viernes, noviembre 04, 2011

Hasta el infinito chino y más allá

Sigue la cumbre de Cannes, y la agenda que en ella se pretendía tratar ha sido destrozada por la crisis griega y la incapacidad de la UE de alcanzar un remedio a sus propios problemas. El órdago griego de referéndum se convierte poco a poco en un sainete político interno en el que los políticos helenos parecen no saber con lo que están jugando. Y de mientras, el resto de potencias mundiales, emergidas todas ellas, miran con curiosidad y un cierto punto de agrado y temor como a la rica y prepotente Europa le salen sarpullidos por todas partes. Vaya manera de hacer el ridículo.

Y de mientras nosotros nos quedamos atrás, el resto avanza disparado hacia el futuro.
Ayer mismo los chinos realizaron su primer acoplamiento espacial, lo que no significa, por si hay un mal pensado leyendo esto, que por primera vez una pareja de chinos hizo el amor en el espacio, sino que lograron que una nave lanzada el día anterior se uniera en el espacio a otra que ya estaba en órbita, creando un conjunto. La nave Shenzhou 8 se acopló al módulo Tiangong-1 y ya se han convertido en una sola entidad, en lo que es el primer paso para la construcción de una estación espacial propia por parte de China. De momento sólo Rusia y EEUU habían logrado hacer algo así, cosa que fue muy útil para la construcción de la estación MIR y la ISS que ahora orbita sobre nosotros, pero la maniobra de acoplamiento, que es mucho más compleja y arriesgada de lo que pudiera parecer, también es vital para poder desarrollar misiones lejanas, dado que una nave que, por ejemplo, tenga destino Marte, sin duda se elaborará acoplando varios módulos sitos en el espacio. De hecho los inventores de esta técnica fueron los americanos con el programa lunar, en el que fueron varios los momentos de acople y desacople que se sucedían a lo largo de cada una de las misiones del Apollo. Pues bien, los chinos ya lo han logrado. Usando tecnología convencional, si se puede llamar así, China avanza con paso firme también en el mundo del espacio, y no es descartable que en unos años se plantee misiones tripuladas de órbita en torno a la Luna y, quién sabe, un nuevo aterrizaje en el satélite para plantar allí la bandera roja y estrellada. Así, de mientras Europa se hunde en al tribulación y el proyecto espacial tripulado norteamericano atraviesa una grave crisis financiera y existencial, los chinos siguen gastando a espuertas y logrando, poco a poco, enormes éxitos, como el de ayer. Como metáfora de hasta dónde han despegado o emergido no está nada mal. Sin embargo ese modelo chino, tan admirado, al que todo el mundo rinde una pleitesía basada en el sometimiento a su poder financiero, ofrece un reverso muy tenebroso. No olvidemos nunca que China sigue siendo una dictadura férrea de partido único, en el que la población no tiene ni voz ni voto, las ideas disidentes se persiguen con saña y el sistema laboral a veces roza la explotación, porque por lo general se encuentra en un estado mucho más esclavo aún. ¿Es un avance lo que la economía china ha logrado estos años? Indudablemente sí, porque ha sacado a millones de personas de la pobreza más absoluta, y día tras día hace que nuevas masas de población se incorporen a una creciente y cada vez más influyente clase media, pero la historia china tiene dos caras, y no debemos olvidarlo. Y su ascenso en la escala de poder mundial, siguiendo la estela de un EEUU menguante, no dejará indiferente a nadie.

Hace unas semanas se publicó un interesante artículo en la revista de El País sobre los tentáculos del poder chino en el mundo, y es sumamente interesante. Dos periodistas españoles han viajado por 25 países viendo como las empresas y el gobierno chino se abastecen de todo, acaparando el mercado de materias primas, recursos naturales y energéticos, y lo que se ponga por delante. La falta de escrúpulos de China y el nulo respeto a los derechos humanos y el medio ambiente allí donde actúa produce escalofríos. Así, poco a poco, China moldea el mundo a su antojo. ¿Cómo será el futuro? No lo se, pero como ayer anticipaba Paul Kennedy, seguro que es distinto, muy distinto a lo que hemos conocido hasta ahora.

Me cojo dos días de vacaciones, y el 9 es festivo en Madrid, por lo que si no pasa nada raro, hasta el Jueves 10. Sean muy felices.

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