miércoles, marzo 20, 2013

El caos chipriota


La votación que tuvo lugar ayer por la tarde en el parlamento de Nicosia en relación al proyecto de gravar (robar) los depósitos bancarios se convirtió en el perfecto reflejo del caos que se vive ahora mismo en el país y, de paso, en la UE. No hubo un solo voto a favor de la medida. La oposición votó en contra y el partido que sostiene (es un decir) al gobierno se abstuvo, por lo que el rechazo a la medida, al gobierno y al primer ministro fueron totales. Desde ayer por la tarde Chipre carece de facto de gobierno, y la reunión que hoy ha convocado el todavía gobernante Anestesiades (se llama así, no es un chiste) puede ser la última de su agónico gabinete.

Bien, y ahora ¿qué? El Eurogrupo lamenta mucho el resultado de la votación pero dice que sigue dispuesto a respetar su parte del plan, y que Chipre, si no es con los depósitos, debe recurrir a otra vía para aportar los más de 5.000 millones de euros que se ha comprometido en el acuerdo de rescate. Y los bancos hoy siguen cerrados, el corralito se extiende y la noticia de que el Reino Unido ha mandado un avión con dinero en efectivo para los militares británicos que allí residen le da un toque entre surrealista y catastrófico. ¿Cuáles son las alternativas que se abren? Una obvia es que Chipre salte del euro, pero eso sería un desastre para la UE y, sobre todo, para los propios chipriotas, que se introducirían en un caos monetario con altísima inflación y que verían como sus ahorros desaparecen del todo. Sería el desastre total, aunque algunos lo vean con simpatía. Descartando esa opción se me ocurren de primeras tres alternativas, pero puede haber más. Una, que no me gusta anda, es que Rusia se involucre en el rescate, y aporte esa cuantía, lo que cuadraría los números, pero dejaría la isla a merced del control del gobierno ruso y obligaría a la UE a realizar un MoU con un tercer país de costumbres poco transparentes, por así llamarlas. Además el gobierno ruso se ha mostrado bastante enfadado estos días con lo sucedido en la isla y es difícil que quiera colaborar de buena gana. Otra vía es que se convoque a todos los acreedores privados de Chipre, bonistas o no, y se trate de establecer un crédito sindicado por todos ellos, con participación de la UE de por medio, para recabar los fondos. No sería mala idea, supondría establecer un procedimiento similar al de un concurso de acreedores y daría participación a todos los agentes que vean en riesgo su dinero en la isla. Las dificultades pueden surgir de la necesidad de coordinar y poner de acuerdo a múltiples agentes, dotados de intereses particulares que pueden ser muy dispares, y determinar si con ellos se puede reunir la cifra requerida, cosa difícil dado el ridículo tamaño del mercado de bonos chipriota. La tercera solución es recurrir al MEDE europeo, y es la que más me gusta. Dado que Chipre no va a ser capaz de aportar esa cifra, habrá que dársela, por lo que el MEDE puede cubrir el total del rescate chipirota y el gobierno comprometerse en el MoU correspondiente a devolver ese crédito en un plazo determinado, con el aval si es necesario de instituciones internacionales como el FMI y el Banco Mundial. Tiene la ventaja de que es una solución interna de la UE en su totalidad, no se requiere la participación de agentes externos y que resulta muy clara. El problema es que la parte que le corresponde avalar a cada país del eurogrupo aumentaría al crecer el importe de lo que la UE presta a Chipre, y en algunos países (Alemania) sería muy difícil convencer a la población de que deben aportar más dinero a ese fin, y en año electoral esa petición es aceite hirviendo en manos de los políticos. Otro inconveniente es que hipotecaría a Chipre durante décadas, aunque no veo solución práctica que no lleve aparejada esa derivada, dado que el país se encuentra quebrado, y estaría por ver cómo se lo tomaría la población.

Y quizás el inconveniente más profundo de esta alternativa es que supondría admitir que lo que ha hecho el Eurogrupo desde el Sábado es el más absoluto de los desastres, pero eso no lo discute nadie. La gestión de esta crisis es la antología del disparate, y que el 0,2% de al UE, que es lo que representa el PIB de Chipre sobre el total, no esté situando ante este abismo demuestra como la gobernanza y gestión de Europa es un absoluto fracaso. En todo caso, pase lo que pase, debe hacerse rápido, claramente y con la mayor coordinación posible entre los implicados, especialmente UE, gobierno chipriota y BCE. Hay que adoptar medidas para levantar el corralito lo antes posible, y tratar de que la situación no se desmadre aún más.

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