Este es un país de locos. Se dice
que hay dos Españas, pero no es cierto. Hay miles de parejas que se enfrentan a
cara de perro por cada asunto que se convierte en actualidad. Ante cualquier
hecho noticioso surgen, como por arte de magia, dos posturas antagónicas,
irreconciliables, y la gente, antes de meditar, pensar un poco por su cuenta e
informarse, mira a ver dónde se posicionan “los suyos” ante el debate, y se
unen con toda la fuerza y el vigor posible. Todo ello unido a la capacidad que
tenemos de politizar asuntos que nada tienen de ideológico, pero que aquí
asignamos a etiquetas políticas con una frivolidad pasmosa.
El caso de las prospecciones
petrolíferas canarias es uno de los últimos, y mejores, ejemplos, para
argumentar esta idea, y que de paso demuestra que no podemos ser más tontos ni
con entrenamiento intensivo. Puede ser, no está claro, que haya recursos
petrolíferos bajo el subsuelo del Atlántico en aguas territoriales españolas,
cerca de las Islas Canarias, o al menos eso indican algunos estudios
geológicos. La única manera de comprobarlo, ver si esos recursos existen, qué
propiedades tienen, qué volumen, y de si estamos ante un yacimiento valioso o
no, es perforar y hacer catas sobre el terreno para sondearlo. La noticia, que
en principio es buena (puede haber petróleo en Canarias) se ha convertido en
argumento político de enfrentamiento entre el gobierno de las Islas y el del
conjunto de España. Paulino Rivero, de Coalición canaria, se ha puesto al
frente de la manifestación en contra de las prospecciones, calificándolas de
atentado a la integridad canaria, ataque medioambiental y un montón de cosas
más. Frente a él, el Ministro de Industria, Jose Manuel Soria, también canario,
defiende las prospecciones y trata de explicar las ventajas que supondría el
tener éxito si al final encuentran una bolsa de petróleo explotable. En
general, el debate se ha polarizado en torno al argumento ecológico, basándose
en que un accidente en la explotación puede arruinar el activo turístico que representan
las playas de Canarias, y del medioambiente a la ideología. Es progresista y de
izquierdas no perforar, y de retrógrados y de derecha hacerlo. No tiene
sentido, ya lo se, pero esa es la línea que puede oírse en determinados
discursos, y de cara a las próximas elecciones autonómicas, en Mayo de 2014,
esa puede ser la base del debate electoral en Canarias. Esa comunidad, recordémoslo,
es una de las que presenta
una tasa de paro más elevada de toda España, 32,68% en la última EPA, con
gran temporalidad en los contratos y, por motivos obvios derivados de su
distancia respecto al resto de España, sufre un problema estructural de costes
que la hace depender de las inversiones del gobierno nacional y de un régimen
fiscal muy especial. Si apareciese petróleo en la zona los primeros que iban a
beneficiarse son los propios canarios, que tendrían a mano un recurso de
primera magnitud del que obtener ingresos directos y reducir su dependencia de
la península. Sería directamente un chollo unido al chollo del turismo. Si
apareciera el crudo y Paulino empezara a hacer cuentas de cuánto dinero iba a
gestionar su gobierno del mismo seguro que empezaría a cambiar de discurso (y eso
sin tener en cuenta mordidas ilegales, eh???). Para España en su conjunto, que
importa casi todo el petróleo que consume, encontrarlo en Canarias sería una magnífica
noticia, nos permitiría ahorrarnos una cantidad enorme de recursos, que ahora
destinamos a comprar los barriles negros, y sería un impulso enorme a nuestra
economía, industria y competitividad. Que un país como el nuestro renuncie a
comprobar si posee el recurso sería, directamente, estúpido.
Además, el mundo es como es y no como desearía
Paulino Rivero, cuyo mullido coche oficial se mueve, como todos los demás, con
petróleo refinado. Si España renuncia a comprobar la existencia de la bolsa, ¿se
cree alguien que Marruecos no lo va a hacer? ¿Acaso las torres de perforación
marroquís (que serían de EEUU con alta probabilidad) son más bonitas que la de
REPSOL? Vayan ustedes a la playa de Laga, en Bizkaia, y verán al fondo una
torre de extracción de gas, que ya ha agotado su recurso, viajen a Noruega, país
riquísimo por todas las plataformas que tiene bombeando gas de sus costas, y díganle
al gobierno de Oslo que deje de explotarlas. Y aunque no sepan noruego,
entenderán la risa que le estallará a su vikingo interlocutor.
2 comentarios:
No me veo en Noruega tomando el sol. Si me imagino al ministro Soria, en su mullido coche oficial, haciendo el favor a REPSOL después del fiasco de sus amenazas tangueras.
En Florida toman el sol y extraen crudo a la vez... todo puede ser compatible. Lo que no tiene mucho sentido es que, dependiendo por completo de ese recurso, importándolo todo y pudiendo quizás poseerlo, renunciemos a ello. Y si el recurso existe y no lo explotamos nosotros, otros lo harán, con el mismo riesgo medioambiental. Saludos y muchas gracias por el comentario
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