Hoy es 11 del 11 del 11, y a las 11 y 11 con 11 segundos de la mañana se puede obtener una imagen muy curiosa si usted saca una foto a su reloj digital. Pese a esta coincidencia tan redonda, que tanto ha gustado a la ONCE y que tan nerviosos pondrá a los miembros de Al Queda, las noticias seguirán por su tónica habitual, y tras el palo que nos dieron ayer con la rebaja de las previsiones por parte de la Comisión Europea hoy el INE ratificará, muy probablemente, que no crecimos en el tercer trimestre. Un panorama para salir corriendo.
¿Y a dónde nos vamos? Por ejemplo a mi querido y siempre soñado Marte. Este mes de Noviembre está marcado en el calendario para todos aquellos que soñamos con ir a Marte porque hace pocos días debía lanzarse la sonda rusa Fobos-Grunt con destino a Fobos, uno de los satélites marcianos, y a partir del 25 debe despegar el “Curiosity” un avanzado robot marciano que debiera posarse sobre el planeta rojo en torno al inicio del verano de 2012 si todo va bien. Lo dicho, plena actividad y alta excitación. La primera de las misiones, la rusa Fobos-Grunt es especialmente arriesgada. Consiste en el primer intento de aterrizaje en otro planeta, obtención de muestras del mismo y, tachán tachán, retorno a la tierra con dichas muestras para ser analizadas aquí. Por eso se escogió Fobos, una de las dos “lunas” marcianas, al ser un satélite irregular, pequeño y ligero, cuya velocidad de escape es bajísima y permite que el módulo de retorno a la tierra no necesite de mucho combustible y, por tanto, no sea muy pesado. Pero aún así la misión es muy complicada, y es el primer intento ruso de ir a Marte desde hace muchos años. Pues bien, la cosa ha empezado muy mal. El lanzamiento tuvo lugar de manera correcta y precisa el pasado Martes. El cohete ruso Zenit se elevó sin problema y todo iba muy bien. La sonda, la parte superior e interesante del cohete llegó a la órbita terrestre sin problema, pero en un momento dado, cuando debía encenderse el último de los grandes motores para sacarla de la tierra y encaminarla a Marte, el motor no se encendió. Así, desde hace tres días Fobos-Grunt se ha convertido, de manera provisional, en un nuevo e inesperado satélite que orbita la tierra sin rumbo ni objetivo determinado. Ahora mismo los técnicos rusos están estudiando que diablos ha pasado, si ha sido un problema técnico en alguna pieza o sistema que impide el arranque del motor o se trata de una avería en el ordenador o en el software de la misión, que no es capaz de mandar las órdenes precisas. Todavía no se sabe anda en claro, pero sea como fuere de momento Fobos-Grunt es un gatillazo, y de toda su misión, de millones de kilómetros de viaje, apenas ha alcanzado los 300 de altura sobre nuestras cabezas. Si el sistema no se puede reiniciar y los motores no arrancan es muy probable que la misión deba darse por perdida, y que todo el instrumental de vuelo, análisis y estudio con los que cuenta la sonda acaben envejeciendo de manera aburrida y sin sentido no sobre el rojo marciano sino sobre el azul y blanco terrestre. Confiemos en los técnicos rusos, que son muy buenos en estos asuntos, pero a día de hoy el panorama es bastante lúgubre.
No sería esta misión la primera que se perdiera en su camino a Marte. Nos puede parecer sencillo, pero mandar un artefacto hasta allí es algo de una complejidad tal que, sinceramente, es casi un milagro que no suceda contratiempo alguno que mande todo a la porra. Los americanos, que han mandado muchas más misiones, saben mejor lo que es que la sonda se estrelle sobre la superficie, o se pierda el contacto y nunca se sepa nada más de ella. De momento, y hasta nuevas informaciones sobre Fobos-Grunt, habrá que poner los ojos en el Curiosity, y que sea capaz de lograr su objetivo. Si es así, el verano que viene será de grave crisis, pero al menos veremos a un vehículo transitar por Marte. Y eso ilusiona.
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