jueves, marzo 07, 2013

La bolsa americana sube, y sube, y sube…


Por segundo día consecutivo, el índice Dow Jones de la bolsa de Nueva York alcanzó ayer un nuevo máximo histórico, situándose en los 14.296 puntos. La jornada anterior logró batir el anterior máximo, que tuvo lugar en 2007, justo antes del inicio del desplome inmobiliario que desencadenó la crisis que nos tiene a muchos países agobiados y postrados en el suelo. Gran parte de este proceso de subida se ha producido en los últimos nueve meses, desde el verano, y ha estado acompañada en su ascenso por las plazas europeas y asiáticas, especialmente Tokyo. Llevamos unos cuantos meses muy buenos en bolsa.

Tres son las ideas que, a bote pronto, me vienen a la cabeza al ver el Dow a estos niveles, las dos primeras son obvias y la tercera es más discutible. La primera es que los avispados y valientes que apostaron por la subida hace unos meses y se metieron en ella han hecho uno de los mayores negocios de su vida, y en tiempos en los que encontrar rentabilidad en otros activos es cada vez más complicado. Pueden estar satisfechos. La segunda es que quienes por precaución, desconfianza o, simplemente, estaban a otra cosa, no se han subido a este rally alcista tienen que estar tirándose de los pelos por la oportunidad que han perdido, al quedarse en una tierra de nadie en el mundo de los bonos, depósitos y demás instrumentos financieros que, en general, ofrecen resultados muy discretos. La tercera, la que es más discutible, es que todo esto es falso, y cuando digo todo me estoy refiriendo a la subida. Uno de mis compañeros de trabajo, que sigue la actualidad de los mercados, aunque, por su bien, no con tanta insistencia como yo, afirma que las teorías de que la bolsa acabará bajando son bulos y que esto muestra que estamos saliendo del agujero. Creo que, en una coyuntura normal, tendría razón, pero no estamos en esa coyuntura, sino en otra muy distinta, desconocida para casi todos, y de rumbo muy incierto. Durante décadas, y con razón, la bolsa ha sido considerada como un indicador adelantado del comportamiento de la economía general. Con un decalaje que se situaba en torno a los seis meses, más o menos, los índices nacionales e internacionales se anticipaban a las subidas y bajadas del PIB y daban señales muy robustas sobre el comportamiento del ciclo real. Entrar a analizar el porqué de esto sería muy complejo. Sin embargo, desde el derrumbe de la economía en 2007 – 2008 creo que este escenario ya no funciona exactamente así, principalmente porque las bolsas están cebadas, alimentadas, y en cierto modo intervenidas por parte de los bancos centrales, que tratan de que no se caigan, que les inyectan dinero en vena, de maneras muy sofisticadas, complejas y retorcidas, sí, pero que buscan que los mercados suban, para lograr el efecto arrastre de la confianza de la población y que esa subida se traslade a la economía real. Bernanke desde la FED, en EEUU, ha llevado a cabo políticas que, claramente, han beneficiado a Wall Strret, de tal manera que cuando se filtran las actas de las reuniones de la FED y se ve que alguno de sus miembros empieza a votar en contra de los llamados “estímulos cuantitativos” QE en el argot, porque tiene miedo de que el balance del banco se descontrole, la bolsa empieza a bajar, y se hace necesaria una aparición de Bernanke o una entrevista donde diga “tranquilos, chicos, seguiremos metiendo dinero” para que los índices vuelvan a subir con alegría. Es cierto que el sustrato de la economía real norteamericana es mucho mejor que el de Europa (bueno, y el de cualquier otra parte del mundo lo es) pero eso no justifica estas subidas, a mi entender.

Quien más en serio, y públicamente, se ha tomado esta labor de hacer subir al mercado en Haruhiko Kuroda, nuevo gobernador del Banco Central de Japón, BoJ, que ha realizado declaraciones muy claras y contundentes, sobre todo viniendo de un gobernador bancario, en las que dice que hará lo que sea para generar inflación en Japón y crecimiento bursátil, con el objetivo inicial de que el Nikkei alcance los 13.000 puntos. Así, intervenidos como están los mercados y con datos que pueden ser bastantes o muy artificiales, hoy se reúne el consejo del Banco Central Europeo entre presiones de bajadas de tipos y con el desgobierno italiano de fondo. ¿Qué hará Draghi?

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