Qué no lo es desde hace algo más de un año… Los Oscar del pasado ejercicio fueron anómalos en lo ceremonial, pero no en las películas a concurso, estrenadas y vistas por muchos en todo el mundo, lo que les daba el aire de apuesta global que tienen cuando muchos se preguntan si la peli que han visto y les ha gustado, o no, se llevará algún premio. En el año del confinamiento, con las salas cerradas en medio mundo, la mayor parte de las cintas que optaban este año a premio eran directamente productos de plataformas televisivas o producciones que apenas han pisado las salas. Quizás hayan sido las candidatas menos vistas de la historia. Y eso pesa.
Y por lo que veo, la ganadora, Nomadland, que contaba con buenas críticas y apuestas de los expertos, ha desbancado a la más nominada, Mank. Suelo ponerme como tradición tratar de ver las más nominadas para hacerme mi propio juico crítico, subjetivo como cualquier otro, y este año he fallado bastante, empezando porque una de las que no he visto es precisamente la que ha ganado las dos estatuillas más importantes, la de película y director, en la persona de Chloé Zhao. La actriz Frances McDormand, que está inmensa en todo lo que hace, se ha llevado el premio a la mejor actriz, y con esto esa película, que debe contar la vida de los nómadas que, por gusto algunos, por obligación muchos, viven en las carreteras de unos EEUU de película, sí, pero no precisamente de las que resultan atractivas. Sí vi Mank, al gran nominada, un ejercicio autorreferencial del cine, en el que se narra el proceso de escritura del guion de Ciudadano Kane y los personajes que se representan son los entonces popes de una industria que crece en la California que está naciendo como mito. Es una gran película, pero si se puede hacer cuesta arriba en determinados momentos. Gary Oldman está sublime en su papel protagonista, pero no se ha llevado el premio, que ha recaído en Anthony Hopkins por su interpretación en El Padre, una enternecedora y cruel historia en la que la demencia que sufre el protagonista se cuenta desde su perspectiva, siendo el espectador confundido a cada paso por lo que parece ser y no es, por lo que sus ojos ven y la memoria del personaje principal no es capaz de retener e hilvanar. Es un trabajo casi teatral, llevado a cabo por un reparto pequeño y exquisito en estado de gracia, con Olivia Coldman dando la réplica al gran Hopkins en el papel de hija desesperada por el derrumbe paterno al que asiste. Otra de las nominadas que no se ha llevado grandes premios es “El juicio de los siete de Chicago” que pude ver porque la plataforma que la produjo la puso una semana en abierto en YouTube. Dirigida por Aaron Sorkin, cuenta el tumulto acecido en la convención demócrata de finales de los sesenta en esa ciudad y, como todos los trabajos de Sorkin, tiene un guion prodigioso en el que los sucesos se encadenan sin cesar por boca de unos personajes que hablan de maravilla, como no lo hace nadie en la vida real, pero que son un gustazo para escuchar y seguir. Tanto Mank como la del juicio tienen muchos mensajes políticos referidos al momento en el que se desarrolla la acción que relatan, pero que sorprendentemente, o no, son plenamente actuales, y sirven para ver que muchos de los problemas sociales que ahora creemos enfrentar por primera vez siguen ahí enquistados desde hace mucho tiempo, síntoma de que no son fáciles ni de abordar ni de arreglar. Por lo que parece Nomadland también hace referencia a la situación política y social de los EEUU de hoy en día, mostrando la decrepitud que se observa en partes del tejido social y económico de esa nación, del óxido que cubre algunos de los antaño brillantes cromados de sus industrias y negocios, hoy fuente de pérdidas y derrotados. También he visto, de entre las nominadas, “Una joven prometedora” que me ha parecido fantástica en muchos sentidos, pero que veo que no se ha llevado premios sustanciosos. Una pena. Creo que esa peli se merece un artículo entero para ella, a ver si puedo hacerlo un día de estos.
Hay cierto interés por ver cuál ha sido la audiencia de la gala de este año, tras las malas cifras registradas en la pasada edición, y a sabiendas de que, como comentaba, muy pocos han podido ver las películas que se han llevado premio o que estaban nominadas. La pandemia ha supuesto un mazazo para el sector del cine, que ya estaba en serios problemas por la competencia de otras fuentes de ocio y el cambio de estructura del negocio, con el desembarco de las plataformas, el ocaso del sistema de estudios y el problema de supervivencia de las salas frente al consumo de contenidos a la carta en todo tipo de dispositivos. Tras la vacunación, y la vuelta a la normalidad, el cine tratará de remontar como negocio y concepto. Ese es uno de sus mayores retos.
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