viernes, mayo 25, 2012

La música, el crecimiento y el sexo (para MLLP)


Que la música es de lo mejor que hay en esta vida no necesito proclamarlo muy alto. Lo vivo, lo siento y así lo expreso de manera constante. Oír, interpretar, asistir a un concierto, sentir como el sonido penetra en uno mismo generando un placer difícil de expresar es algo que todos hemos vivido al escuchar temas, grupos y compositores que nos llegan. De hecho este pasado Miércoles por la noche tuve una nueva oportunidad de comprobar hasta que punto la simbiosis entre intérprete e instrumento genera belleza en casa de mi amigo MLLP, cuyo dominio de la guitarra empieza a ser profesional.

Sin embargo, siempre está la duda de si la música produce beneficios al escuchante que le pone atención porque le gusta o a todo el mundo, esté atento o no al tema en cuestión. Se han hecho así experimentos con embrazadas, haciendo que los bebes que portan en su seno “oigan2 piezas de Mozart y comprobando si eso generaba a posteriori un mejor desarrollo y, aunque hay casos, la evidencia aún no es muy consistente. Un experimento similar, mucho más modesto, pero igualmente interesante, ha sido llevado a cabo por tres estudiantes de bachillerato de Valencia, tratando de comprobar como distintas músicas afectan al desarrolló de una misma planta. La idea es muy sencilla. Cogieron varias plantas de lenteja, que crece rápido y hace que el experimento no se dilate mucho en el tiempo, y las plantaron cada una de ellas en un mismo recipiente, insonorizado del exterior, pero que disponía de un auricular que proporcionaba música al vegetativo oyente. Hicieron cuatro “escenarios”, en uno de ellos la planta no tenía música, la segunda planta no tenía nada más que un pitido constante, la tercera escuchaba heavy metal y la cuarta tenía a San Johan Sebastian Bach como mecedor de cuna. Los cuatro recipientes han sido sometidos a las mismas condiciones de luz, humedad e irrigación, y al cabo de ocho días, que es al parecer lo que tarda en brotar la planta en cuestión se pudieron ve los resultados del experimento. ¿Hubo variaciones entre las plantas? Pues la respuesta es que sí, y significativas. La que más había crecido, con diferencia, es la que escuchaba a Bach, mientras que las que no escuchaban nada o tenían el pitido constante habían crecido menos. En último lugar estaban las marchosas plantas heavys, que habían crecido menos, quizás porque habían gastado parte de sus energías en bailar como locas o habían empleado el hierro de la tierra en fabricar tachuelas en vez de hojas. La cuestión es que, de una manera un tanto simplista, pero muy intuitiva, se observa que la música tiene un efecto sobre el crecimiento del brote, porque frente al silencio o la constancia ejerce un papel en la planta, de refuerzo según se aprecia en el caso de Bach, y aletargamiento en el caso de los ruidosos heavys. Evidentemente el pequeño tamaño muestral del experimento impide obtener conclusiones firmes, pero es curioso que la variación del crecimiento haya sido tan significativa, y que el resultado, que Bach es lo mejor que hay en el mundo, se haya alcanzado a la primera. Vaya desde aquí mi felicitación a esos chavales, que han tenido esta idea tan original como divertida, y que muestra en forma de tallo verde lo que antes les comentaba, que es que la música es una parte fundamental, maravillosa, de nuestras vidas, y los que disfrutamos con ella no nos imaginamos la posibilidad de renunciar a su escucha. En medio del ruido diario que nos aturde en todo momento (más en un entorno urbano) en el que es imposible entrar en una tienda sin que un hilo musical sinsentido invada nuestros oídos, deleitarse con la música que a uno le gusta es uno de los mayores placeres que imaginar pueda, verdad??

Una duda respecto al experimento que las lentejas es si ese efecto también se da en personas, que son seres vivos infinitamente más complejos que los vegetales. Yo creo que, dad la complejidad, ese efecto es aún más intenso, y que no escuchar a Bach, o lo que uno guste, lo eleva más allá de lo imaginable ¿hace crecer, entonces? ¿Hace “reproducir”? Curiosamente ayer, en una entrevista en el país, Slash, guitarrista del grupo Guns&Roses (los clásicos gusanos rosas de los noventa) decía, justo al final, que, literalmente, “La música debe moverte a hacer algo. Llorar, alegrarte, rebelarte, ponerte cachondo y que te folles a alguien…” Vamos, lo que viene a ser la versión heavy de las lentejas trepadoras, jejeje

2 comentarios:

Misaoshi dijo...

Interesante, la verdad. Aunque por un momento pensé que saldría que los heavys eran los que más crecían, pero tiene sentido lo de quemar calorías fotosíntesistales.

Después escarbaron en la tierra y se hicieron un collar de pinchos jajajajaja

David Azcárate dijo...

Lo que no dice el estudio es cual de las lentejas cultivadas tenía más contenido en hierro, o lo mostraba de la manera más descarada posible, no hay duda de quién ganaría verdad??? Jejeje saludos y gracias