lunes, julio 02, 2018

Nadie con poder quiere despolitizar TVE


Empecemos por el principio. Despolitizar TVE no es quitar de la presidencia a un señor que ocupa el cargo porque el PP lo quiso y sustituirlo por otro que es escogido por el PSOE o Podemos. Despolitizar TVE es hacer un concurso abierto, internacional, con unas bases de prestigio periodístico y de gestión consensuados, al que se puedan presentar profesionales de la casa, y de fuera, de España, y de fuera, y que sea el mérito y la capacidad lo que sirva de baremo para la elección. Y que luego el parlamento refrende, como trámite, no con cortapisas, el resultado de ese concurso. Lo demás son tonterías.

Es TVE el primer grandioso fracaso de este nuevo gobierno y sus socios, que tan rápido como ha sido posible se han subido al carro de las élites extractivas y han puesto sus manos sobre el ente para tratar de hacer con él lo que todos los políticos de España han deseado, que les sirva de correa de transmisión de sus mensajes y, si es posible, que les sirva como buen sirviente para todo lo que deseen. La usurpación de los medios de comunicación públicos por parte de los partidos es algo que en España se ve como una tradición tan arraigada como el veraneo o el salir de bares. Cada uno que llega pone a los suyos al frente de la corporación que toque, echando a los que habían puesto los otros. Ninguno piensa que son unos, otros y todos los demás, los que con sus impuestos pagan el ente de turno. Ninguno piensa en los profesionales que trabajan en esos medios de comunicación, acostumbrados a ser señalados como de uno u otro bando por los opositores, y movidos como fichas intercambiables cuando se producen los traspasos de poder. Ninguno piensa en garantizar un mínimo de objetividad, rigor y seriedad, a sabiendas de lo difícil que es todo eso, sino que ven a los medios públicos como las perfectas herramientas de propaganda para lanzar sus mensajes. Sólo son eso para sus cortas mentes, instrumentos que poder usar discrecionalmente, arbitrariamente, de manera sesgada y torticera. Cierto es que hay niveles en esto de la manipulación y el sesgo, y por su alcance nacional y escrutinio continuo, RTVE se escora, más o menos, pero mantiene unos estándares de calidad a lo largo del tiempo que pasa si quisieran el resto de cadenas nacionales. Es en las CCAA donde podemos asistir a espectáculos tan vergonzosos como, a mi modo de ver, ilegales, con canales autonómicos que cuestan una millonada y que son tan progubernamentales como los telediarios de Corea del Norte con el amado líder, eso sí, con una estética moderna. TVE3 o EITB son grandes ejemplos de manipulación informativa, de emisión de mensajes a favor de las consignas gobernantes, de mentira orquestada. Lo fue la TeleMadrid de los tiempos de Esperanza Aguirre, donde su liberalismo de boquilla se convertía en instrucciones de primera para la voz de su amo, y podemos darnos una vuelta por esos medios púbicos de ámbitos más pequeños hasta comprobar como muchos de ellos son hojas parroquiales en las que sólo falta incorporar el logo del partido de turno en la cabecera de los informativos que no informan. Y todo ello, recuerden, pagado con el dinero de todos los contribuyentes, veamos o no esos canales. Para hacer el chiste fácil, los ciegos también pagan RTVE, y hasta ellos pueden ver el pasteleo que día a día se produce en el poder para hacerse con su control.

PSOE y Podemos, llegados al gobierno, han viso en TVE esa herramienta de propaganda que ha encandilado a todos los políticos, y que en el caso de los podemitas ansían desde que se dieron cuenta de que “La Tuerka” podría ser el Aló presidente patrio. Lo ha dicho hasta el editorial de El País, ahora muy a favor de Sánchez. Todo lo que estos días está pasando con la elección y quema de periodistas y la manera de sesgar el consejo de TVE es lamentable, bochornoso, un insulto a los profesionales de la casa y una tomadura de pelo a todos los españoles que, por cierto, cada vez ven más plataformas de pago de series y menos cadenas generalistas. Quizás, en unos años, manipular TVE no sirva de nada. Sólo entonces los políticos dejarán de hacerlo.

No hay comentarios: