jueves, mayo 31, 2012

Los hispabonos


Bueno, ya lo hemos conseguido. España es el centro de atención del mundo, pero no por ser los más importantes, sino por ser los causantes de las más graves preocupaciones. Deshonroso puesto y más horrenda aún su causa. Lo único bueno es que empezarán a escudriñarnos y puede que se enteren que las fallas se celebran en la quebrada Comunidad Valenciana, los San Fermines en la mucho más solvente Comunidad Foral Navarra y que la Semana Santa de Sevilla se celebra al sur, en una región muy grande, con mucho turismo y aún más paro. La diversidad regional llevada al campo económico.

Y puede que alguno escuche a los presidentes de las CCAA españolas pedir la creación de algo llamado hispabonos para financiarlas, y dirán ¿qué es eso? Pues como los eurobonos que pedimos para Europa pero a nivel español. Y algún sagaz preguntará que cómo no habiendo desarrollado ese instrumento para un país y hecho y derecho como el suyo lo solicitan para un ente extraño a medio hacer llamado Unión Europea, y esa pregunta tiene muy difícil contestación. ¿Qué son los hispabonos? Hasta hace unas semanas cada CCAA emitía su propia deuda pública en los mercados, pagando por ella un diferencial, una prima de riesgo, respecto al bono más seguro de su entorno, que es el del reino de España. Y con la prima de ayer a 540 puntos y el bono español a 10 años a 6,4% no hay CCAA española que se financie a menos de ese 6,4%, y pagará más caro cuanta peor sea su solvencia. Así, las emisiones de Navarra o el País Vasco, que son las más sólidas dada su menor afectación de la crisis y, sobre todo, su capacidad recaudatoria propia derivada del concierto económico, pagarán poco más por encima, pero las emisiones de Cataluña o Comunidad Valenciana puede que se sitúen 200 puntos básicos por encima, y no sería extraño verles pagar intereses superiores al 8%, imposibles de asumir. Por ello desde hace tiempo hay muchas CCAA que piden la creación de los hispabonos, que serían bonos emitidos por el Reino de España, destinados a la financiación autonómica, respaldados por el estado central, que cotizarían más alto que los bonos nacionales que hasta ahora se emiten, por encima del 540 de ayer, pero en todo caso por debajo de los límites que marcan ahora las CCAA más insolventes. De esta manera el organismo supraregional, España, asume parte del coste de la financiación de las regiones más díscolas, rebajando su tipo efectivo, haciendo que las más solventes paguen un poco más. Esto es lo que se denomina “mutualización” de la deuda, y es lo mismo que, a escala europea, mucha gente le pide a Alemania para financiar a los países del sur. Si la versión española no se ha creado hasta ahora es, a parte de la situación de emergencia que vivimos, porque no se sabe está seguro de cómo repercutir correctamente los costes de la emisión entre las CCAA para evitar los riesgos morales. Supongamos, en un extremo, que las CCAA “buenas” emiten al 0% y las “malas” al 5%, y que el hispabono global sale a un 2,5%. Las que emitían a un 0% salen perdiendo porque su coste ha crecido en medio punto, y no quieren colaborar, mientras que las malas se ahorran 2,5 puntos y se sienten más relajadas, por lo que pueden aplazar sus recortes y no agobiarse ante la situación. Mal acuerdo para ambas. Lo lógico es que el emisor, España, reequilibre los costes, de tal manera que, por ejemplo, en vez de el 2,5% lineal, cobre a la CCAA buena un 1% y a la mala un 4%, de tal manera que limita los costes y beneficios de la emisión en aras de que todos queden satisfechos, o al menos no enfadados unos contra otros.

En la práctica no está claro como hacer esta distribución, como ponderar esos costes y repartirlos, y ese es el principal escollo a su creación en España. Se rumorea que este Viernes el Consejo de Ministros puede aprobar un formato de hispabonos, por lo que veríamos que sistema ofrece. El ejemplo anterior, unido al grave problema de la inexistencia de un sistema fiscal conjunto (que en España, como en cualquier otro país unificado, sí existe) es lo que argumenta Alemania y el norte de Europa para no crear Eurobonos. El riesgo moral de que los países del sur acaben siendo financiados por los del norte sin que les puedan exigir contraprestaciones (impuestos) es el gran escollo del debate.

Me cojo vacaciones mañana Viernes y el Lunes. Hasta el Martes 5 de Junio. Cuídense de la actualidad y traten de ser lo más felices posibles.

miércoles, mayo 30, 2012

Derrumbados sobre la lona


Hoy ha sido un día demoledor para España pero, tristemente, nada sorprendente. La nefasta gestión de la crisis de Bankia no ha sido sino el último y más significativo episodio de la labor de un gobierno completamente sobrepasado por los acontecimientos que ha perdido el control de la situación que, como el conjunto de la clase política española, sigue sin ser consciente de la gravedad del momento que vivimos, en el plano económico como el social. El rescate financiero ya está en marcha, y si hasta ayer se podía decir que el gobierno estaba tutelado, desde hoy se puede afirmar que está, estamos, intervenidos. Se acabó nuestra soberanía como país. Dado lo que hemos hecho con ella quizás sea lo mejor que pueda pasar……

Un gran artículo sobre lo que estamos viviendo es este, de Garicano. Por favor, que alguien le haga caso.

Aleix Saló y la simiocracia


La contemplación de cómo nos vamos enquistando en este pozo llamado crisis produce, como mínimo, una enorme y profunda melancolía, que tiende a atraparte y hacerte caer en lo más hondo. Quizás la mejor manera de huir de ese sentimiento sea, aparte de coger un vuelo y largarse de España, verlo todo desde el prisma del humor, sin perder realismo ni acidez, pero darle a todo un toque divertido, irreverente y cachondo. Más allá de las viñetas diarias de la prensa, que han encontrado un filón en esto de los bancos, creo que el dibujante Aleix Saló es quién mejor ha plasmado nuestras miserias y cómo nos han llevado hasta aquí.

Saló, a quien puede conocer en persona este pasado fin de semana en las casetas de la feria del libro, publicó hace no mucho tiempo un cómic llamado Españistán, en el que relataba la historia de cómo una burbuja había dejado colgados de la brocha a todos los habitantes del país de idéntico nombre. Ácido y colorista, el cómic se vendió bien, pero cuando en base al mismo se hizo un corto de dibujos animados y se colgó en la web su éxito se disparó, las ventas crecieron y Saló, creo que muy a su pesar, empezó a convertirse en un personaje más mediático y al que se le preguntaba su opinión sobre cómo salir de este lío en el que nos hemos metido. Hace unos meses sacó un segundo cómic, llamado simiocracia, en el que iba un poco más allá. El dibujo es más esquemático, con menos color de fondo, y ya no incide tanto en cómo le afecta al españistano de a pie la crisis, sino la misma historia de la formación del desastre, de la burbuja, desde 2009 en adelante. Saló no se corta un pelo, y muestra de una manera muy gráfica (claro, es un cómic, jejeje) cómo se establecen las relaciones de poder, dependencia y sumisión entre partidos político, banca, empresas, acreedores, instituciones y demás organismos rectores de este país, y cómo entre todos ellos se hace fuerte la consigna de aguantar “como sea” y lanzar el problema hacia delante para evadirlo y, si es inevitable, que le pille a otro. Todo esto le hace llegar a la conclusión de que los ciudadanos estamos en manos no de gestores, sino de simios, auténticos monos inútiles que nos han conducido hasta este despropósito, contando eso sí con la inestimable colaboración de cada uno de los españolitos, que se sumaron al frenesí en al burbuja, emborrachados de dinero fácil, y dieron rienda suelta a su codicia pensando que el mundo era jauja, sin preocuparse por el futuro en lo más mínimo. Nuevamente simiocracia cuenta con un vídeo en la web que, en apenas seis minutos, relata nuestra historia de los últimos años, de una manera en la que es imposible no morirse de ris, pero que una vez visto te deja con un poso de cabreo e indignación que no tiene límites. Si hasta ahora no he puesto en el artículo los enlaces de los vídeos es porque en esta entrevista que le han hecho al dibujante me los han metido juntos, y me ahorran el trabajo. En ella Saló se muestra optimista, no tanto hacia el futuro, sino al papel que deben jugar las nuevas generaciones de españoles, los jóvenes, los aún no corrompidos por el sistema, que son los únicos que pueden limpiarlo y devolverle a este país no ya su prestigio perdido, sino al menos su decencia y vergüenza para poder mirarse al espejo. En un chat de ayer mismo señalaba el dibujante que, parafraseando el clásico, un mono podría cruzar la península saltando de "jeta" en "jeta" sin llegar a tocar el suelo. Y si eso era posible en el pasado, al contrario que con los árboles, ahora mismo es más factible que nunca.

En el fondo Saló ha actualizado, al lenguaje de nuestro tiempo, la esencia del Lazarillo de Tormes, el mejor tratado de sociología hispánica que jamás se haya escrito. El episodio en el que el ciego pega a Lázaro porque descubre que le roba uvas, dado que él robaba muchas y no se quejaba, sigue definiéndonos, porque hasta que la burbuja estalló todos dejábamos robar mucho si cada uno robaba lo que consideraba necesario. Vean los vídeos de Saló, compren sus cómics (no, no cobro comisión por ello) diviértanse y reflexiones sobre cómo hemos llegado hasta aquí y, sobre todo, lo mucho que tenemos que cambiar para salir.

martes, mayo 29, 2012

España debe pedir el rescate financiero YA


Ayer Rajoy celebró su primera rueda de prensa en España desde que es presidente del gobierno, bueno el hacerlo, nefasto el haber tardado tanto. Casi todas las preguntas fueron sobre Bankia, y trató de eludirlas como pudo. A la pregunta de si España acudirá al rescate europeo de los bancos ofreció un rotundo NO, pero creo que él sabe que eso no va a ser así. Mi consejo es que dejemos nuestro orgullo infantil en el baúl de los recuerdos (uuu) y solicitemos ese rescate antes de que nos lo impongan, porque no tenemos recursos propios para rescatar a Bankia y a todo lo que vendrá detrás.

El final del desastroso día de ayer fue, como diría el propio Rajoy, colosal. BFA, la matriz de BAnkia, admitió que sus cuentas de 2011 eran tan falsas como las del déficit griego, y que donde dijo que había ganado 30 millones de euros realmente había perdido 3.300, así, por las buenas. Bien, esto es mentir, falsear, engañar, lo que ustedes quieran, y hace perder toda la confianza en las finanzas españolas. Desde ayer cualquier inversionista sabe que las cuentas que se presentan por parte de las entidades en este país pueden ser completamente falsas, y esto nos pone en el nivel griego, por lo que la manida frase de “España no es Grecia” ya no puede ser usada, al menos desde mi punto de vista. Al desastre de Bankia debemos sumarle los agujeros de CatalunyaCaixa, NovaCaixaGalicia y otras entidades menores que andan por ahí en un estado completamente zombi. La idea que surge poco a poco es la de unificarlas todas en la práctica, dado que deben ser nacionalizadas si no se quiere evitar su quiebra, dada la insolvencia de sus cuentas. ¿Cuánto dinero puede suponer este proceso para las aras públicas? Muchísimo, demasiado…. Las cifras bailan sin parar y marean por su dimensión, llegándose a valores de 60.000 millones de euros, diez billones de las antiguas (veremos a ver por cuanto tiempo) pesetas, aunque en esta cifra estarían incorporados los requerimientos de capital de entidades bancarias pequeñas no intervenidas, como Popular o Sabadell. En todo caso esos valores aún pueden variar en función del resultado de las auditorías privadas contratadas que, tanto por la imagen propia como por su interés en el asunto, no darán valores menores a los anteriormente citados, y si seguramente los harán crecer. Es decir, tenemos que meter todo ese dinero, extraído de recursos públicos, en el capital de las entidades, con lo que el estado (nosotros) se hará cargo de ellas y pasará varios, muchos años, controlándolas, a la espera de que den beneficios y pueda desprenderse de esos activos. Las vías para aportar esos recursos que se están comentando son dos. La primera es emitir nueva deuda pública para recaudar el dinero e inyectarlo a las entidades. Con una prima de riesgo como la de ayer, 510, la emisión sería carísima y España no sería capaz de afrontarla, lo que nos llevaría inevitablemente al rescate. La segunda vía, más retorcida, es crear esos títulos de deuda pero no venderlos en el mercado, sino dárselos directamente a la entidad nacionalizada, y que ella, con esas garantías, que en el argot se denomina “colateral” acuda al BCE para que le preste el dinero líquido. En este caso España se ahorra gran parte del diferencial de la prima de riesgo (no todo, porque algo, poco, cobraría el BCE) y daría un margen temporal de actuación, pero obviamente exige que el BCE (Alemania) diga que está de acuerdo, y en todo caso es probable que de aceptar exija contraprestaciones en forma de nuevos recortes y promesas, dado que ya no se fía mucho de España, sus entidades y su gobierno. Como ven, estamos bastante atrapados y con pocas salidas. Sobre como afecta todo esto a la contabilidad nacional, sí aumentará el déficit, la deuda o ambos, la respuesta es muy compleja, y esta web pude ayudarles a entenderlo un poco.

En fin, casi cuatro años después de la caída de Lehman Brothers y la recapitalización de la banca norteamericana, el que, ingenua y chulescamente se vendía como el mejor sistema financiero del mundo se descubre que era como todos los demás, un enorme agujero lleno de cosas oscuras y malolientes, y que necesita ayuda pública para no arrastrar al país en su caída. Entre medias de todo esto nos hemos quedado sin recursos propios, hemos destrozado el mercado de trabajo y dejado a la economía patria en un estado de abatimiento digno de la gran depresión. Bankia va a ser nuestro Lehman Brothers, y nos va a llevar al rescate europeo. Agárrense, empiezan los momentos de la verdad.

lunes, mayo 28, 2012

Bankia entre las sombras


Hay muchos planes ideales para una mañana de sábado de finales de mayo, anticipo pleno del verano, soleada y radiante como pocas, y quedarse en casa viendo la rueda de prensa de José Ignacio Goirigolzarri, Goiri, nuevo presidente de Bankia, explicando las inmensas necesidades de capital de la entidad no es de los más apetecibles, pero es lo que tocaba, así que no me fui a ningún lado y me tragué toda la comparecencia y las preguntas posteriores. En su descargo, hay que elogiar a Goiri que haya contestado el sólo a más preguntas sobre este asunto que todos los demás implicados, gobierno incluido, pero pocas cosas más podré decir buenas sobe él y la entidad que preside.

Si los anuncios del jueves, 15.000 millones, y el viernes, 19.000 millones, parecían una especie de subasta de la vergüenza, o mejor, de la desvergüenza, la confirmación de las cifras el Sábado nos dejó a muchos sumidos en una preocupación que aparentemente no se reflejaba en el rostro de Goiri. “Cómo vamos a hacer frente a esto”, “de dónde va a salir la pasta para cubrir este agujero” y demás reflexiones me venían a la cabeza mientras que cifras y más cifras salían del televisor sin soporte ni credibilidad alguna. Cuando, en las preguntas, Goiri reitera una y otra vez que lo que se va a hacer es aportar capital y no recibir un préstamo, y que por tanto no se va a devolver nada, empiezo a entender su cierta tranquilidad, y mi nerviosismo. Vaya, así que no prestaremos dinero a Bankia, sino que nos subiremos en su barco a afrontar la tormenta y, si no nos ahogamos, llegaremos a sacar rendimiento de todo esto. Y si todo va mal, pues todo perdido. Y en medio de esos dos escenarios una previsible y larga travesía por el desierto en el que miles de millones de euros de capital público, obtenidos vía colocación directa o entregados para ser usados como colateral ante el BCE van a aumentar el conjunto de la deuda pública española, en una cifra de entorno al 2% del PIB. Maravilloso, esto cada vez se parece más a Irlanda. Si no está nada claro cómo se va a obtener el dinero, lo que sí quedo más o menos despejado es el panorama de los antiguos gestores de la caja banco, o como se quiera llamar. No deben preocuparse por el momento, y conociendo a este país, no lo harán nunca. Quizás algún día alguien ose a hacerles una entrevista y preguntarles, antes de los anuncios, qué papel tuvieron en la descapitalización, ruina y quiebra de la cuarta entidad financiera de España, y de empantanar al erario público en una trampa que deja al caso Banesto convertido en un juego de niños. No creo que haya comparecencias parlamentarias, seguro que no hay juicios, y menos condenas. Es probable que un par de años, o menos, todos los anteriores componentes del consejo de administración de Bankia, que dimitieron el viernes por la tarde, tengan un nuevo puesto, muy bien remunerado, sino en otra entidad financiera seguro que en un ente público de distinta relevancia, pero muy bien remunerado y considerado. ¿Dónde colocamos a Rato? ¿A Olivas? ¿y MAFO cuando deje el Banco de España? Eran preguntas que se hacían la semana pasada cuando este escándalo aún estaba por cuantificarse. Supongo que ellos estarán muy tranquilos, viendo como los que mandaron construir el aeropuerto de Ciudad Real o el de Castellón no han sido procesados ni acusados de nada. Se unirán a la ingente cantidad de directivos de uno y otro signo que, entre todos, han arruinado a este país con la complacencia e inestimable colaboración de todos y cada uno de los españoles, que hemos gastado sin control alguno y aplaudido con las orejas cuando se derrochaba sin fin, siempre que alguno de los euros malgastados cayera en nuestro bolsillo o pueblo. Así se escribe la crónica de una sociedad enferma, que acaba postrada por el mal que ella misma contribuyó a crear, y que ni supo no quiso remediar a tiempo.

Hubo un detalle de la rueda de prensa que me pareció sintomático. Goiri hablaba frente a un atril y a su espalda un proyector mostraba en una pantalla el powerpoint que iba desgranando las cifras que trataba de explicar. En un momento dado el proyector, o el ordenador, empezaron a fallar, y Goiri terminó su discurso de pies con el fondo de una pantalla completamente negra. Esto permitió a los reporteros gráficos hacer unas fotos en las que un claroscuro digno de Caravaggio preside en todas las informaciones sobre la comparecencia. El rostro de Goiri brilla frente a esa oscuridad que le rodea. Más le vale que así sea, si no quiere acabar atrapado por la negrura.

viernes, mayo 25, 2012

La música, el crecimiento y el sexo (para MLLP)


Que la música es de lo mejor que hay en esta vida no necesito proclamarlo muy alto. Lo vivo, lo siento y así lo expreso de manera constante. Oír, interpretar, asistir a un concierto, sentir como el sonido penetra en uno mismo generando un placer difícil de expresar es algo que todos hemos vivido al escuchar temas, grupos y compositores que nos llegan. De hecho este pasado Miércoles por la noche tuve una nueva oportunidad de comprobar hasta que punto la simbiosis entre intérprete e instrumento genera belleza en casa de mi amigo MLLP, cuyo dominio de la guitarra empieza a ser profesional.

Sin embargo, siempre está la duda de si la música produce beneficios al escuchante que le pone atención porque le gusta o a todo el mundo, esté atento o no al tema en cuestión. Se han hecho así experimentos con embrazadas, haciendo que los bebes que portan en su seno “oigan2 piezas de Mozart y comprobando si eso generaba a posteriori un mejor desarrollo y, aunque hay casos, la evidencia aún no es muy consistente. Un experimento similar, mucho más modesto, pero igualmente interesante, ha sido llevado a cabo por tres estudiantes de bachillerato de Valencia, tratando de comprobar como distintas músicas afectan al desarrolló de una misma planta. La idea es muy sencilla. Cogieron varias plantas de lenteja, que crece rápido y hace que el experimento no se dilate mucho en el tiempo, y las plantaron cada una de ellas en un mismo recipiente, insonorizado del exterior, pero que disponía de un auricular que proporcionaba música al vegetativo oyente. Hicieron cuatro “escenarios”, en uno de ellos la planta no tenía música, la segunda planta no tenía nada más que un pitido constante, la tercera escuchaba heavy metal y la cuarta tenía a San Johan Sebastian Bach como mecedor de cuna. Los cuatro recipientes han sido sometidos a las mismas condiciones de luz, humedad e irrigación, y al cabo de ocho días, que es al parecer lo que tarda en brotar la planta en cuestión se pudieron ve los resultados del experimento. ¿Hubo variaciones entre las plantas? Pues la respuesta es que sí, y significativas. La que más había crecido, con diferencia, es la que escuchaba a Bach, mientras que las que no escuchaban nada o tenían el pitido constante habían crecido menos. En último lugar estaban las marchosas plantas heavys, que habían crecido menos, quizás porque habían gastado parte de sus energías en bailar como locas o habían empleado el hierro de la tierra en fabricar tachuelas en vez de hojas. La cuestión es que, de una manera un tanto simplista, pero muy intuitiva, se observa que la música tiene un efecto sobre el crecimiento del brote, porque frente al silencio o la constancia ejerce un papel en la planta, de refuerzo según se aprecia en el caso de Bach, y aletargamiento en el caso de los ruidosos heavys. Evidentemente el pequeño tamaño muestral del experimento impide obtener conclusiones firmes, pero es curioso que la variación del crecimiento haya sido tan significativa, y que el resultado, que Bach es lo mejor que hay en el mundo, se haya alcanzado a la primera. Vaya desde aquí mi felicitación a esos chavales, que han tenido esta idea tan original como divertida, y que muestra en forma de tallo verde lo que antes les comentaba, que es que la música es una parte fundamental, maravillosa, de nuestras vidas, y los que disfrutamos con ella no nos imaginamos la posibilidad de renunciar a su escucha. En medio del ruido diario que nos aturde en todo momento (más en un entorno urbano) en el que es imposible entrar en una tienda sin que un hilo musical sinsentido invada nuestros oídos, deleitarse con la música que a uno le gusta es uno de los mayores placeres que imaginar pueda, verdad??

Una duda respecto al experimento que las lentejas es si ese efecto también se da en personas, que son seres vivos infinitamente más complejos que los vegetales. Yo creo que, dad la complejidad, ese efecto es aún más intenso, y que no escuchar a Bach, o lo que uno guste, lo eleva más allá de lo imaginable ¿hace crecer, entonces? ¿Hace “reproducir”? Curiosamente ayer, en una entrevista en el país, Slash, guitarrista del grupo Guns&Roses (los clásicos gusanos rosas de los noventa) decía, justo al final, que, literalmente, “La música debe moverte a hacer algo. Llorar, alegrarte, rebelarte, ponerte cachondo y que te folles a alguien…” Vamos, lo que viene a ser la versión heavy de las lentejas trepadoras, jejeje

jueves, mayo 24, 2012

Mario Fernández y la polémica de Eurovegas


Ayer Mario Fernández, presidente del grupo Kutxabank, una de las entidades financieras más sólidas de España, y no sólo porque mi hipoteca y nómina estén allí, la armó bien gorda no al terciar sobre el sueldo de los banqueros o las provisiones o le asunto de Bankia, no. En una charla celebrada en Vitoria sobre el contexto económico vasco y español dijo, literalmente que, “salvo un norteamericano que quiere montar una especie de casa de putas cerca de Madrid, nadie va a crear 2.500 puestos de trabajo” y todo el mundo entendió que se refería el proyecto de Eurovegas y se organizó la polémica padre.

Vaya por delante que tengo mis serias dudas de que lo de Eurovegas llegue a realizarse, porque no sería la primera vez ni la última que una inversión de ese tipo se plantea en España y todas las anteriores han acabado con unas preciosas maquetas abandonadas en un sótano. Sin embargo parece que esta vez la cosa va más en serio, y el promotor del tinglado es un millonario forrado a cuenta de complejos como este, por lo que pudiera ser que, finalmente, algo se construya en España. ¿Sería bueno o malo? Más allá de que guste un negocio como este o no, que de todo habrá, me parece que es la extensión natural del modelo de país que hemos creado, por lo que no se cual es el motivo de alarma o queja. A ver si me explico. España no vive de la industria, de la I+D, de las nuevas tecnologías ni, incluso, de las viejas. Nuestra principal industria es el turismo, basado en el clima soleado y la costa sobreexplotada. Decenas de millones de turistas vienen cada año, convirtiéndonos en una de las principales potencias del sector en el mundo. Es nuestra principal fuente de divisas, y en varias regiones la única vía para crear empleo y riqueza. Creo que son tres los modelos de turismo masivo que se han desarrollado en España (el rural y de interior aún están en mantillas y se debieran potenciar). Uno es el clásico, familiar, de fin de semana, puente o Agosto, que ya ha alcanzado su techo y tiende a perder peso en el conjunto. Otro, con enorme proyección, es el residencial con el objeto de que los ricos jubilados europeos acaben sus días en nuestras costas, convirtiendo a España en la “Florida” del frió y rico norte de Europa. Esta variante ha crecido mucho en los últimos años al calor del boom inmobiliario en la costa, y creo, no me peguen, que es la alternativa económica a la que puede y debe aspirar España en una futura y deseable Europa unificada (a Florida no le va tan mal en EEUU) viviendo a costa de nuestras “chicas de oro”. La tercera variante es lo que podríamos denominar turismo “bizarro” basado en el lema “ven aquí y haz lo que no puedes en tu país”. Botellones internacionales, riadas de desatados adolescentes europeos que, vía charter, pasan un fin de semana o muchos más días, de alcohol, sexo y juerga sin límite en los municipios de la costa, fiestas que nunca acaban salvo que se termine la bebida… todos los años vemos las quejas de los vecinos de las localidades que acogen estas invasiones mientras que los ayuntamientos se frotan las manos con los ingresos que sacan. Pero más allá la costa española se convierte en verano en el “juergódromo” de Europa, en el que imperan pocas restricciones, escasos límites, ningún horario, y se busca que todo el que quiera divertirse sin freno venga a España. El “balconing” que ahora está tritemente de moda no es sino la última de las malas derivadas de esta política de ocio promovida por el ayuntamiento, como decía la canción, pero que es una enorme fuente de ingresos para los hosteleros y los fabricantes de productos líquidos, sólidos e inhalantes, y por supuesto, la forma de recaudar más sencilla y cómoda posible para cualquier administración. La juerga es muy muy muy rentable.

Pues bien, Eurovegas no es sino la extensión sofisticada, cara y hortera de ese modelo, buscando un segmento de público algo diferente, de mayor edad y, tachántachán, mayor poder adquisitivo, pero el modelo es el mismo: ocio desenfrenado, vicio, juerga, y garantías de que se haga lo que se haga quedará impune, y que además entronca con el paisaje nacional, lleno de lupanares a la salida de cada pueblo sin que nadie proteste porque todo el mundo, pese a negarlo, los usa. Así, como decía antes, puede gustar o no, pero la expresión “casa de putas” usada por Fernández no es sino una manera muy castiza, pero bastante apropiada, para describirlo.

miércoles, mayo 23, 2012

A Apple (también) le sale a devolver


Creo que les comenté de pasada que hace una semana tuve cita para hacer la declaración de la renta, en la administración de Montalbán, centro puro de Madrid, al lado de Cibeles. Tenía reserva para las 18 horas, y llegué un poco antes, por lo que me senté en la zona de espera sita enfrente a los puestos desde los que los funcionarios elaboraban las declaraciones. Había allí un poco de todo, pero lo primero que pensé en cuanto me senté, y es cierto, es en la palabra “pringados” Sí, allí estábamos los pringados asalariados, a los que Hacienda ata muy en corto, y que no pueden eludir sus impuestos.

Y es que somos esos, los asalariados con nómina, los que soportamos la carga fiscal real del país, los que pagamos los impuestos directos y los que no podemos hacer mucha cosa para disminuir nuestra contribución, salvo desgravar comprándose un piso carísimo, tener un hijo de por vida o depositar el dinero en un plan de pensiones que vaya usted a saber lo que sucederá con él. Autónomos, empresas, profesionales liberales, todos los demás eluden, de una manera u otra, el IRPF, y las empresas el de sociedades, bien mediante argucias legales o, directamente, evadiendo. Pensando en esto me quedé con un titular que publicaba El País el pasado Martes, que no sólo no me sorprendió, sino que me hizo girar la cabeza suavemente y decir en bajito… ves, David, cómo eres un pringado…. Apple ha logrado que sui declaración del impuesto de sociedades en España le salga a devolver. Sí, sí, la empresa “cool” por antonomasia, la más chic, in, o como quieran definirla, recurre a las mismas trampas contables que todas las demás para no paga impuestos en nuestro país, y tampoco en otros, tranquilos. Todas las ventas se realizan con base a la matriz europea sita en Irlanda, debido no al clima, sino al bajo impuesto de sociedades que allí rige. A partir de ahí la filial española de Apple importa los productos de Irlanda a un precio muy alto, de tal manera que no obtiene prácticamente margen de beneficio en las ventas con respecto al precio de origen. Súmenle a esto costes fijos de los locales, sueldos y salarios, y algunas bonificaciones y el beneficio declarado por Appel en España es…. Negativo!!! Así que los únicos impuestos que paga la manzanita dorada en España son los derivados de las cotizaciones sociales de sus empleados, el IBI de los locales y el santo IVA de las ventas. Del margen de ganancia y del volumen de venta y del beneficio obtenido, nada de nada, por lo que puede estar seguro de que el bar donde hoy se tome un aperitivo ha contribuido al fisco más que el imperio español de Steve Jobs, que era muy listo para todo, no sólo para diseñar y vender. Esta táctica, que podemos denominar irlandesa, no la practica sólo Apple, desde luego. Prácticamente todas las empresas informáticas la llevan a cabo, y muchas otras compañías. Hace un tiempo se organizó una polémica al descubrirse que las ventas a través de Internet de ZARA también se facturaban en Irlanda, y no dejaban euro alguno al erario español. En aquel momento la compañía sacó un retorcido comunicado tratando de tapar todo el jaleo y anunció que en el futuro eso ya no sucedería. Deshecho el ruido mediático me apuesto lo que quieran a que todo sigue igual, y que ZARA tampoco deja nada en las arcas patrias. Y esto no es un problema español, sino mundial. La tecnología y los caros abogados permiten eludir los impuestos por parte de las grandes empresas en prácticamente todas sus filiales, por lo que al final su contribución al sostenimiento de los costes de las naciones en las que operan suele ser casi nula. Por ello, cuando se habla de “armonización fiscal” o de subir los impuestos a los “más ricos” a mi me entra la risa floja, el meneo de cabeza y el bocadillo mental con la palabra “pringado” dirigida a quién me lo está contando.

Una reflexión colateral que no puedo evitar al respecto. Es muy paradójico, cuando no surrealista, que sean precisamente los productos de Apple, los Iphone, los Ipad y todo lo que empiece por “I”, tan modernos y guays, los que han permitido que las redes sociales se disparen en el mundo, se organicen los movimientos indignados, y sirvan como medio de denuncia para reclamar un cambio de modelo económico y social. Qué pensará el indignado que acampa en una plaza si se entera que él paga más impuestos al año que la empresa que ha fabricado su maravilloso y “megachic” móvil desde el que escribe a diestro y siniestro contra, entre otras cosas, la evasión de impuestos…

martes, mayo 22, 2012

De Chicago a Kabul


Ha concluido la reunión que la OTAN ha celebrado en Chicago. Un curioso encuentro en el que, pese a la trascendencia de lo tratado, la información sobre el mismo se ha centrado en la situación económica europea, y en los contactos de Rajoy con Merkel, Obama y Monti. Para muchos el único recuerdo de esta noticia será el haber podido disfrutar del magnífico skyline de Chicago, uno de los mejores y más abigarrados del mundo (no olvidemos que allí se inventó el rascacielos) y de su espectacular arquitectura, a orillas del lago Michigan, que hace de mar para una ciudad que es todo un mundo.

Pero de la cumbre de la OTAN en sí se ha hablado poco, y era muy importante. El tema puede tratarse de muchas formas, pero la esencia de lo que se discutía era cómo largarse de Afganistán de la manera más rápida posible sin que parezca que estamos huyendo. Llevamos diez años y medio en Afagnistán y la situación internacional ha cambiado mucho. Las potencias occidentales ya no temen al terrorismo como antes, el 11S empieza a estar más en la memoria que en la agenda diaria, Bin Laden cayó hace un año y lo que sucede en las montañas afganas sólo logra alcanzar las portadas de los periódicos cuando el número de militares patrios asesinados rebasa un valor cada vez más alto. Si a eso le sumamos la delicada situación económica que atraviesan los países de la coalición que controla, es un decir, Afganistán, es normal que se plantee la retirada como la única alternativa posible. El plan es que para 2014 el grueso de las tropas hayan desaparecido y sólo permanezcan en el país pequeños contingentes dedicados a labores de formación y espionaje (lo primero se dice, lo segundo no) corriendo el gobierno afgano con la responsabilidad de controlar todo su territorio. Esta hoja de ruta, como se dice ahora, tiene tres problemas prácticos que aún no están resueltos. El menor, y no pequeño, es quién pagará el coste de mantener al estado afgano, dado que hasta ahora la seguridad del país corría a cargo de los presupuestos de defensa de los países ocupantes. Para esto se ha previsto una conferencia de donantes que aporten financiación al régimen de Kabul a medida que el repliegue sea efectivo y vaya tomando el control con la idea de que sea para 2024 cuando el país posea la autonomía financiera como para sufragar los gastos, fecha que se me antoja muy lejana. El segundo problema, inmenso, es el papel de Pakistán en todo esto. A corto plazo es necesario recomponer las relaciones con Islamabad aunque sólo sea para que colabore con el esfuerzo logístico de la retirada de tropas y materiales, labor que con la frontera y espacio aéreo paquistaní cerrado como está ahora mismo sería mucho más compleja y, ahí duele, cara. Sin embargo, es obvio que más allá de esta necesidad del momento es fundamental que Pakistán juegue un papel decisorio a medio y largo plazo en todo lo que tenga que ver con Afganistán. Su amplia y porosa frontera compartida, y la amenaza terrorista que ataca a ambas naciones son motivos más que suficientes como para que la estabilidad en Kabul interese mucho a Islamabad, y que las potencias occidentales vuelvan a recuperar la confianza del aliado paquistaní de cara a que ejerza un cierto papel de tutor sobre el estado afgano. Ahora mismo las relaciones de la coalición con Pakistán son desastrosas, tras la serie de incidentes que, comenzando con la incursión que acabó con la vida de Bin Laden en su territorio, han acabado con la vida de numerosos soldados paquistaníes y han puesto negro sobre blanco el doble juego que ese país lleva mucho tiempo realizando, tanto con su apoyo a los países aliados como, encubiertamente, a los talibanes y otros grupos islamistas radicales. Puede que Pakistán sea la auténtica pieza maestra en este juego, y a día de hoy casi todo está por hacer en ese campo.

Y el tercer problema es el obvio. ¿Alguien cree que Afganistán es viable? Con una insurgencia talibán que mantiene una presión constante en todo el territorio, y que ha mantenido acuarteladas a la mayor parte de las tropas occidentales en sus refugios, muchos son los que temen que la retirada de las tropas aliadas devolverá a Afganistán a su estado previo al de 2001, con un gobierno títere controlado por la milicia islamista o, en todo caso, una situación muy volátil de continuos enfrentamientos entre fracciones rivales por el poder. Y no olvidemos que, aunque muy debilitada, Al Queda sigue viva, por lo que pudiera volver a asentarse, o al menos intentarlo, en un Afganistán muy revuelto. Como verán, hay mucho trabajo aún por hacer.

lunes, mayo 21, 2012

Echando al culpa a otros de nuestros problemas


Hemos llegado a un punto en nuestra sociedad en el que nadie asume sus responsabilidades por nada de lo que sucede, tenga más o menos culpa en ello. Si un niño rompe un cristal sen seguida saldrán sus padres a echar la culpa a quien puso ese cristal en ese punto, o a la presión social que hace que su chico no tenga otra diversión que la de arrojar piedras y destrozar cosas, o argumentos similares con tal de que el que arrojó la piedra, el chico, quede inmune. Parece que asumir la culpa es de pringados, y que escaquearse, evadirla y endosársela a otros es lo moderno y “enrollado”.

Si esto resulta algo sin sentido en el caso de los niños, en el de los adultos es estúpido, cuando no criminal. Llevamos dos semanas de desparrame “Bankiario” en el que cada día que pasa conocemos con mayor certeza el deplorable estado en el que se encontraba ese banco intervenido, pero aquí nadie se ha hecho responsable de esa situación, y asistimos a una ceremonia de la confusión digan de un vodevil, que sería para morirse de risa si no fuera porque no hay nada gracioso en esta historia. Resulta que los directivos de la entidad, con el cesado Rodrigo Rato a al cabeza, no son responsables de lo que ha sucedido, y que no sabían nada sobre el desfase patrimonial que reflejaban las cuentas que no fueron auditadas. A Rato se le cesa pero ahora lo importante es saber dónde se le coloca, no que explique lo que ha pasado y su papel en todo ello. La Comunidad de Madrid, que algo pinta en todo esto a través de SU antigua caja, a tomado las de Villadiego y ha salido con unas declaraciones de Esperanza Aguirre en las que dice que la fusión entre Caja Madrid y Bancaja se hizo a punta de pistola, y que ellos se oponían, lo que no puede ser más falso. No ha dicho nada sobre el intento de colocar hace un par de años a Ignacio González, vicepresidente de la comunidad, como Presidente del grupo fusionado, quizás porque en ese momento no se veía la pistola humeante y sí un montón de dinero y poder al que echarle el guante. Los demás miembros del consejo de administración, representantes del PSOE, IU, sindicatos y ayuntamientos varios, no han dicho nada, salvo que se oponen con toda su energía  ala posibilidad de reducir el tamaño del consejo y, por tanto, quedarse fuera del mismo y no cobrar sus sustanciosas dietas ni acceder a cuotas de poder e influencia de las que no disponen amparados en sus siglas. De la gestión diaria de la entidad no son responsables, o al menos se desprende de sus afirmaciones, y sólo les ha faltado decir, como el exvicepresidente de la CAM, que no tenían ni idea ni de lo que hacían ni de lo que firmaban. Eso sí, la nómina y la dieta era mensualmente retribuida, y así debe mantenerse en el futuro “por el bien de la entidad”. PP y PSOE se acusan mutuamente del desastre. Los actuales gobernantes, a los que les ha estallado el caso en las manos, y que tienen bastante culpa de lo sucedido, tratan de echar el muerto a la herencia del malvado ZP, herencia envenenada, sí, pero que no llega hasta todos los rincones del planeta. El PSOE ve carnaza y ataca al PP por su mala gestión, que ha sido desastrosa, pero nada dice de que Bankia ya era un monstruo ingobernable en la época de ZP y no se hizo nada para salvo mirar hacia otro lado y esperar a que vinieran los siguientes y se comieran el marrón, como así ha sido. Y todos se han puesto de acuerdo para echarle la culpa al Banco de España, y cargar sobre las espaldas de MAFO, el gobernador, este muerto y tratar de hacer dos entierros en uno. MAFO viene del PSOE, pero éste le odia por considerarle un traidor, y el PP espera a que su mandato acabe en unas pocas semanas para largarle lo más lejos posible. Y entre medias el prestigio de la entidad se hunde en el fango.

En todo esta lamentable historia la única frase coherente que he escuchado ha sido la del secretario general de los socialistas de Castilla la Mancha, Emiliano García Page, que dijo en referencia al Banco de España y Bankia que el que el policía sea un inútil no exime al delincuente. Cierto, el Banco de España la ha pifiado como pocas veces a lo largo de su historia, pero eso no hace mejores a los que han arruinado la entidad, la han gestionado mal, se han enriquecido a costa de ella y han encontrado un lugar donde asentar sus políticos traseros. No, hay muchos culpables en esta historia, y no podemos, no debemos, dejar que todos ellos se acusen entre sí para que queden limpios, no. Deben pagar por sus errores.

viernes, mayo 18, 2012

Quién no ama a Charlize Theron


Ayer tuve un día de lo más normal y, también, aburrido. Trabajo sin novedades, abundante, poco imaginativo y con la sensación de no haber hecho nada especialmente útil, una comida normal, amenizada por el genio de MLLP, eso hay que decirlo, y una visita a la delegación de hacienda para hacer la declaración, donde no sucedió nada fuera de lo común y al devolución estuvo en consonancia con la de años anteriores. Llegué a casa envuelto en sudor, me duche y me puse a seguir la actualidad, viendo el resumen del desastroso día que para Bankia, y el conjunto de España, fue la jornada de ayer, otra más en el camino al Gólgota.

Y en una de estas, cambiando de canal al empezar los deportes del telediario de la 1, como siempre hago, me encuentro con que en el hormiguero de Antena 3 está Charlize Theron…… y mi televisor, de esos de culo, con diez años en sus posaderas, empieza a brillar como no lo había hecho desde el día en el que lo compré, y el decodificador de la TDT se empezó a calentar, a tono con el aire sahariano que llenaba ayer Madrid y a todos sus habitantes, porque para el pobre decodificador, barato y cutre como él sólo, era un reto inigualable poder transformar la secuencia de unos y ceros que recibía a través de la antena para generar la figura de Charlize. Acostumbrado a procesar gráficos bursátiles semejantes a continuas disfunciones eréctiles, mi tele ayer disfrutó casi tanto como yo, porque por fin algo luminoso, radiante, bello, sensual, alegre, jovial, atrevido, desbordante se asomaba a sus entrañas. El tubo de vacío se llenó de color y sonrisas y la electricidad estática de la pantalla se convirtió en una dinámica corriente de luz y sonido que no hacía sino alabar la inmensa belleza que Charlize desgranaba en cada una de sus sonrisas y palabras. Y si Pablo Motos, el presentador, la persona más envidiada de España ayer, tenía una cara de orgullo y satisfacción que le hacían sentirse como un rey, yo y el resto de mortales que mirábamos las pantallas desde nuestros pequeños y tímidos hogares no nos sentíamos menos que un príncipe, viendo como la princesa de nuestros sueños se hacía realidad y se plantaba en el humilde salón de nuestra casa, te miraba a los ojos cuando la cámara le enfocaba directamente, y, ante ese brillo antinatural, ese cristalino que dejaba a las vidrieras catedralicias convertidas en meras ventanas, uno sentía que Charlize le miraba, le sonreía…. “es a mi, me mira a mi, me está hablando” y a medida que la entrevista avanzaba no dejaba de hundirme en el fondo de mi sofá, aplastado ante tanta belleza, ante semejante prodigio que, además era pura simpatía, un derroche de fuerza, vitalidad y entrega. Esto no es real, pensaba, es un holograma, como el que pocos minutos antes había visto en un reportaje del telediario sobre los que han instalado como asistentes en Barajas. Es una infografía, un muñeco, no puede ser tan perfecta y real a la vez… junto a ella también fue entrevistada Kristen Stewart, coprotagonista de la película que ambas estrenan dentro de dos fines de semana. Nerviosa, apocada, superada por la situación Stewart no hubiera pasado de hacer una entrevista del montón, pero quedó completamente eclipsada por Charlize, y es que no duden que de haber entrado en aquel momento en el plató Obama, Merkel y el resto de los dirigentes mundiales también hubieran quedado completamente reducidos a la nada ante la brutal, infinita belleza que Charlize no dejaba de mostrar a una cámara que ayer descubrió para que había sido diseñada.

En uno de sus libros de aforismos dice Jorge Wasenber que la perfección es posible porque es imaginable, pero es imposible porque es inalcanzable. Ayer asistí a un contraejemplo de esa certera frase, porque, en todas las facetas imaginables, Charlize era perfecta, así, simplemente perfecta. Como actriz, como simpática, como profesional, como radiante, como pura belleza…. Perfecta. Y me fui a la cama mucho más contento que el día anterior, porque me di cuenta de que todo lo que ha sucedido en el mundo desde su creación hace miles de millones de años convergió en la noche de ayer en la que, por primera vez, dormí en la misma ciudad en la que lo hizo Charlize Theron……

jueves, mayo 17, 2012

El poder de lo pequeño


Una de las cosas más difíciles de entender de lo de Grecia es que, con el pequeñísimo porcentaje que ese país supone sobre le PIB de la Unión, entorno al 3% nada más, se haya convertido en un problema tan complejo, irresoluble y peligroso para la estabilidad de toda la zona euro. Pudiera parecer obvio, a simple vista, que algo tan pequeño podría resolverse, sea como sea eso de la resolución, sin demasiados problemas, pero creo que este caso es un buen ejemplo de hasta que punto la complejidad, la interrelación y los efectos de las leyes potenciales nos confunden completamente a la hora de elaborar juicios y previsiones.

No se asusten, todo esto es muy sencillo, aunque posee profundas consecuencias. La gracia está en que, bajo determinadas circunstancias, causas muy pequeñas pueden generar efectos inmensos, que nunca hubiéramos imaginado posibles, pero que en la práctica suceden. Brujuleando ayer por la web encontré este precioso vídeo en el que se ve una pequeña sucesión de fichas de dominó, apenas trece, que tiene la particularidad de que cada una es ve y media más grande que la anterior. La primera, la más pequeña, tiene 5 milímetros de alto, mientras que la última es de casi un metro de altura y pesa cerca de 50 kilos. Qué creen que pasará si empujamos la ficha más pequeña sobre la siguiente?? Prueben a darle al play como quien empuja la ficha, y verán como, progresivamente, todas van cayendo una sobre otra, arrastradas por la primera, acabando por derrumbar la última de una manera estrepitosa. Increíble. ¿Cómo la mínima fuerza del primer empuje ha logrado eso? La verdad es que no ha sido solo esa fuerza, claro está, sino la energía potencial gravitatoria que se esconde en cada una de esas fichas cuando están en posición vertical, y que se muestra con ruidosa fuerza cuando van cayendo. El primer movimiento pone en marcha un proceso en el que cada pieza genera una energía potencial que crece de manera exponencial en cada caída, siendo así mucho más potente en cada caída y pudiendo derribar cada vez fichas más grandes. Este efecto potencial es tan inmenso que si, como relata el vídeo, siguiéramos apilando fichas que mantuvieran esa proporción, la ficha 29 tendría las dimensiones del Empire Estate!!! Y, por supuesto, se caería empujada por la ficha 28…. Curioso, verdad? Día tras día vemos ejemplos de fenómenos muy similares que, completamente determinados por las condiciones iniciales y las leyes potenciales, escapan a nuestra capacidad de predicción. Son los fenómenos llamados caóticos. Pruebe a tirar dos veces un dado. Calíbrelo, hágalo con la misma fuerza, sin aire en movimiento a su alrededor, con la máxima concentración, pero cuando el dado sea impulsado cada vez saldrá de su mano con minúsculas diferencias de velocidad y presión respecto a la vez anterior, diferencias que en el aire y el impacto con el suelo se amplificarán de tal manera que el dado muy pocas, poquísimas veces, le mostrará la misma cara, aunque habiendo un sexto de probabilidades de que eso ocurra puede pasar en una serie de varias tiradas. A veces un edificio inestable, que amenaza ruina, se derrumba sin previo aviso, quizás porque sobre el haya caído una simple hoja de árbol. La acumulación de tensiones en la estructura hace que un pequeño aumento de peso genere una nueva grieta en un punto donde antes no la había, que hace que las anteriores crezcan aún más y, en unos instantes, todo pueda colapsar de manera brusca y peligrosa. Nuevamente un pequeño efecto genera un resultado enorme, imprevisto y que hubiera sido imposible de estimar antes de que se hubiera producido.

En el caso griego tenemos un conjunto de economías, las europeas, muy relacionadas unas con otras, unos capitales que fluyen a alta velocidad entre ellas y que son muy miedosos, una inestabilidad política y social creciente en Atenas y en toda la Unión, intereses creados, deudas cruzadas, legislaciones imbricadas unas con otras, aviones que sobrevuelan los países llevando a miles de ciudadanos de un lado a otro, redes de webs de bancos, cajas, entidades financieras y blogeros que no dejan de mostrar preocupación…. Así, sumado todo eso y mucho más, estimar las consecuencias de la salida de algo tan pequeño como Grecia de la Unión se me antoja poco menos que imposible. Sólo deseo que en ese teórico dominó exponencial nosotros no seamos una pieza intermedia…. Que piensen en ello las teóricas “piezas grandes”.

miércoles, mayo 16, 2012

Todo el mundo sabe más que Paul Krugman

Siguiendo ayer a través de la tele, radio y prensa la secuencia de acontecimientos que se deriva de la crisis y del desastre por el que atraviesa Europa llegué a la conclusión de que España es uno de los países más afortunados del mundo. En todas las tertulias, reuniones de chascarrilo o improvisados debates se juntan al menos siete personas que han leído el último artículo de Paul Krugman, su entrada en el blog sería más correcto, y que se atreven a criticarlo con fiereza, acusando entre otras cosas a Paul de no saber nada. En cierto modo ya no sólo se esconde un médico y un seleccionador bajo la piel de todo español, también se encuentra un premio Nóbel no reconocido…

Vamos a dejar las cosas un poco claras. Krugman sabe más, muchísimo más, que casi todos los que acuden a los debates que podemos consultar en nuestros medios de comunicación. Y desde luego sabe infinitamente más de lo que yo pueda conocer de economía y su mundo. Lo que sucede es que hoy en día decir “yo creo que” se traduce automáticamente como “yo afirmo que” y así todo el mundo posee la verdad, y los expertos, los auténticos expertos como Krugman, son tomados a chufla por muchos de los opinadotes, que en su continua verborrea no hacen sino mostrar su más absoluto desconocimiento tanto de la realidad económica como de la coyuntura que atraviesa España. Quizás en ese profundo desconocimiento, en esa orgullosa ignorancia se encuentre uno de los males que nos ha conducido hasta este insoportable punto de angustia y fracaso en el que nos encontramos. ¿Se puede discrepar de Krugman? Sí, claro, de hecho hay muchos académicos que lo hacen, y sus opiniones generan polémica entre la comunidad económica, un lugar frente al que un avispero es un plácido remanso de paz, pero desde aquí reclamo seriedad en los debates y autoridad en las fuentes y opiniones. En las tertulias se ha elaborado una especie de argumentarlo cutre en el que Krugman es “keynesiano”, y eso implica que quiere tirar de gasto público y derrochar, y por ello socialista. Seguro que en una de esas tertulias preguntan quién era Keynes y no sería extraño que alguno pensaría que todavía está vivo, quizás retirado porque ya no sale en los medios… frente a él están los “liberales”, que están en contra del gasto público y, por tanto, son antikeynesianos, y como no, de derechas. Todos estos tópicos son completamente falsos, pero no importa, ya hemos hecho el juego perfecto para la televisión y el debate al estilo español, hemos fabricado las etiquetas que podemos adosar a cada uno de los opinadores, y ya no necesitamos reflexionar ni debatir, sólo acusar de “keynesianos” a unos y “liberales” a otros, y venga, a dar palos. La audiencia se divierte, manda carísimos mensajes a un 806 votando a favor de los keynesianos o liberales mientras los tertulianos de rigor ya han pasado de krugman y se lanzan el zapaterismo y la herencia recibida con una saña digan del los partidos del nuevo (ya viejo) parlamento griego. Y yo, que aunque poco, algo se de todo esto, asisto deprimido a otra oportunidad derrochada para poder debatir qué es lo que está sucediendo, qué es lo que hemos hecho mal, que pudimos cambiar en su momento y no lo hicimos y, sobre todo, cómo vamos a salir de esto. La alternativa que menciona krugman en su blog, que lleva a España a un corralito, no es nada descabellada, y tiene toda la lógica del mundo si se cumplen los supuestos que menciona, supuestos que hace unos meses eran fantasías y hoy son aterradoras posibilidades, cada vez más reales.

Lo que sucede con Krugman es que es un señor que, poseedor de su ideología, tiene éxito en los medios, es muy activo en la prensa e Internet, tiene muchos seguidores y, salió la envidia, mucho éxito. Una entradilla de su blog es más leída que la suma de todas las opiniones de todos los tertulianos de guardia de España, lo que les pone muy de los nervios, entre otras cosas porque muestra sus carencias y debilidades de pensamiento. Hay excepciones, sí, como en todas partes, y entre tanto ruido hay opinadores con rigor y sentido, pero el nivel del debate es tan bajo que meterse contra Krugman es, para muchos, la única manera de tratar de elevar el nivel de sus ideas por encima de los demás.

lunes, mayo 14, 2012

Una montaña de calorías

Ha comenzado el calor, muy en serio para las fechas en las que estamos, y la manga corta empieza a verse en abundancia por la calle. También se acerca el momento odioso en el que se deben lucir los resultados de eso tan inútil llamado operación bikini, que es una de las dictaduras más crueles y absurdas que padecemos en la vida moderna. Sin embargo, es necesario cuidar la dieta, y mantener el peso. Y eso sólo se puede hacer de dos maneras, gastando más o comiendo menos. El resto son trampas que sólo conducen a la tristeza y el autoengaño (y el lucro de quien las inventa, por supuesto).


Algo de esto se me ocurrió este Sábado en el cine cuando se sentó a mi izquierda un joven de bastante pelo y mucha mayor barriga y brazos. Portando una camiseta de manga corta y motivos anime, portaba un inmenso cubo de palomitas, de esos de tamaño gigante que serían útiles para arrojar agua a un incendio o plantar en ellos ficus de poderosas raíces. Sujetaba en parte el cubo con las manos y lo apoyaba sobre al barriga que a duras penas se contenía bajo la camiseta. “Cómo se puede bajar eso zampándose todo ese cubo” pensaba, mientras que me imaginaba un análisis de sangre del sujeto en el que los triglicéridos, GPT, colesterol y demás variables parecerían bólidos de fórmula uno, preparados para hacer cada uno de ellos un registro más audaz y elevado. En esas estaba cuando el señor sacó dos paquetes de M&Ms, las chocolatinas con forma de píldora, los abrió y arrojó en su totalidad al cubo de palomitas. Acto seguido metió la mano en el cubo y se puso a revolverlo poco a poco, de tal manera que el blanco inmaculado con tonos amarillentos que dominaba hasta el momento fue convirtiéndose en un fondo en el que variados colores salpicaban el contenido del cubo. “Esto es demasiado” pensé. Es cierto que, no lo voy a negar, aquello tenía un aspecto apetecible a la vista, llamaba la atención y era para sacarle una foto, de mientras, parsimonioso, revolvía toda la montaña de palomitas y pastillas, masajeando el contenido que luego iba a deglutir, con un afán y entrega digna del mejor panadero, como si amasara la mezcla de harina sal y agua que luego fuera a hornear. En el imaginario análisis de sangre todo aquello supongo que iba a suponer montones de “vueltas rápidas” por parte del colesterol y sus amigos ácidos grasos, buscando quizás un record que no se muy bien donde pudiera estar situado para mi involuntario acompañante, pero sin duda muy cerca de la estratosfera. Cuando empezaron los anuncios y avances el sujeto ya se había comido algunas paladas del contenido de su cubo mágico, que para poder ser deglutido con mayor facilidad acompañaba con sorbos de pajita de un vaso de Coca Cola de medio litro. Sumando toda el azúcar que se contenía en el líquido y alimento, ese hombre era la persona más dulce que yo hubiera podido tener la suerte de contar como acompañante de la velada, lo malo es que el pobre iba a acabar teniendo forma de planta de caña de azúcar en vez de exhalar una dulzura natural, no se si me entienden. En medio de este asombro empezó la película, Sombras tenebrosas, de Tim Burton, entretenida pero no maravillosa, y dejé de hacer caso a mi vecino, su cubo y demás provisiones que pudiera tener aún ocultas (visto lo visto no me extrañaría que sacase un postre en un momento dado) y me centré en lo que pasaba en la pantalla. De todas maneras, de vez en cuando veía la mano del vecino moviéndose, nunca vacía, por supuesto, hacia su boca.


Al acabar la película y encenderse la luz, me quedé un rato para ver los títulos de crédito y el vecino se levantó y se fue. Moviendo su voluminoso cuerpo, salió de mi fila y dejó tras de sí los envoltorios de las chuches, un agotado vaso de la Coca Cola y el cubo mítico de palomitas, prácticamente vacío, por lo que fue capaz de ventilarse todo aquello y sobrevivir en el intento. Doy por sentado de que luego no cenaría “mucho” aunque ya puestos quizá se pasara por un mefistofélico McDonalds (chiste basado en la película de Burton) para tragarse una hamburguesa y unas patatas fritas con las que dar por finalizado el festín nocturno. Quizás, para no excederse demasiado, acabaría con un café con sacarina, por eso de que el azúcar engorda…..


Mañana es fiesta en Madrid ciudad. Hasta el Miércoles 15.

viernes, mayo 11, 2012

Una breve historia económica de España

Lo malo de vivir semanas como las que han pasado es que, además de dejarle a uno agotado, hacen que se pierda la perspectiva del tiempo. Tantos acontecimientos seguidos, de tanta gravedad, nos hacen pensar que estamos en una nueva época, y que nunca ha sucedido algo similar a lo que estamos viviendo. ¿Es realmente así? Necesitaríamos consultar en detalle la historia económica de España para contestar a esta pregunta, y eso requiere un tiempo que, seguro, muchos de ustedes no poseen (y de tenerlo dudo que lo destinaran a esos menesteres) Entonces, ¿existe alguna opción breve y certera?

Afortunadamente la respuesta es sí. Ayer por la noche terminé de leer un libro titulado El declive de los dioses, escrito por Mariano Guindal, periodista económico de larga trayectoria, y que, a modo de gran reportaje, desgrana las interioridades de España en un largo periodo que va desde el final del franquismo hasta el destape de la trama gürtel. El título hace referencia a lo que el autor denomina “los dioses del dinero” que no son otra cosa que los financieros, y las familias de larga tradición, que en España se han repartido poder, propiedades, influencias y cargos a lo largo de todos esos años, tratando de mantener en todo momento una posición de poder, independientemente de quién estuviera en el gobierno. No es Guindal amigo de las teorías conspiratorias, y así lo reconoce él mismo en un pasaje, pero alguno de los entresijos que cuenta en sus páginas demuestran hasta que punto el dinero y el poder son sólo dos caras de una misma moneda, y que se necesitan mutuamente para mantenerse uno al otro. Así, a la caída del régimen de Franco los financieros fortalecen a la UCD más como garantía de estabilidad de sus negocios que por un sincero amor a la democracia, aunque de manera colateral se produzca ese proceso que se dio en llamar transición. Resulta impactante ver de qué manera fue financiada esa coalición mientras gobernó, sólo comparable a los ingresos que obtuvo el PSOE una vez que ganó las elecciones, no antes. A lo largo de las páginas se sucedes los años y, junto a la historia económica, se ven las grietas que han ido surgiendo en los equipos encargados de gobernar España, como la relación entre el PSOE y al izquierda sociológica, sindicatos y demás organizaciones, siempre ha sido muy tensa, y que la ruptura entre ambos no fue una sorpresa, sino todo lo contrario. También se observa a la derecha española como la tradicional jaula de grillos que siempre ha aparentado ser, enfrentada en múltiples facciones que sólo la refundación del PP y la llegada al poder de Aznar logró unificar bajo una misma marca, se sigue con viveza el eterno y cruel enfrentamiento entre UGT y CCOO por hacerse con el control del poder sindical, que no ha dejado de crecer a lo largo de los años pese a que su discurso ha ido retrocediendo cada vez hacia postulados más inmovilistas y antiguos, y frente a ellos una CEOE que surge casi por improvisación, en la que la llegada de un segundón como Cuevas al frente de la misma se ve como una transición tras la marcha de Ferrer Salat, sin que nadie aprecie que Cuevas era un dirigente tan ávido de poder como especialista en conservarlo, y así podríamos seguir con numerosas instituciones y episodios de la vida política del país, algunos muy conocidos como el asunto Rumasa o Banesto, otros no tanto, como los entresijos de las OPAs de la energía durante la época ZP, todo ello salpicado por buenas anécdotas y diálogos literales de lo personajes de cada época que le dejan a uno pasmado.

Y la corrupción. Sí, ese quizás sea el nexo común a todas las épocas. A excepción de algunos hombres buenos, como señalaba la película, y cuyo mayor exponente me parece que es el ya fallecido Luis Ángel Rojo, exgobernador del Banco de España (Ahí, MAFO, ¿qué has hecho con la institución?) el libro es un sucesión de escándalos, corruptelas, compras de voluntades y conchabeos más o menos graves que dejan la sensación de que esto de Bankia no es sino una versión moderna y en tamaño XXL de episodios ya vividos en el pasado. No le resta gravedad, sino más bien al contrario, pero elimina cualquier atisbo de sorpresa que uno pudiera tener. En definitiva, una lectura muy amena, y más emocionante que muchas novelas de intriga.

jueves, mayo 10, 2012

Nacionalización


Esta es una palabra muy dura, lo se, y sospecho que es de esas que echan para atrás a los pocos lectores que se atrevan a recaer en este querido blog. “Puf, qué rollo” pensarán muchos. Y algo habremos avanzado, porque hace unas décadas lo que se sentía al ver ese término era más miedo que hastío. Ayer por la tarde, desde las 15:30 más o menos, la palabreja volvió a las cabeceras de todos los medios de comunicación, porque la insostenible situación de Bankia demandaba acciones contundentes y urgentes. Y nacionalizarla era lo más obvio. Y así se filtró y posteriormente anunció.

Pese a que ha habido casos anteriores en esta crisis en los que el estado ha intervenido, como es Caja Castilla la Mancha, Caixa Cataluña o Cajasur, por citar algunos, Bankia es muy especial, tanto por su dimensión económica como política, y el momento en el que se produce su caída. Se trata del cuarto grupo financiero de España, tras el Santander, BBVA y La Caixa, y posee enormes ramificaciones en el tejido político de Madrid y Valencia, dominado por el PP desde hace muchos años. De hecho la presencia de Rodrigo rato, un peso pesado del PP en la presidencia, ha sido uno de los causantes de que la actuación que Bankia necesitaba haya tardado mucho más de lo necesario. Y eso ha sido un grave error. Su dimensión sistémica es tal que una quiebra descontrolada de la entidad sumiría a España en un agujero muy profundo, y de muy graves consecuencias. Comparativamente hablando estamos ante un caso mucho más grave, por tamaño e implicaciones, de lo que supuso la quiebra de Banesto en 1993, con su posterior nacionalización. Ahora no es sólo Bankai una entidad dañada, sino que España en su conjunto tiene a la economía contra las cuerdas, y a todo el mundo mirándonos con caras de susto y cierta angustia. Creo que lo que hemos vivido estos días me recuerda más a lo que sucedió en Estados Unidos en septiembre de 2008 con la caída de Lehmann Brothers que ha otra cosa. Miedo, carreras en los pasillos, informes que revelan impagos, auditorías imposibles que no se pueden firmar, intentos infantiles por evitar una realidad que se hace presente sin manera posible de eludirla, etc. Algo que han contado muy bien varias películas americanas, como Margin Call, o Too Big To Fale, sólo que con un cambio de escenario y de periodo de tiempo. El lujo de Nueva York por el intento de skyline de Madrid, y 2008 frente a 2012. Cuatro años después, la historia es la misma. Activos tóxicos que no valen lo que está escrito, deudas imposibles de cubrir, refinanciación inalcanzable, destrozo patrimonial inasumible, margen de resultados hundido, gobierno corporativo desnortado, con el agravante de que en el ejemplo norteamericano eran gestores privados y aquí los rectores de la entidad incluyen desde viejos políticos de todos los partidos hasta sindicalistas, alcaldes y otros variopintos personajes que sólo saben de la entidad lo que les paga por sentarse en su consejo directivo. Si se acuerdan, hace cuatro años, cuando todo esto sucedió al otro lado del charco, presumíamos mucho de sistema financiero, de seguridad en la gestión de las provisiones, del rigor de la inspección del Banco de España, y se nos llenaba la boca de orgullo y satisfacción. Pocas veces la realidad es tan dura con aquel que, vanidoso y engreído, presume de lo que carece. Si hiciéramos una moviola de esos meses, creo que no hay un solo dirigente político y económico de esta país que no pudiera dejar de avergonzarse si hoy se escuchara, altivo, petulante y soberbio, en una pose que muestra algunas de las muchas cosas malas que han caracterizado estos años pasados que hemos vivido.

Ahora, con el juguete destrozado, vuelve a ser el estado, usted y yo, y todos con los que hoy se cruce y hable, los que tendremos que acudir al rescate, so pena de ser los ahogados por el hundimiento de la entidad. Mi única esperanza es que la persona que se ha escogido para liderar la nave, Goirigolzarri, es un financiero de verdad, con una experiencia incomparable, y que es el mejor capacitado para hacer lo que de é se espera. ¿Y cual es el futuro de Bankia? Tratar de sanearla, salvaguardar los ahorros de los depositantes, “achatarrarla” y, troceada, revenderla entre los que quieran pujar por algunas de sus partes. Pese a lo que les digan por ahí, la entidad está muerta. Ahora resta que su entierro sea lo más limpio posible.

miércoles, mayo 09, 2012

Atardecer oscuro


Hoy, 9 de Mayo, es el día oficial de Europa, en el que se conmemora la declaración que hizo el entonces Ministro de Asuntos Exteriores francés Robert Schuman. Sus palabras fueron las primeras que, oficialmente, reclamaban la unificación europea en las áreas del carbón y el acero de Francia y Alemania, pero que luego sirvieron para que ese embrión de intereses industriales diera paso a un proyecto mucho más ambicioso, que culminó, o empezó, como ustedes lo quieran ver, con la firma del tratado de Roma en 1957. Por este motivo todos los años en mi trabajo salimos a la calle, izamos la bandera de las estrellas, nos echan un discurso y oímos el himno de Europa.

Lo cierto es que cada año que pasa celebrar Europa se está convirtiendo en algo más difícil y meritorio. Ya en años pasados la situación española se veía, o al menos esa era mi impresión que parece haber sido acertada, como irresoluble a medio plazo, pero Europa todavía se contemplaba como un escenario de acuerdo. Sin embargo poco a poco el destrozo que la crisis económica está causando en sus miembros está deshaciendo la Unión que tanto trabajo costó forjar. El directorio franco alemán, que en el fondo no es sino el mandato germano con la aquiescencia interesada de una débil Francia es quién rige los designios de Europa, y no los consejos de ministros que se celebran en Bruselas. Sin embargo quizás sea hoy, tras la celebración de las elecciones griegas del Domingo, cuando sea más necesario que nunca salir a la calle a celebrar la idea de Europa, de su sentido de Unión y, volviendo a los orígenes, de su función como vacuna para evitar las guerras en este continente. No olvidemos que la unificación europea es un proceso que surge tras, y en gran parte debido a, los horrores de la Segunda Guerra Mundial, colofón de casi un siglo de enfrentamientos entre naciones europeas a lo largo de todo el mundo y en sus propios territorios. Los supervivientes de aquel desastre, que no somos capaces ni de imaginar en ninguna de sus dimensiones, buscan por todos los medios que eso un vuelva a pasar nunca, y para ello crean un artificio, una unificación formal, con el fin de que el cruce de intereses entre las naciones acabe siendo lo suficientemente fuerte como para que una guerra no vuelva a suceder. De paso también se busca la prosperidad económica, el dar al continente un papel de relevancia mundial, y en aquellos tiempos servir como contraejemplo y resistencia frente al modelo soviético, que se encontraba a las puertas, pero en el fondo fondo del proyecto era la aversión a la guerra, el fascismo y la barbarie lo que se trataba de evitar. En ese sentido la historia de la Unión ha sido un éxito rotundo. Desde 1945 no ha habido una sola guerra entre países pertenecientes a la misma, cosa que no ha pasado desde la época de la pax romana, más o menos. No es cierto que no haya habido guerras en Europa, ya que la antigua Yugoslavia nos enseñó en la década de los noventa hasta que punto los blancos caucasianos europeos podemos ser los sujetos más salvajes, crueles e inhumanos que se puedan concebir. Bosnia, Srebrenica, Kosovo, Sarajevo, y porqué no decirlo, ETA, son nombres que estarán asociados en nuestra memoria al asesinato, la barbarie, la guerra, el odio y, también, al fracaso de la Europa institucional y civil a la hora de evitarlo. Ahora que Serbia mantiene conversaciones estables con la Unión para integrarse en un futuro puede que nos olvidemos de lo sucedido en aquellas tierras hace poco más de una década, pero haríamos mal. Allí las cosas aún no se han arreglado del todo, y si la Unión contribuye en algo a solucionarlo, será otra muesca en su haber.

Por eso, tras las desastrosas elecciones griegas, el asistir a las declaraciones y actitudes del grupo neonazi “amanecer dorado” que tiene poco de “neo” y mucho de “nazi” es, además de repugnante, un recordatorio muy claro de quiénes somos los europeos, de dónde venimos y hacia dónde NO debemos volver. Es cierto que Europa se encuentra en una fase de atardecer oscuro, y grupúsculos como estos tratan de aprovecharse de la crisis y del descontento popular para infiltrarse en las democracias y destruirlas. Y aunque parezca sólida, la democracia existe gracias a que los que creemos en ella somos firmes frente a quienes la atacan. Que la celebración de Europa de hoy sirva, al menos, para que sujetos como este Nikolaos Michaloliakos nunca representen a nada más que a su propia vergüenza.

martes, mayo 08, 2012

Rodrigo Rato emBArranKIA


Comenté a unos amigos míos este pasado fin de semana que, frente a la posibilidad de escribir el blog de hoy sobre la cena que hicimos en el nuevo piso del gran IGU, amigo noble y fiel como pocos en el mundo, lo más probable es que me decantara por comentar las elecciones francesas y, sobre todo las griegas, que han sido aún más esperpénticas de lo que ya esperaba. Y así estaban las cosas hasta que ayer, a primera hora de la tarde, Rodrigo Rato dimitía como presidente de Bankia y ponía a muchos frente a uno de los graves problemas de España, que hasta ayer era ignorado por casi todos.

Bankia es un buen ejemplo de lo mal, muy mal, que se ha gestionado la crisis económica y financiera en este país. Basándose en dos ideas muy sencillas (ya se arreglará todo en el futuro y que mis privilegios no se toquen) tanto las entidades, como los distintos gobiernos de todo signo y condición, como los reguladores, han hecho las cosas de la peor de las maneras posibles y así nos encontramos como estamos. Si Bankia destaca no es tanto por ser peor que las demás, sino porque es grande, muy grande, la cuarta entidad financiera de España, poseedora de eso que se hace llamar como dimensión sistémica, lo que viene a querer decir que si se hunde nos hunde (una versión en pequeñito es la ruinosa fusión de las cajas gallegas o castellano leonesas). Creada hace casi dos años, es el resultado de la fusión de varias cajas de ahorros pequeñas (Laixetana, canarias, y otras que no recuerdo) y dos de las grandes, Bancaja y Caja Madrid, que son las que controlan el grupo. Las dos estaban mal, muy mal en el caso de la valenciana Bancaja, que como su prima CAM y hermano, el Banco de Valencia, se abocaba a un futuro negro como la quiebra de no unirse a alguien que le salvara. Lo lógico hubiera sido unir entidades solventes con dañadas, en la confianza de que las buenas arreglasen a las malas, pero la idea de juntar a dos entidades que se encuentran en graves problemas era similar a esas películas de los ochenta en las que se junta un ciego y un sordo, que dan algo de risa cuando las ves pero que no dejan de producir bastante pena. Se habló en su momento de fusionar La Caixa con Caja Madrid, operación que me parecía perfecta desde todos los ángulos de vista, pero no se llevó a cabo por presiones políticas. Al final lo que se hizo fue juntar a una caja del PP con otra del PP, para salvar a ambas, sabiendo que ambas estaban mediohundidas. Un total sinsentido. Al frente de la entidad se colocó a Rodrigo Rato, personaje que sigue estando entre los que admiro, pero que carece de experiencia financiera. Buen macroeconomista y mejor político, Rato nunca ha gestionado un banco o similar, y todo me hacia sospechar que su nombre hay era tanto para dar imagen de solvencia a una entidad débil como para apartarle de la carrera política y usar su aura de poder para apagar las trifulcas internas entre las familias del PP que controlaban las entidades (especialmente los Oliva valencianos de Bancaja, instalados en la más absoluta irrealidad, quizás hasta ayer mismo). Tras la unión de las entidades procedieron a segregar los activos tóxicos vinculados al ladrillo, la “subprime” que en España no existía pero, por supuesto, había, en una entidad matriz, llamada Banco Financiero y de Ahorros, BFA, y con un nuevo logotipo, nueva imagen corporativa, en la vacua y extendida esperanza de que cambiando los logos cambiamos el contenido de las cosas, Bankia empezó a caminar. En verano del año pasado tuvo lugar el inicio de su cotización en bolsa, en medio de intensos rumores, y con la prima de riesgo en 350 (bendita época….) y la colocación de las acciones, en torno a los 3,1 euros, fue muy bien, sostenida por un montón de bancos y, no lo duden, el gobierno, que se jugaban mucho en aquella puesta de largo. De salir mal, Bankia se hubiera quedado allí, y muchas otras cosas también.

Desde ese día la acción ha ido goteando a la baja, cerrando el viernes algo por encima de los dos euros y medio, y los rumores han sido constantes. Sólo los que nos dedicamos todos los días a leer noticias aburridas sabíamos que ese verdoso Frankenstein financiero estaba fuera de control, y que cada paso que daba lo hacía más peligroso. El reconocimiento de tener 35.000 millones de euros en activos problemáticos y el que Deloitte no firmase las cuentas auditadas a la CNMV la semana pasada “por su complejidad (jajaja) precipitaron los acontecimientos. Ahora Bankia va a ser intervenida por el gobierno, ya veremos como y con qué dinero, y Rato es la víctima sacrificada en el altar de la opinión pública. Pero el problema de base, su estado calamitoso, sigue ahí.