraba a transitar, se estrellará, y la sociedad en su conjunto, representada por el estado, no tiene porqué asumir los costes de sus errores. Esta política, llevada a largo plazo, genera una de las cosas más difíciles de crear y mantener por parte de una autoridad, y no sólo en el campo económico. Me refiero a la confianza y a la credibilidad de sus actuaciones. Todos los actores saben con que cartas van a jugar cada uno en la partida, y eso hace que las sorpresas sean menores y al estabilidad financiera mayor.
Ante esta disyuntiva de ideas, apoyo a Solbes y su no intervención. Es cierto, sin embargo, que puede llegar un momento en que un grado de ayuda sea necesario. No ha ocurrido, pero supongamos que la caída de MF acaba arrastrando al Banco Popular, con 400 millones de deuda, o a Caja Madrid (se estima que con 1.000 millones de deuda) o que cerca de Navidades, en medio de una más que posible recesión otros bancos y cajas se caen por impagos y deudas acumuladas. En este caso pudiera estar justificada la intervención “torniquete” para evitar que el sistema financiero se desangre, pero aún no hemos llegado a esos extremos (y esperemos no verlos) así que de momento dejemos que las cosas transcurran.
La crisis de MF ha suscitado, entre otros, el interesante debate sobre si el estado debe ayudar a que estas empresas no quiebren. En el caso de Muse agrava la situación al saberse que la quiebra se podía eludir mediante un préstamo de 150 millones de euros por parte del ICO, organismos gubernamental, una cantidad realmente pequeña en comparación al volumen de deuda acumulado por MF, pero al final el ICO no se lo concedió, y MF cayó. Independientemente de la polémica política que se ha organizado sobre lo que ZP le prometió MF y ha cumplido (o no) el debate sobre la intervención me parece mucho más interesante. En este punto el gobierno presenta dos almas muy distintas. Una, la ortodoxa, encabezada por Pedro Solbes y respaldada desde el Banco de España por su antiguo colaborador Miguel Ángel Fernández Ordóñez, que aboga por no intervenir. Mirar y dejar que el mercado haga su trabajo, dejando caer a quienes están débiles y permitiendo sobrevivir a las que puedan. En el otro lado económico parece estar Miguel Sebastián, no se si por convicción o por ganas de llevar la contraria a Solbes, y los Ministerios de él “dependientes” que son Vivienda y Ciencia e Innovación. Sebastián es partidario de rescatar a estas empresas, con el objeto de que su caída no genere una especie de gangrena financiera que se extienda por otros sectores. El argumento es realista, pero tiene a mi modo de ver dos grandes objeciones. Una práctica, que es que el dinero público no está destinado como prioridad a salvar los problemas privados, por lo que de efectuar esos rescates debiera ser cuando no hay otra opción y cuando el problema a evitar es realmente grave. El orto argumento, más teórico, pero dotado de mayor solidez, es el llamado riesgo moral. El particular debe saber que si se arriesga en un negocio puede ganar o perder, y que en este segundo caso no va a haber una red protectora que le impida la caída. Si esto es así, realizará sus inversiones de una manera más coherente y juiciosa, con vistas a lograr el éxito, y será más eficiente, y sino camina por esta senda de la eficiencia, por la que al parecer MF no acostumbraba a transitar, se estrellará, y la sociedad en su conjunto, representada por el estado, no tiene porqué asumir los costes de sus errores. Esta política, llevada a largo plazo, genera una de las cosas más difíciles de crear y mantener por parte de una autoridad, y no sólo en el campo económico. Me refiero a la confianza y a la credibilidad de sus actuaciones. Todos los actores saben con que cartas van a jugar cada uno en la partida, y eso hace que las sorpresas sean menores y al estabilidad financiera mayor.
Ante esta disyuntiva de ideas, apoyo a Solbes y su no intervención. Es cierto, sin embargo, que puede llegar un momento en que un grado de ayuda sea necesario. No ha ocurrido, pero supongamos que la caída de MF acaba arrastrando al Banco Popular, con 400 millones de deuda, o a Caja Madrid (se estima que con 1.000 millones de deuda) o que cerca de Navidades, en medio de una más que posible recesión otros bancos y cajas se caen por impagos y deudas acumuladas. En este caso pudiera estar justificada la intervención “torniquete” para evitar que el sistema financiero se desangre, pero aún no hemos llegado a esos extremos (y esperemos no verlos) así que de momento dejemos que las cosas transcurran.
viernes, julio 18, 2008
¿Arte? ¿Moderno?
Si es lo que tiene eso que se hace llamar el arte moderno, que gustará o no, pero no deja indiferente. Yo, que soy un clásico redomado, no puedo evitar extrañarme, y quizás escandalizarme, en un sentido muy relajado del término, cunado veo ciertas exposiciones modernas que me parecen una simple estafa. Entro al Guggenheim (de Bilbao o Nueva York, da igual) o al reina Sofía, o a la Tate Modern, y no puedo evitar la sensación de que el edificio continente es mucho más valioso y artístico que lo que en él está contenido, aunque se que, pese a no estar solo, esta percepción no es compartida por mucha gente.
Por eso el otro día me quedé pasmado al ver en televisión la última ocurrencia (llamémosle de momento así) que muestra la Tate de Londres. El artista Martin Creed ha ideado, en su obra “Work 850” una muestra consistente en que cada 30 segundos surge un corredor que atraviesa lo más rápido posible el pasillo que estructura el museo. Como corredores pueden participar atletas, sí, pero también voluntarios, e incluso personal del propio museo. El resultado es curioso, porque se ve en las imágenes la típica sensación de quietud y ensimismamiento que rodea a un museo y, de repente, aparece alguien corriendo por una esquina y se larga a toda velocidad, como huyendo, o como si al deportista aficionado se le hubiese acabado el parque y, en su plan de entrenamiento, hubiera decidido recorrer no sólo el césped, sino también unos lustrosos suelos de mármol. Los visitantes tradicionales del museo se quedan un poco asombrados, incluso puede que alguno preocupado, pensando si es que hay que huir de algo o alguien, que nada suelto por ahí cometiendo fechorías en una sala de pinturas negras. La idea en si es curiosa, incluso divertida, y contiene un interesante componente trasgresor, en medio de esa seria atmósfera que antes mencionaba, pero enlazando con el asunto de las modernices, la pregunta sería si esto es arte o no, si es una muestra, una “performance” que dicen los entendidos, o una simple ocurrencia, aunque sea divertida (porque hay ocurrencias de otro tipo que encima no tienen ninguna gracia). Y aquí es donde el debate se complica mucho, porque claro, si queremos catalogar esto como arte deberemos primero ponernos de acuerdo en qué es arte, y aquí la discusión pude ser apasionante, viva y preciosa, pero igualmente eterna y sin sentido. Mi humilde opinión es que arte es aquello que, a través de la belleza que emana, le genera a uno emociones positivas. Así, una puesta de sol puede tener un gran componente artístico, por ser algo bello y emocionante. Huelga decir que esta idea que expongo no sólo es totalmente subjetiva, no solo porque se me ha ocurrido a mi, sino porque cada uno encuentra la belleza y las emociones en lugares distintos. Lo cierto es que si algo genera ese sentimiento de manera sostenida a lo largo del tiempo en distintas personas y generaciones, podemos considerar a ese algo como un objeto artístico sin ninguna duda. Así, un cuadro de Velázquez o una catedral gótica generan una elevada unanimidad en su contemplación y deleite desde hace muchos años, y parece evidente que son arte. Sin embargo, por su escala temporal, esta definición creo que no vale para catalogar a los corredores del museo, aunque individualmente habrá a quienes les parezca artístico.
Otra cosa que refleja esta idea, y que me parece básica, es que no hace falta saber de arte para apreciarlo. Uno no tiene porqué conocer nada de armonía, contrapunto y composición, pero el deleite que experimenta al oír a Bach, por ejemplo, ya es una sensación artística. Hay muchos expertos que aducen que el arte moderno no gusta porque no se entiende, y no se conoce, y a veces ese discurso me suena algo elitista, o a defensa de un coto cerrado. No se, esto es más complicado de lo que parece, pero al menos, como idea, general, busquemos la belleza por todas partes, aunque a veces parece que huye corriendo, delante de nuestras narices....
Por eso el otro día me quedé pasmado al ver en televisión la última ocurrencia (llamémosle de momento así) que muestra la Tate de Londres. El artista Martin Creed ha ideado, en su obra “Work 850” una muestra consistente en que cada 30 segundos surge un corredor que atraviesa lo más rápido posible el pasillo que estructura el museo. Como corredores pueden participar atletas, sí, pero también voluntarios, e incluso personal del propio museo. El resultado es curioso, porque se ve en las imágenes la típica sensación de quietud y ensimismamiento que rodea a un museo y, de repente, aparece alguien corriendo por una esquina y se larga a toda velocidad, como huyendo, o como si al deportista aficionado se le hubiese acabado el parque y, en su plan de entrenamiento, hubiera decidido recorrer no sólo el césped, sino también unos lustrosos suelos de mármol. Los visitantes tradicionales del museo se quedan un poco asombrados, incluso puede que alguno preocupado, pensando si es que hay que huir de algo o alguien, que nada suelto por ahí cometiendo fechorías en una sala de pinturas negras. La idea en si es curiosa, incluso divertida, y contiene un interesante componente trasgresor, en medio de esa seria atmósfera que antes mencionaba, pero enlazando con el asunto de las modernices, la pregunta sería si esto es arte o no, si es una muestra, una “performance” que dicen los entendidos, o una simple ocurrencia, aunque sea divertida (porque hay ocurrencias de otro tipo que encima no tienen ninguna gracia). Y aquí es donde el debate se complica mucho, porque claro, si queremos catalogar esto como arte deberemos primero ponernos de acuerdo en qué es arte, y aquí la discusión pude ser apasionante, viva y preciosa, pero igualmente eterna y sin sentido. Mi humilde opinión es que arte es aquello que, a través de la belleza que emana, le genera a uno emociones positivas. Así, una puesta de sol puede tener un gran componente artístico, por ser algo bello y emocionante. Huelga decir que esta idea que expongo no sólo es totalmente subjetiva, no solo porque se me ha ocurrido a mi, sino porque cada uno encuentra la belleza y las emociones en lugares distintos. Lo cierto es que si algo genera ese sentimiento de manera sostenida a lo largo del tiempo en distintas personas y generaciones, podemos considerar a ese algo como un objeto artístico sin ninguna duda. Así, un cuadro de Velázquez o una catedral gótica generan una elevada unanimidad en su contemplación y deleite desde hace muchos años, y parece evidente que son arte. Sin embargo, por su escala temporal, esta definición creo que no vale para catalogar a los corredores del museo, aunque individualmente habrá a quienes les parezca artístico.
Otra cosa que refleja esta idea, y que me parece básica, es que no hace falta saber de arte para apreciarlo. Uno no tiene porqué conocer nada de armonía, contrapunto y composición, pero el deleite que experimenta al oír a Bach, por ejemplo, ya es una sensación artística. Hay muchos expertos que aducen que el arte moderno no gusta porque no se entiende, y no se conoce, y a veces ese discurso me suena algo elitista, o a defensa de un coto cerrado. No se, esto es más complicado de lo que parece, pero al menos, como idea, general, busquemos la belleza por todas partes, aunque a veces parece que huye corriendo, delante de nuestras narices....
jueves, julio 17, 2008
El trueque
Hace varios días que no uso esta maravillosa herramienta “bloguera” para darme un paseo por el exterior, así que vamos a aprovechar un intermedio de la crisis para salir fuera. Ayer se desarrolló el previsto y pactado canje de prisioneros entre Israel y la guerrilla de Hizbola, personas que fueron capturadas con motivo de la guerra que enfrentó a estas dos partes en territorio libanés hace dos veranos, y que se inició con el secuestro de dos soldados israelíes por las milicias islámicas. Ayer sus cadáveres fueron recuperados y enterrados en suelo judío por unas familias que hace bastante tiempo habían asumido la muerte de sus vástagos, quizás las primeras víctimas de aquel enfrentamiento
Las imágenes de un Israel compungido y triste ante los dos féretros oscuros contrastaba ayer notablemente con la algarabía que reinaba en Beirut, con una plaza abarrotada de seguidores de la milicia islamista que vitoreaban a sus cautivos regresados. Con una estudiada y moderna escenografía, los prisioneros rompían unas supuestas barreras y llegaban a al libertad en medio de un júbilo resonante. Como responsable y observador de todo, el líder de Hizbulá, Hasan Nasrala se dejaba ver por el escenario y no se resistió a recitar algunas soflamas contra Israel y todo aquello que se le cruce en su camino de un Líbano chií e integrista. Ayer se acabó la guerra de 2006, y el cariz de las celebraciones deja bien a las claras quién fue el ganador. Hacía mucho que Israel no perdía una guerra, y en el contexto en el que se mueve su supervivencia depende de que las gane todas. Ahora parece que nos encontramos ante un momento de distensión en la zona, especialmente en las relaciones entre Israel y Siria, el otro vecino conflictivo, que alimenta a Hizbolá y corroe las estructuras del Líbano con una saña y fuerza innegable. No se si este afán negociador responde a intereses internos o a un deseo convencido de llegar a acuerdos. Por el lado sirio, el régimen de Basar el Asad necesita un reconocimiento internacional, y sacar la cabeza del avispero en que se está convirtiendo la relación entre Israel e Irán a cuenta de su programa nuclear. Físicamente se encuentra en medio de los dos países, y en el caso improbable (pero no descartable) de un enfrentamiento, saldría perjudicado como el que más. Además el auge del chiísmo iraní, y de su brazo Hizbola en la zona, es algo que hace la competencia directa al poder sirio. Damasco disfrutaría viendo la caída del Líbano, y así ha trabajado a conciencia, eliminando opositores y dirigentes relevantes del país, pero el gustaría que cayera de su lado, no del iraní, ya que nuevamente le colocaría en otra posición intermedia nada desagradable. Sospecho que un notable fruto de esa política de apertura ha sido la presencia del presidente sirio en un lugar muy relevante en los desfiles celebrado sen París con motivo de la celebración del 14 de julio. Pese a las críticas de diversas organizaciones humanitarias, a incluso de estamentos militares franceses, Sarkozy invitó a permanecer en la tribuna al joven Asad, sacándole en parte del aislamiento internacional a que está sometido gracias a las fundadas acusaciones que pesan sobre su régimen de corrupción, torturas y soporte a grupos terroristas. En definitiva, un tanto claro para la siempre retorcida pero hábil diplomacia siria.
Por el lado israelí puede que también las conversaciones con Siria sirvan para quitar al atención de la situación interna., Con una política nacional siempre convulsa, gracias a la fragmentación de partidos y a la existencia de corrientes ultraortodoxas cada vez más poderosas, el primer ministro Olmert se enfrenta a graves acusaciones de corrupción que pueden llevar incluso a su destitución y convocatoria adelantada de elecciones, lo que demuestra como funciona el estado de derecho en Israel, que sigue siendo la única democracia en la zona. Habrá que seguir con atención los acontecimientos, a ver si esta es una buena oportunidad para llegar a acuerdos o se deshace como las anteriores entre el humo y el ruido de los disparos. Esperemos que esta vez no sea así.
Las imágenes de un Israel compungido y triste ante los dos féretros oscuros contrastaba ayer notablemente con la algarabía que reinaba en Beirut, con una plaza abarrotada de seguidores de la milicia islamista que vitoreaban a sus cautivos regresados. Con una estudiada y moderna escenografía, los prisioneros rompían unas supuestas barreras y llegaban a al libertad en medio de un júbilo resonante. Como responsable y observador de todo, el líder de Hizbulá, Hasan Nasrala se dejaba ver por el escenario y no se resistió a recitar algunas soflamas contra Israel y todo aquello que se le cruce en su camino de un Líbano chií e integrista. Ayer se acabó la guerra de 2006, y el cariz de las celebraciones deja bien a las claras quién fue el ganador. Hacía mucho que Israel no perdía una guerra, y en el contexto en el que se mueve su supervivencia depende de que las gane todas. Ahora parece que nos encontramos ante un momento de distensión en la zona, especialmente en las relaciones entre Israel y Siria, el otro vecino conflictivo, que alimenta a Hizbolá y corroe las estructuras del Líbano con una saña y fuerza innegable. No se si este afán negociador responde a intereses internos o a un deseo convencido de llegar a acuerdos. Por el lado sirio, el régimen de Basar el Asad necesita un reconocimiento internacional, y sacar la cabeza del avispero en que se está convirtiendo la relación entre Israel e Irán a cuenta de su programa nuclear. Físicamente se encuentra en medio de los dos países, y en el caso improbable (pero no descartable) de un enfrentamiento, saldría perjudicado como el que más. Además el auge del chiísmo iraní, y de su brazo Hizbola en la zona, es algo que hace la competencia directa al poder sirio. Damasco disfrutaría viendo la caída del Líbano, y así ha trabajado a conciencia, eliminando opositores y dirigentes relevantes del país, pero el gustaría que cayera de su lado, no del iraní, ya que nuevamente le colocaría en otra posición intermedia nada desagradable. Sospecho que un notable fruto de esa política de apertura ha sido la presencia del presidente sirio en un lugar muy relevante en los desfiles celebrado sen París con motivo de la celebración del 14 de julio. Pese a las críticas de diversas organizaciones humanitarias, a incluso de estamentos militares franceses, Sarkozy invitó a permanecer en la tribuna al joven Asad, sacándole en parte del aislamiento internacional a que está sometido gracias a las fundadas acusaciones que pesan sobre su régimen de corrupción, torturas y soporte a grupos terroristas. En definitiva, un tanto claro para la siempre retorcida pero hábil diplomacia siria.
Por el lado israelí puede que también las conversaciones con Siria sirvan para quitar al atención de la situación interna., Con una política nacional siempre convulsa, gracias a la fragmentación de partidos y a la existencia de corrientes ultraortodoxas cada vez más poderosas, el primer ministro Olmert se enfrenta a graves acusaciones de corrupción que pueden llevar incluso a su destitución y convocatoria adelantada de elecciones, lo que demuestra como funciona el estado de derecho en Israel, que sigue siendo la única democracia en la zona. Habrá que seguir con atención los acontecimientos, a ver si esta es una buena oportunidad para llegar a acuerdos o se deshace como las anteriores entre el humo y el ruido de los disparos. Esperemos que esta vez no sea así.
miércoles, julio 16, 2008
Balanzas
Ayer tuvo lugar la presentación de las famosas y polémicas balanzas fiscales de las Comunidades Autónomas, elaboradas por el Ministerio de Economía y Hacienda. De los datos allí aportados se deduce que las Comunidades más ricas, que son Madrid, Cataluña, Valencia y Baleares, son las que más dinero aportan, mientras que Extremadura, Asturias, Melilla y Galicia son las que más reciben. En este juego no entran ni el País Vasco ni Navarra, dotadas de régimen fiscal propio, y que son neutrales a estos efectos en el conjunto de la nación. El documento parece prolijo y complicado, y muestra hasta seis criterios de cálculo distintos, en los que el resultado final no difiere demasiado.
Bien, todo esto es ....... mentira. Una enorme, gigantesca y tramposa mentira. Ni Madrid ni Cataluña son las regiones que más aportan a la solidaridad nacional ni Extremadura y Asturias son las que más reciben. Falso. Las Comunidades Autónomas no existen en el mundo fiscal. El Impuesto sobre la renta de las personas físicas lo pagamos (snif, snif) las personas físicas, y el Impuesto de sociedades lo pagan las empresas. Y pagan más los más ricos, y pagan menos los más pobres. ¿Qué quiere decir esto? Que una persona que ingresa x euros en Salou, Tarragona, y en Villanueva de las Peras, Zamora, y realiza el mismo tipo de inversiones paga los mismos impuestos (hablamos de impuestos nacionales, no del IBI ni de lo que, por ejemplo, cada Ayuntamiento alegremente “sablea” a sus residentes). Lo que ocurre es que como en Salou hay más personas que ganan X dinero que en Villanueva de las Peras, la recaudación obtenida en Salou es mayor que en la población zamorana, y los de Salou pueden esgrimir que sufren un déficit fiscal, y que son tratados de manera injusta frente a los privilegiados y siempre subvencionados residentes de la pequeña localidad del Valle del Tera. Además, la solidaridad vía impuestos es de boquilla. Paga más el que más tiene porque LA LEY así lo exige, porque el impuesto es progresivo. La caja de los impuestos no se llena con donativos y aportaciones voluntarias de los ciudadanos, dado que en ese caso el que más aportase sí podría esgrimir que es más generoso. Pero no, resulta que el que más paga es porque más tiene, y más se le obliga a hacerlo. Podría ser distinto, claro, y esgrimir que los ricos paguen menos que los pobres, pero a que eso suena un poco extraño?, a que parece insolidario? Así que resulta que los territorios en los que se concentra un mayor número de gente rica son los que más dinero aportan, y en los que la renta media es menor son los que menos pagan, y por tanto más reciben. Obvio, me apuesto a que nadie se ha extrañado del resultado, dada la progresividad del sistema fiscal. Tras deducir esto, y por tanto ahorrarme leer todo el informe (y ahorrárselo a usted, amigo lector) la pregunta inmediata es. ¿Para qué sirve todo esto? Pues se me ocurren muchas respuestas. Ayudará como munición a la guerra entre comunidades, azuzará el debate sobre la financiación autonómica, exacerbará declaraciones y complejos victimistas propios de caciques locales, y es probable que sea útil para que CiU apoye en el Congreso a un Gobierno al que los números económicos se le salen del bolsillo por los múltiples agujeros que se le están abriendo.
Y de mientras el Gobierno presentaba ayer este inútil esfuerzo, y los presidentes de todas las Comunidades Autónomas se enzarzaban ya en declaraciones de patio de colegio, el terremoto de MARTINSA generó horas de pánico en el Ibex y el resto de mercados financieros españoles. Ayer nos acostamos más o menos un 3% más pobres que como nos levantamos, con anuncios de despidos, recortes de producción, temores a nuevas quiebras y arrastres a sectores como el bancario y el resto de la industria. Por favor, ¿qué tiene que suceder para que nuestros dirigentes se sienten y empiecen a trabajar de una vez frente a la crisis, y se olviden de mirarse a su ombligo? Esta inacción, este aldeanismo ensimismado es desesperante, se lo juro.
Bien, todo esto es ....... mentira. Una enorme, gigantesca y tramposa mentira. Ni Madrid ni Cataluña son las regiones que más aportan a la solidaridad nacional ni Extremadura y Asturias son las que más reciben. Falso. Las Comunidades Autónomas no existen en el mundo fiscal. El Impuesto sobre la renta de las personas físicas lo pagamos (snif, snif) las personas físicas, y el Impuesto de sociedades lo pagan las empresas. Y pagan más los más ricos, y pagan menos los más pobres. ¿Qué quiere decir esto? Que una persona que ingresa x euros en Salou, Tarragona, y en Villanueva de las Peras, Zamora, y realiza el mismo tipo de inversiones paga los mismos impuestos (hablamos de impuestos nacionales, no del IBI ni de lo que, por ejemplo, cada Ayuntamiento alegremente “sablea” a sus residentes). Lo que ocurre es que como en Salou hay más personas que ganan X dinero que en Villanueva de las Peras, la recaudación obtenida en Salou es mayor que en la población zamorana, y los de Salou pueden esgrimir que sufren un déficit fiscal, y que son tratados de manera injusta frente a los privilegiados y siempre subvencionados residentes de la pequeña localidad del Valle del Tera. Además, la solidaridad vía impuestos es de boquilla. Paga más el que más tiene porque LA LEY así lo exige, porque el impuesto es progresivo. La caja de los impuestos no se llena con donativos y aportaciones voluntarias de los ciudadanos, dado que en ese caso el que más aportase sí podría esgrimir que es más generoso. Pero no, resulta que el que más paga es porque más tiene, y más se le obliga a hacerlo. Podría ser distinto, claro, y esgrimir que los ricos paguen menos que los pobres, pero a que eso suena un poco extraño?, a que parece insolidario? Así que resulta que los territorios en los que se concentra un mayor número de gente rica son los que más dinero aportan, y en los que la renta media es menor son los que menos pagan, y por tanto más reciben. Obvio, me apuesto a que nadie se ha extrañado del resultado, dada la progresividad del sistema fiscal. Tras deducir esto, y por tanto ahorrarme leer todo el informe (y ahorrárselo a usted, amigo lector) la pregunta inmediata es. ¿Para qué sirve todo esto? Pues se me ocurren muchas respuestas. Ayudará como munición a la guerra entre comunidades, azuzará el debate sobre la financiación autonómica, exacerbará declaraciones y complejos victimistas propios de caciques locales, y es probable que sea útil para que CiU apoye en el Congreso a un Gobierno al que los números económicos se le salen del bolsillo por los múltiples agujeros que se le están abriendo.
Y de mientras el Gobierno presentaba ayer este inútil esfuerzo, y los presidentes de todas las Comunidades Autónomas se enzarzaban ya en declaraciones de patio de colegio, el terremoto de MARTINSA generó horas de pánico en el Ibex y el resto de mercados financieros españoles. Ayer nos acostamos más o menos un 3% más pobres que como nos levantamos, con anuncios de despidos, recortes de producción, temores a nuevas quiebras y arrastres a sectores como el bancario y el resto de la industria. Por favor, ¿qué tiene que suceder para que nuestros dirigentes se sienten y empiecen a trabajar de una vez frente a la crisis, y se olviden de mirarse a su ombligo? Esta inacción, este aldeanismo ensimismado es desesperante, se lo juro.
martes, julio 15, 2008
MARTINSA – FADESA
Ayer Emilio Botón demostró que no sólo es un gran banquero, sino también uno de los tipos más listos que hay en el mundo. En medio de la crisis, del vendaval financiero que todo lo arrasa, va el personaje y compra el banco británico Alliance & Leicester, que se suma al Abbey en lo que hace referencia a propiedades inglesas del Santander. Botín ha hecho lo que manda el manual de los listos en época de crisis. Comprar barato para luego vender caro. De libro. Así no es de extrañar que el negocio le vaya como la seda, y que el rojo de su logotipo no deje decrecer, frente al azul aparentemente estancado de su eterno rival, el BBVA.
Pero el protagonista económico de ayer no era el triunfante Emilio Botín, sino Fernando Martín, presidente de MARTINSA – FADESA, llamémosle MF, que presentó ayer concurso de acreedores, la forma elegante y políticamente correcta que es como se llama ahora a una suspensión de pagos. MF es la mayor inmobiliaria de España por activos, suelo en propiedad y pisos en construcción. Es un gigante que se hunde, y que arrastra tras de sí no sólo sus propios empleos, que no son pocos, sino muchos otros auxiliares e indirectos. Además creo que MF ejemplifica muy bien algunas características de la burbuja inmobiliaria que hemos vivido, y que ahora vemos morir, y por extensión, del show patrio tan hispánico al que estamos acostumbrados. En pleno auge del negocio, Fernando Martín llegó a presidente del Real Madrid, lo que era un premio lógico para un personaje como él. Curiosamente (o no) los presidentes de los equipos de fútbol en España son personajes oscuros, siniestros, envueltos en tramas judiciales, sobornos, estafas y presuntos delitos por doquier, pero ahí siguen, disfrutando de la supuesta mayor gloria masculina (ilusos...). Por aquellos tiempos, hace dos años, no mucho más, FADESA salió a bolsa en una OPV a la que acudieron, entre otros, muchos pequeños ahorradores individuales. Los bancos de inversión y otras entidades financieras avalistas, todas de prestigio, no dejaban de destacar la solidez del negocio, y que esto era una inversión segura. Bien, el viernes el conglomerado MF perdió un 33% en bolsa y ayer se suspendió su cotización cuando caía un 25%. ¿Qué quieren decir estos números? Que ayer al mediodía MF valía la mitad de lo que valía el Viernes por la mañana. Así de simple y crudo. Miles, millones de órdenes de venta de “stop loss” saltaron como locas para evitar un desastre a cada inversor y no quedarse atrapado en el caos, al precio de ejecutar pérdidas reales. La mayor parte de los que se metieron en MF han perdido dinero, mucho o poco, pero han perdido, y entre ellos se cuentan, desde luego, los ahorradores de a pie, como es mi caso, que no somos brokers profesionales, que nos guiamos por lo que leemos y que nos metemos donde parece que el negocio es sólido. No me apunte a la OPV de MF porque no me gusta el sector inmobiliario, desconfío de él, pero muchos lo han hecho y ahora se lamentan amargamente.
En este contexto es relevante la pregunta de si el dinero público debe acudir a salvar MF. Parece que había acuerdos para ello entre el presidente de MF y ZP, mediante la participación del ICO. No se si esos rumores son ciertos o no, pero sí lo es que el ICO se ha negado finalmente a darle un crédito extraordinario porque no cumple los requisitos. Ahora me echarán muchos los trastos a la cabeza, pero creo que, sin juzgar el fondo de porque lo ha hecho (política vs balances) el ICO ha actuado correctamente. Si MF ha jugado en el mercado y se ha quemado, quemada debe quedarse, y el gobierno no puede acudir a su rescate. Las borracheras suelen ser alegres, pero las resacas son duras, y en ese caso los remedios caseros no son muy útiles. Si a MF le ha salido cirrosis por los excesos, los debe pagar.
Pero el protagonista económico de ayer no era el triunfante Emilio Botín, sino Fernando Martín, presidente de MARTINSA – FADESA, llamémosle MF, que presentó ayer concurso de acreedores, la forma elegante y políticamente correcta que es como se llama ahora a una suspensión de pagos. MF es la mayor inmobiliaria de España por activos, suelo en propiedad y pisos en construcción. Es un gigante que se hunde, y que arrastra tras de sí no sólo sus propios empleos, que no son pocos, sino muchos otros auxiliares e indirectos. Además creo que MF ejemplifica muy bien algunas características de la burbuja inmobiliaria que hemos vivido, y que ahora vemos morir, y por extensión, del show patrio tan hispánico al que estamos acostumbrados. En pleno auge del negocio, Fernando Martín llegó a presidente del Real Madrid, lo que era un premio lógico para un personaje como él. Curiosamente (o no) los presidentes de los equipos de fútbol en España son personajes oscuros, siniestros, envueltos en tramas judiciales, sobornos, estafas y presuntos delitos por doquier, pero ahí siguen, disfrutando de la supuesta mayor gloria masculina (ilusos...). Por aquellos tiempos, hace dos años, no mucho más, FADESA salió a bolsa en una OPV a la que acudieron, entre otros, muchos pequeños ahorradores individuales. Los bancos de inversión y otras entidades financieras avalistas, todas de prestigio, no dejaban de destacar la solidez del negocio, y que esto era una inversión segura. Bien, el viernes el conglomerado MF perdió un 33% en bolsa y ayer se suspendió su cotización cuando caía un 25%. ¿Qué quieren decir estos números? Que ayer al mediodía MF valía la mitad de lo que valía el Viernes por la mañana. Así de simple y crudo. Miles, millones de órdenes de venta de “stop loss” saltaron como locas para evitar un desastre a cada inversor y no quedarse atrapado en el caos, al precio de ejecutar pérdidas reales. La mayor parte de los que se metieron en MF han perdido dinero, mucho o poco, pero han perdido, y entre ellos se cuentan, desde luego, los ahorradores de a pie, como es mi caso, que no somos brokers profesionales, que nos guiamos por lo que leemos y que nos metemos donde parece que el negocio es sólido. No me apunte a la OPV de MF porque no me gusta el sector inmobiliario, desconfío de él, pero muchos lo han hecho y ahora se lamentan amargamente.
En este contexto es relevante la pregunta de si el dinero público debe acudir a salvar MF. Parece que había acuerdos para ello entre el presidente de MF y ZP, mediante la participación del ICO. No se si esos rumores son ciertos o no, pero sí lo es que el ICO se ha negado finalmente a darle un crédito extraordinario porque no cumple los requisitos. Ahora me echarán muchos los trastos a la cabeza, pero creo que, sin juzgar el fondo de porque lo ha hecho (política vs balances) el ICO ha actuado correctamente. Si MF ha jugado en el mercado y se ha quemado, quemada debe quedarse, y el gobierno no puede acudir a su rescate. Las borracheras suelen ser alegres, pero las resacas son duras, y en ese caso los remedios caseros no son muy útiles. Si a MF le ha salido cirrosis por los excesos, los debe pagar.
lunes, julio 14, 2008
El hundimiento
El Viernes fue otro día muy negro para los mercados. La bolsa se pegó un sopapo considerable, cayó más de un 3%. En medio de rumores sobre las últimas pruebas de misiles efectuadas por Irán el petróleo se decidió a dar un paseo por la estratosfera de los 147 dólares, y un conjunto de entidades aseguradoras de hipotecas en Estados Unidos hablaron abiertamente de quiebra, cosa que puede que le ocurra a al española Martinsa-Fadesa, que el Viernes perdió, en un día, un tercio de su valor. Vaya con la crisis que no lo era, y que amenaza con convertirse en un huracán sin control.
Como desde aquí he criticado mucho al gobierno de España por su ineficacia e indolencia ante el problema, crítica que veo ahora justificada por las encuestas, analicemos por un momento el penoso papel desarrollado en toda esta historia por los organismos económicos internacionales, que parecen tener mucho de internacional, la atrofia propia de un gran organismo y una escasa capacidad de análisis económico. Si exceptuamos al Banco Central Europeo y a la Reserva Federal de EEUU, que son bancos centrales con estatus firme y legal en su territorio de jurisdicción, tenemos una montaña de organismos supranacionales que “velan y vigilan” pro el buen funcionamiento de la economía. Muchos dependen de la ONU, como la FAO o la OIT, y otros no, como el FMI, el Banco Mundial, la OMC, el Club de Roma, la OCDE, y otro montón de siglas que a muchos no les dirán nada. En todo caso estamos hablando de cientos, miles de profesionales, técnicos, funcionarios, analistas, que no han visto venir lo que se ha generado en estos años, y que si lo han hecho, o no han sabido hacerle frente, o no han podido, o no les han dejado. La verdad es que no se cual de las tres opciones me produce un desagrado mayor. Creo que durante unos años hemos vivido en un mundo de jauja, en el que la mención de riesgos sistémicos, como la escalada de los precios de la vivienda y su burbuja, eran motivo de crucifixión. Agoreros, aves de carroña, y cosas similares eran los pensamientos de las voces oficiales de la economía mundial ante denuncias preventivas, que al final se han mostrado ciertas. Uno de los pocos economistas que he visto yo que haya publicado algún estudio relacionado con el asunto, y pronunciando las palabras tabú hace bastante tiempo es Ricardo Verges, pero es de esperar que ni a él ni a otros, que sin duda los habrá, que han hablado de estos temas se les haya hecho caso, como a esos visionaros que, en las películas de catástrofes, suelen denunciar que no estamos preparados para cuando llegue el terremoto, o la inundación, o se queme el rascacielos. Efectivamente, cuando se produce el infortunio no estamos preparados, y la gente muere como hormigas en el edificio o se despanzurra en carreteras que se convierten en chicle por las fuerzas naturales, no sin unas siempre interesantes escenas amorosas intercaladas por el camino. Las autoridades, incrédulas en un principio, se muestran compungidas ante lo que pasa, y prometen tomar nota para que eso o vuelva a suceder. Como la mayor parte de protagonistas suelen morir en medio del desastre estas películas no tiene segunda parte, por lo que nunca sabemos si realmente se ha tomado las medidas adecuada para que no se produzca nuevamente otro desastre.
La realidad, visto lo visto, no dista mucho de este guión. Salvo que en el mundo real no hay escenas de amor carnosos, ni nada que se lo parezca, los agoreros no son escuchados, y encima parece que las autoridades tampoco se ponen a trabajar. Sin ir más lejos, la semana pasada tuvo lugar al cumbre del G8, un grupo de mandatarios de naciones ricas y poderosas, aunque algunas no son ni lo uno ni lo otro. En medio de este caos económico, financiero y de recursos, energéticos y alimentarios, cual fue el resultado de la cumbre?? Una cena de 19 platos!!!, que hizo bien en criticar Zapatero. Pues nada, espero que les aprovechase el menú, pero si eso es gobernar la economía internacional, creo que me cogeré un cohete rumbo a Marte...
Como desde aquí he criticado mucho al gobierno de España por su ineficacia e indolencia ante el problema, crítica que veo ahora justificada por las encuestas, analicemos por un momento el penoso papel desarrollado en toda esta historia por los organismos económicos internacionales, que parecen tener mucho de internacional, la atrofia propia de un gran organismo y una escasa capacidad de análisis económico. Si exceptuamos al Banco Central Europeo y a la Reserva Federal de EEUU, que son bancos centrales con estatus firme y legal en su territorio de jurisdicción, tenemos una montaña de organismos supranacionales que “velan y vigilan” pro el buen funcionamiento de la economía. Muchos dependen de la ONU, como la FAO o la OIT, y otros no, como el FMI, el Banco Mundial, la OMC, el Club de Roma, la OCDE, y otro montón de siglas que a muchos no les dirán nada. En todo caso estamos hablando de cientos, miles de profesionales, técnicos, funcionarios, analistas, que no han visto venir lo que se ha generado en estos años, y que si lo han hecho, o no han sabido hacerle frente, o no han podido, o no les han dejado. La verdad es que no se cual de las tres opciones me produce un desagrado mayor. Creo que durante unos años hemos vivido en un mundo de jauja, en el que la mención de riesgos sistémicos, como la escalada de los precios de la vivienda y su burbuja, eran motivo de crucifixión. Agoreros, aves de carroña, y cosas similares eran los pensamientos de las voces oficiales de la economía mundial ante denuncias preventivas, que al final se han mostrado ciertas. Uno de los pocos economistas que he visto yo que haya publicado algún estudio relacionado con el asunto, y pronunciando las palabras tabú hace bastante tiempo es Ricardo Verges, pero es de esperar que ni a él ni a otros, que sin duda los habrá, que han hablado de estos temas se les haya hecho caso, como a esos visionaros que, en las películas de catástrofes, suelen denunciar que no estamos preparados para cuando llegue el terremoto, o la inundación, o se queme el rascacielos. Efectivamente, cuando se produce el infortunio no estamos preparados, y la gente muere como hormigas en el edificio o se despanzurra en carreteras que se convierten en chicle por las fuerzas naturales, no sin unas siempre interesantes escenas amorosas intercaladas por el camino. Las autoridades, incrédulas en un principio, se muestran compungidas ante lo que pasa, y prometen tomar nota para que eso o vuelva a suceder. Como la mayor parte de protagonistas suelen morir en medio del desastre estas películas no tiene segunda parte, por lo que nunca sabemos si realmente se ha tomado las medidas adecuada para que no se produzca nuevamente otro desastre.
La realidad, visto lo visto, no dista mucho de este guión. Salvo que en el mundo real no hay escenas de amor carnosos, ni nada que se lo parezca, los agoreros no son escuchados, y encima parece que las autoridades tampoco se ponen a trabajar. Sin ir más lejos, la semana pasada tuvo lugar al cumbre del G8, un grupo de mandatarios de naciones ricas y poderosas, aunque algunas no son ni lo uno ni lo otro. En medio de este caos económico, financiero y de recursos, energéticos y alimentarios, cual fue el resultado de la cumbre?? Una cena de 19 platos!!!, que hizo bien en criticar Zapatero. Pues nada, espero que les aprovechase el menú, pero si eso es gobernar la economía internacional, creo que me cogeré un cohete rumbo a Marte...
viernes, julio 11, 2008
Contrastes
Ayer uno ponía la tele y las noticias le mostraban no la cara más dura de la realidad, ni la mas amarga y cruel. No, lo que se veía, cómodamente sentado en el salón, era la viva imagen del infierno en al tierra, o mejor dicho, en el agua. Cuando vi la noticia de que catorce personas (catorce, un número enorme) habían muerto en una patera camino a Almería me pareció un desastre enorme, pero al ir enterándome de los detalles resultaba evidente que la palabra “desastre” no recogía con la precisión adecuada lo que allí había sucedido. Ahora mismo no se me ocurre término alguno que lo pueda precisar mejor, pero eso es un asunto banal.
Pero es que las palabras eran importantes ayer. La “patera” en la que flotaban esas personas era un vulgar lancha neumática con un motor acoplado, en la que no puedo imaginar como podían meterse más de treinta personas. Los “subsaharianos” eran negros de rostros desolados, ojos brillantes y cuerpos destruidos por un sol y una travesía de pesadilla. Los “fallecidos” en su inmensa mayoría eran bebés, nueve de quince. Y habían sido arrojados por la “borda” (aquí el término borda es una simple y cruel metáfora) por sus propias madres, una de ellas por partida doble. No puedo, y si pudiera soy sincero y afirmo que no quiero, imaginarme una escena así. De hecho al oírlo lo primero que pensé fue en Speilberg, en esa película llamada “La lista de Schilinder” y en esa escena en la que, creo que esa es la expresión, una mujer no deja de repetir “Yo no quería” de una manera monocorde, a modo de letanía en medio de un grupo de refugiados judíos camino a los trenes, haciendo referencia al ahogamiento de su hijo para evitar que sus lloros le delatasen delante de los nazis. En el caso de ayer el papel del ejército alemán lo representaron varias figuras, algunas reales y otras virtuales. Reales eran las personas (otro concepto metafórico en este caso) que, a sabiendas de lo que les esperaba, engañaron a estos incautos, les cobraron una enorme suma de dinero y les arrojaron al mar sabiendo que muy probablemente no llegarían a ninguna parte. Virtual es el Sargento Mar, y el General Sol, que durante días han golpeado, bateado y sajado inmisericordemente las pieles y cuerpos de los náufragos, acabando con ellos poco a poco, de una forma lenta, cruel, pero sumamente efectiva. Y en este caso el papel postrero de los libertadores, americanos y rusos en el caso de los campos de concentración, lo han efectuado, sin saber lo que se les venía encima, unos veleros españoles y una comandancia de la Guardia Civil y puestos de la Cruz Roja y voluntarios el puerto de Almería, que de estar disfrutando de un plácido día de verano pasaron a verse envueltos en escenas dignas de una guerra. Lo que es seguro es que en ambas historias, paralelismos al margen, el sufrimiento y dolor de las madres no es describible, y todas ellas, sea cual sea el idioma que empleen, gritarán al unísono eso de “Yo no quería”, llorando amargamente, y deseando ponerse en el lugar de su hijo muerto con la esperanza de traerlo de nuevo a esta vida, que ha sido tan cruel y breve para él.
Y mientras tanto, los ojos de la mayor parte del país seguían ayer posados en el nuevo Iphone, la última maravilla tecnológica de apple, el último grito en telefonía móvil, GPS, Bluetooth, MP3, y un montón de siglas que a muchos no les dirán demasiado. Su pantalla táctil, inteligente, sencilla e intuitiva provoca la ilusión de que el mundo se maneja con un dedo, y de que todo está al alcance de la mano. Es probable que en el mundo virtual eso sea cierto, pero la realidad, esa que nos asalta y nos perturba, la que nos muestra su cara más cruel, y huye de eufemismo y ensoñaciones, no se maneja con un dedo. Se soluciona, se cura y se arregla con el corazón. Pero, nuevamente, quizás se término no sea para muchos de nosotros más que una simple y falsa metáfora, algo hueco y vacío.
Pero es que las palabras eran importantes ayer. La “patera” en la que flotaban esas personas era un vulgar lancha neumática con un motor acoplado, en la que no puedo imaginar como podían meterse más de treinta personas. Los “subsaharianos” eran negros de rostros desolados, ojos brillantes y cuerpos destruidos por un sol y una travesía de pesadilla. Los “fallecidos” en su inmensa mayoría eran bebés, nueve de quince. Y habían sido arrojados por la “borda” (aquí el término borda es una simple y cruel metáfora) por sus propias madres, una de ellas por partida doble. No puedo, y si pudiera soy sincero y afirmo que no quiero, imaginarme una escena así. De hecho al oírlo lo primero que pensé fue en Speilberg, en esa película llamada “La lista de Schilinder” y en esa escena en la que, creo que esa es la expresión, una mujer no deja de repetir “Yo no quería” de una manera monocorde, a modo de letanía en medio de un grupo de refugiados judíos camino a los trenes, haciendo referencia al ahogamiento de su hijo para evitar que sus lloros le delatasen delante de los nazis. En el caso de ayer el papel del ejército alemán lo representaron varias figuras, algunas reales y otras virtuales. Reales eran las personas (otro concepto metafórico en este caso) que, a sabiendas de lo que les esperaba, engañaron a estos incautos, les cobraron una enorme suma de dinero y les arrojaron al mar sabiendo que muy probablemente no llegarían a ninguna parte. Virtual es el Sargento Mar, y el General Sol, que durante días han golpeado, bateado y sajado inmisericordemente las pieles y cuerpos de los náufragos, acabando con ellos poco a poco, de una forma lenta, cruel, pero sumamente efectiva. Y en este caso el papel postrero de los libertadores, americanos y rusos en el caso de los campos de concentración, lo han efectuado, sin saber lo que se les venía encima, unos veleros españoles y una comandancia de la Guardia Civil y puestos de la Cruz Roja y voluntarios el puerto de Almería, que de estar disfrutando de un plácido día de verano pasaron a verse envueltos en escenas dignas de una guerra. Lo que es seguro es que en ambas historias, paralelismos al margen, el sufrimiento y dolor de las madres no es describible, y todas ellas, sea cual sea el idioma que empleen, gritarán al unísono eso de “Yo no quería”, llorando amargamente, y deseando ponerse en el lugar de su hijo muerto con la esperanza de traerlo de nuevo a esta vida, que ha sido tan cruel y breve para él.
Y mientras tanto, los ojos de la mayor parte del país seguían ayer posados en el nuevo Iphone, la última maravilla tecnológica de apple, el último grito en telefonía móvil, GPS, Bluetooth, MP3, y un montón de siglas que a muchos no les dirán demasiado. Su pantalla táctil, inteligente, sencilla e intuitiva provoca la ilusión de que el mundo se maneja con un dedo, y de que todo está al alcance de la mano. Es probable que en el mundo virtual eso sea cierto, pero la realidad, esa que nos asalta y nos perturba, la que nos muestra su cara más cruel, y huye de eufemismo y ensoñaciones, no se maneja con un dedo. Se soluciona, se cura y se arregla con el corazón. Pero, nuevamente, quizás se término no sea para muchos de nosotros más que una simple y falsa metáfora, algo hueco y vacío.
jueves, julio 10, 2008
El pinchazo de la burbuja
Definitivamente nos encaminamos hacia un túnel económico que nadie a cierta a medir adecuadamente. Ahora que el gobierno por fin acepta la palabra crisis, la situación se asemeja más a una recesión en ciernes. Las declaraciones efectuadas ayer por el Gobernador del Banco de España no inducen a tranquilizarse, más bien al contrario. Si se anticipaba un crecimiento inferior al 0,3% para el segundo trimestre del año todo parece indicar que la cifra final será muy cercana a 0, e incluso negativa, y eso, desde luego, es menor que 0,3. Ya saben que, técnicamente, estamos en recesión ante dos trimestres de crecimiento negativo. A ver si salvamos Junio.
Una de las cosas que ha sucedido a lo largo de este último año y que ha acelerado todo esto ha sido el pinchazo de la burbuja inmobiliaria. Las burbujas financieras existen desde tiempos inmemoriales. Si bien parece que la los tulipanes en Holanda fue la primera en ser documentada con rigor, han existido en todas las épocas y sobre todo tipo de bienes y activos. Poseen un enorme componente psicológico, basado en la confianza en una irracional subida del precio del activo en cuestión, que no puede bajar nunca. ¿Cuántas veces hemos oído en los últimos años que los pisos nunca bajarían? En este artículo se recogen algunas de esas manifestaciones, expresadas no solo por constructores, los primeros interesados en que ese descenso nunca ocurra, sino dichas por financieros, políticos y personajes varios. Una vez que la burbuja se pincha, sea por el petróleo o por otra causa, el precio empieza a caer, y todo el mundo resalta que era obvio que eso acabara ocurriendo, que el mercado inmobiliario estaba desatado y que los precios no eran sostenibles. Lo divertido es que muchos de los que ahora dicen eso señalaban hace pocos años los fundamentos de la demanda residencial. La inmigración, los veraneantes y los turista que deciden quedarse en España hacen necesaria la construcción de miles y miles de pisos, eran argumentos muy comunes entonces, y la mención al concepto de burbuja, o como diría el viejo Greenpsan “exuberancia irracional” en el mercado era tachada de pecado, blasfemia o mero insulto al patriotismo y a la confianza nacional. La verdad es que esto siempre es igual. No se porqué, pero las personas no aprendemos, y cometemos los mismos errores una y otra vez (me incluyo, por supuesto). Enciam ahora todo se sucede con mayor velocidad y menores excusas para olvidarlo, dado que la anterior burbuja, la tecnológica, se derrumbó en 2002, hace sólo seis años!!! Supongo que será la codicia, o la ilusión, eso que se hace llamar el efecto riqueza de, en este caso, vivir en un inmueble que cada vez vale más, y que virtualmente te está haciendo rico sin que hagas nada, que parece que has decidido echarte a vivir en la cueva de Aladino y gratis. Bien, pues como todo lo que sube baja, ya están a la puerta los cuarenta ladrones, encabezados por la malvada inflación, que nos van a hacer despertar de este sueño placentero.
Entonces, ¿cómo puede uno recuperarse de las pérdidas que se están generando por la caía de los pisos? Una respuesta obvia es la de...... apuntarse a la siguiente burbuja, y esta vez salirse antes de que estalle. Dicen que el petróleo está viviendo ahora una situación similar, con voces que sostienen que la subida tiene fundamentos y voces que claman contra esa supuesta burbuja. Como siempre, lo mejore será esperar y ver quién tiene razón, y es que una de las cosas “buenas” que tiene la economía es que, en el fondo, nadie sabe bien como funciona, y así es fácil explicar cualquier resultado obtenido a posteriori. Ahora predecir, predecir.....
Una de las cosas que ha sucedido a lo largo de este último año y que ha acelerado todo esto ha sido el pinchazo de la burbuja inmobiliaria. Las burbujas financieras existen desde tiempos inmemoriales. Si bien parece que la los tulipanes en Holanda fue la primera en ser documentada con rigor, han existido en todas las épocas y sobre todo tipo de bienes y activos. Poseen un enorme componente psicológico, basado en la confianza en una irracional subida del precio del activo en cuestión, que no puede bajar nunca. ¿Cuántas veces hemos oído en los últimos años que los pisos nunca bajarían? En este artículo se recogen algunas de esas manifestaciones, expresadas no solo por constructores, los primeros interesados en que ese descenso nunca ocurra, sino dichas por financieros, políticos y personajes varios. Una vez que la burbuja se pincha, sea por el petróleo o por otra causa, el precio empieza a caer, y todo el mundo resalta que era obvio que eso acabara ocurriendo, que el mercado inmobiliario estaba desatado y que los precios no eran sostenibles. Lo divertido es que muchos de los que ahora dicen eso señalaban hace pocos años los fundamentos de la demanda residencial. La inmigración, los veraneantes y los turista que deciden quedarse en España hacen necesaria la construcción de miles y miles de pisos, eran argumentos muy comunes entonces, y la mención al concepto de burbuja, o como diría el viejo Greenpsan “exuberancia irracional” en el mercado era tachada de pecado, blasfemia o mero insulto al patriotismo y a la confianza nacional. La verdad es que esto siempre es igual. No se porqué, pero las personas no aprendemos, y cometemos los mismos errores una y otra vez (me incluyo, por supuesto). Enciam ahora todo se sucede con mayor velocidad y menores excusas para olvidarlo, dado que la anterior burbuja, la tecnológica, se derrumbó en 2002, hace sólo seis años!!! Supongo que será la codicia, o la ilusión, eso que se hace llamar el efecto riqueza de, en este caso, vivir en un inmueble que cada vez vale más, y que virtualmente te está haciendo rico sin que hagas nada, que parece que has decidido echarte a vivir en la cueva de Aladino y gratis. Bien, pues como todo lo que sube baja, ya están a la puerta los cuarenta ladrones, encabezados por la malvada inflación, que nos van a hacer despertar de este sueño placentero.
Entonces, ¿cómo puede uno recuperarse de las pérdidas que se están generando por la caía de los pisos? Una respuesta obvia es la de...... apuntarse a la siguiente burbuja, y esta vez salirse antes de que estalle. Dicen que el petróleo está viviendo ahora una situación similar, con voces que sostienen que la subida tiene fundamentos y voces que claman contra esa supuesta burbuja. Como siempre, lo mejore será esperar y ver quién tiene razón, y es que una de las cosas “buenas” que tiene la economía es que, en el fondo, nadie sabe bien como funciona, y así es fácil explicar cualquier resultado obtenido a posteriori. Ahora predecir, predecir.....
miércoles, julio 09, 2008
ZP en Omaha Beach
Ayer Zapatero fue entrevistado en Antena3 por Gloria Lomana, Olga Viza y Carlos Alsina, en un encuentro decepcionante en el que el presidente encadenó monólogos plúmbeos y en el que los tres periodistas no supieron, o no pudieron, controlar los tiempos ni meter presión al entrevistado. Ni interrupciones ni nada, simples discursos con tres convidados de piedra repitiendo el mantra positivo de siempre, que ya se sabe que el pesimismo no crea empleos (tampoco dijo como crearlos). Si el principal resultado fue que ZP pronunció la palabra crisis magro es el botín que se lleva la cadena de televisión.
Por eso, tras semejante ejercicio de irrealidad compartida, era chocante enfrentarse a “Salvar al Soldado Ryan”, SSR, la película que emitía La Primera a las 22:00. Creo que SSR es uno de los mejores documentales sobre la guerra jamás rodados. Fíjense que he dicho documental, no película, porque el verismo, la cruda realidad que destilan sus imágenes, y su perfección es tal que no puedo imaginar que la realidad fuese distinta. Me gustas mucho el tema de la Segunda guerra Mundial, ya antes del estreno de esta película, en un año, 1998, en el que otro gran film sobre la guerra, La delgada línea roja, centrado en este caso en la batalla del pacífico, se asomó a las carteleras de todo el mundo. He tenido algunos debates sobre SSR, especialmente en lo referente a la crudeza de las imágenes y en la supuesta apología que se hace en ella de los americanos, con Spielberg como vengador a la cabeza. Es cierto que la película defiende el papel de los EE.UU. en la guerra pero es que, amado lector, tiene usted ante sí a un ferviente defensor de lo que hizo EE.UU. en Europa durante esos años. En España la visión de esos acontecimientos está algo distorsionada porque nos pillaron de lado y no nos afectaron en exceso. Se ha dicho a veces que si España hubiese entrado en guerra con Alemania la derrota hubiera supuesto la caída del régimen de Franco y el acceso a la democracia muchos años antes de cuando finalmente ocurrió, pero eso es sólo una especulación histórica. No he estado nunca, pero espero algún día pasera por las playas de Omaha y Nebraska, en Normandía, y visitar esos cementerios pulcros, limpios y desoladores, llenos de blancas cruces, idénticas, sobre un tapiz de verde césped, en los que yacen miles de americanos, muchos de ellos unos críos, mandado al degüello con el ánimo de liberar a un continente llamado Europa, un lugar remoto y lejano visto desde las colinas de, pongamos, Arkansas, en el que en los años cuarenta del pasado siglo, siguiendo una tradición secular que parece estar dominada estas últimas décadas, la locura, el fanatismo y la barbarie habían anidado como nunca se había visto en la historia. No nos engañemos, si EEUU no hubiera luchado contra Alemania sólo un vencedor se hubiese hecho con toda Europa, la Alemania nazi o, en su caso, la Rusia Estalinista, y la verdad es que no se que me produce mayores pesadillas.
Y si algún día paseo por Omaha Beach no podré evitar oír los disparos de las ametralladoras de defensa alemanas sobre al cabecera de la playa, y quizás me tiemble la mano como a Tom Hanks, de puro miedo, aunque no haya nadie, en una primera y última media hora de antología. Porque si algo refleja SSR en todo su metraje, y, aunque no sólo por eso debiera ser de visión obligatoria, es el miedo, la irracionalidad, el crudo retrato de lo que es la guerra. Algo repulsivo, de una crueldad tan grande que ni imaginamos, y que es políticamente incorrecto si quiera sugerir en estos tiempos de adulteración y sufrimiento público por la mera mención de unas tristes palabras. Gracias, Spielberg, gracias.
Por eso, tras semejante ejercicio de irrealidad compartida, era chocante enfrentarse a “Salvar al Soldado Ryan”, SSR, la película que emitía La Primera a las 22:00. Creo que SSR es uno de los mejores documentales sobre la guerra jamás rodados. Fíjense que he dicho documental, no película, porque el verismo, la cruda realidad que destilan sus imágenes, y su perfección es tal que no puedo imaginar que la realidad fuese distinta. Me gustas mucho el tema de la Segunda guerra Mundial, ya antes del estreno de esta película, en un año, 1998, en el que otro gran film sobre la guerra, La delgada línea roja, centrado en este caso en la batalla del pacífico, se asomó a las carteleras de todo el mundo. He tenido algunos debates sobre SSR, especialmente en lo referente a la crudeza de las imágenes y en la supuesta apología que se hace en ella de los americanos, con Spielberg como vengador a la cabeza. Es cierto que la película defiende el papel de los EE.UU. en la guerra pero es que, amado lector, tiene usted ante sí a un ferviente defensor de lo que hizo EE.UU. en Europa durante esos años. En España la visión de esos acontecimientos está algo distorsionada porque nos pillaron de lado y no nos afectaron en exceso. Se ha dicho a veces que si España hubiese entrado en guerra con Alemania la derrota hubiera supuesto la caída del régimen de Franco y el acceso a la democracia muchos años antes de cuando finalmente ocurrió, pero eso es sólo una especulación histórica. No he estado nunca, pero espero algún día pasera por las playas de Omaha y Nebraska, en Normandía, y visitar esos cementerios pulcros, limpios y desoladores, llenos de blancas cruces, idénticas, sobre un tapiz de verde césped, en los que yacen miles de americanos, muchos de ellos unos críos, mandado al degüello con el ánimo de liberar a un continente llamado Europa, un lugar remoto y lejano visto desde las colinas de, pongamos, Arkansas, en el que en los años cuarenta del pasado siglo, siguiendo una tradición secular que parece estar dominada estas últimas décadas, la locura, el fanatismo y la barbarie habían anidado como nunca se había visto en la historia. No nos engañemos, si EEUU no hubiera luchado contra Alemania sólo un vencedor se hubiese hecho con toda Europa, la Alemania nazi o, en su caso, la Rusia Estalinista, y la verdad es que no se que me produce mayores pesadillas.
Y si algún día paseo por Omaha Beach no podré evitar oír los disparos de las ametralladoras de defensa alemanas sobre al cabecera de la playa, y quizás me tiemble la mano como a Tom Hanks, de puro miedo, aunque no haya nadie, en una primera y última media hora de antología. Porque si algo refleja SSR en todo su metraje, y, aunque no sólo por eso debiera ser de visión obligatoria, es el miedo, la irracionalidad, el crudo retrato de lo que es la guerra. Algo repulsivo, de una crueldad tan grande que ni imaginamos, y que es políticamente incorrecto si quiera sugerir en estos tiempos de adulteración y sufrimiento público por la mera mención de unas tristes palabras. Gracias, Spielberg, gracias.
martes, julio 08, 2008
El Congreso del PSOE
Este fin de semana ha tenido lugar en Madrid el 37 Congreso Federal del PSOE, apenas dos semanas después del celebrado por el PP en Valencia. En ambos casos las portadas del Lunes siguiente eran..... para el deporte!!!. La victoria en fútbol contra Italia en el caso del PP y el triunfo de Nadal en Wimbledon en las rotativas de ayer. Quizás ellos sea buena muestra del interés social que han desatado estos congresos, escaso, y eso que en el del PP había el morbo de ver a los disidentes, porque en el del PSOE todo estaba cantado desde antes de que se abrieran os debates, o casi todo.
Es cierto que la ejecutiva federal se ha renovado, aunque la mayor novedad ha sido el ascenso de José Blanco, “Pepino” a la vicesecretaría general, cargo vacante desde la marcha de la directiva de Alfonso Guerra, y el nombramiento de Leire Pajín como secretaria de organización. Yo tenía claro que iban a nombra a una mujer en un alto cargo directivo, no sabía si en ese o en otro, sobre todo después de la llegada de María Dolores de Cospedal al número dos del PP, pero Leire Pajín me parece que no da al talla en lo más mínimo. Tiene 32 años, y le veo demasiado verde para esa tarea de organización interna de un partido, áspera y duro como pocas, y más en estos tiempos en los que el debate territorial se va a crispar a cuenta de la financiación de las Comunidades, en este contexto de crisis profunda, y los barones de cada partido van a buscar lo mejor para su provecho regional. Poca cosa más ha dejado el congreso. Se ha hablado mucho de las nuevas reformas en capítulos polémicos, como es el caso del aborto y la eutanasia, temas que ni se mencionaban explícitamente en el programa del PSOE de hace cuatro meses ni se aludieron en el debate de investidura. Será interesante ver como el gobierno plantea estos asuntos, y puede atreverse a aprobarlos con toda al cámara en contra, porque los votos de CiU en este caso van a ser determinantes, y no está la caja como para comprar la voluntad cristiana de Durán y Lleida con unas regalías. El otro asunto que ha levantado algo de revuelo ha sido la posibilidad de que los inmigrantes voten en las elecciones municipales. Esto creo que ya fue planteado por Esperanza Aguirre hace unos años, y todo el mundo se puso en contra. En principio el asunto no tiene mucha vuelta de hoja. La Constitución obliga que exista derecho de reciprocidad en las elecciones extranjeras respecto a la participación de los españoles en ellas, por lo que si se firman los convenios necesarios no hay problema alguno. Creo que el PSOE piensa que esto le abre una enorme bolsa de voto oculto, que le puede beneficiar en comunidades como Madrid y Valencia, pero no estoy yo muy seguro de que tenga razón, porque al final el inmigrante es una persona que vota a quien quiera, y es más probable que a la hora de votar se guíe por su situación personal y económica, como casi todos nosotros, que por parámetros de ideología más o menos pura. Además me parece lógico que si alguien reside establemente en un municipio vote y pueda decidir sobre la evolución de dicho municipio, por lo que no veo problema alguna a esta medida, tan aireada pero creo yo que con poco calado de fondo.
Me da que, no nos engañemos, todo esto del aborto y los inmigrantes no es nada más que una cortina de humo para evitar el asunto central al que se enfrenta ahora mismo el país, que es la crisis económica. Ayer el círculo de empresarios, en una declaración directa y sincera, cosa que le honra, pedía al gobierno que de una vez empezase a tomar medidas serias contra al crisis. Tarde o temprano, y cuanto más tarde peor, Zapatero tendrá que mojarse y empezar a hacer cosas impopulares, pero nada de esto se dijo en el Congreso del PSOE este fin de semana, igual que fue el onanismo lo que dominó el congreso del PP de hace dos semanas. ¿Dónde está la materia gris de los partidos ante esta crisis? ¿Existe? ¿Estamos solos? Venga, Pajín, haz una rueda de prensa y sácanos de dudas.....
Es cierto que la ejecutiva federal se ha renovado, aunque la mayor novedad ha sido el ascenso de José Blanco, “Pepino” a la vicesecretaría general, cargo vacante desde la marcha de la directiva de Alfonso Guerra, y el nombramiento de Leire Pajín como secretaria de organización. Yo tenía claro que iban a nombra a una mujer en un alto cargo directivo, no sabía si en ese o en otro, sobre todo después de la llegada de María Dolores de Cospedal al número dos del PP, pero Leire Pajín me parece que no da al talla en lo más mínimo. Tiene 32 años, y le veo demasiado verde para esa tarea de organización interna de un partido, áspera y duro como pocas, y más en estos tiempos en los que el debate territorial se va a crispar a cuenta de la financiación de las Comunidades, en este contexto de crisis profunda, y los barones de cada partido van a buscar lo mejor para su provecho regional. Poca cosa más ha dejado el congreso. Se ha hablado mucho de las nuevas reformas en capítulos polémicos, como es el caso del aborto y la eutanasia, temas que ni se mencionaban explícitamente en el programa del PSOE de hace cuatro meses ni se aludieron en el debate de investidura. Será interesante ver como el gobierno plantea estos asuntos, y puede atreverse a aprobarlos con toda al cámara en contra, porque los votos de CiU en este caso van a ser determinantes, y no está la caja como para comprar la voluntad cristiana de Durán y Lleida con unas regalías. El otro asunto que ha levantado algo de revuelo ha sido la posibilidad de que los inmigrantes voten en las elecciones municipales. Esto creo que ya fue planteado por Esperanza Aguirre hace unos años, y todo el mundo se puso en contra. En principio el asunto no tiene mucha vuelta de hoja. La Constitución obliga que exista derecho de reciprocidad en las elecciones extranjeras respecto a la participación de los españoles en ellas, por lo que si se firman los convenios necesarios no hay problema alguno. Creo que el PSOE piensa que esto le abre una enorme bolsa de voto oculto, que le puede beneficiar en comunidades como Madrid y Valencia, pero no estoy yo muy seguro de que tenga razón, porque al final el inmigrante es una persona que vota a quien quiera, y es más probable que a la hora de votar se guíe por su situación personal y económica, como casi todos nosotros, que por parámetros de ideología más o menos pura. Además me parece lógico que si alguien reside establemente en un municipio vote y pueda decidir sobre la evolución de dicho municipio, por lo que no veo problema alguna a esta medida, tan aireada pero creo yo que con poco calado de fondo.
Me da que, no nos engañemos, todo esto del aborto y los inmigrantes no es nada más que una cortina de humo para evitar el asunto central al que se enfrenta ahora mismo el país, que es la crisis económica. Ayer el círculo de empresarios, en una declaración directa y sincera, cosa que le honra, pedía al gobierno que de una vez empezase a tomar medidas serias contra al crisis. Tarde o temprano, y cuanto más tarde peor, Zapatero tendrá que mojarse y empezar a hacer cosas impopulares, pero nada de esto se dijo en el Congreso del PSOE este fin de semana, igual que fue el onanismo lo que dominó el congreso del PP de hace dos semanas. ¿Dónde está la materia gris de los partidos ante esta crisis? ¿Existe? ¿Estamos solos? Venga, Pajín, haz una rueda de prensa y sácanos de dudas.....
lunes, julio 07, 2008
Música de verano
Uno de los grandes protagonistas de este fin de semana ha sido “Police”. Swing y sus chicos han dado una vuelta acelerada a España que empezó el Jueves en Valencia, continuó el Viernes en Bilbao y acabó el Sábado en Madrid. Es curioso como treinta años después las canciones míticas de la banda, que yo oí de adolescente y ya estaban un poco pasadas, retornan con una fuerza de la que carecen temas de hoy en día, pegadizos y bailables, pero sin duda destinados a perecer en el pozo de al memoria musical. De mientras, “Roxeanne” o “Every breath you take” y otros tantos seguirán ahí por muchos años.
Es interesante notar que las actuaciones de Bilbao y Madrid se enmarcaron dentro de festivales de verano, el BBK life festival y el Rock en Río respectivamente. Se ha puesto de moda montar un festival rock cada año en todas partes, y hay auténticas batallas por conseguir que los grupos de moda acudan, lo que genera subastas de contratos al alza y necesidad de llenar los graderíos de público consumidor de música (y de todo lo que allí se venda, claro). Y todo esto a la vez que las ventas de música se hunden, quizás heridas de muerte por Internet, que ha cambiado el negocio de una manera imparable, por mucho que les pese a grupos de interés como la SGAE y lobbies afines. De hecho los “artistas” obtiene más dinero de estas actuaciones en directo que de al promoción y venta de unos discos en los que las productoras y distribuidoras son las que se llevan la mayor parte del pastel económico. De hay que grupos como “Police” y otras bandas de igual o mayor veteranía se hayan reagrupado y “olvidado viejas rencillas” por arte de los suculentos ingresos que van a obtener por estas actuaciones. Y es que en el fondo no hay pelea ni eterna discusión que no se apacigüe con un buen puñado de euros. Además de todos es sabido lo caro que resulta llevar un tren de vida como el que siguen los músicos, que ya se sabe que cuesta mucho mantener los vicios. Me da que, por ejemplo, Amy Winehouse se “esnifa” un suculento porcentaje de todo lo que ingresa con sus canciones y conciertos, lo que por otra parte no hace más que continuar esa extraña, lamentable, pero siempre atrayente figura del cantante malo, lleno de vicios, que los explota en público, y que hace crecer el morbo y ansiedad de una audiencia enfervorizada, que acude a los conciertos más con la curiosidad de saber que va a hacer esta vez el artista, o si va a estar en condiciones de aparecer, que de oír tocar sus canciones favoritas. Además en muchos de estos conciertos lo que prima es la juerga y la diversión, lo que está muy bien, pero a veces el componente musical pasa a muy segundo plano. Hay grupos que en directo suenan muy mal, porque en estudio hasta yo canto de maravilla, y pese al habitual estado de embriaguez en el que se encuentra en público, es posible distinguir si lo que hay delante es un grupo o una pequeña estafa, aunque bueno, a ciertas horas de la noche y en buena compañía tampoco importa demasiado quien esté tocando, verdad??
Y de mientras tanto la proliferación de festivales empieza a generar secuelas negativas para ellos mismos. Aún parece seguir en los juzgados la batalla por los derechos del Viña Rock, no sin antes haber visto como la franquicia de Rock in Río se ha instalado en Madrid, cosa algo curiosa. Supongo que como en todo, en unos años llegará la racionalidad, y sobrevivirán los festivales más fuertes (léanse los que recauden más dinero, o saquen más a sus patrocinadores) pero hasta entonces, cada fin de semana de verano tenemos un festival, por lo que mucho ánimo, y si alguien querer empezar la gira, ya puede gastar todas sus fuerzas (y ahorros) en una campa de verano, frente al escenario.
Es interesante notar que las actuaciones de Bilbao y Madrid se enmarcaron dentro de festivales de verano, el BBK life festival y el Rock en Río respectivamente. Se ha puesto de moda montar un festival rock cada año en todas partes, y hay auténticas batallas por conseguir que los grupos de moda acudan, lo que genera subastas de contratos al alza y necesidad de llenar los graderíos de público consumidor de música (y de todo lo que allí se venda, claro). Y todo esto a la vez que las ventas de música se hunden, quizás heridas de muerte por Internet, que ha cambiado el negocio de una manera imparable, por mucho que les pese a grupos de interés como la SGAE y lobbies afines. De hecho los “artistas” obtiene más dinero de estas actuaciones en directo que de al promoción y venta de unos discos en los que las productoras y distribuidoras son las que se llevan la mayor parte del pastel económico. De hay que grupos como “Police” y otras bandas de igual o mayor veteranía se hayan reagrupado y “olvidado viejas rencillas” por arte de los suculentos ingresos que van a obtener por estas actuaciones. Y es que en el fondo no hay pelea ni eterna discusión que no se apacigüe con un buen puñado de euros. Además de todos es sabido lo caro que resulta llevar un tren de vida como el que siguen los músicos, que ya se sabe que cuesta mucho mantener los vicios. Me da que, por ejemplo, Amy Winehouse se “esnifa” un suculento porcentaje de todo lo que ingresa con sus canciones y conciertos, lo que por otra parte no hace más que continuar esa extraña, lamentable, pero siempre atrayente figura del cantante malo, lleno de vicios, que los explota en público, y que hace crecer el morbo y ansiedad de una audiencia enfervorizada, que acude a los conciertos más con la curiosidad de saber que va a hacer esta vez el artista, o si va a estar en condiciones de aparecer, que de oír tocar sus canciones favoritas. Además en muchos de estos conciertos lo que prima es la juerga y la diversión, lo que está muy bien, pero a veces el componente musical pasa a muy segundo plano. Hay grupos que en directo suenan muy mal, porque en estudio hasta yo canto de maravilla, y pese al habitual estado de embriaguez en el que se encuentra en público, es posible distinguir si lo que hay delante es un grupo o una pequeña estafa, aunque bueno, a ciertas horas de la noche y en buena compañía tampoco importa demasiado quien esté tocando, verdad??
Y de mientras tanto la proliferación de festivales empieza a generar secuelas negativas para ellos mismos. Aún parece seguir en los juzgados la batalla por los derechos del Viña Rock, no sin antes haber visto como la franquicia de Rock in Río se ha instalado en Madrid, cosa algo curiosa. Supongo que como en todo, en unos años llegará la racionalidad, y sobrevivirán los festivales más fuertes (léanse los que recauden más dinero, o saquen más a sus patrocinadores) pero hasta entonces, cada fin de semana de verano tenemos un festival, por lo que mucho ánimo, y si alguien querer empezar la gira, ya puede gastar todas sus fuerzas (y ahorros) en una campa de verano, frente al escenario.
viernes, julio 04, 2008
24 grados
La idea del Ministerio de Industria de rebajar la temperatura del aire acondicionado de su sede, uno de los edificios que forman el complejo en el que trabajo en Madrid, ha degenerado en un absurdo y curioso debate sobre las corbatas. Fu el propio Ministro de Industria, Miguel Sebastián, el que abogó por no llevarla en verano salvo cuando fuese protocolariamente necesario, y ayer se unió a esta idea Corbacho, el Ministro de Trabajo, no sin que entre medias Bono, Presidente del Congreso, se mostrara contrariado pro ver ministros descorbatados en el pleno del Miércoles, cosa que trató de solucionar regalando la prenda al díscolo industrial, que rehusó ponérsela. ¿Estamos ante la primera crisis de gobierno?
De todo este debate, que tiene más enjundia de la que parece, me quedo hoy con el asunto del aire acondicionado en verano. Soy un ferviente detractor del airea acondicionado. No me gusta, me molesta, y normalmente contribuye a que los catarros hagan presa en mi y que mi garganta acabe dándome una buena sesión de raspaduras y dolores. Es cierto que se hace un uso abusivo e incoherente del aire acondicionado. La idea, repetida por muchos, de llevar un jersey en el bolso porque en el autobús o en el cine va a hacer mucho frío denota la existencia de un problema, de algo profundamente estúpido. Y es que hay locales en los que la temperatura condicionada suele estar a tal nivel que, de situarse así en al calle, saldríamos con abrigos de casa. Ir a un restaurante o cafetería, y que te toque sentarte bajo la salida del aire es uno de los métodos más seguros que conozco para acabar una semana en la cama con pulmonía y dolores musculares. Es cierto que yo tengo una levada tolerancia al calor, por lo que las sensaciones de agobio que a mucha gente le produce el verano en mi caso son muy inferiores, y también es verdad que el sol y el calor del verano en Madrid, o en zonas del sur, no es ninguna tontería, sino más bien una cosa a tratar con cuidado. Siempre he dicho que sería mucho mejor que esos restaurantes llenos de rejillas las sustituyesen por ventiladores de techo, que remueven el aire, refrescando menos, sí, pero consumiendo aún menos y no generando ningún problema de salud de los comentados, o de otro tipo aún más serio, como es el caso de las legionelas, que residen en las torres de refrigeración como los veraneantes en Levante. Así que la idea de Sebastián no me parece tan mala, y es cierto que el predica con el ejemplo, porque esta semana le he visto dos veces comiendo en el restaurante del Ministerio y las dos veces iba descorbatado. Lo que es un poco de risa es que se nos diga que es una medida para fomentar el ahorro energético, ya que si esto es lo único que se le ocurre al gobierno para solucionar el problema de la generación de energía en el futuro y eludir el debate nuclear, (a parte de subir el precio y cargarse la tarifa nocturna) apaga y vámonos, que eso sí genera ahorro. Para más inri, los edificios en los que trabajo, compartidos por el citado Ministerio de Industria y el de Economía, son un magnífico ejemplo de ineficiencia energética. Construidos en los años setenta, no se han remozado desde entonces. Ventanas obsoletas y que cierran mal, pasillos largos, corrientes de aire por doquier..... en verano hay zonas heladas y otras bochornosas, y en invierno entran ráfagas de aire congelado por las juntas de unas ventanas que, alucian, pueden abrirse hasta en la planta 22, cosa que me temo será ilegal por mera seguridad.
Hace uno o dos inviernos publicó un periódico gratuito una imagen termográfica de la Castellana, en la que podía verse que edificios eran los que desperdiciaban más calor en las frías mañanas de Febrero, y la palma se la llevaban los dos mastodontes de este complejo. Así que Sebastián, de acuerdo con eso de subir la temperatura y no derrochar por ahí, pero ya puestos, gastaros unos eurillos en poner al menos unos burletes en las ventanas, para que el aire no se escape y demos ejemplo como gobierno responsable.
Por cierto, hoy 4 de Julio es fiesta en EEUU.... y en Elorrio. Curioso, verdad??? Hasta el Lunes
De todo este debate, que tiene más enjundia de la que parece, me quedo hoy con el asunto del aire acondicionado en verano. Soy un ferviente detractor del airea acondicionado. No me gusta, me molesta, y normalmente contribuye a que los catarros hagan presa en mi y que mi garganta acabe dándome una buena sesión de raspaduras y dolores. Es cierto que se hace un uso abusivo e incoherente del aire acondicionado. La idea, repetida por muchos, de llevar un jersey en el bolso porque en el autobús o en el cine va a hacer mucho frío denota la existencia de un problema, de algo profundamente estúpido. Y es que hay locales en los que la temperatura condicionada suele estar a tal nivel que, de situarse así en al calle, saldríamos con abrigos de casa. Ir a un restaurante o cafetería, y que te toque sentarte bajo la salida del aire es uno de los métodos más seguros que conozco para acabar una semana en la cama con pulmonía y dolores musculares. Es cierto que yo tengo una levada tolerancia al calor, por lo que las sensaciones de agobio que a mucha gente le produce el verano en mi caso son muy inferiores, y también es verdad que el sol y el calor del verano en Madrid, o en zonas del sur, no es ninguna tontería, sino más bien una cosa a tratar con cuidado. Siempre he dicho que sería mucho mejor que esos restaurantes llenos de rejillas las sustituyesen por ventiladores de techo, que remueven el aire, refrescando menos, sí, pero consumiendo aún menos y no generando ningún problema de salud de los comentados, o de otro tipo aún más serio, como es el caso de las legionelas, que residen en las torres de refrigeración como los veraneantes en Levante. Así que la idea de Sebastián no me parece tan mala, y es cierto que el predica con el ejemplo, porque esta semana le he visto dos veces comiendo en el restaurante del Ministerio y las dos veces iba descorbatado. Lo que es un poco de risa es que se nos diga que es una medida para fomentar el ahorro energético, ya que si esto es lo único que se le ocurre al gobierno para solucionar el problema de la generación de energía en el futuro y eludir el debate nuclear, (a parte de subir el precio y cargarse la tarifa nocturna) apaga y vámonos, que eso sí genera ahorro. Para más inri, los edificios en los que trabajo, compartidos por el citado Ministerio de Industria y el de Economía, son un magnífico ejemplo de ineficiencia energética. Construidos en los años setenta, no se han remozado desde entonces. Ventanas obsoletas y que cierran mal, pasillos largos, corrientes de aire por doquier..... en verano hay zonas heladas y otras bochornosas, y en invierno entran ráfagas de aire congelado por las juntas de unas ventanas que, alucian, pueden abrirse hasta en la planta 22, cosa que me temo será ilegal por mera seguridad.
Hace uno o dos inviernos publicó un periódico gratuito una imagen termográfica de la Castellana, en la que podía verse que edificios eran los que desperdiciaban más calor en las frías mañanas de Febrero, y la palma se la llevaban los dos mastodontes de este complejo. Así que Sebastián, de acuerdo con eso de subir la temperatura y no derrochar por ahí, pero ya puestos, gastaros unos eurillos en poner al menos unos burletes en las ventanas, para que el aire no se escape y demos ejemplo como gobierno responsable.
Por cierto, hoy 4 de Julio es fiesta en EEUU.... y en Elorrio. Curioso, verdad??? Hasta el Lunes
jueves, julio 03, 2008
Crisis en el pleno
Ayer tuvo lugar el muy esperado debate en el Congreso sobre la crisis económica, al que Zapatero fue “invitado” a ir por parte de todos los grupos de la oposición. Es curioso, pero en esta legislatura, en la que el PSOE obtuvo una victoria más holgada que en la anterior, y posee más escaños en el Congreso, el gobierno se encuentra más débil parlamentariamente hablando. Sus antiguos socios huyen como de la peste y ayer, por primera vez, se escenificó esa soledad, con un presidente que desgranaba su discurso y todos los demás portavoces replicando, con argumentos más o menos similares.
¿Respondió el debate a la gravedad del momento económico que vivimos? me temo que no. Pese a los esfuerzos de toda la oposición, ZP sigue empeñado en negar la mayor, en una actitud que no entiendo y que parece ya más una rabieta infantil que una postura política. Esta negación de la crisis, y la insistencia en que estamos mejor preparados que otras economías vecinas para sobrellevarla, y que en unos meses todo habrá pasado, me recuerda peligrosamente al discurso de Barajas, que es como yo llamo a esa declaración que hizo ZP el 30 de Diciembre de 2006, en la que afirmaba que el famoso “proceso” iba bien y que el año siguiente todo sería mejor, y ya saben lo que pasó al día siguiente en la T4.... Es cierto que el margen de maniobra del gobierno actualmente no es muy grande, y como ejemplo la más que segura subida de tipos de interés en 0,25 puntos que hoy va a anunciar el Banco Central Europeo. Si sumamos las competencias atribuidas a las Comunidades Autónomas y la potestad de Bruselas en muchos asuntos, podemos decir que el gobierno conduce con una sola mano, teniendo la otra atada. Pero eso no es excusa para dilatar una situación que se agrava por momentos. Ayer Dinamarca entró en recesión, estado que alguien definió como dos trimestres de crecimiento negativo. Si como Solbes afirmó el otro día espera que el segundo trimestre de 2008 el crecimiento se encuentre por debajo del 0,3% y suponiéndolo positivo, parece fácil suponer que en navidades nos enfrentemos a un escenario de recesión en al economía española, por lo que pasaríamos de la desaceleración a la caída sin un paso intermedio. Ante esta coyuntura creo que un gobierno, independientemente de las medidas que tome, debe adoptar dos posturas muy claras. La primera es la de reconocer los problemas y llamarlos por su nombre. ¿Qué es un nombre feo y políticamente incorrecto como crisis? Pues se le llama..... crisis, porque a la sociedad hay que tratarla de manera adulta y seria, y un paciente luchará mejor contra su enfermedad si sabe a que se enfrenta. Además, las elecciones acaban de ser, y todo el desgaste que le pueda originar la crisis al gobierno son se va a traducir en una factura electoral inmediata, por lo que en ese aspecto juega con mucho margen. Lo segundo que debe hacer, y esto es bastante más difícil que lo anterior, es LIDERAR. Sí, liderar, ponerse al frente de la sociedad. Todos sabemos que las crisis implican sacrificios, recortes e incumplimiento de promesas sociales, y esos ajustes serán mejor llevados por el ciudadano (que en el fondo somos nosotros los que vamos a pagar el pato, como siempre) si desde el ejecutivo se realiza una labor continua de pedagogía, dirección y seriedad. Solo así el ejecutivo obtendrá una imagen de credibilidad que, actualmente, no posee.
Por eso sigo sin entender a que espera el Gobierno para reaccionar. Achacándolo todo a un negativo contexto internacional, que lo es, y muy malo, no se va a arreglar nada. ZP mira hacia otro lado, Solbes parece dormido, y Corbacho, el ministro marrones, recibe una patada en los bajos por cada dato que sale, como el horrible número de parados registrados en Junio que se supo ayer. Poco a poco el personal se irá de vacaciones y el país caerá en el aletargamiento (por cierto, es de recibo que el gobierno o la oposición se cojan vacaciones con la que está cayendo??) pero la vuelta de Septiembre va a ser muy dura. A este gobierno de marketing e imagen se le está abriendo un agujero muy serio, y parece que no sabe que hacer para taponarlo. Más nos vale que algo se le ocurra..........
¿Respondió el debate a la gravedad del momento económico que vivimos? me temo que no. Pese a los esfuerzos de toda la oposición, ZP sigue empeñado en negar la mayor, en una actitud que no entiendo y que parece ya más una rabieta infantil que una postura política. Esta negación de la crisis, y la insistencia en que estamos mejor preparados que otras economías vecinas para sobrellevarla, y que en unos meses todo habrá pasado, me recuerda peligrosamente al discurso de Barajas, que es como yo llamo a esa declaración que hizo ZP el 30 de Diciembre de 2006, en la que afirmaba que el famoso “proceso” iba bien y que el año siguiente todo sería mejor, y ya saben lo que pasó al día siguiente en la T4.... Es cierto que el margen de maniobra del gobierno actualmente no es muy grande, y como ejemplo la más que segura subida de tipos de interés en 0,25 puntos que hoy va a anunciar el Banco Central Europeo. Si sumamos las competencias atribuidas a las Comunidades Autónomas y la potestad de Bruselas en muchos asuntos, podemos decir que el gobierno conduce con una sola mano, teniendo la otra atada. Pero eso no es excusa para dilatar una situación que se agrava por momentos. Ayer Dinamarca entró en recesión, estado que alguien definió como dos trimestres de crecimiento negativo. Si como Solbes afirmó el otro día espera que el segundo trimestre de 2008 el crecimiento se encuentre por debajo del 0,3% y suponiéndolo positivo, parece fácil suponer que en navidades nos enfrentemos a un escenario de recesión en al economía española, por lo que pasaríamos de la desaceleración a la caída sin un paso intermedio. Ante esta coyuntura creo que un gobierno, independientemente de las medidas que tome, debe adoptar dos posturas muy claras. La primera es la de reconocer los problemas y llamarlos por su nombre. ¿Qué es un nombre feo y políticamente incorrecto como crisis? Pues se le llama..... crisis, porque a la sociedad hay que tratarla de manera adulta y seria, y un paciente luchará mejor contra su enfermedad si sabe a que se enfrenta. Además, las elecciones acaban de ser, y todo el desgaste que le pueda originar la crisis al gobierno son se va a traducir en una factura electoral inmediata, por lo que en ese aspecto juega con mucho margen. Lo segundo que debe hacer, y esto es bastante más difícil que lo anterior, es LIDERAR. Sí, liderar, ponerse al frente de la sociedad. Todos sabemos que las crisis implican sacrificios, recortes e incumplimiento de promesas sociales, y esos ajustes serán mejor llevados por el ciudadano (que en el fondo somos nosotros los que vamos a pagar el pato, como siempre) si desde el ejecutivo se realiza una labor continua de pedagogía, dirección y seriedad. Solo así el ejecutivo obtendrá una imagen de credibilidad que, actualmente, no posee.
Por eso sigo sin entender a que espera el Gobierno para reaccionar. Achacándolo todo a un negativo contexto internacional, que lo es, y muy malo, no se va a arreglar nada. ZP mira hacia otro lado, Solbes parece dormido, y Corbacho, el ministro marrones, recibe una patada en los bajos por cada dato que sale, como el horrible número de parados registrados en Junio que se supo ayer. Poco a poco el personal se irá de vacaciones y el país caerá en el aletargamiento (por cierto, es de recibo que el gobierno o la oposición se cojan vacaciones con la que está cayendo??) pero la vuelta de Septiembre va a ser muy dura. A este gobierno de marketing e imagen se le está abriendo un agujero muy serio, y parece que no sabe que hacer para taponarlo. Más nos vale que algo se le ocurra..........
miércoles, julio 02, 2008
Un paseo nada aleatorio
¿Somos libres en nuestras vidas? ¿Hacemos lo que queremos o vivimos presas del destino, que no s esclaviza cruel y silenciosamente? Preguntas como estas tiene un enorme calado y no es mi objetivo responderlas aquí (si lo supiese tampoco estaría aquí en este momento :-) ) pero viene bien esta reflexión para comentar un estudio publicado en prensa hace unas semanas que me llamó mucho la atención, y del que hasta hoy no he podido escribir. Y es que, en esencia, parece que nuestras rutinas empiezan a ser medibles y cuantificables, y el resultado es algo sorprendente (y decepcionante, si me apuran)
Resulta que gracias a un estudio efectuado en una amplia muestra de población, siguiendo la señal que emitían sus teléfonos móviles, se ha llegado a determinar que en la mayor parte de los casos no abandonamos una zona que se encuentra circunscrita en un radio de diez kilómetros respecto a nuestro punto de residencia. Además, repetimos y repetimos continuamente los desplazamientos un día tras otro, como máquinas perfectamente programadas, de tal manera que, afirma el estudio, un breve análisis temporal permite determinar con gran precisión cual va a ser la pauta y rutina de cada una de las personas en lo referente a sus desplazamientos. Curioso, verdad? Lo cierto es que el estudio tiene “trampa”, creo yo, porque está claro que al menos entre semana la mayor parte de nosotros, afortunados que trabajamos (y más en estos tiempos de crisis) debemos acudir a nuestros empleos y volver a casa día tras día, y sea en transporte público, privado o ambos, el recorrido suele ser habitualmente el mismo. Lo que si es cierto es que el hombre, como animal de costumbre, se impone rutinas y manías, y creo que todos nos levantamos a la hora que ya hemos considerado como habitual, realizamos un paseo por casa muy parecido al de todos los días y, por ejemplo en el metro o en el autobús, nos gusta ponernos donde ya nos hemos acostumbrado, en nuestro sitio. También sucede en la escuela o Universidad, donde el sitio que, aleatoriamente escogemos el primer día, va a ser, con una elevada probabilidad, nuestra residencia todo el curso. En el caso concreto del transporte público, recuerdo los años en los que iba a la Universidad, o a trabajar a Bilbao desde Elorrio, y al final el 80% del autobús a esas indecentes horas mañaneras estaba habitualmente compuesto por las mismas personas, que nos sentábamos casi siempre en los mismos sitios, que no estaban reservados, pero lo parecían. Pensando en estos asuntos a veces me daban ganas de organizar una “revolución” consistente en alterar mi propia posición en el autobús cuando subía la mismo, sentándome en un lugar muy distinto al habitual. De hacerlo, se iniciaría un proceso en cadena en el que alguno de los “habituales” no encontraría su sitio y se desplazaría, y así progresivamente el autobús se hubiese “revuelto” respecto a su situación inicial, alcanzando lo que podríamos definir como un nuevo equilibrio. La prueba de fuego de ese experimento sería hacer ese juego varias veces, observar nuevas distribuciones de personas y, llegado un momento, volver a la posición inicial, y ver si el personal retornaba por su cuenta a los sitios de los que partía. La verdad es que no llegué a hacerlo nunca, pero lo pensé, eso es cierto.
Lo que no aclara el estudio, y saberlo me parece de lo más interesante, es si estas pautas repetitivas y previsibles se dan también el fin de semana, en el que teóricamente gozamos de una mayor libertar de decisión y de movimiento. De extenderse el patrón de conducta a los días de ocio sí que estaríamos ante un estudio que muestra algo a debatir, porque cómo podríamos explicar la existencia de esas rutinas en nuestro tiempo de ocio? ¿O acaso es precisamente esa rutina, esa previsibilidad, la que a mucha gente le otorga un estado de tranquilidad y relajo? Conozco a bastante gente que creo que se sale de este patrón repetitivo, con unas vidas que rebosan inquietud, movimiento e intensidad pero, son realmente las menos? ¿Cómo evoluciona ese comportamiento con los años? ¿y con la situación sentimental? Pues sí que da juego el estudio este.
Resulta que gracias a un estudio efectuado en una amplia muestra de población, siguiendo la señal que emitían sus teléfonos móviles, se ha llegado a determinar que en la mayor parte de los casos no abandonamos una zona que se encuentra circunscrita en un radio de diez kilómetros respecto a nuestro punto de residencia. Además, repetimos y repetimos continuamente los desplazamientos un día tras otro, como máquinas perfectamente programadas, de tal manera que, afirma el estudio, un breve análisis temporal permite determinar con gran precisión cual va a ser la pauta y rutina de cada una de las personas en lo referente a sus desplazamientos. Curioso, verdad? Lo cierto es que el estudio tiene “trampa”, creo yo, porque está claro que al menos entre semana la mayor parte de nosotros, afortunados que trabajamos (y más en estos tiempos de crisis) debemos acudir a nuestros empleos y volver a casa día tras día, y sea en transporte público, privado o ambos, el recorrido suele ser habitualmente el mismo. Lo que si es cierto es que el hombre, como animal de costumbre, se impone rutinas y manías, y creo que todos nos levantamos a la hora que ya hemos considerado como habitual, realizamos un paseo por casa muy parecido al de todos los días y, por ejemplo en el metro o en el autobús, nos gusta ponernos donde ya nos hemos acostumbrado, en nuestro sitio. También sucede en la escuela o Universidad, donde el sitio que, aleatoriamente escogemos el primer día, va a ser, con una elevada probabilidad, nuestra residencia todo el curso. En el caso concreto del transporte público, recuerdo los años en los que iba a la Universidad, o a trabajar a Bilbao desde Elorrio, y al final el 80% del autobús a esas indecentes horas mañaneras estaba habitualmente compuesto por las mismas personas, que nos sentábamos casi siempre en los mismos sitios, que no estaban reservados, pero lo parecían. Pensando en estos asuntos a veces me daban ganas de organizar una “revolución” consistente en alterar mi propia posición en el autobús cuando subía la mismo, sentándome en un lugar muy distinto al habitual. De hacerlo, se iniciaría un proceso en cadena en el que alguno de los “habituales” no encontraría su sitio y se desplazaría, y así progresivamente el autobús se hubiese “revuelto” respecto a su situación inicial, alcanzando lo que podríamos definir como un nuevo equilibrio. La prueba de fuego de ese experimento sería hacer ese juego varias veces, observar nuevas distribuciones de personas y, llegado un momento, volver a la posición inicial, y ver si el personal retornaba por su cuenta a los sitios de los que partía. La verdad es que no llegué a hacerlo nunca, pero lo pensé, eso es cierto.
Lo que no aclara el estudio, y saberlo me parece de lo más interesante, es si estas pautas repetitivas y previsibles se dan también el fin de semana, en el que teóricamente gozamos de una mayor libertar de decisión y de movimiento. De extenderse el patrón de conducta a los días de ocio sí que estaríamos ante un estudio que muestra algo a debatir, porque cómo podríamos explicar la existencia de esas rutinas en nuestro tiempo de ocio? ¿O acaso es precisamente esa rutina, esa previsibilidad, la que a mucha gente le otorga un estado de tranquilidad y relajo? Conozco a bastante gente que creo que se sale de este patrón repetitivo, con unas vidas que rebosan inquietud, movimiento e intensidad pero, son realmente las menos? ¿Cómo evoluciona ese comportamiento con los años? ¿y con la situación sentimental? Pues sí que da juego el estudio este.
martes, julio 01, 2008
Yo tenía una granja en África...
Aunque no se lo crean, y no se lo hayan contado los medios de comunicación, ensimismados de una manera vergonzosa en la cosa del esférico, han ocurrido otras cosas este fin de semana en el mundo, algunas de ellas agradables, otras no, pero en todo caso interesantes y dignas de ser comentadas. Y es que el mundo no se para pese a las gloriosas e inigualables hazañas que, en el fondo, no son más que triunfos deportivos, y que valen lo que valen, muy poco, pese a que, esto es innegable, despiertan la pasión de la gente.... bueno, dejémonos de fútbol y veamos lo que, a mi juicio, has sido lo más vergonzoso de la semana.
Este Domingo Robert Mugabe se autoproclamó presidente de Zimbabue después de una segunda vuelta de las elecciones en las que sólo se presentaba él. En la primera vuelta gano el líder opositor, llamado opositor Morgan Tsvangirai. Sin embargo, tras su victoria, las fuerzas paramilitares bajo el control de Mugabe empezaron una violenta y sucia campaña de acoso contra Tsvangirai y sus seguidores. Detenciones, palizas, y toda la parafernalia típica de una dictadura en acción se desplegó, con el objeto, finalmente conseguido, de amedrentar al candidato e impedir su presencia en la segunda vuelta electoral. Así, tras 28 años en el poder (sí, sí, 28 años, toda una vida) Mugabe reina nuevamente en su particular granja africana, sin que nadie parezca hacerle sombra alguna. Pudiera pensarse que esto no sería demasiado grave si al menos la economía de Zimbabwe funcionase relativamente bien, pero es que no sólo el poder del dictador oprime al pueblo, no, sino que la economía nacional lo asfixia. Zimbabue lleva años hundiéndose en la miseria más absoluta. Las tasa de desempleo, un increíble 80%, no informan mucho sobre la realidad de una sociedad en la que la malnutrición y el analfabetismo son marca de la casa, por no hablar de los perniciosos efectos de una inflación situada en el 1.400.000% anual, cifra a la que, pese a los errores que cometo al escribir, no le sobran ceros (ojala!!). En resumidas cuentas el país no existe, es una mera finca administrada por el dictador y su camarilla, expoliada hasta la extenuación y que ha favorecido el enriquecimiento insultante no de un sector del país, ni eso, sino simplemente de una banda de malhechores encabezados por Mugabe. Resulta increíble, pero encima este personaje tiene un cierto respaldo entre sus vecinos, especialmente encuentra apoyo en Sudáfrica, apoyo que intuyo se deberá a las ventajas que otorga el dictador a al exportación de productos minerales y de riquezas nacionales a bajo precio. La cuestión es que el fraude electoral se ha consumado esta vez delante de las televisiones de todo el mundo (bueno, no de las nuestras, que iban a lo suyo) y la tan manida expresión de la “comunidad internacional” se ha vuelto a convertir en un coro de voces protestotas pero complacientes, incapaces de adoptar ningún tipo de medida coordinada que evite la consumación de lo que ha sido un nuevo y vergonzoso fraude.
Muestra de ello es la cumbre africana que se celebró el Lunes en Egipto. Allí el primer ministro de Kenia ha instado a los participantes y al resto de países, a actuar, y enviar en su caso un contingente de tropas al amparo de la ONU. Palabras bien intencionadas, pero que, curiosamente, eran escuchadas desde el puesto que corresponde a Zimbabue en la cumbre por el propio dictador Mugabe, que se “autojuró” el cargo el Domingo por la noche a toda prisa para ir al balneario egipcio de Sharm el Sheik, lugar del encuentro, con el seguro propósito de, entre foto y discurso, poder descansar un poco en sus plácidas aguas, después del esfuerzo que le ha costado esta vez volver a controlar su país, esa plantación familiar, su particular patio de recreo al que tanto quiere y ama.....
Este Domingo Robert Mugabe se autoproclamó presidente de Zimbabue después de una segunda vuelta de las elecciones en las que sólo se presentaba él. En la primera vuelta gano el líder opositor, llamado opositor Morgan Tsvangirai. Sin embargo, tras su victoria, las fuerzas paramilitares bajo el control de Mugabe empezaron una violenta y sucia campaña de acoso contra Tsvangirai y sus seguidores. Detenciones, palizas, y toda la parafernalia típica de una dictadura en acción se desplegó, con el objeto, finalmente conseguido, de amedrentar al candidato e impedir su presencia en la segunda vuelta electoral. Así, tras 28 años en el poder (sí, sí, 28 años, toda una vida) Mugabe reina nuevamente en su particular granja africana, sin que nadie parezca hacerle sombra alguna. Pudiera pensarse que esto no sería demasiado grave si al menos la economía de Zimbabwe funcionase relativamente bien, pero es que no sólo el poder del dictador oprime al pueblo, no, sino que la economía nacional lo asfixia. Zimbabue lleva años hundiéndose en la miseria más absoluta. Las tasa de desempleo, un increíble 80%, no informan mucho sobre la realidad de una sociedad en la que la malnutrición y el analfabetismo son marca de la casa, por no hablar de los perniciosos efectos de una inflación situada en el 1.400.000% anual, cifra a la que, pese a los errores que cometo al escribir, no le sobran ceros (ojala!!). En resumidas cuentas el país no existe, es una mera finca administrada por el dictador y su camarilla, expoliada hasta la extenuación y que ha favorecido el enriquecimiento insultante no de un sector del país, ni eso, sino simplemente de una banda de malhechores encabezados por Mugabe. Resulta increíble, pero encima este personaje tiene un cierto respaldo entre sus vecinos, especialmente encuentra apoyo en Sudáfrica, apoyo que intuyo se deberá a las ventajas que otorga el dictador a al exportación de productos minerales y de riquezas nacionales a bajo precio. La cuestión es que el fraude electoral se ha consumado esta vez delante de las televisiones de todo el mundo (bueno, no de las nuestras, que iban a lo suyo) y la tan manida expresión de la “comunidad internacional” se ha vuelto a convertir en un coro de voces protestotas pero complacientes, incapaces de adoptar ningún tipo de medida coordinada que evite la consumación de lo que ha sido un nuevo y vergonzoso fraude.
Muestra de ello es la cumbre africana que se celebró el Lunes en Egipto. Allí el primer ministro de Kenia ha instado a los participantes y al resto de países, a actuar, y enviar en su caso un contingente de tropas al amparo de la ONU. Palabras bien intencionadas, pero que, curiosamente, eran escuchadas desde el puesto que corresponde a Zimbabue en la cumbre por el propio dictador Mugabe, que se “autojuró” el cargo el Domingo por la noche a toda prisa para ir al balneario egipcio de Sharm el Sheik, lugar del encuentro, con el seguro propósito de, entre foto y discurso, poder descansar un poco en sus plácidas aguas, después del esfuerzo que le ha costado esta vez volver a controlar su país, esa plantación familiar, su particular patio de recreo al que tanto quiere y ama.....
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