martes, mayo 29, 2012

España debe pedir el rescate financiero YA


Ayer Rajoy celebró su primera rueda de prensa en España desde que es presidente del gobierno, bueno el hacerlo, nefasto el haber tardado tanto. Casi todas las preguntas fueron sobre Bankia, y trató de eludirlas como pudo. A la pregunta de si España acudirá al rescate europeo de los bancos ofreció un rotundo NO, pero creo que él sabe que eso no va a ser así. Mi consejo es que dejemos nuestro orgullo infantil en el baúl de los recuerdos (uuu) y solicitemos ese rescate antes de que nos lo impongan, porque no tenemos recursos propios para rescatar a Bankia y a todo lo que vendrá detrás.

El final del desastroso día de ayer fue, como diría el propio Rajoy, colosal. BFA, la matriz de BAnkia, admitió que sus cuentas de 2011 eran tan falsas como las del déficit griego, y que donde dijo que había ganado 30 millones de euros realmente había perdido 3.300, así, por las buenas. Bien, esto es mentir, falsear, engañar, lo que ustedes quieran, y hace perder toda la confianza en las finanzas españolas. Desde ayer cualquier inversionista sabe que las cuentas que se presentan por parte de las entidades en este país pueden ser completamente falsas, y esto nos pone en el nivel griego, por lo que la manida frase de “España no es Grecia” ya no puede ser usada, al menos desde mi punto de vista. Al desastre de Bankia debemos sumarle los agujeros de CatalunyaCaixa, NovaCaixaGalicia y otras entidades menores que andan por ahí en un estado completamente zombi. La idea que surge poco a poco es la de unificarlas todas en la práctica, dado que deben ser nacionalizadas si no se quiere evitar su quiebra, dada la insolvencia de sus cuentas. ¿Cuánto dinero puede suponer este proceso para las aras públicas? Muchísimo, demasiado…. Las cifras bailan sin parar y marean por su dimensión, llegándose a valores de 60.000 millones de euros, diez billones de las antiguas (veremos a ver por cuanto tiempo) pesetas, aunque en esta cifra estarían incorporados los requerimientos de capital de entidades bancarias pequeñas no intervenidas, como Popular o Sabadell. En todo caso esos valores aún pueden variar en función del resultado de las auditorías privadas contratadas que, tanto por la imagen propia como por su interés en el asunto, no darán valores menores a los anteriormente citados, y si seguramente los harán crecer. Es decir, tenemos que meter todo ese dinero, extraído de recursos públicos, en el capital de las entidades, con lo que el estado (nosotros) se hará cargo de ellas y pasará varios, muchos años, controlándolas, a la espera de que den beneficios y pueda desprenderse de esos activos. Las vías para aportar esos recursos que se están comentando son dos. La primera es emitir nueva deuda pública para recaudar el dinero e inyectarlo a las entidades. Con una prima de riesgo como la de ayer, 510, la emisión sería carísima y España no sería capaz de afrontarla, lo que nos llevaría inevitablemente al rescate. La segunda vía, más retorcida, es crear esos títulos de deuda pero no venderlos en el mercado, sino dárselos directamente a la entidad nacionalizada, y que ella, con esas garantías, que en el argot se denomina “colateral” acuda al BCE para que le preste el dinero líquido. En este caso España se ahorra gran parte del diferencial de la prima de riesgo (no todo, porque algo, poco, cobraría el BCE) y daría un margen temporal de actuación, pero obviamente exige que el BCE (Alemania) diga que está de acuerdo, y en todo caso es probable que de aceptar exija contraprestaciones en forma de nuevos recortes y promesas, dado que ya no se fía mucho de España, sus entidades y su gobierno. Como ven, estamos bastante atrapados y con pocas salidas. Sobre como afecta todo esto a la contabilidad nacional, sí aumentará el déficit, la deuda o ambos, la respuesta es muy compleja, y esta web pude ayudarles a entenderlo un poco.

En fin, casi cuatro años después de la caída de Lehman Brothers y la recapitalización de la banca norteamericana, el que, ingenua y chulescamente se vendía como el mejor sistema financiero del mundo se descubre que era como todos los demás, un enorme agujero lleno de cosas oscuras y malolientes, y que necesita ayuda pública para no arrastrar al país en su caída. Entre medias de todo esto nos hemos quedado sin recursos propios, hemos destrozado el mercado de trabajo y dejado a la economía patria en un estado de abatimiento digno de la gran depresión. Bankia va a ser nuestro Lehman Brothers, y nos va a llevar al rescate europeo. Agárrense, empiezan los momentos de la verdad.

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