No se si por conmemorar de una manera “adecuada” la fecha, pero lo cierto es que el día de ayer fue horrible. En Murcia un taxista jubilado , quizás desesperado por las listas de espera, la emprendió a tiros en un centro de salud y acabó con la vida de una joven médico e hirió a otro hombre. El comentario típico es que estas cosas sólo pasan en Estado Unidos, y como para querer dar la razón a los que así opinan, un hombre se encargó en Alabama eliminar el problema de la crisis de la vida de diez personas arrebatándosela a tiros. Hoy se ha sabido que una de las asesinadas era su madre, a quien mató la primera y luego quemó. En fin, horroroso...
Y como queriendo llevar a la realidad ese dicho de que no hay dos sin tres, un chico alemán de 17 años se lió a tiros en su instituto y mató a un total de 15 personas, y luego se suicidó. ¿qué les parece? Suficiente ración de violencia para un sí, verdad? Y para un año también.... Ahora saldrán los estudiosos a analizar estos casos, buscando paralelismos, coincidencias y diferencia entre ellos. Volveremos a tener el debate sobre si una de estas noticias genera un efecto contagio o imitación, y quizás alguno sopese la posibilidad de que el asesino alemán se acabó por decidir cuando vió como el norteamericano llevaba a cabo su plan, aunque casi será segura la idea de que el caso murciano no tiene similitudes con los anteriores. Puede que se vuelva a abrir el debate sobre la posesión de armas y su control, del cual nunca se extraen conclusiones definitivas, ni en unos Estados Unidos armados como si de una guerra se tratase ni en una Europa que presume de tener todo bajo control pero que cada vez asiste a más episodios de estos, especialmente en países de la zona norte. Quizás se plantee un debate en los medios de comunicación sobre el tratamiento de estos asuntos, sobre hasta que punto deben entrevistar a los familiares ya llegados, donde se encuentra el límite entre la información y el sensacionalismo, y si algunas imágenes deben ser censuradas. Es muy probable que algún programa como “Puede que esté pasando” o de título similar dedique íntegramente su edición de esta tarde a estos asuntos, lleve a una serie de expertos (que así se harán llamar) y se interroguen sobre las oscuras y depravadas costumbres del taxista murciano, que es lo que nos toca más de cerca, y de las cosas que hacía en la parte de atrás del taxi, y quizás cuenten con e testimonio de una joven adolescente de pechos prominentes que conoce al sobrino del taxista y ofrezca declaraciones jugosas. De lo que estoy seguro es que el fin de semana algún programa como “el balancín” o “Donde se escondió el apendicitis” tratará con rigor y profundidad estos asuntos, entablará un debate civilizado entre sus expertos contertulios y es probable que, alguna querella, agresión, insulto y pataleta mediante, obtenga conclusiones que sean de interés para el conjunto de la sociedad sobre estos casos y otros que la intrigan, como las costumbres sexuales que se desatan día sí y día también en la popular finca “ansias” (habrá testimonios inéditos, seguro....)
Bromas aparte, si la pregunta que todos nos hacemos al ver estas cosas es porqué sucede esto, la única respuesta segura que puedo ofrecer es que no lo se. Es tremendo, terrible, inimaginable, pero aparentemente tan humano como el cariño verdadero, porque sólo un humano coge un arma y mata a 15 semejantes sin motivo aparente para luego suicidarse, dejando tras de sí un reguero de dolor enorme entre los afectados y un porqué tan grande que aterra a todos. Porque todos deseamos respuestas, y parece que hay hechos que no las tienen...
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