Empecemos
por el principio. Despolitizar TVE no es quitar de la presidencia a un señor
que ocupa el cargo porque el PP lo quiso y sustituirlo por otro que es escogido
por el PSOE o Podemos. Despolitizar TVE es hacer un concurso abierto,
internacional, con unas bases de prestigio periodístico y de gestión
consensuados, al que se puedan presentar profesionales de la casa, y de fuera,
de España, y de fuera, y que sea el mérito y la capacidad lo que sirva de
baremo para la elección. Y que luego el parlamento refrende, como trámite, no
con cortapisas, el resultado de ese concurso. Lo demás son tonterías.
Es
TVE el primer grandioso fracaso de este nuevo gobierno y sus socios, que tan
rápido como ha sido posible se han subido al carro de las élites extractivas y
han puesto sus manos sobre el ente para tratar de hacer con él lo que todos los
políticos de España han deseado, que les sirva de correa de transmisión de sus
mensajes y, si es posible, que les sirva como buen sirviente para todo lo que
deseen. La usurpación de los medios de comunicación públicos por parte de los
partidos es algo que en España se ve como una tradición tan arraigada como el
veraneo o el salir de bares. Cada uno que llega pone a los suyos al frente de
la corporación que toque, echando a los que habían puesto los otros. Ninguno
piensa que son unos, otros y todos los demás, los que con sus impuestos pagan
el ente de turno. Ninguno piensa en los profesionales que trabajan en esos
medios de comunicación, acostumbrados a ser señalados como de uno u otro bando
por los opositores, y movidos como fichas intercambiables cuando se producen
los traspasos de poder. Ninguno piensa en garantizar un mínimo de objetividad,
rigor y seriedad, a sabiendas de lo difícil que es todo eso, sino que ven a los
medios públicos como las perfectas herramientas de propaganda para lanzar sus
mensajes. Sólo son eso para sus cortas mentes, instrumentos que poder usar
discrecionalmente, arbitrariamente, de manera sesgada y torticera. Cierto es
que hay niveles en esto de la manipulación y el sesgo, y por su alcance
nacional y escrutinio continuo, RTVE se escora, más o menos, pero mantiene unos
estándares de calidad a lo largo del tiempo que pasa si quisieran el resto de
cadenas nacionales. Es en las CCAA donde podemos asistir a espectáculos tan
vergonzosos como, a mi modo de ver, ilegales, con canales autonómicos que
cuestan una millonada y que son tan progubernamentales como los telediarios de
Corea del Norte con el amado líder, eso sí, con una estética moderna. TVE3 o
EITB son grandes ejemplos de manipulación informativa, de emisión de mensajes a
favor de las consignas gobernantes, de mentira orquestada. Lo fue la TeleMadrid
de los tiempos de Esperanza Aguirre, donde su liberalismo de boquilla se
convertía en instrucciones de primera para la voz de su amo, y podemos darnos
una vuelta por esos medios púbicos de ámbitos más pequeños hasta comprobar como
muchos de ellos son hojas parroquiales en las que sólo falta incorporar el logo
del partido de turno en la cabecera de los informativos que no informan. Y todo
ello, recuerden, pagado con el dinero de todos los contribuyentes, veamos o no
esos canales. Para hacer el chiste fácil, los ciegos también pagan RTVE, y
hasta ellos pueden ver el pasteleo que día a día se produce en el poder para
hacerse con su control.
PSOE
y Podemos, llegados al gobierno, han viso en TVE esa herramienta de propaganda
que ha encandilado a todos los políticos, y que en el caso de los podemitas
ansían desde que se dieron cuenta de que “La Tuerka” podría ser el Aló presidente
patrio. Lo
ha dicho hasta el editorial de El País, ahora muy a favor de Sánchez. Todo
lo que estos días está pasando con la elección y quema de periodistas y la
manera de sesgar el consejo de TVE es lamentable, bochornoso, un insulto a los
profesionales de la casa y una tomadura de pelo a todos los españoles que, por
cierto, cada vez ven más plataformas de pago de series y menos cadenas
generalistas. Quizás, en unos años, manipular TVE no sirva de nada. Sólo
entonces los políticos dejarán de hacerlo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario