Lo malo de vivir semanas como las que han pasado es que, además de dejarle a uno agotado, hacen que se pierda la perspectiva del tiempo. Tantos acontecimientos seguidos, de tanta gravedad, nos hacen pensar que estamos en una nueva época, y que nunca ha sucedido algo similar a lo que estamos viviendo. ¿Es realmente así? Necesitaríamos consultar en detalle la historia económica de España para contestar a esta pregunta, y eso requiere un tiempo que, seguro, muchos de ustedes no poseen (y de tenerlo dudo que lo destinaran a esos menesteres) Entonces, ¿existe alguna opción breve y certera?
Afortunadamente la respuesta es sí. Ayer por la noche terminé de leer un libro titulado El declive de los dioses, escrito por Mariano Guindal, periodista económico de larga trayectoria, y que, a modo de gran reportaje, desgrana las interioridades de España en un largo periodo que va desde el final del franquismo hasta el destape de la trama gürtel. El título hace referencia a lo que el autor denomina “los dioses del dinero” que no son otra cosa que los financieros, y las familias de larga tradición, que en España se han repartido poder, propiedades, influencias y cargos a lo largo de todos esos años, tratando de mantener en todo momento una posición de poder, independientemente de quién estuviera en el gobierno. No es Guindal amigo de las teorías conspiratorias, y así lo reconoce él mismo en un pasaje, pero alguno de los entresijos que cuenta en sus páginas demuestran hasta que punto el dinero y el poder son sólo dos caras de una misma moneda, y que se necesitan mutuamente para mantenerse uno al otro. Así, a la caída del régimen de Franco los financieros fortalecen a la UCD más como garantía de estabilidad de sus negocios que por un sincero amor a la democracia, aunque de manera colateral se produzca ese proceso que se dio en llamar transición. Resulta impactante ver de qué manera fue financiada esa coalición mientras gobernó, sólo comparable a los ingresos que obtuvo el PSOE una vez que ganó las elecciones, no antes. A lo largo de las páginas se sucedes los años y, junto a la historia económica, se ven las grietas que han ido surgiendo en los equipos encargados de gobernar España, como la relación entre el PSOE y al izquierda sociológica, sindicatos y demás organizaciones, siempre ha sido muy tensa, y que la ruptura entre ambos no fue una sorpresa, sino todo lo contrario. También se observa a la derecha española como la tradicional jaula de grillos que siempre ha aparentado ser, enfrentada en múltiples facciones que sólo la refundación del PP y la llegada al poder de Aznar logró unificar bajo una misma marca, se sigue con viveza el eterno y cruel enfrentamiento entre UGT y CCOO por hacerse con el control del poder sindical, que no ha dejado de crecer a lo largo de los años pese a que su discurso ha ido retrocediendo cada vez hacia postulados más inmovilistas y antiguos, y frente a ellos una CEOE que surge casi por improvisación, en la que la llegada de un segundón como Cuevas al frente de la misma se ve como una transición tras la marcha de Ferrer Salat, sin que nadie aprecie que Cuevas era un dirigente tan ávido de poder como especialista en conservarlo, y así podríamos seguir con numerosas instituciones y episodios de la vida política del país, algunos muy conocidos como el asunto Rumasa o Banesto, otros no tanto, como los entresijos de las OPAs de la energía durante la época ZP, todo ello salpicado por buenas anécdotas y diálogos literales de lo personajes de cada época que le dejan a uno pasmado.
Y la corrupción. Sí, ese quizás sea el nexo común a todas las épocas. A excepción de algunos hombres buenos, como señalaba la película, y cuyo mayor exponente me parece que es el ya fallecido Luis Ángel Rojo, exgobernador del Banco de España (Ahí, MAFO, ¿qué has hecho con la institución?) el libro es un sucesión de escándalos, corruptelas, compras de voluntades y conchabeos más o menos graves que dejan la sensación de que esto de Bankia no es sino una versión moderna y en tamaño XXL de episodios ya vividos en el pasado. No le resta gravedad, sino más bien al contrario, pero elimina cualquier atisbo de sorpresa que uno pudiera tener. En definitiva, una lectura muy amena, y más emocionante que muchas novelas de intriga.
3 comentarios:
¿cúando me lo prestas? Feliz finde.
¿cúando me lo prestas? Feliz finde.
Si me acuerdo de trarelo, este mismo miércoles. Saludos y gracias
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