jueves, enero 15, 2009

Vuelve el circo

Llevábamos unos días tranquilos, quizás todavía en al resaca de principios de año, donde los buenos propósitos se sobreponen a la realidad, pero ayer volvieron las pérdidas abultadas a la bolsa, las bajadas descontroladas, los nervios y las sensaciones negativas, producto de una crisis que no deja de crecer, ahondarse y aumentar, pese a las declaraciones vacías, sinsentido (y quizás también gracias a ellas) pronunciadas por dirigentes del gobierno de España, aunque no están solos, que sólo demuestran que realmente no tienen ni idea de a lo que se enfrentan.

Y como ya llevamos unos cuantos meses de debacle empiezan a surgir noticias “cachondas”. Son tres los suicidios registrados por parte de financieros empantanados en deudas, subido sal carro alcista y atrapados bajo sus ruedas en la bajada. Aunque también en esto hay listillos, como el caso conocido ayer de
un ejecutivo que trató de fingir su muerte con un accidente de avioneta, lo que demuestra que ese personaje era tan falso en el mundo financiero como en su vida real. Cuando me enteré de la noticia no pude menos que acordarme de ese episodio de los Simpson en el que Krusty el payaso hace exactamente lo mismo, estrellando una avioneta contra una montaña del pueblo en al que previamente todo el mundo le ha visto subir. Quién sabe si Marcus Schrenker, que así se llama el simulado suicida, y que encima sólo tiene un año más que yo, no vio el episodio de la serie y se inspiró en él para arreglar de una tacada todos sus problemas. La cuestión es que en la tele Krusty era descubierto por Bart y Lisa en el puerto de Springfield, en su papel de pescador (impagable la escena en la taberna, cada vez que sale el crío ese de ojos saltones con el acordeón me muero de risa) y en la realidad Marcus cometió el error de advertir a un familiar de lo que había hecho, y allí se le cayó el pastel. Si es que si uno no es capaz de guardar ni siquiera el secreto de su propio suicidio falso que se puede esperar de la confidencialidad financiera de estos sujetos..... Quizás Marcus estuviera arruinado gracias a los tejemanejes desarrollados por Bernard Madooff, uno de los malos malísimos de esta crisis. Pues nada, para consolarse el frustrado suicida y todas las posibles víctimas del estafador, y el resto de la población en general, se ha creado la web ¡Viva Madoff! Reventando el sistema desde dentro, en la que uno, por un módico precio, puede hacerse con toda una batería de objetos de merchandising en los que la efigie de Madoff es la protagonista. Camisetas, gorras, tazas, posavasos, forros para el portátil y fundas para el Ipod, por eso de la crisis tecnológica, ladrillos con la cara de Madoff, que sin duda serán un regalo socorrido en España, dado que en cada casa se oculta un hipoteca, y en cada empresa se esconde un agujero provocado por la crisis que ha originado al confianza en esos ladrillos, inmaculada en un principio, y manchada ahora entre otros por la presencia de Madoff y algunos compinches más, que también debieran ser descubiertos como el caso del ínclito financiero neoyorquino.

Puede que a algunos todo esto les suene a chiste, y quizás en el fondo lo sea, pero es que la cosa sería para reírse a carcajada de no tratarse de un asunto tan serio como el que es. En la web se afirma que Madoff es un revolucionario que, desde dentro del sistema, ha conseguido provocar más destrozos que cualquiera de los iconos comunistas del pasado siglo XX, como el Che o Mao, y en el de los destrozos no le falta razón. La imagen de Madoff disfrazada de Robin Hood o Pancho Villa resulta caricaturesca, pero es una foto parea guardar, para recordar unos tiempos que se fueron y esperemos que no vuelvan , pero que en su huída nos han dejado empantanados. ¿A alguien le apetece un ladrillito decorado?

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