Si se cumplen las previsiones, hoy el Banco Central Europeo rebajará el tipo oficial en la eurozona, vamos, nosotros, desde el 2% actual al 1,5%. Hay voces que reclaman una bajada mayor, tal y como lo han hecho ya la FED y el Banco de Inglaterra, que se acercan al 0%. Sin embargo es poco probable que Trichet sea tan brusco y ejecute un movimiento de tipos sorpresa. Ayer el Euríbor cerró un pelo por debajo del 2%, descontando la bajada de hoy. Es curioso, porque ayer ese situó por debajo del tipo oficial, no se si pro primera vez en su vida.
Esto de la bajada del Euríbor tendrá bellas consecuencias para nuestras queridas hipotecas, pero el determinar cuándo y en que cuantía es una historia compleja. Lo primero es ver cuándo nos toca renovarlas. En el caso de quien les escribe, la periodicidad es anual, el 30 de septiembre concretamente, por lo que hasta dentro de siete meses no me voy a enterar en mi cuenta de nada. A partir de ahí toca estudiarse esa montaña de papeles llamados hipoteca, que firmamos apresuradamente y a escondidas en una notaría el día en el que compramos el piso. En ese montón de hojas vienen un montón de cláusulas, en las que no se nos obliga a acudir desnudos a las oficinas bancarias porque al que las redactó no se le ocurrió, pero que nos dejan igualmente “en pelotas” ante nuestro amado banco. Lo normal es que se diga que la revisión se efectuará en base al último tipo del euríbor publicado oficialmente. Esto sale en el BOE y desde hace unos meses, a primeros del mes, de tal manera que es probable que sea la media del mes anterior al de la renovación la que nos afecte, sin tener que dilatarse la cosas en dos o tres meses. Para este mes de marzo, por ejemplo, la publicación fue el pasados Lunes 2. De todas maneras hay que leerse ese párrafo con cuidado. También es importante saber si nuestra hipoteca posee una cláusula de “suelo” indicándose un tipo de interés mínimo que se va a pagar independientemente de si el euríbor cae por debajo. Sea ese tipo el 3%. Así, si el euríbor se quedó ayer en el 2% y tengo un diferencial de 0,5%, mi banco no me aplicaría el 2,5%, sino el 3% por lo que no me podría aprovechar de la bajada hasta sus últimas consecuencias. Esto es legal, y no ha tenido trascendencia alguna hasta que los tipos han llegado hasta estos niveles de caída, impensables hace sólo un año. Conviene leerse también los plazos que nuestro banco permite atrasar, o no pagar, sin que se ejecute la hipoteca, aunque para esto lo mejor es pasarse directamente por la sucursal y preguntar, porque algunas entidades puede que, victo el panorama, abran la mano y sean algo más generosas a la hora de permitir unas mensualidades no abonadas.... o no, estando como están muchas al borde del precipicio. En todo caso creo que merece la pena pasarse una tarde leyendo esas hojas y sabiendo que hemos firmado, y lo que no sepamos, consultarlo a nuestro banco, que para eso está, a aparte de para “ayudarnos” (lo que en su jerga quiere decir sajarnos).
Y una cosa muy importante, si no se va a vender la casa porque se sigue pensando vivir en ella durante un tiempo, como es mi caso, no ponerse nerviosos cunado llega al buzón publicidad inmobiliaria de pisos como el de uno que son ahora más baratos que el día en que se compraron, viendo así como se deshace eso que se hace llamar el efecto riqueza de una manera muy real. En estos casos puede suceder que la venta del piso no cubra el importe total de la hipoteca, así que a aguantar y esperarse, y tirar rápidamente esos folletos al contenedor de reciclaje, los nuestros y los de los vecinos... hagámosles un favor, una obra de caridad....
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