lunes, abril 16, 2012

El Rey y el tiro por la culata

2012 no será un año muy bien recordado por la monarquía española. Hasta ahora “sólo” Urdangarín empañaba la imagen de una familia e institución que es vital en el devenir del país, pese a que parezca algo meramente decorativo, que también, pero no solo. Hace unos días conocimos un accidente de caza de uno de los nietos del Rey, el mayor, Froilán, en casa de su padre, Jaime de Marichalar. La cosa era tan cómica su uno la analizaba un poco que decidí no dedicarle línea alguna, dados los muy buenos chistes que por ahí ya circulan.

Sin embargo este fin de semana se ha producido otro accidente de peores consecuencias, se mire por donde se mire.
El Sábado el Rey era operado de la cadera por una rotura producida mientras cazaba en una reserva de Botswana, cerca de Sudáfrica. Se había desplazado allí en visita privada y el viaje y el motivo se conocieron a raíz de lo que se ha comunicado como un accidente fortuito. Sanitariamente, romperse la cadera teniendo más de setenta años acarrea problemas variados, dada la lentitud de al recuperación y las más que probables secuelas que queden, tanto físicas como derivadas de la inseguridad de saberse ya muy tocado. Pero ese no es el plano importante en este caso, no, sino la imagen que da el viaje en sí, y más en la situación en la que nos encontramos. Y es que parece que aún no somos conscientes de lo que estamos viviendo. Lo insisto en mi enrono cada vez que me preguntan, y quizás por eso la gente considere que soy un pesado, pero hasta que no nos demos cuenta de la gravedad de la crisis que estamos viviendo no haremos nada en serio para solucionarla. Y los que parecen seguir más ajenos a todo esto son los responsables políticos y, que pena, el Rey. ¿Tiene derecho el Rey a cogerse días libres? Por supuesto ¿y puede irse a donde y como le de la gana? En principio sí, pero aquí es donde está mi crítica, a la imagen que se ofrece de cierta irresponsabilidad ante la situación que vivimos. La semana pasada fue horrorosa para la economía y la imagen de España. Nos estamos convirtiendo en un apestado del que todo el mundo quiere separarse, para que no le salpique o infecte, como una nueva Grecia. Y en esta coyuntura resulta que el Jefe del Estado aparece en todas las portadas ingresado en una clínica por motivo de una cacería privada en África. Como mínimo la imagen que se transmite es de falta de seriedad, de cierta despreocupación y ausencia de responsabilidades. ¿Qué opinará el inversor internacional, el que nos financia la sanidad, la deuda y las cacerías, de este episodio? ¿Qué impresión sacara? ¿Seremos más fiables o menos después de este fin de semana? Dirán algunos que de no haber sucedido el accidente no nos hubiéramos enterado y tan felices, pero ese argumento no me vale, porque el que no se produzcan consecuencias no es motivo para evitar asumir riesgos. Afortunadamente la lesión no es peligrosa para la vida de Don Juan Carlos, pero ¿y si hubiera sido algo más grave? ¿Y si el Viernes hubiera sido necesario que el Rey compareciera en televisión ante una posible debacle financiera del país? Hace unos meses esa idea era una tontería, pero hoy es cada vez más consistente. Estuviera informado o no el gobierno de este viaje, se supone que sí, debiera haberlo impedido tanto por la seguridad física del monarca como por la posible necesidad de contar con él en estos momentos tan convulsos. Todo esto ha sido un enorme error estratégico y de gestión, y ha acabado bastante mal. Tiste consuelo el pensar que aun podía haber sido peor.

Pero hay otra derivada más compleja y, si se me permite, peligrosa, de este suceso, y es la imagen de cara a la ciudadanía. En una época de recortes, de austeridad, de recesión económica y depresión moral, las cacerías en África, se paguen como se paguen, no están bien vistas, y generan rechazo aunque sea simplemente por comparación. No son estéticas, no son bonitas. No venden. Hasta ahora la crisis ha destrozado la imagen de casi todas las instituciones, dejando a la monarquía bastante a salvo. Cometer imprudencias como estas puede hacer que esa tregua en las encuestas se acabe. Toca corregir todo este error.

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