viernes, agosto 19, 2011

W a la vista

Tras el deprimente comportamiento de los mercados financieros de ayer, plagados de pérdidas, agosto se configura como uno de los meses más nefastos de los últimos años para la bolsa. Todos los índices se han vestido de gazpacho o sopa de tomate, acordes a la temporada estival, y han ejecutado unas pérdidas que han dejado a muchos inversores en la estacada y medio arruinados, y quizás muchos se enteren cuando lleguen a casa de las merecidas vacaciones. Pero más allá del crash bursátil, se abre paso la preocupación de que la crisis que vivimos desde hace cuatro años se torne nuevamente en recesión. ¿Será así o no?

Sinceramente, para un país como España, que lleva encadenando tres años de bajadas y estancamiento, una nueva recesión no supone un cambio muy notable, salvo la constatación de que las cosas irán a peor. Vivimos en una sociedad con una tasa de paro inasumible y nadie parece darle importancia, por lo que el que el PIB retroceda o no sólo añadirá gotas de sufrimiento y nuevos dígitos a ese contador de la vergüenza nacional que es la encuesta trimestral de la EPA. Sin embargo para otros países, como EEUU o Alemania, que fueron duramente golpeados por el crash de 2008 pero luego fureon capaz e remontar, más los teutones que los yanquis, un nuevo frenazo sí que tendría consecuencias serias en su estructura productiva. Eso es lo que descuentan las bolsas, lo que sumado a un miedo irracional da como resultado las abruptas bajadas que vemos día sí y día también. No son una tormenta de verano, ojala lo fueran, sino el reflejo de algo más grave y profundo. De producirse, esta segunda recesión nos encontraría con las fuerzas agotadas. En la primera los estados se lanzaron a gastar como locos para evitar el derrumbe del mercado privado, reventado por la deuda hipotecaria, y lograron que el sistema financiero no colapsase, evitando el desastre total. Sin embargo esto tuvo como coste el deterioro de las cuentas públicas, en una especie de proceso de transferencia de la deuda privada a la deuda soberana. En estos momentos, y simplificando demasiado las cosas, las empresas están bien o mal en función de su sector, los bancos son auténticos zombies, con balances llenos de pisos invendibles y que tardarán muchos años en provisionar y eliminar, y las cuentas públicas son lo más parecido al paisaje después de una batalla. El efecto de las políticas de austeridad y recortes, necesarios para garantizar la solvencia de las naciones, no hace sino alimentar aún más la espoiral destructiva de demanda e inversión, y poco a poco el ciclo económico llega a un proceso de coma. Con sus particularidades, que las hay, esta es la descripción de la mayor parte de las economías occidentales, siendo Europa ahora mismo el teatro de operaciones más importante, al estar el asunto del Euro, su solvencia y futuro, en entredicho. El efecto balsámico de la política monetaria expansiva, los QEX de la FED americana por ejemplo, se ha mostrado ilusionante pero transitorio, y ahora nos enfrentamos a un parón ante la falta de demanda. Y este parón puede afectar, aunque aún no es seguro, a las economías emergentes, especialmente China, India y Brasil, que hasta el momento se erigían como las grandes ganadoras de esta crisis. De ahí que esta nueva recesión pudiera adquirir otra vez el carácter de global. Apasionante y de una enorme gravedad. ¿Qué es lo que va a pasar? En Europa nos enfrentamos a enormes retos y riesgos, y sólo algunas voces valientes parecen decir lo que puede suceder como no nos espabilemos.
Ayer Jacques Delors, uno de los auténticos constructores de Europa, no se andaba por las ramas. El proyecto de Europa y el Euro están en peligro. Así de crudo.

¿Y en EEUU? ¿Van a una nueva recesión? ¿Han salido de la presente? ¿Qué deben hacer? Imposible contestar a estas preguntas desde mi escaso conocimiento, pero lo peor es que las fuentes de la sabiduría tampoco lo tienen nada claro.
Si tienen un rato vean este video de un debate de al CNN del pasado Domingo 14 en el que el Nóbel Paul Krugman y Kenetth Rogoff, dos de las mentes más brillantes de la economía actual, discrepan ampliamente sobre lo que debe hacer su país para salir del atolladero. La referencia a los extraterrestres por parte de Krugman ha hecho fortuna en Internet, pero el asunto es muy serio. ¿Cómo lo afrontamos? ¿Cómo lo ve usted desde su realidad más próxima?

La semana que viene la cojo de vacaciones, si no hay sorpresas, hasta el Lunes 29

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