miércoles, agosto 06, 2014

Oportunity, Spirit y Rosetta, tres éxitos espaciales


Para escapar un poco de la agobiante actualidad mundial que vivimos en este verano, qué mejor que largarse muy lejos, rumbo a las estrellas. Hoy se cumplen dos años del amartizaje, palabra que no existe pero que se añadirá algún día al diccionario, de Curiosity, el mayor robot jamás construido para explorar la superficie de otro planeta, en este caso Marte. Tras una maniobra endiablada, tanto de reentrada como descenso, llena de riesgos, pero que transcurrió a la perfección, Opportunity se posaba en el borde del cráter Gale y empezaba a trabajar en su misión.

En este tiempo el robot ha recorrido cerca de catorce kilómetros sobre la superficie del planeta rojo, y se encamina hacia las estribaciones del monte Sharp. Los logros de su misión ya son evidentes, especialmente la confirmación de que Marte fue un lugar que, en un pasado remoto, albergó condiciones para poder sostener vida en su superficie. Los análisis químicos y de otro tipo que ha realizado con muestras de las zonas investigadas así lo demuestran. También el terreno sobre el que ha transitado, y que se ha podido observar con un grado de definición nunca alcanzado, muestra evidentes signos de erosión derivada de un pasado en el que fluidos (agua) circulaban por su superficie, moldeándola como ahora lo hacen los ríos a sus lechos. También es significativo lo que no ha encontrado, y se esperaba que hubiera, metano. Como residuo muy claro de una pasada biología, se esperaban encontrar trazas de metano, que no han aparecido, al menos en las zonas exploradas. De mientras Curiosity continúa su misión, con alguna rueda escacharrada y el software dando problemas intermitentes, un primo suyo mucho más pequeño, Opportunity, acaba de celebrar los diez años, diez, de trabajo en la superficie marciana. Opportunity viajó a Marte en compañía de su gemelo Spirit. Eran robots mucho más pequeños que Curiosity, pero suponían un salto enorme respecto a la primera generación, el pequeño Pathfinder, de tamaño similar a un microondas. Diseñados para durar unos tres meses, Spirit dejó de estar operativo hace algunos años ya, pero Opportunity, sin que se sepa muy bien cómo, aún sigue desplazándose y mandando datos. La mayor parte de su instrumentación está ya fuera de servicio, pero los paneles solares, motores y ruedas funcionan, y el robot avanza. Esto le ha permitido batir el récord de la máxima distancia recorrida en otro mundo. Sus más de cuarenta kilómetros de desplazamiento superan por uno al registro que alcanzó la sonda lunar rusa Lunokhod 2 en 1973. El rendimiento de Opportunity es asombroso, y los técnicos que lo fabricaron y los que controlan desde el JPL de la NASA en Pasadena no salen de su asombro. Y alegría, claro está, porque dado que cada vez resulta más difícil conseguir presupuestos para nuevas misiones el que las que se encuentran en vigor rindan mucho mejor de lo esperado es una gran noticia en lo que hace a tecnología e investigación, pero también en ahorro de costes, eficiencia y publicidad, para convencer a patrocinadores y cargos públicos de la necesidad de seguir invirtiendo en la investigación espacial, en este caso la marciana. Nuestros enviados espaciales a Marte siguen ahí trabajando para nosotros, y eso es una gran noticia.

Y para redondear una jornada espacial muy especial, se espera que hoy la sonda Rosetta, lanzada por la Agencia Europea del Espacio, la ESA, alcance su objetivo previsto y se ponga en órbita de uno de los asteroides que se encuentran en el cinturón sito entre Marte y Júpiter. Tras diez años de viaje, en medio de la nada, el destino de esta sonda, que tiene el complejo nombre de 67P/Churyumov-Gerasimenko (no, no, no es un grupo separatista proruso de Ucrania) se encuentra a tiro, mostrando un aspecto curioso, mezcla entre cacahuete, patito de goma y pedrusco deforme. Si todo va bien hoy Rosetta entrará en su campo gravitatorio y permanecerá ahí explorándolo desde la distancia. En medio de la desolación de la guerra y enfermedad que llenan este verano de 2014, el espacio nos ofrece esperanzas de un futuro mejor.

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